RIMA LII

          Volverán las oscuras golondrinas
          en tu balcón sus nidos a colgar,
          y otra vez con el ala a sus cristales
               jugando llamarán.

          Pero aquellas que el vuelo refrenaban
          tu hermosura y mi dicha a contemplar,
          aquellas que aprendieron nuestros nombres,
               ésas... ¡no volverán!

          Volverán las tupidas madreselvas
          de tu jardín las tapias a escalar
          y otra vez a la tarde aún más hermosas
               sus flores se abrirán.

          Pero aquellas cuajadas de rocío
          cuyas gotas mirábamos temblar
          y caer como lágrimas del día....
               ésas... ¡no volverán!

          Volverán del amor en tus oídos
          las palabras ardientes a sonar,
          tu corazón de su profundo sueño
               tal vez despertará.

          Pero mudo y absorto y de rodillas,
          como se adora a Dios ante su altar,
          como yo te he querido..., desengáñate,
               ¡así no te querrán!

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