RIMA XC

Yo soy el rayo, la dulce brisa,
lágrima ardiente, fresca sonrisa,
flor peregrina, rama tronchada;
yo soy quien vibra, flecha acerada.

Hay en mi esencia, como en las flores
de mil perfumes, suaves vapores,
y su fragancia fascinadora,
trastorna el alma de quien adora.

Yo mis aromas doquier prodigo
ya el más horrible dolor mitigo,
y en grato, dulce, tierno delirio
cambio el más duro, crüel martirio.

¡Ah!, yo encadeno los corazones,
más son de flores los eslabones.
	Navego por los mares,
	voy por el viento
   alejo los pesares
	del pensamiento.
	yo, en dicha o pena,
        reparto a los mortales
	con faz serena.

Poder terrible, que en mis antojos
brota sonrisas o brota enojos;
poder que abrasa un alma helada,
si airado vibro flecha acerada.

     Doy las dulces sonrisas
	a las hermosas;
     coloro sus mejillas
	de nieve y rosas;
     humedezco sus labios,
	y sus miradas
     hago prometer dichas
	no imaginadas.

     Yo hago amable el reposo,
	grato, halagüeño,
     o alejo de los seres
	el dulce sueño,
	todo a mi poderío
	rinde homenaje;
     todo a mi corona
	dan vasallaje.

     Soy amor, rey del mundo,
	niña tirana,
     ámame, y tú la reina
	serás mañana.




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