RIMA LXII

      Primero es un albor trémulo y vago,
      raya de inquieta luz que corta el mar;
      luego chispea y crece y se difunde
      en ardiente explosión de claridad.

      La brilladora lumbre es la alegría;
      la temerosa sombra es el pesar;
      ¡Ay!, en la oscura noche de mi alma,
           ¿cuándo amanecerá?



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