ACCIONES
LO BASICO
Cuando una compañía determinada desea recaudar capital una de las opciones que tiene para hacerlo es emitiendo acciones. Hay otras formas de recaudar capital, pero concentrémonos ahora en la emisión de acciones o títulos.
¿Cuáles son sus ventajas? De esta manera la empresa consigue capital sin tener que verse comprometida a devolver o amortizar esos fondos a quien pone el dinero, y por lo tanto sin adquirir una deuda. Al comprarlas, quienes invierten capital en ellas se convierten en nuevos propietarios de una parte de la compañía.
¿Cuál es el objetivo? Los inversionistas esperan que su capital se valore cada vez más en la medida en que la compañía crezca. La mecánica es simple: si las ganancias y las finanzas de la empresa crecen saludablemente de igual manera lo harán sus acciones, y el valor que éstas representan. Y en la misma medida en que la rentabilidad de las acciones aumente, su precio también tenderá a subir.
Por esa razón, la tendencia general entre los inversionistas es buscar compañías cuyos ingresos tiendan a crecer. Digamos que el buen desempeño de una empresa le propicia ganar $1,80 por acción, y que el valor contable (book value) de cada acción es de $12. Eso quiere decir que el rendimiento que obtiene el inversionista por acción es de 15%, una proporción nada despreciable hoy día si se la compara con el interés que puede ganarse teniendo el dinero en una cuenta de ahorro o incluso si se compra un Certificado de Depósito o un bono del Tesoro, cuyos porcentajes de rendimiento son mucho menores.
Además, algunas acciones pagan dividendos, por lo general trimestralmente, aunque otras lo hacen una vez al año. Sin embargo, no todas pagan dividendos y concentran todos sus ingresos en hacer crecer el valor de la acción.
Pongamos por caso que la misma empresa cuya acción gana $1,80 decide retener por entero ese rendimiento y elevar el valor contable de su acción de $12 a $13,80, menos ciertos gastos. El valor contable incrementado, ahora equivalente a $13,50 significa que la compañía debe ganar al menos $2 ese año para mantener la rentabilidad del 15% en sus acciones. Si en lugar de ello gana un poco más, digamos $2,25, entonces los inversionistas habrán hecho un buen negocio. Y esto atraerá por supuesto a otros que quieren obtener iguales resultados, con lo que el precio de la acción tenderá a subir.
EL PROMEDIO DOW JONES
Este índice es representativo de las 30 mayores compañías industriales de Estados Unidos y se compila sumando los precios de sus acciones y luego dividiéndolos por una constante. El divisor del Dow Jones se ajusta periódicamente a fin de reflejar el fraccionamiento o división de las acciones (ver Split). Este promedio empezó a compilarse en 1896 con los títulos de 12 firmas, entre ellas las entonces American Tobaco, Tennessee Coal and Iron, Chicago Gas, American Sugar, y la única sobreviviente hoy: General Electric. En 1916 ya eran 20. Y a partir de 1928 pasaron a ser 30, sin que hasta ahora haya variado esa cantidad.
A continuación las compañías comprendidas en el Dow Jones y los símbolos bajos los cuales se cotizan en la Bolsa de Nueva York (NYSE):
Símbolo |
Nombre de la |
AA |
Alcoa |
ALD |
Allied Signal |
AXP |
American Express |
BA |
Boeing |
CAT |
Caterpillar |
C |
CitiGroup |
DIS |
Disney |
DD |
Dupont |
EK |
Eastman Kodak |
GE |
General Electric |
GM |
General Motors |
HD |
Home Depot |
HWP |
Hewlett-Packard |
IBM |
International Business Machines |
INTC |
Intel Corporation |
IP |
International Paper |
JNJ |
Johnson & Johnson |
JPM |
JP Morgan Bank |
KO |
Coca Cola |
MCD |
McDonalds |
MMM |
Minnesota Mining and Manufacturing |
MO |
Philip Morris |
MRK |
Merck |
MSFT |
Microsoft Corporation |
PG |
Procter and Gamble |
SBC |
Sbc Communications Inc. |
T |
AT&T |
UTX |
United Technologies |
WMT |
WalMart Stores |
XON |
Exxon |
CATEGORIAS DE ACCIONES
Cuando de invertir se trata, las acciones pueden clasificarse en diferentes categorías. No todas, por supuesto, tienen las mismas características. Una simple comparación, por ejemplo, entre compañías como General Motors y America Online indica que no pertenecen a la misma industria ni sus productos o servicios guardan similitud. A partir de estas consideraciones, se pueden identificar distintos tipos de acciones. No existe un patrón único, por lo que algunos expertos difieren por defecto o por exceso en sus definiciones. Con todo, a continuación relacionamos las categorías más aceptadas comúnmente:
A la cabeza de cualquier clasificación figuran las llamadas selectas, muy apreciadas por su estabilidad en la Bolsa de Nueva York (NYSE), conocidas en inglés como blue chips; también están las acciones de crecimiento (growth stocks); las acciones cíclicas (cyclical stocks), y las acciones especulativas (speculative stocks), en las que como su nombre lo indica suelen invertir aquellos que especulan con la volatilidad de esos valores en el mercado.
Las acciones blue chips son las preferidas en Wall Street. Se trata de compañías financieramente sólidas y por lo general de larga data, que a lo largo del tiempo han mostrado sostenida estabilidad y rendimiento y que han pagado dividendos a sus accionistas no sólo durante los buenos tiempos, sino también en los malos. Entre ellas, por sólo citar algunas, están General Electric, IBM, Procter & Gamble, Exxon, Citigroup, Alcoa y Dupont.
Las acciones de crecimiento corresponden a compañías que se identifican por su gran potencial de crecimiento para el futuro. De hecho, cierto tipo de inversionistas acostumbra a poner la mayor parte de su capital en este tipo de valores siguiendo una estrategia precisamente de crecimiento de su inversión. Estas compañías tienden a reinvertir las ganancias obtenidas con vista a una mayor expansión futura, por lo que no suelen pagar dividendos o lo hacen en muy poca cantidad. El precio de estas acciones en el mercado puede fluctuar con rapidez, más que el de otros valores.
Las acciones de ingreso son aquellas que se caracterizan por proporcionar regularmente entradas al inversionista. La clave radica en seleccionar aquellas compañías cuyos productos o servicios generen rendimientos mayores que el promedio de retorno de sus congéneres. A la hora de seleccionar una acción de ingreso es importante que la industria a la que pertenece la compañía figure en ese momento en una posición relevante.
Las acciones cíclicas se definen por el hecho de que las ganancias de estas compañías tienden a variar en determinadas épocas. Entre éstas figuran aquellas cuyos precios suben cuando se está en presencia de un período económico favorable, y descienden cuando ocurre a la inversa. En ocasiones la fluctuación de estas acciones es característica para todo el sector o industria al que pertenezcan. Como ejemplos de acciones cíclicas pueden citarse los de US Steel (X) e International Paper (IP), y de no cíclicas Procter & Gamble (PG) y Coca Cola (KO).
No obstante, en sentido general existen acciones que son relativamente estables durante épocas en que el mercado declina. Como ejemplos más característicos están las compañías productoras de alimentos, los fabricantes de medicinas y las de servicios públicos (utilities), que en tiempos de recesión sufren menos.
CAPITALIZACION BURSATIL
Todo inversionista debe conocer qué magnitud tiene en verdad la compañía en la que ha invertido su dinero. La llamada capitalización bursátil (Market capitalization) nos indica el valor total que el mercado confiere a dicha compañía, y se calcula multiplicando el precio que tienen sus acciones por la cantidad de ellas que han sido emitidas.
Pongamos por caso una firma que ha emitido 1.000.000 de acciones y que el valor de cada una de ellas es de $25. Su capitalización será de $25 millones, algo en verdad minúsculo si se la compara con firmas gigantes como Microsoft Corporation, cuya capitalización bursátil es superior a los $398.700 millones o General Electric, cuyas acciones superan los $331.500 millones.
Usted dirá ¿para qué es necesario tener en cuenta el tamaño de la compañía? Pues debido a que las acciones de firmas de diferente magnitud se comportan de distinta manera. La razón fundamental es que las acciones se mueven en ciclos: a veces las de empresas pequeñas muestran mejor comportamiento que las de grandes compañías, y viceversa.
Como ocurre con la mayor parte de los fenómenos del mercado esos ciclos son impredecibles, aunque según algunos expertos las acciones de firmas pequeñas (las llamadas small cap stocks) suelen comportarse mejor en las etapas iniciales de un mercado bursátil en alza, lo que se conoce como bull market. De acuerdo con ellos, las acciones de grandes firmas (large cap stocks) muestran mejor comportamiento en las fases finales de un bull market.
En los últimos años, las acciones de compañías medianas (mid cap) han adquirido por así decirlo personalidad propia. Algunos inversionistas estiman que su relación riesgo-rendimiento es diferente a la de las acciones de firmas pequeñas y grandes.
Por consenso general la capitalización de compañías small cap llega hasta el valor de los $1.000 millones. La cifra ha ido creciendo con los años. Hace apenas cuatro ese tope era comúnmente situado en el orden de entre $250 millones y $500 millones.
La capitalización de las firmas medianas o mid cap muestra un rango variable. Morningstar, por ejemplo, define las compañías medianas como empresas cuya capitalización se enmarca entre los $1.000 millones y los $5.000 millones.
En virtud de esta clasificación las firmas grandes serían aquellas con una capitalización superior a los $5.000 millones. Sin embargo, algunos consideran que esa categoría empieza en realidad a partir de los $10.000 millones.
Morningstar utiliza el término de capitalización gigante (giant cap) para compañías cuyo volumen total de acciones tengan un valor superior a los $100.000 millones. De igual forma a veces se utiliza el término de micro cap para clasificar a empresas con un valor accionario inferior a los $1.000 millones.
Algunos expertos consideran que para estudiar tanto el comportamiento de acciones pequeñas como grandes los inversionistas pueden guiarse por el índice Standard & Poor's 500 (S&P 500). Su razonamiento se basa en el hecho de que en el S&P 500 pesa el promedio de capitalización de todas las acciones incluidas en él, algo que en inglés se conoce como market cap weighted.
Esencialmente, un portafolio o cartera de inversiones diversificado debe incluir los tres tipos de acciones.
QUE ES UNA BUENA ACCION?
El mercado hoy día está repleto de opciones muy atractivas. El boom, por ejemplo, de las acciones tecnológicas y vinculadas a Internet ha sido sostenido durante el último año, con sus alzas y sus bajas, por supuesto. Esto lleva a muchas personas a tratar de establecer comparaciones entre acciones de firmas gigantes y por muchos años establecidas, las llamadas acciones blue chips que se cotizan en la Bolsa de Nueva York, digamos, General Electric (GE) o Exxon (XON), y otras de compañías cotizadas en NASDAQ y más nuevas como Yahoo (YHOO) o Amazon.com (AMZN).
¿Qué es en definitiva una buena acción? En primer lugar, depende de si ésta cumple o no con los objetivos que usted se ha trazado como inversionista. No cabe duda de que una inversión en acciones de GE o de XON tiene valor, y que la apreciación de acciones como YHOO y AMZN ha sido espectacular. Pero como éstas hay otras, inmersas entre más de seis mil que se cotizan en los mercados de Estados Unidos. De modo que para hallar su respuesta es necesario hacer cierta indagación. Si se siguen algunos pasos, rutinariamente, no resulta tan difícil hacerlo. El problema mayor está en saber en cuánto incrementará una acción su valor, y cuándo.
El método más recurrente para empezar a identificar si una acción es buena pasa por compararla con sus congéneres del sector específico al que pertenezca. Para ello es imprescindible revisar su estado financiero. Es importante fijarse en su volumen de ventas y el crecimiento de sus ingresos, así como en el margen de utilidad bruta. Si lo que usted busca es una acción que debe figurar como predilecta dentro de su cartera de inversiones no preste tanta atención al precio que tenga como al futuro que se le anticipa.
Cuando se trate de una acción que debe cumplir este propósito, lo mismo se puede escoger entre acciones que se caractericen por deparar crecimiento (las llamadas en inglés growth stocks) o las que se definen por el valor que entrañan (value stocks). De las primeras se espera que el crecimiento de sus ganancias exceda al de otras compañías; mientras que las segundas típicamente poseen una relación precio-ganancia (P/E) inferior a la de otras acciones de su grupo y están llamadas a valorarse todo lo que merecen una vez que los inversionistas reconozcan su justo valor.
La gerencia de la compañía, su estabilidad y consistencia, es un factor importante. El inversionista debe estudiar si ésta ha sido capaz de formar sus propios talentos o ha tenido que recurrir reiteradamente a fuerzas externas para nutrir sus filas de ejecutivos. Otro elemento a tener en cuenta son las deudas. La abultada existencia de obligaciones a largo plazo puede ser una mala señal, y si son a corto plazo, peor.
También es vital aprender a distinguir cuándo una acción atraviesa por un período de alza en su precio (price momentum) y cuándo se trata de una bonanza en sus ganancias (earnings momentum). Si compramos una acción durante su price momentum, se corre el riesgo de pagar más de lo aconsejable por ella. Es recomendable evitar este paso a menos que usted sea un inversionista experimentado. Por el contrario una acción que refleje una tendencia de crecimiento sostenido en sus ganancias (earnings momentum) siempre es una inversión que rinde frutos.
COMO COMPRAR Y VENDER
Lo primero que debe hacer quien esté interesado en realizar transacciones en el mercado de valores es abrir una cuenta con una casa de corredores de bolsa. Básicamente hay dos tipos de corredores, los que proporcionan un servicio completo, incluidas la ejecución de órdenes y la asesoría para comprar y vender (en inglés conocidos como full service brokers), y los denominados corredores de descuento (discount brokers).
La elección entre uno u otro depende de cuán cómodo se sienta usted comprando y vendiendo acciones por cuenta propia, sin contar con el asesoramiento personal de un corredor que -se sobrentiende- sea un entendido en la materia. De modo que la elección es suya. Eso sí, dispóngase a pagar más en comisiones por un corredor de servicio completo que por uno de descuento. Hasta aquí, las dos vías tradicionales de invertir en el mercado bursátil.
Hoy día, con la aparición de las transacciones vía Internet y de los llamados brokers online, algunas de esas diferencias en cierta medida se han acortado. La ejecución de transacciones electrónicas ha abaratado mucho los costos de los inversionistas por concepto de compraventa en el mercado de valores. Y cada vez son más las casas corredoras que brindan la posibilidad de invertir a través de Internet.
No obstante, también existen diferencias entre unos corredores online y otros: algunos se caracterizan más por la rapidez en la ejecución de las transacciones; otros por la información de apoyo y referencia que proporcionan sobre las condiciones del mercado, mientras que otros se destacan por disponer de recursos muy confiables, funcionales y fáciles para el inversionista inexperto o por cobrar poco por cada transacción. Hay para escoger. Todo depende de lo que sea más importante para usted.
Algunos sitios en Internet ofrecen evaluaciones de diferentes casas corredoras de bolsa en Estados Unidos, incluyendo por supuesto los tan en boga brokers online. Si está interesado en medir pros y contras, y en saber qué tienen de bueno o de malo cada cual, le recomendamos consultar las siguientes páginas:
TIPOS DE CUENTAS DE UN BROKER
Usted puede abrir diferentes tipos de cuentas con una firma corredora de bolsa. Las más comunes son las cuentas en efectivo (cash account); las de margen (margin account), y las de opciones (option account). Esencialmente se diferencian por el nivel de crédito que cada una brinda al inversionista y por el grado de confianza que éste le ofrece al broker, bien por la cantidad de efectivo y los valores que posea en depósito o por su mayor o menor experiencia bursátil.
La más simple de todas es la cuenta en efectivo (cash account), que permite al inversionista realizar transacciones pagando por entero el monto de la compra antes del plazo en que se hace efectiva la operación (para acciones de la Bolsa de Nueva York el denominado settlement day tiene lugar tres días hábiles después a la fecha de ejecución). No obstante, la mayor parte de las casas corredoras exigen que se disponga de los fondos necesarios para la transacción antes de que una orden sea aceptada.
Las cuentas de margen permiten comprar acciones tomando en préstamo del broker cierta cantidad de dinero. Los valores que se posean en la cuenta sirven de colateral al préstamo, que además puede ser utilizado para extraer efectivo sin necesidad de vender dichos valores. Todas las cuentas de margen tienen un límite tope de crédito, y los términos en virtud de los cuales se recibe el préstamo están determinados por las características de cada portafolio o cartera de inversiones.
El derecho a abrir una cuenta de margen es más restringido que el de una cuenta simple o cash account. La casa corredora tiene derecho a vender las acciones que usted tenga en un margin account para cubrir posibles pérdidas en caso de que una acción se deprecie. Precisamente aquí radica el peligro de este tipo de cuenta. Si la acción se desploma usted está perdiendo dinero prestado en adición al que de por sí pierde con la caída bursátil.
De cualquier manera, las tasas de interés de las cuentas de margen no suelen ser muy altas en virtud de que representan escaso riesgo para el broker, que siempre tiene la oportunidad de recuperar su dinero. En primer lugar, porque está respaldado por un colateral (las acciones del inversionista contra las que gira el préstamo); en segundo, porque puede exigir su reposición en cualquier momento (lo que se denomina un margin call), y en tercero, porque la casa corredora establece reglas que limitan el margen de deuda que puede tener el cliente.
El último tipo de cuenta más común que se puede tener con un broker es la que se llama cuenta de opciones (option account), que permite comprar o vender acciones a un precio específico en una fecha determinada de antemano. Si el inversionista piensa que el precio de una acción va a subir firma un contrato de compra ejecutable en una fecha futura (lo que se conoce como un call). Si por el contrario cree que el precio de una acción se va a desplomar suscribe un contrato de opciones que le da derecho a vender determinado número de acciones en una fecha prefijada (lo que se conoce como un put).
Debido a los riesgos que entraña este último tipo de transacción, para poder abrir una cuenta de opciones los corredores de bolsa le exigen al cliente firmar un documento donde éste acepta y reconoce por escrito tales riesgos.
ORDENES DE COMPRA Y VENTA
Cuando se cursa una orden de compra o venta de acciones mediante algún corredor se supone que por lógica éste realice la transacción al mejor precio para usted. Pero en situaciones de gran volatilidad del mercado, los precios pueden experimentar fluctuaciones tan grandes y repentinas que en contadas ocasiones los inversionistas optan por situar lo que se conoce como órdenes a precio de mercado (market orders).
La práctica dice que si usted por ejemplo desea comprar una acción cuyo símbolo digamos es ABCD, y sitúa una orden para adquirir 100 de ellas a precio de mercado, el corredor de acciones las comprará al precio disponible en el momento de realizar la transacción. Puede que cuando usted sitúa la orden, el precio máximo de compra en ese momento en el mercado (bid) sea de 18 1/4 , y el mínimo de venta (ask) sea de 18 1/2 , pero transcurrido poco tiempo, a veces sólo instantes, al momento de hacer efectiva la compra, el precio de ABCD puede haber subido, y el corredor por supuesto las compra a un precio mayor que el que usted esperaba, ya que las órdenes a precio de mercado o market orders siempre son ejecutadas.
Las denominadas órdenes-límite (limit orders) instruyen por el contrario al corredor que realice la compra o la venta a un precio fijo o mejor que el que usted le indica. Por ejemplo, las acciones de ABCD se están cotizando en ese momento en 18 1/4 y usted decide poner una orden de compra límite a 18. Si la acción llega a bajar a ese precio el corredor la ejecuta. Cuando se cursa una orden de compra o venta de este tipo y el precio que usted indica no se corresponde con la actual cotización de mercado, automáticamente queda inscrita en el libro de órdenes por ejecutar del corredor. Eso significa que puede haber otras órdenes a ese mismo precio antes que la suya. El corredor las ejecuta en el mismo orden de preferencia en que fueron colocadas. Ello quiere decir que puede darse la posibilidad de que la transacción nunca se realice porque el corredor tenga un gran número de órdenes antes que la suya.
Una orden stop es aquella que se transforma en orden de mercado para comprar o vender determinada acción cuando ésta alcanza el precio fijado por usted al broker. Algunos inversionistas suelen emplear este tipo de orden para proteger su inversión. Digamos que usted compra ABCD a 18 1/4 y varios días después la acción sube a 24 1/4. Pero como el mercado accionario es por naturaleza inconstante, usted decide poner un stop order a 22 1/4, de manera de si la acción vuelve a caer se pueda garantizar cierta ganancia o reducir pérdidas, como quiera vérsele.
No obstante, hay que tener en cuenta que una vez que una orden stop se convierte en un market order, la acción puede seguir bajando cierto margen más antes de que la transacción sea ejecutada por el corredor. Una orden stop siempre le permitirá salir de una acción, ya que se transforma automáticamente en orden de mercado una vez que el precio alcance el valor fijado por usted. Sin embargo, no hay garantía de que la transacción se realice exactamente a ese precio, porque una vez que una acción sube o baja no hay forma de predecir si lo seguirá haciendo en una dirección u otra.
También existen las llamadas órdenes-límite con stop (stop limit orders). Una orden stop limit significa que tan pronto como el precio de la acción iguale el fijado por usted, su orden se convierte en una orden-límite, bien sea para comprar o vender. Puede darse por caso que una acción caiga tan bruscamente que rebase el stop, que su orden se transforme entonces en una orden límite y que ésta no llegue a ejecutarse debido a que el precio siga descendiendo bruscamente más allá del límite que usted fijó antes de que el corredor pueda actuar.
En lo que concierne a la vigencia de una orden, o sea, el tiempo concedido al broker para hacerla efectiva, hay tres tipos diferentes. La primera es la denominada orden por el día (day order), que como su nombre lo indica expira al final del día. Si para entonces no ha sido ejecutada, se cancela. La segunda es una orden abierta (good till canceled), más conocida por sus siglas en inglés GTC, que permanece abierta en la lista de transacciones pendientes del broker hasta el momento que pueda ser ejecutada.
El tercer tipo, la llamada orden Fill or Kill (Ejecutar o Cancelar) se emplea con mayor frecuencia en las transacciones de opciones y futuros. Pero también puede emplearse para comprar o vender acciones, aunque no todos los corredores las aceptan. Por lo general va acompañada de un tiempo límite. Por ejemplo, una orden Fill or Kill en 15 minutos significa que si transcurrido ese lapso no ha sido ejecutada, entonces debe cancelarse.
FRACCIONES Y DECIMALES
El precio de una acción puede ser expresado en fracciones y también en valor decimal. O sea, es lo mismo decir que la acción ABCD vale $14 1/4 que afirmar que su precio es $14,25. La utilización de un sistema u otro es cuestión de gusto o de costumbre. Y por ello las principales casas corredoras de bolsa suelen emplear ambos a fin de facilitar las transacciones de todos los inversionistas por igual. Sin embargo, en ocasiones tal dualidad se presta a confusiones, por lo que a continuación ofrecemos una tabla de equivalencias:
FRACCIONES |
EQUIVALENCIA DECIMAL |
1/32 |
0.031 |
1/16 |
0.063 |
3/32 |
0.093 |
1/8 |
0.125 |
5/32 |
0.156 |
3/16 |
0.188 |
7/32 |
0.218 |
1/4 |
0.250 |
9/32 |
0.281 |
5/16 |
0.313 |
11/32 |
0.343 |
3/8 |
0.375 |
13/32 |
0.406 |
7/16 |
0.438 |
15/32 |
0.468 |
1/2 |
0.500 |
17/32 |
0.531 |
9/16 |
0.563 |
19/32 |
0.593 |
5/8 |
0.625 |
21/32 |
0.656 |
11/16 |
0.688 |
23/32 |
0.718 |
3/4 |
0.750 |
25/32 |
0.781 |
13/16 |
0.813 |
27/32 |
0.843 |
7/8 |
0.875 |
29/32 |
0.906 |
15/16 |
0.938 |
31/32 |
0.968 |
1 |
1.000 |
CUALES ESCOGER
Una de las decisiones más importante a la hora de invertir es seleccionar qué acciones comprar. Antes de escoger siempre es bueno saber lo que los expertos en mercados de valores piensan acerca de esta o aquella acción. Uno puede llegar a hacerse una idea consultando los periódicos, revistas y servicios online especializados en ofrecer este tipo de información. Una de las fuentes más completas lo es la guía sobre acciones llamada Standard & Poor Stock Guide; también puede resultar útil echarle una ojeada al The Value Line Investment Survey, ambos disponibles al público en bibliotecas.
Con todo, hay ciertas indicaciones que resulta provechoso seguir al momento de hacer una inversión de esta naturaleza. Sobre todo las siguientes:
Recuerde, el terreno que usted pisa será menos inseguro si opta por invertir en acciones de compañías con una situación financiera favorable, o lo que es lo mismo, empresas con pocas deudas y un rendimiento, acorde con su valor de mercado, de más del 15%, lo que en inglés se conoce como returns on equity.
Si puede trate de obtener una copia del último informe financiero anual de la compañía. Revise si muestra un crecimiento sostenido de sus utilidades e ingresos netos durante los últimos cinco años, y si sus activos muestran una proporción de al menos 2-1 en comparación con sus pasivos u obligaciones de pago. A veces ayuda mucho comparar estos indicadores con los de firmas que sean competidoras.
Nunca compre una acción sin antes echar una ojeada a sus gráficos. Es aconsejable conocer sus cotizaciones históricas al menos el último año. De otra forma usted nunca podrá saber si está comprando al precio más alto de los últimos meses o por el contrario al más bajo.
RELACION PRECIO GANANCIA
El indicador comúnmente conocido en inglés como P/E nos da una idea de cuán sobrevalorada o subvalorada puede estar una acción. Esta relación precio-ganancia suele utilizarse como recurso para determinar el valor que el mercado confiere a determinada acción ¿De qué manera opera este indicador? Por ejemplo, una acción cuya relación de precio-ganancia o P/E sea de 10, ello quiere decir que la compañía percibe ganancias anuales de $1 por cada $10 del precio que ostenta la acción.
Como muchos otros indicadores el P/E de una acción es más útil si se le valora como tendencia, es decir, observando cuál ha sido su trayectoria en el tiempo. Por lo general, el P/E se calcula tomando en consideración las ganancias obtenidas durante los últimos 12 meses (lo que en inglés se denomina trailing P/E). Otras veces se estima partiendo de las ganancias previstas para los próximos 12 meses (en este caso el llamado leading P/E).
El P/E fluctúa junto a las variaciones de precio que experimenta la acción. Por supuesto, aquellas empresas de las cuales se espera un crecimiento y ganancias más altas en el futuro inmediato o mediato muestran un P/E más elevado que el de las compañías cuyo desempeño apunta en la dirección opuesta.
Pero no siempre una acción con un P/E bajo significa que se trata de una acción barata. Puede darse el caso de que el P/E histórico de los últimos 12 meses sea bajo y que los inversionistas tratando de deshacerse de ella hagan que el precio se deprima y que la acción dé la impresión de ser barata.
El P/E de una acción se obtiene dividiendo el valor actual del mercado de la acción entre las ganancias que cada una de esas acciones proporciona a la compañía. ¿Cuál es esta ganancia? Pues las utilidades alcanzadas por la empresa, ya descontados los impuestos, divididas entre el número de acciones en el mercado. Pongamos un ejemplo una firma que el último año obtuvo utilidades equivalentes a $25 millones y que cuenta con 5 millones de acciones. Los números reflejan en este caso una ganancia de $5 por acción. Si las acciones de esta compañía se venden en ese momento en el mercado a un precio de $100, su P/E es entonces de 20.
¿De qué sirve al inversionista saber el P/E de una acción? Su gran ventaja consiste en que constituye una expresión más confiable del valor de una acción que el precio en el que ésta se cotiza en un momento dado en el mercado, el cual puede estar forzado por factores coyunturales.
A fin de precisar si un P/E resulta alto o bajo hay que observar varios factores. Uno de ellos es la tasa histórica de crecimiento que muestran las ganancias de la compañía. Una acción cuyo precio sea de $15 con una P/E de 65 es mucho más cara que otra con un precio de $90 con un P/E de 8. También se debe comparar el P/E de la acción con el P/E promedio de las otras acciones del sector al que pertenece esa firma.
EVALUACION DE LOS EXPERTOS
Las Casas Corredoras de Bolsa y Bancos de Inversión en Estados Unidos emplean diferentes términos de evaluación para las acciones. En esencia, todos estos sistemas de clasificación responden al desempeño que los expertos atribuyen a una acción en un momento dado. Estas recomendaciones de valor, emitidas periódicamente, suelen ser de gran utilidad para los inversionistas:
CUANDO VENDER
Mientras más información posea el inversionista sobre una acción, en mejores condiciones se hallará para tomar la decisión de vender o no vender. Algunos consideran que se trata de una ciencia, aunque otros admiten que en esta decisión hay implícito también un arte, o lo que muchos llamarían "olfato".
Desafortunadamente hay personas que se sienten tentadas a vender una acción movidas por el pánico. Y esta es una de las primeras máximas: nunca venda dejándose dominar por el miedo. Quienes reaccionan así venden en cuanto la acción empieza a descender o cuando el mercado en pleno lo hace. O sea, venden guiados por la emoción más que por la razón. Y ese es precisamente el impulso que han aprendido a refrenar los inversionistas exitosos.
En primer lugar hay que crearse una disciplina para vender, saber cuándo debe hacerse y cuándo es recomendable, conservar una posición o todo caso lo inverso a vender: comprar.
Algunos inversionistas suelen comprar cuando una acción vale $5 y venden, digamos, cuando vale $10. Se aprovechan del pánico de un mercado en declive, para beneficiarse luego de una posterior alza. Otros en cambio, aprovechan el momentum de una acción, cuando su tendencia es al alza para sacar poco después provecho a esa subida de precio. Todo depende de los riesgos que usted esté dispuesto a correr, y en cuál situación se siente más cómodo.
Con todo, hay algunas señales que deben tenerse muy en cuenta como avisos de que el valor de una acción puede variar bruscamente:
Definitivamente considere vender sus acciones si la compañía viene acumulando de manera sistemática deudas sin que ello se traduzca en visibles beneficios de crecimiento y expansión, y si de alguna manera usted percibe que su desempeño y rendimientos se han quedado rezagados en comparación con otros competidores dentro de la industria.
Nunca venda porque alguien le diga que debe hacerlo o porque la compañía de la cual usted es accionista anuncie alguna mala noticia. Cerciórese primero de que no se trata de un hecho con implicaciones a largo plazo, cuyos efectos negativos pueden ser sólo pasajeros.
Lea más sobre este tema en la siguiente página :
QUE HACER CUANDO VARIAN LAS TASAS DE Interés
Cualquier cambio que se produzca en las tasas de interés repercute inexorablemente sobre el valor de las acciones. Esa realidad ha quedado demostrada fehacientemente a lo largo de la historia. Quizás baste sólo recordar la estrepitosa caída de los mercados en 1994 tras las sucesivas alzas de los intereses dispuestas por la Reserva Federal.
¿Tiene sentido comprar acciones cuando las tasas de interés se desploman? Por regla general sí. Una caída de las tasas equivale a una disminución de los costos de las compañías y por ende a un aumento en sus utilidades. Con mucha frecuencia esa variación hace subir también el precio de las acciones.
Específicamente hay algunas acciones a las que les va muy bien cuando caen las tasas. Entre ellas figuran las del sector financiero, mayormente debido a que en períodos tales pagan menos intereses por concepto de cuentas, depósitos, etc. Si las tasas están deprimidas el mercado de bienes raíces se beneficia, y casi por resonancia, de la misma manera resultan favorecidos la industria maderera y los fabricantes de utensilios domésticos. Otro de los sectores que se benefician en períodos de tasas bajas es el de los servicios públicos.
¿Qué sucede cuando las tasas suben? Un alza de los intereses refleja expectativas de inflación. Y este es el momento que la mayoría de los inversionistas suele inclinarse favorablemente hacia sectores de recursos naturales, como son el petrolero, y las compañías mineras, cuyas acciones en tal situación suelen apreciarse.
Con los bonos ocurre a la inversa. Su precio asciende con el declive de los intereses y viceversa. De donde tiene sentido invertir en bonos en la fase más alta de una subida de intereses para luego vender cuando éstos tocan fondo.
PRECIO DE APERTURA
El precio con el que una acción cierra al término de una jornada normal en el mercado de valores no necesariamente coincide con el que puede tener al día siguiente cuando se reinician las transacciones bursátiles. Los factores que pueden incidir en el cambio de percepción del valor de una acción de un día para otro son varios.
Cabe la posibilidad que una acción cierre en el mercado de valores de Estados Unidos a US$15 y al día siguiente abra a US$16 1/2, por la simple razón de que también sea objeto de transacciones en otras bolsas que, por la diferencia de hora, inician su jornada más temprano. Tal es el caso típico de Europa y Asia. Resultado: cuando esa acción comienza a comprarse y venderse en Nueva York, su valor ya puede haber subido o bajado.
Las noticias que tienen efecto antes del inicio o después de concluida una jornada en la bolsa son determinantes. Por ejemplo, una compañía puede anunciar tras el cierre del mercado ganancias superiores a las previstas por los expertos y al día siguiente el precio de esa acción abrirá sin lugar a dudas en alza. Si por el contrario da a conocer pérdidas, el efecto será el opuesto.
El mecanismo que condiciona el precio de apertura de una acción varía de una bolsa a otra. En la New York Stock Exchange (NYSE) y en la American Stock Exchange (ASE), se supone que los especialistas determinen el precio de apertura a partir de las órdenes de compra y venta abiertas (por ejecutar) en sus libros. Un precio razonable sería aquel que permita ejecutar el mayor número posible de órdenes.
Sin embargo, en NASDAQ el procedimiento es diferente, y descansa por entero en la decisión de los llamados market makers o dealers de acciones, que compiten entre sí. Cada uno de ellos fija preliminarmente un precio mínimo de venta (ask) y un máximo de compra (bid) para la acción. El criterio de esta evaluación responde al interés que en ese momento tiene cada cual en vender o comprar tal acción, y también a su percepción de valor de ese título comparado con otros en el mercado. Una vez revisadas estas propuestas nuevamente, las transacciones comienzan a la mejor combinación que resulte de bid y ask.
Ello explica por qué a veces puede apreciarse una diferencia notable entre el precio de cierre de una acción y el de apertura al día siguiente, sobre todo si alguna noticia contribuye a que cambie bruscamente la percepción de su valor, ya sea para bien o para mal. De aquí también se desprende el peligro de dejar abierta una orden a precio de mercado de un día para otro y sin mirar las noticias, ya que uno puede desayunarse con la mala nueva de que la acción que pensábamos comprar a US$50 tal vez nos haya costado mucho más, o la que pensábamos vender a US$10 nos haya rendido la mitad
OFERTAS PUBLICAS
Las llamadas ofertas públicas iniciales (en inglés conocidas como IPO, de Initial Public Offering, en Latinoamérica simplemente como ofertas públicas, OPA) tienen lugar cuando una compañía determina que sus acciones deben ser objeto de transacciones públicas en el mercado de valores. Esta es una forma expedita y bastante generalizada de las empresas para obtener capital con vista a cubrir necesidades y expandir sus operaciones.
Cuando una compañía decide hacer un IPO suele recurrir a una firma aseguradora o suscriptora de la acción (Underwriter). Por lo general el underwriter es una banca de inversión que se hace cargo del IPO con el apoyo de un grupo de firmas similares y de corredores de bolsa, en un proceso estrictamente reglamentado por la Comisión de Valores de Estados Unidos (U.S. Securities and Exchange Commission).
El mecanismo es a grosso modo el siguiente: la firma suscriptora acuerda pagar al emisor de las acciones un precio por una cantidad dada de acciones, que ella debe revender a los compradores interesados en la acción. Cada firma del grupo que opera como coaseguradora acuerda a su vez revender cierto número de acciones. Por supuesto, el underwriter cobra una comisión por este servicio.
Se determina una fecha tentativa en la que la acción hará su inauguración en el mercado para ser transada públicamente. Toda la información financiera detallada de la compañía emisora de los títulos se recoge en un documento preparado por ésta con asistencia del underwriter, y se hace público. Es lo que comúnmente se conoce como el Prospectus, donde se anuncia el precio aproximado que tendría la acción.
Los términos y condiciones de la oferta pública son susceptibles de cambio hasta que el emisor y la firma aseguradora o suscriptora no establecen aquellos que definitivamente corresponderán a la oferta final. En conjunto, el emisor, el underwriter principal y el grupo de coaseguradores determinan el precio final de la oferta, que puede ser cercano o no al que se anunció en el Prospectus preliminar.
Puede darse el caso, por ejemplo, de que una acción que en el Prospectus original tenía un precio de oferta pública previsto entre $10 y $12 sea finalmente valorada (priced) por el emisor y las firmas aseguradoras en $14, y que incluso empiece a ser comprada o vendida públicamente en el mercado al precio de $16, en virtud de su fuerte demanda. De ser así, cuando la acción haga su debut en la bolsa, entre las posibilidades cabe que ese precio haya sido sobrestimado, y la acción se desplome por debajo de $16 e incluso por debajo de los $14 (lo que resulta menos frecuente), o que por el contrario se haya subestimado la demanda, con lo que el precio tenderá a subir más allá de los $16.
¿Son los IPO una buena inversión? En verdad no hay una respuesta categórica para esta pregunta. En primer lugar, lo común es que el público, el inversionista común y corriente, no tenga acceso a un IPO al precio que finalmente se fija para su debut en el mercado. No todos los corredores gozan de la influencia necesaria para que se les asigne cierto número de acciones de un IPO para la venta, y los que sí la tienen suelen conceder ese privilegio sólo a sus mejores clientes, por regla general aquellos con grandes cuentas.
Además, una vez que la acción comienza a ser comprada y vendida en el mercado abierto, nadie puede predecir con certeza absoluta cuál será su futuro. De hecho, muchas de esas compañías quiebran, aunque también hay otras que al cabo de poco tiempo han logrado enriquecer a sus accionistas. Lo que sí se puede afirmar sin temor a las exageraciones es que invertir en un IPO es siempre mucho más riesgoso que comprar acciones de una compañía financieramente sólida y de mucho tiempo establecida.
OPCIONES
Las opciones en esencia son derivados porque su valor no es propio. En realidad constituyen un contrato establecido entre un comprador y un vendedor, y pueden estar relacionadas a acciones, a índices del mercado bursátil, a lo que se conoce como futuros o a bienes raíces. En este caso nos ocuparemos de reseñar someramente las vinculadas a las acciones.
Por definición, las opciones son de dos tipos: la que se conoce en inglés como un call, y la que se denomina un put. Una opción call otorga al que la suscribe el derecho a comprar 100 acciones equis a un precio fijo por un período determinado. Mientras que una opción put concede al que la suscribe el derecho a vender 100 acciones también a un precio fijo y por un tiempo predeterminado.
Los cuatro elementos fundamentales asociados a auna opción son: la acción propiamente dicha, el tipo de opción (un call o un put), el precio de ejecución, y la fecha en que expira.
Pongamos por ejemplo el siguiente: ABC Jul 60 Call, quiere decir que se trata de una opción para comprar acciones cuyo símbolo bursátil es ABC, a $60 la acción y con fecha de expiración en el mes de julio. Esto significa que si para la fecha convenida esa acción vale $80, usted tiene derecho a comprarla a $60 (lo que se conoce como exercise the option) abonando cierto recargo por cada acción más la comisión que cobran los corredores por la transacción.
Por regla general las opciones se compran por volúmenes de 100 acciones, tantos como usted indique, y la fecha específica de vencimiento es el tercer viernes del mes señalado (según el ejemplo anterior en julio), del año en que se realiza la compra. De manera que, siguiendo el mismo ejemplo, "1" ABC Jul 60 Call, realmente significa que usted está comprando un contrato para adquirir 100 acciones de ABC (por un total de $6.000) en la fecha en que vence la opción o antes de ella.
La razón fundamental por la que un inversionista puede preferir comprar un call en lugar de comprar directamente la acción radica en que es factible adquirirla a un precio razonable evitando la posibilidad de que por un movimiento brusco del mercado la acción empiece a subir sin que él pueda o tenga tiempo de prevenirlo. Otro motivo puede ser el de especular con los altibajos del mercado.
Si usted en cambio está interesado en vender esa opción y la suscribe con su corredor de bolsa (lo que se conoce como write a Call option) éste le acreditará a su cuenta el recargo que el comprador de la opción paga por cada acción, menos la comisión del broker. Si para la fecha de vencimiento del contrato ABC no llega a valer $60, usted se gana la cantidad abonada como recargo por el comprador, pero si por el contrario su valor supera los $60, usted tendrá que vender las 100 acciones a ese precio y por tanto perderá dinero. En caso de que usted no posea las acciones, el broker tendrá que adquirirlas de inmediato a ese precio en el mercado, y usted tendrá que pagarle además por ello otra comisión.
El otro tipo de opción, el denominado put, es conceptualmente lo mismo pero a la inversa. O sea, si usted compra un put a una persona, lo que está haciendo con ello es adquirir el derecho a venderle acciones a un precio determinado en la fecha de vencimiento fijada o antes de ella. A diferencia de un call option, el comprador de un put option espera que el precio de la acción disminuya.
Algunos inversionistas con acciones en su portafolio compran un put con la intención de protegerse en caso de que determinada acción se deprecie.
La complejidad de este tipo de transacciones, que han sido descritas de una manera muy elemental y somera en este trabajo, las hace extraordinariamente riesgosas y las sitúa fuera del campo de acción del inversionista no avezado. Ello sin contar las implicaciones tributarias que conlleva el comprar y vender opciones
DIVIDENDOS
Con cierta periodicidad, algunas compañías declaran el pago de dividendos a sus accionistas. La forma más común de hacerlo es cada tres meses, aunque otras empresas suelen pagarlos una vez al año o cada seis meses. Y por supuesto hay compañías cuyas acciones no pagan nunca dividendos.
Cuando los dividendos son pagados trimestralmente, la cantidad distribuida por acción se mantiene por lo regular estable al final de cada período. No obstante, puede haber excepciones y darse el caso de que una compañía anuncie que no está en condiciones de poder garantizar el pago de tal suma. En tal situación los dividendos disminuirán el próximo trimestre.
Aquellas firmas cuyas acciones se venden y compran en el mercado de valor de Estados Unidos como ADR (acciones de corporaciones no estadounidenses) están muy subordinadas a las fluctuaciones del mercado monetario, de manera que los dividendos pagados por ellas varían de un período a otro.
El sistema de pago para las acciones ordinarias opera de la siguiente forma. Cuando la junta directiva de la empresa declara dividendos, precisa la cantidad que será abonada a los accionistas que aparezcan registrados como tales en la fecha que se conoce como record date, y también anuncia el día fijado para su pago o distribution date.
Todo accionista que figure en el registro como propietario de acciones de la compañía en el record date está facultado a recibir los dividendos. Quiere esto decir que para tener derecho a recibir tales dividendos, la acción debe haber sido comprada al menos tres días (hábiles) antes del record date, ya que ese es el plazo que normalmente transcurre entre la fecha de compra de una acción a través de un broker y la fecha en que se hace efectiva su propiedad, denominada settlement day.
Si alguien compra la acción dos días antes del record date no tendrá derecho a recibir el dividendo establecido. Pero si aquel que la compró al menos tres días antes de esa fecha decide incluso venderla al día siguiente, obtendrá el dividendo aunque en la práctica ya no posea la acción, porque nominalmente ésta cambia efectivamente de propietario tres días más tarde.
SPLITS
El fraccionamiento o escisión de una acción (en inglés un split), digamos 2-por-1, ocurre cuando la compañía decide emitir una acción adicional por cada una de las que ya existen. Si este es el caso, el número de títulos se duplica aunque el valor de capitalización total de la compañía no cambia. O sea si la acción valía US$80 antes, ahora su precio será de US$40. Y el que poseía una acción, ahora tendrá dos. Los fraccionamientos ordinarios (ordinary splits) suelen ser de 2-1; 3-1; 3-2, aunque también pueden darse en otra proporción, según lo que determine la empresa.
Si se produce un split 3-2, cada accionista adquirirá un título adicional por cada dos que posea. Este fraccionamiento también se conoce como split del 50%, porque en realidad cada accionista incrementa en esa proporción el número de sus acciones. De cualquier manera, cuando tiene efecto un split, el valor neto de los activos de la empresa no aumenta, sólo el número de acciones emitidas, y cada accionista pasa a ser propietario de un número mayor de acciones que representan un valor equivalente al que anteriormente poseía en la compañía.
Una empresa también puede decidir hacer un split a la inversa, o sea, reducir el número de acciones actuales en determinada proporción. En inglés se le conoce como reverse split. Por ejemplo, si una acción con un valor de US$5 sufre un split 1-5, en lo adelante por cada cinco acciones se poseerá sólo una nueva, con un valor de US$25. Este tipo de fraccionamiento suele ocurrir cuando una compañía determina dar a sus acciones la imagen de títulos mejor evaluados o también puede responder al propósito de eliminar a la mínima expresión la cantidad de accionistas muy pequeños.
Aunque en teoría un split ordinario no representa ninguna variación de valor para los propietarios de acciones, en la práctica esta escisión puede dar lugar a que el precio de las nuevas acciones suba, en virtud de que una mayor cantidad de inversionistas pueden verse tentados a comprarla por el precio más bajo que ostenta ahora la acción.
Esto explica por qué algunas compañías se sienten tentadas a declarar un split ordinario cuando llegan a percibir que el precio de su acción se ha elevado más allá de lo que algunos inversionistas privados están dispuestos a pagar por ella.
Si damos por sentado que normalmente las acciones se compran y venden por centenares, en el caso de una compañía cuyas acciones llegan por ejemplo a ser cotizadas en US$100, el que quiera adquirir un centenar de ellas debe disponer de US$10.000. Si la compañía decide hacer un split 2-1, esa suma se reduce a la mitad. En síntesis, el nuevo precio de las acciones las hace más asequibles, sobre todo para los inversionistas pequeños o individuales.
Por regla general, el anuncio de que se va a realizar un split es hecho por los emisores con varias semanas de anticipación a la fecha en que se hará efectivo. Algunos web sites ofrecen información por Internet sobre splits que históricamente han sido realizados por compañías públicas en Estados Unidos, y aquellos que tendrán efecto en un futuro próximo. He aquí algunos de ellos:
BID, ASK Y MARGEN
Cuando uno acude al mercado de valores, los agentes de bolsa siempre están prestos a venderle una acción por el precio mínimo de venta en el mercado en ese momento (ask), o en caso contrario, si usted la posee y quiere venderla, a adquirirla por el precio máximo de compra en ese instante (bid). La diferencia que existe entre un precio y el otro, o lo que es lo mismo, entre el bid y el ask, es lo que se conoce como el spread, que equivale a un margen que normalmente opera a favor del agente bursátil.
De modo que en el mercado de valores los llamados market makers o los especialistas pueden comprar las acciones del público al precio que marca en ese momento el bid, y venderlas al precio que marca el ask. Como lo lógico es que estos agentes no sean inversionistas a largo plazo, gran parte de sus ingresos provienen precisamente del spread que deducen en cada transacción. No obstante, algunos brokers o corredores consiguen favorecer al cliente facilitándole comprar o vender a mejor precio.
La primera posibilidad ventajosa para el inversionista se da, por ejemplo, cuando éste pone con su broker una orden de compra a precio de mercado (market order) que es ejecutada a un precio inferior al ask; la segunda ocurre cuando una orden límite de compra finalmente logra ser ejecutada a un precio por debajo del tope indicado por el comprador. Existe además una tercera variante, que es cuando por razones que escapan tanto a la voluntad del broker como del comprador, el mercado se mueve en una dirección que favorece a este último durante el lapso que demora la orden en ser ejecutada.
El margen o spread tiende a ser más estrecho (alrededor de 1/8 de punto) en las acciones que experimentan un gran volumen de transacciones, mientras que en las que no son objeto de fuerte compra/venta el spread puede llegar a ser mucho mayor. Para hacerse una idea de lo que éste puede significar, en una transacción de 2.000 acciones, un spread de 1/8 equivale a una diferencia de $250. De ahí que para quienes acostumbran a comprar o vender un número considerable de acciones, una pequeña diferencia en el margen se traduzca en una cantidad apreciable de dinero.
En la práctica hay sus excepciones, pero teóricamente hablando cuando se le sitúa una orden de compra o venta a un broker, éste debe tratar de hallar el mejor precio de ejecución posible en favor del cliente. Sin embargo, en la realidad algunos de ellos se limitan a trasladar esa orden a otra firma que se encarga de ejecutarla, la cual por el privilegio de manejar la transacción paga una pequeña comisión al broker originario (normalmente entre 3 y 6 centavos por acción). Cuando este es el caso, no se puede esperar que el corredor que realiza la compra o la venta agote todos los recursos en busca de un mejor precio para el cliente.
ADR
Lo que se conoce como un American Depositary Receipt (ADR, por sus siglas en inglés) no es más que la acción de una corporación extranjera que puede comprarse y venderse en el mercado de valores de Estados Unidos. En vigor por primera vez desde 1927, los ADR hacen posible que el inversionista estadounidense pueda adquirir valores de compañías de otro país.
Por norma, la función de adquirir las acciones en el exterior y de venderlas corre por cuenta de un banco inversionista, el cual se encarga de registrar la operación con la Comisión de Valores estadounidense (SEC) para luego listar tales acciones, digamos que en la Bolsa de Nueva York, como ADRs y valoradas en dólares. Hoy día son más de 1.100 las compañías extranjeras registradas en la SEC.
Como parte del proceso habitual, el banco inversionista llega a un acuerdo con otra institución financiera para que ésta actúe a modo de banco depositario de los ADRs, a cuyo haber corren las operaciones diarias.
El precio de un ADR en dólares no necesariamente tiene que coincidir con el equivalente de la acción en la moneda extranjera que corresponda, puesto que por razones prácticas a veces un ADR representa o bien una fracción de dicha acción o equivale a varias de ellas.
Si la compañía emisora de las acciones paga dividendos, estos serán recibidos por el banco inversionista y distribuidos proporcionalmente a los propietarios de los ADR, después de deducir cualquier retención impositiva a la que esté obligada por la ley de su país la firma extranjera.
Al igual que sucede con las acciones comunes de cualquier compañía estadounidense, los propietarios de ADR suelen estar investidos del derecho de voto como accionistas de la firma que emite dichos valores.
En Estados Unidos existen varios sitios en Internet donde puede obtenerse más información sobre los ADR. He aquí algunos:
BUYBACK
Por diversas razones, las compañías pueden decidir comprar sus propias acciones ordinarias en el mercado abierto. Esto es lo que se conoce como un buyback. Sin embargo, sea cual sea el propósito, el efecto conseguido con ello es que el precio de la acción tiende a subir.
¿Por qué? Sencillamente porque partiendo del supuesto de que las ganancias de la compañía se mantengan constantes, al haber en el mercado un menor número de acciones el índice de ganancia por cada una de éstas (el earning per share o EPS) será superior.
Puede darse el caso de que inescrupulosamente una firma anuncie que va a realizar un buyback, como consecuencia el precio de su acción se eleve tras el anuncio, y luego en verdad la compañía no llegue a concretar la recompra de sus acciones. Evidentemente, si se trata de una empresa seria esta posibilidad no debe darse.
La práctica indica que muchas veces algunas compañías deciden utilizar los buybacks como una forma más de inversión, desviando sus utilidades a la compra de sus propias acciones en lugar de emplearlas en la adquisición de otros negocios o en el pago de dividendos a sus accionistas.
De cualquier modo, aquellas empresas que no figuren en los titulares de noticias que favorezcan su crecimiento o que simplemente no deseen comprometerse a pagar dividendos, el anuncio de un buyback es una manera de atraer la confianza de los inversionistas y de hacer subir de forma permanente el precio de sus acciones.
SHORTING
Con este término se describe en inglés un tipo de transacción bursátil que suele utilizarse por algunos inversionistas y que consiste en vender acciones que en realidad no se poseen, lo que en inglés se conoce con el término sell short.
Usted se preguntará, ¿para qué lo hacen? Muy sencillo, si se piensa que una acción va a bajar de precio uno puede venderlas short, tomándolas nominalmente prestadas de su broker para luego comprarlas a más bajo precio y embolsillarse la diferencia.
El mecanismo es el siguiente: el corredor tomará hipotéticamente esas acciones de otro cliente o de su propia cuenta y se las prestará a usted para que las venda. En el acto se le acreditan a usted los fondos resultantes de la venta, menos la comisión cobrada por el broker en la transacción. Pero para poder realizar la operación, el broker le exigirá que usted tenga una cantidad de valores o fondos como colateral a fin de protegerse en caso de que ocurra lo contrario, o sea que la acción vendida en lugar de bajar de precio suba.
Digamos que por ejemplo usted vende 100 acciones prestadas a US$60, y éstas realmente descienden de precio para situarse en US$45. Tal vez llegado ese momento usted crea que no van a bajar más. Entonces lo que hace es comprar 100 acciones a US$45 y les devuelve al broker las que le debía. De modo que usted se acredita como ganancia la diferencia (US$1.500).
¿Qué sucede si el precio se eleva en lugar de descender? Pues usted pierde, porque tendrá que comprarlas a un precio más alto del que las vendió. Y la única forma de garantizar al corredor que usted puede hacerlo en caso necesario es teniendo suficiente colateral para cubrir su posición.
Además, el tener que comprar acciones más caras para cubrir una posición short puede convertirse en una trampa. Cabe la posibilidad de que usted se haya equivocado en sus cálculos y la acción inicie un despegue al alza. Otra posibilidad es que si varios inversionistas han hecho lo mismo que usted, el simple hecho de que tengan que comprar para cubrirse puede contribuir a que el precio de la acción siga ascendiendo en espiral.
Otro inconveniente: como las acciones usted las tomó prestadas, si éstas declaran el pago de dividendos, usted tendrá que abonar esos dividendos al propietario ficticio de las acciones del cual se supone que el broker las recibió en préstamo.
Es por ello que este tipo de transacción, que suele ser a simple vista muy seductora, puede convertirse en un arma de doble filo para quienes no tengan suficiente experiencia y no dominen a plenitud todos los factores y mecanismos que intervienen en el mercado de valores.
FUSIONES DE COMPAÑIAS
No hay una regla fija que se cumpla invariablemente cuando una compañía es absorbida por otra o, cuando en lugar de ser adquirida resulta ser la compradora o la nueva propietaria. Sin embargo, en todos los casos el hecho puede tener repercusiones en términos de valor, bien sean éstas a corto, mediano o largo plazo.
En algunos casos, la fusión de empresas se traduce en que una compra todas las acciones de la otra, y por supuesto paga por ellas. Por ejemplo, según la fusión anunciada en mayo de 1999 entre las firmas New Holland y Case Corporation, asociadas al rubro de equipos agrícolas y para la construcción, se acordó que los accionistas de Case recibirían $55 por cada una de sus acciones.
En otras circunstancias, los títulos de una compañía son transformados en acciones de la otra. Por ejemplo, en agosto de 1999 las firmas CIT Group Inc. y Newcourt Credit Group Inc. anunciaron que en virtud de la fusión acordada entre ambas, los accionistas de esta última recibirían 0,70 de acción de CIT por cada una de las que poseyeran de Newcourt.
Una tercera posibilidad puede darse cuando se trata de adquisiciones pequeñas y una compañía decide comprar por cierta cantidad de dinero todos los activos de la otra. En muchos de estos casos la firma que resulta absorbida termina desintegrándose como tal o incorporándose a otro tipo de negocios.
Aunque las fusiones no tengan necesariamente un efecto sobre el precio futuro de las acciones involucradas en la transacción, a veces suele darse el caso de que las acciones de una compañía que adquiere a otra, sobre todo si media en ello una fuerte erogación, desciendan temporalmente de valor. Por el contrario, las acciones de una firma que es adquirida, sobre todo si lo es por una compañía muy grande, pueden ver incrementado su valor.
REGLAS PARA EXTRANJEROS
A cualquier persona que no resida en Estados Unidos le está permitido según la ley invertir en el mercado de valores de este país a través de una casa corredora de bolsa. Para poder hacerlo se requiere cumplir ciertas formalidades. La más importante de todas es la que concierne al pago de impuestos, ya que los extranjeros están sujetos a reglas especiales que difieren del tratamiento tributario establecido para los ciudadanos y los que tienen residencia permanente en Estados Unidos.
Los inversionistas que no sean ciudadanos estadounidenses deben llenar el formulario conocido como W-8, que certifica su status como extranjeros a los efectos de la responsabilidad fiscal. Algunas casas de bolsa exigen a sus clientes ser ciudadanos estadounidenses o residentes legales en este país a fin de poder abrir una cuenta.
Entre todas, las casas corredoras que hacen transacciones a través de Internet y que aceptan cuentas de extranjeros constituyen quizás la opción más conveniente, básicamente en razón a que los costos de comunicación por concepto de llamadas de larga distancia se reducen sobremanera utilizando esta vía.
El procedimiento tributario que se aplica a los extranjeros que invierten en el mercado de valores estadounidense aparece descrito en la Publicación 515 del Servicio de Rentas Internas (IRS), del 9 noviembre de 1998. Otras consideraciones específicas señaladas por la ley, pertinentes a los tratados impositivos suscritos entre Estados Unidos y ciertos países, son recogidas en la Publicación 901 (del 30 de junio de 1998) emitida por el propio organismo. En algunos casos, los extranjeros quedan sujetos a retención de impuestos sobre dividendos, pero en otros no. Por ello, para mayor precisión resulta imprescindible referirse a la Publicación 901.
Si desea consultar por vía electrónica tales documentos puede hacerlo en la siguiente dirección:
Algunas de las casas corredoras online que aceptan solicitudes de apertura de cuentas por parte de extranjeros no residentes en Estados Unidos son las siguientes:
ACCIONES O FONDOS MUTUOS