RIMA LIII

    Cuando volvemos las fugaces horas
        del pasado a evocar,
    temblando brilla en sus pestañas negras
        una lágrima pronta a resbalar.
    
    Y al fin resbala y cae como gota
        del rocío al pensar
    que cual hoy por ayer, por hoy mañana
        volveremos los dos a suspirar.



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