4. Cómo salir del laberinto. |
|
Dice la razón: tú mientes.
Y contesta el corazón:
Quien miente eres tú, razón,
que dices lo que no sientes.
Antonio Machado
El lector pone cara de acreedor a fin de mes:
- Sr. Aprendiz, nos ha prometido Vd. que hoy nos daba la solución del dilema del prisionero .
- Pero ¿qué dice?, hombre, si lo que medio prometí es casi lo contrario ... Y bien quisiera yo darla: lo que pasa es que hasta ahora nadie la ha encontrado.
- No me diga Vd., tercia Joaquín Vílchez , El Gato . Con la cantidad de gente de estudios que hay por ahí dándole vueltas al caletre todo el día.
- Pues no señor, no han dado con la solución, y eso a pesar de haberse escrito sobre este asunto centenares de libros, artículos y tesis doctorales. Hay incluso una en que se relaciona el dilema con la forma en que la sociedad islandesa evolucionó durante la Edad Media ...
Está claro que el lector empieza a encresparse.
- Digo yo que alguna solución habrá porque una de dos: o la gente no se encuentra nunca en circunstancias como las del dichoso dilema, o de alguna forma saldrán de él si se encuentran en él metidos. ( Ver Intentos de Solución).
|
- En eso lleva Vd. mucha razón, quiero decir en lo segundo: de alguna forma salen aunque unas veces peor (cuando se guían exclusivamente por la razón) y otras, mejor.
El lector no sabe ahora si seguir leyendo o dedicarse a algo realmente útil:
- ¡Dios nos valga. Las cosas que hay que oír! Ahora va a resultar que no es práctico fiarse de la razón.
- No, perdone Vd.. Lo que yo he dicho, y lo mantengo, es que la misma razón nos está diciendo que guiarse exclusivamente por ella puede ser perjudicial para uno.
- Pues ya me dirá el Sr. Aprendiz de qué otra cosa podremos guiarnos.
El Gato lleva un rato sin saber si meter baza o no y se ve que ya no puede más.
- Ustedes dispensen. Yo no sé si la razón sí o la razón no, pero, por lo que llevo entendido , lo que aquí viene al pelo es lo de "la avaricia rompe el saco" o, como dice a veces el Sr. Aprendiz, "intentar maximizar las ganancias puede minimizarlas", que queda más fino.
Y ya que estamos, me van a perdonar, pero para mí que se han metido Vds. en un laberinto y ahora no saben salir. Y lo que hace falta es no meterse en el laberinto.
A ver si me entienden: el Sr. Aprendiz, cuando nos contó lo del prisionero, se empeñó en poner la condición de que los dos jugadores no se podían hablar y ahí está la primera trampa. Si se hablan, ya está resuelto: se ponen de acuerdo en elegir los dos A y ya está. Hablando se entiende la gente ¿ no verdá usté ?.
- ¿Y si luego uno engaña al otro y elige B?
- Pues en el pecado llevará la penitencia. Por que el otro hará lo de "ojo por ojo" ¿O es que alguien se cree que cuando se habla de lo que vale mantener la palabra se está hablando por hablar?
Al Aprendiz le da el
pálpito de que acaba de aprender algo: la ética puede ser provechosa. Y le
viene a la
memoria la siguiente parrafada que leyó hace tiempo en un libro que le causó
mucha
impresión
:
Las gentes que se tienen por aferradas a la realidad, como los poderosos líderes políticos y los hombres de negocios, así como los ganapanes y vividores de pequeño calibre, tienden a suponer que la naturaleza humana es egoísta y que la vida constituye una lucha en que sólo sobreviven los más aptos. Según esta filosofía, la ley fundamental que debe regir la vida del hombre es, a pesar de su barniz de civilización, la de la selva. Los más "aptos" son quienes pueden desplegar en la lucha más fuerza, más astucia y menos escrúpulos.
Cuando se lo recita, El Gato salta:
- ¿Y Vd. cree que esas gentes están de verdad aferradas a la realidad? A lo que están aferradas es a lo que hacen, y luego lo cuentan todo como les viene bien para justificarse y arrimando el ascua a su sardina.
- Pues a lo mejor lleva Vd. toda la razón y en ese caso, lo que nos convendría a todos, en nuestro propio beneficio, es hacernos una lista de factores, tanto en favor como en contra de la cooperación y obrar en consecuencia.
- ¿Y por qué no la hace Vd. y lo hablamos?
Al Aprendiz le ha salido lo que abajo puede verse.
Bases de la Cooperación |
... y sus contrarias |
|
Todos ellos no son más que clichés mentales
que se asientan en generalizaciones incorrectas de la realidad. Si las cosas
fueran
siempre así, sencillamente no existiríamos.
|
Francisco Morales Delgado
Alejandro Moreno Romero
Socios de TQM ASESORES
(Artículo publicado en el número 46 de
QUALITAS hodie
)