Pimienta negra, 11 de enero de 2002
ARGENTINA: PRIMER CACEROLAZO CONTRA LAS VIEJAS NUEVAS CARAS DEL RÉGIMEN
Fuente: argentina indymedia - webcast news
Cacerolazo contra el gobierno de Duhalde: así lo vivimos
by IMC picket movil tam 12:40am Fri Jan 11 '02 (Modified on
10:33am Fri Jan 11 '02)
Primer informe apurado sobre el cacerolazo de hoy
Se viene un reporte desordenado. Y, con el silencio y las mentiras de los medios, difícil e importante a la vez. Suena el telefóno; son las 11 de la noche. ¿Salimos otra vez? Bueno espera que agarro el equipo. Ya algunos somos profesionales. La cacerola (ante todo) abollada y la cuchara doblada, de esas soperas. ¿Llevás los documentos? El limón, uno para cada uno (acordate; te lo ponés abajo de la lengua, y los gases se neutralizan más rápido). Las llaves, la billetera, los cordones bien ajustados y una remera de repuesto, así si pasa algo no andás en cuero. Escenas de la vida cotidiana. ¿Y para donde están yendo?¿Para congreso? Por Av. San Juan no podemos ir, está toda cortada con fogatas. Vamos por Sarandí. Huy, mirá, es verdad; somos un montón. ¿Y que vamos a hacer? ¡A la Plaza! La Av. de Mayo se llena otra vez, familias enteras, muchos jóvenes, muchísimos. La ola humana, esa que vimos estallar el 19 de diciembre, el 20, el 28 de diciembre. Volvió, estamos ahí, con un nudo en la garganta. Todos dijimos antes "algo cambió profundamente en la Argentina, algo que no se soluciona con una elección o un par de medidas económicas". Nunca imaginamos cuán cierta era esa frase, y ahora estamos ahí, con esa marea humana, golpeando todo lo que sirva para hacer ruido.
-¿De donde salió esto?
-Fue por las medidas, lo del corralito; hoy Lenicov dijó que lo van a devolver en millones de cuotas, y la clase media se enfureció.-¿No?
-No solamente. Hoy hubo de todo; un cacerolazo a la Corte Suprema con tres mil, cuatro mil tipos, a la tarde un homenaje a los pibes que mató la policía, conflictos por todo el país; cortes de ruta en el interior. Las provincias están jodidas; Jujuy, Cordoba, Neuquén, Mendoza, Corrientes, Tucumán; hay conflictos por todos lados. En Buenos Aires estamos rodeados de huelgas, marchas, piquetes; montones de talleres, de fábricas medianas, de cacerolazos espontáneos en algunos barrios. Vos vas caminando y te encontrás con cien tipos tocando la cacerola, solitos, sin que nadie los llame. Es como una olla a presión, que explotó y que cada vez que la intentan tapar no pueden. La cacerola es el país. Y hoy estalló. ¿Quién lo organizó? El taxista dice: lo habían organizado por internet para mañana. (No sé si es tan así. Nos reimos y le digo que no, que lo organizó Duhalde; que con las últimas medidas lo organizó él.). Bueno (aca me dicen) no es tiempo de discusiones filosóficas, andá directo al grano. Y bueno, llegamos. En el Congreso somos unos dos mil, y nos vamos para la Plaza, donde otros miles nos esperan. Cacerolas, cánticos, consignas viejas y nuevas. Mucha bronca contra la policía (muchísima) por parte de una juventud que se está criando bajo sus balas y asesinatos. Vuelve el clásico de los clásicos: "que se vayan todos, que no quede ni uno solo". Carteles contra la Corte, contra los políticos, contra los medios de comunicación. (Entre paréntesis; hasta que terminó todo, no pasaban nada). Muchos ya nos conocemos; a pesar de ser miles ya hay un ambiente "cacerolazo", y los que no se perdieron ni uno se saludan al compás de ese ruidito que se hace tan común.En el Cabildo hay unas mil personas. Los jóvenes se trepan a la torre y suenan las campanas. En la Plaza, llena hasta ahí, los pibes se trepan al monumento, las señoras hacen sonar las campanas y la mayoría salta y canta. Hay ambiente de alegría. Cantan (¿como era?) que "lo echamos a De la Rua y ahora vamos por el Duhalde, el cabezón".¿Y que? La gente sigue llegando, de a grupos, familias, solos. También llegan los motoqueros, la "montada del pueblo." Hoy son mas y vienen en bicicletas, en ciclomotores, en lo que venga. El rumor es que la situación es tensa. Mucha gente se empieza a ir. Quedamos unos tres mil, cuatro mil, o algo así. Y llega, con una bandera, la columna de Villa Urquiza. Vinieron en tren, parece, y son un montón; mas de mil. Entran cantando, tirando petardos, haciendo ruido. Ahora somos muchos, muchísimos otra vez.Después las fogatas, los cohetes, las cacerolas, los cantos, el himno una y otra vez. ¿Como empezó la represión?. No se sabe a ciencia cierta. Unos dicen que se cayó una valla; otros que directamente dijieron "largamos" y largaron. Desde hace una hora, o más, el rumor (¿la premonición?) de que terminaba en represión corría por todas partes.Ahora la gente aprendió un poco; algunos andan con antiparras; otros muchos con limones, con vinagre o con bicarbonato. Un pibe, joven y cacerola en mano, lucía orgulloso su máscara antigás. "Esta vez no me agarran así tan facil; la otra vez casi me muero". Otro, inexperto, nos explica que es la primera vez que viene, y que no entiende nada de nada. ¿Van a reprimir?¡Que repriman, yo no me voy! Aprende rápido. Y se vienen los gases. Primero quedamos atrapados en un remolino de gente que intenta escapar. Después nos paramos, miramos. Nos frotamos el limón, y gracias a los consejos de amigos ensayamos ponerlo abajo de la lengua. Santo remedio. Podemos hacer unas fotos más antes de quedar afixiados.Nos vamos por Av. de Mayo, y la policía viene atrás nuestro. El odio, la bronca se desatan. Somos miles de jóvenes, dispersos por toda la avenida. Alguien me dijo, más tarde, que "el estado lo que está haciendo es crear una generación parecida a la de los 70".La impotencia se desata. ¡A los bancos! gritan algunos, y otros tantos lo siguen; no queda uno solo sano. Los Mc Donnals, la Telefónica, y otra vez los bancos. La policía está cada vez mas cerca, y se están preparando (gracias motoqueros por avisar!) para entrar por los costados. Nos vamos por la Av. de Mayo hasta congreso. A esta altura mañana los medios van a decir "grupos de vándalos atacan bancos" (destrozos en Plaza de Mayo, según Crónica TV). Nunca van a mostrar la historia completa; nunca se van a molestar en preguntarse qué impotencia se siente, cuánto odio se desata cuando se reprime de esa forma una manifestación pacífica. Algunas imágenes: un pibe delante mio tiene diez balasos de çgoma en la espalda. Dos pibes se ensañan contra el banco Galicia, y escriben "Aznar Ladrón". Luego corren asustados, porque alguien le dice que van a tirar de adentro, que van a matar gente como la otra vez. La última: un policía corta la calle, mostrando su itaka. Un palio, que queda frente a frente con el cana, lo roza, sin querer. El policía se acerca, el conductor cierra la ventanilla y el policía la rompe a culatazos: cuando termina con el vidrio sigue con la cabeza del conductor, hasta dejarlo destrozado. Por suerte el camarógrafo que lo filmó logró escaparse. Llegamos a Congreso. Unos cuantos, muchísimos jóvenes. Las cacerolas o todo elemento que sirva para hacer ruido se empeñan en seguir sonando. Respiramos. La policía quedó unas cuadras atrás, y el descanso consiste en hacer todo el ruido que se pueda. Esta vez, la represión viene -claramente- sola. Avanzan por Entre Rios y por Rivadavía tirando gases y balas de goma. Retrocedemos, y algunos tiran cosas a la calle para entorpecerle el paso a la policía. No sabemos qué fue del otro grupo, pero nosotros nos vamos por Rivadavía, y el odio y la impotencia se sigue descargando contra los bancos y contra Telefónica, y ahora también contra un Mc Donnalds. Un pibe tiene una silla. Se sienta en medio de la calle a fumar un cigarrillo (sí, en medio de todo el descontrol) y dice "bueno, quizá ahora también tiremos al cabezón, yo ya me saqué una platea". Todavía hay tiempo de risas. Nos vamos desgajando, cada uno por su lado, y como la policía nos viene pisando los talones y somos cada vez menos, todo el mundo aconseja cómo salir de ahí. Así, en medio de gases y balas de goma, termina el primer cacerolazo masivo contra el gobierno de Duhalde. Mañana será otro día. Los miles (3.000 mil según Clarín, muchísimos más según nuestros propios ojos) que estuvimos ahí lo vivimos de esta forma. Ahora falta que cuentes cómo lo viviste vos, publicando tu informe, vivencias, opiniones para que no sea solamente el discurso oficial el que se escuche.