Una es la que dice que el Labrador procede de la isla de Terranova. Esta isla está situada en la parte oriental del Canadá. Existían entonces dos perros los cuales eran excelentes nadadores, esto a principios del siglo XIX.
El primero era de talla grande (actualmente el Terranova) y el otro de talla más pequeña, llamado el perro de St. John. Este último se importó a Inglaterra ya que los ingleses lo consideraban un gran Cobrador.
Para conseguir mejorar sus cualidades había que conseguir reducir un poco su tamaño, también, el de su pelo y endurecer su carácter. Esta selección la inicio el Conde de Malesbury cruzando con perros como el Pointer, aportando este último una reducción de talla y de largura de pelo, y también con el Bulldog inglés, el cual endurecería su caracter sin por ello volverlo agresivo.
Según esta primera versión, la raza se podría considerar fijada solamente a partir del siglo XX. Primero el Labrador sería únicamente de color negro, apareciendo después el color chocolate y por último el color amarillo, no sabiéndose en la actualidad realmente como se consiguió este último color.
La segunda teoría habla de la costa norte de Portugal. Podría ser descendiente de un perro de trabajo utilizado por los campesinos de las regiones costeras del norte de Portugal "El Cao de Castro Leboreiro". Se trata de un perro que todavía hoy se puede ver en el norte de Portugal, es como si lo comparáramos a un Labrador feo, sin hueso y de pésima calidad. Esta hipótesis fue apoyada por Roslin-Williams, fundadora del criadero "Masnsergh" especialistas en Labradores negros. Según su teoría y por lo dificil que resulta fijar un manto totalmente negro en un perro sin ningún tipo de manchas, ella opinaba que los pescadores de Terranova no tenían ni tiempo ni conocimientos en genética como para curzar adecuadamente y mantener este color negro puro.