Pimienta negra, 6 de enero de 2002
"No hay nada peor que despreciar la opinión del pueblo"
Por Luis Zamora
ASAMBLEA LEGISLATIVA DEL 1 DE ENERO DE 2002. INTERVENCIÓN DEL DIPUTADO LUIS ZAMORA, DE "AUTODETERMINACIÓN Y LIBERTAD", ANTE LA PROPUESTA DE DESIGNACIÓN POR PARTE DEL PARTIDO JUSTICIALISTA, APOYADO POR LA UNIÓN CÍVICA RADICAL Y EL FRAPASO, DE EDUARDO DUHALDE COMO PRESIDENTE.
Sr.
diputado Zamora. — Señor presidente: estamos
asistiendo a una repetición agravada de lo que ocurrió días
atrás, en la anterior Asamblea Legislativa. El resultado —con mecanismos
distintos, variados— es que el justicialismo nuevamente usurpa un poder por
el que no peleó en las calles y por el que no tiene representación
popular. Utiliza una presencia mayoritaria en instituciones profundamente repudiadas
por la población para elegir un nuevo presidente, luego que al anterior
...
— Manifestaciones y silbidos en las galerías.
Sr. Presidente (Maqueda). — Por favor, silencio en las barras.
Sr. diputado Zamora. — ... la población le volviera
a sacar una tarjeta roja como se la marcó antes a De la Rúa.
He escuchado con atención que han aparecido repentinamente —a la acción
prepotente de la Asamblea Legislativa pasada— métodos recubiertos de
palabras y frases como "consenso", "concertación",
"unidad nacional", "salvación nacional", " no
es hora de poner palos en la rueda", es decir, un lenguaje totalmente distinto
al del "arrasar", como "arrasaron" en la sesión pasada.
Ahora bien, yo veo y advierto solamente un cambio de frases. Y me dirijo a la
población que está siguiendo esta Asamblea Legislativa.
Lamentablemente el país está "quebrado", como dicen
muchos. Es una palabra que habría que estudiar—¿ no es cierto?—; pero
está mal, está destruido, nos han robado todo. ¡Si nos han robado
la Argentina, entre los gobiernos radicales, justicialistas y militares, que
empezaron, y después el de la Alianza, que ha terminado! Tanto, que un
ensayista francés dijo: "Los argentinos existen, ¿pero la Argentina
existe?" Porque, realmente, un país se distingue por proyectos independientes,
por un consenso colectivo que se encolumna detrás de éste y por
la defensa de sus riquezas y de sus intereses soberanos. Y aquí ocurre
todo lo contrario.
Yo creo que toda esta "fraseología" es para seguir justificando
políticas de ajuste y de aceptación de lo que mandan los organismos
financieros internacionales. Inclusive algunas expresiones declamatorias, como
las de cuestionar la concentración de la riqueza y de que no hay que
permitir que las empresas españolas se lleven lo que se llevan, entre
otras, constituyen discursos de barricadas, de campañas electorales,
porque no son medidas concretas. De ser adoptadas se podrían tomar no
sólo medidas puntuales sino también construir las bases para un
país distinto y soberano.
Considero que nuestra Nación justamente ha perdido la condición
de ser un país independiente, ya que tenemos toda la economía
extranjerizada por acción fundamentalmente del menemismo, aunque hay
que remontarse al discurso de Martínez de Hoz del 2 de abril de 1976
para recoger los primeros lineamientos, que luego fueron continuados de una
u otra forma por los gobiernos que lo sucedieron.
Como tantas veces se ha dicho, el país necesita otro modelo económico,
porque el actual está agotado. Pero también necesita un régimen
político. Alguien dijo que por primera vez está vinculado el agotamiento
económico con el de lo político y el de lo social. Pero esto no
es sorprendente, ¡si están íntimamente vinculados!
La Argentina se hundió porque las instituciones defendieron los intereses
de una clase dominante y las exigencias de los Estados Unidos, pero utilizando
el voto de la población, mintiendo en las campañas, es decir,
se les sacó el voto y luego con ese sufragio "se le metió
la mano en el bolsillo" para engordar los de los acreedores externos o
de las empresas que concentran la riqueza en la Argentina. Entonces, ¿cómo
no se va a producir tremendo desbarajuste entre las instituciones, lo político
y lo económico social?
Desde ya que la Argentina necesita otra cosa. Ustedes conocen mi posición
y en la que he insistido, en el sentido de que cualquier modelo económico
debería empezar por suspender los pagos de la deuda externa.
A veces sucede que cuando me presento en los medios de comunicación,
me dicen: "Bueno, está contento. Ya hay muchos que hablan de que
hay que reprogramar la deuda; hasta Cavallo lo dice". "No", les
digo. "Esa es la gigantesca trampa. Han tenido que hablar de la deuda,
porque están en cesación de pagos. Tienen que pedirle migas al
Fondo Monetario para que les ‘tire’ 1260 millones de dólares para poder
cubrir vencimientos sin los cuales no podrían cumplir". Están
en cesación de pago y tienen que hablar de la deuda.
¡Pero están volviendo a hacer lo que vienen haciendo desde 1982: salir
a salvar al titular del bono y no al pueblo argentino a quien le obligan a pagar
a costa de su sangre, de su trabajo, de su salario, de rematar lo poquito que
queda del patrimonio nacional! ¡Es el bono basura que tiene el acreedor internacional
—opere aquí o afuera, pero lo tiene en dólares—, el objetivo de
salir a reprogramar la deuda! Lo dice O'Neill: reclama que se reprograme el
Fondo Monetario y la deuda para volver a valorizar los bonos que en este momento
no le valen nada. A costa de más ajuste.
Eso es Eduardo Duhalde hoy y eso fue este hombre que pasó tan efímero
y tristemente. Rodríguez Saá, quien habló de suspensión
de pago de la deuda externa mientras al mismo tiempo le pagaba al Fondo Monetario
y a acreedores externos alrededor de 400 millones de dólares.
No es demagogia lo que necesitamos sino suspender esos pagos; que no salga más
un dólar de la Argentina y, después, no tomar decisiones de mandar
comitivas a Washington —como ya está estudiando el gobierno de Duhalde—
para reprogramar la deuda.
Alguien dijo "consensuar". Pero, ¿ustedes alguna vez pudieron consensuar algo
con un banquero, con un acreedor, con un organismo multilateral de crédito?
¿Qué ejemplo tienen de "consensuar", donde uno propone una cosa,
otro otra y, por ahí, llegan a un acuerdo que interese a los dos. Estos¡Imponen!
Entonces, con distintas "fraseologías" vamos a repetir lo mismo.
Desde ya que habría que nacionalizar la banca y el comercio exterior.
No hay forma de suspender los pagos de la deuda y, al mismo tiempo, que no se
fuguen capitales en una forma extraordinaria. Si hasta con un ministro como
Cavallo se fugaron capitales, imagínense qué ocurriría
si se tomaran medidas de este tipo con un ministro servil, sumiso. Con un gobierno
como el de De la Rúa: servil, sumiso; con el gobierno de Menem Duhalde:
servil, sumiso, se fugaron capitales —hasta la década del '90 había
50 mil millones de dólares afuera; ahora, 110 mil ó 115 mil —,
entonces hay que controlar la banca y el comercio exterior; hay que nacionalizarlos
y, por supuesto, no poner a controlar a los funcionarios tipo Dadone, sino empleados
bancarios, usuarios, organizaciones usuarias.
¡Ahora está corriendo esto de la democracia directa y no quiere guardar
la cacerola! ¡Hay que aprovechar esos mecanismos de democracia directa para
controlar que no se fuguen capitales al exterior! Pero ocurre lo contrario:
Macri realiza un contrabando por 100 millones de dólares en autopartes,
haciendo como que las fabricó acá cuando las trae de afuera, pasa
por la Aduana, es un contrabandista y, sin embargo, está considerado
como una de las personas más probas y es recibida en la Casa de Gobierno.
Entonces, ¿qué cambios están planificando? ¡Ninguno; ninguno!
¡Pérez Companc, Macri, Fortabat! ¡Estamos pagando la deuda externa de
la Ford! ¡Un pibe que se muere de hambre en la Argentina está pagando
la deuda externa de la Ford con esa vida que pierde! ¡Millones de trabajadores
no tienen trabajo porque estamos pagando la deuda externa de la Shell! ¡De la
Shell; una de las siete empresas más poderosas del mundo. Un gigantesco
negociado que nos "enchufaron" a todos; que nos lo "enchufó"
Cavallo y la dictadura, pero que Alfonsín revalidó y los gobiernos
sucesivos aceptaron" ¡Con los votos del pueblo les quitaron el trabajo
y engordaron los bolsillos de los banqueros!
Entonces, necesitamos medidas. ¡Por supuesto que hay que recuperar las empresas
privatizadas! Ese gigantesco negociado; un robo al patrimonio del país,
pero a través de gigantescos negociados que esta Cámara avaló.
Acá yo, hace años, denuncié las coimas por el tema de YPF.
Llevé el asunto a los tribunales y la Justicia menemista cerró
la causa. ¡Y acá no hubo voces! Un diputado del bloque justicialista
denunció que había coimas en la Cámara de Diputados, pero
quien llevó la denuncia a la Justicia fui yo y, por supuesto, me la cerraron.
¡Las coimas de las AFJP! ¡Llegaron a votar la privatización de Gas del
Estado inventando diputados! Los famosos "diputruchos": cuatro o cinco asesores
o empleados de bloque que se hicieron pasar por diputados. ¡A eso llegaron!
Entonces, ¿cómo no va a estar vinculado lo económico y lo político?
¿Dónde está la investigación? La Presidencia de la Cámara
observa todo de frente ¿No detectó a los cuatro o cinco "diputruchos"?
¿Al presidente del bloque justicialista se le puede meter cualquiera en su bloque?
Esto lo percibe la población enseguida.
La luz, los teléfonos, todo. ¡YPF...! ¡El gigantesco negociado de YPF!
Vendieron las acciones a 19 pesos por orden de Wall Street y al día siguiente
valían 20. Sentados en una silla, ¿saben cuántos salarios de jubilados
se ganaron?
¡Cómo no va a estar relacionado, porque de ahí saldría
el trabajo que le falta a millones de argentinos! Un plan de obras públicas;
algo rápido que reactive la economía, que vincule a todas las
industrias que están relacionadas con la construcción. ¡Pero se
necesita ponerlas en curso, no hacer demagogia...
Sr. Presidente (Maqueda). — Señor diputado: termina
su tiempo. Vaya redondeando, por favor.
Sr. diputado Zamora. — Redondeo, señor presidente.
Entonces, por supuesto que también es fundamental cambiar el régimen
político, que está agotado. La semana pasada hablábamos
de la ley de lemas, pero ahora ya no existe sino que tenemos la ley de acefalía.
¡Este es el uso de las instituciones que la población percibe! Para no
hablar de cosas más graves, como la Constitución y los decretos.
Me parece que, desde ya, ahora habría que reformar el régimen
político: mandatos cortos; que el político vaya a trabajar; que
tenga un intervalo donde no pueda ser reelegido; que vaya y venga; que no se
haga carrera; que la población haga política y el funcionario
haga gestión, mandato. ¡Va y viene! No es importante: lo que interesa
es el mandato de la población. Los sueldos tendrán que estar adecuados
a eso. La revocatoria del mandato: democracia es elegir y también sacar,
y no elegir y aguantar. ¡Y ahora se vota a un presidente que viene cogobernando
en puestos fundamentales desde 1987! ¡Todos desastres en la Argentina! Negociados,
corrupción, hambre, desocupación: todo pasó por manos del
que se postula hoy como presidente en esta Asamblea Legislativa.
Por eso creemos que lo más importante es que la población conserve
el poder que recuperó. En raros tiempos, en raros momentos de los pueblos
—y casi nunca en la Argentina, creo yo recordar— la población le retiró
el poder a los representantes, es decir, dejó de considerarlos representantes.
Ahora bien, esos representantes que ya no tienen poder, que se vayan todos y
que no quede uno solo, como gritaba la población. Sin embargo, lejos
de irse se reunieron para usurpar lo que el pueblo había ganado en las
calles, es decir, el poder.
Entonces, ahora están designando con un nuevo proceso de concertación
lo que la población repudió. Y apareció el radicalismo
para darle apoyo al justicialismo, así como también algunas otras
fuerzas que con discursos de pegar con la izquierda terminan votando con la
derecha, apoyando al presidente que se postula.
Por eso nosotros no vamos a apoyar nada de esto. Esto va en contra del país
y es continuar con lo mismo que se viene haciendo hasta ahora. Además,
tampoco vamos a avalar la legitimidad de esta Asamblea.
Una aclaración muy pequeña, porque fuerzas de izquierda a las
que yo no pertenezco me han propuesto en los medios como candidato a presidente.
La verdad es que me parece un disparate y un error, además de que no
me informaron y creo que deberían haber tenido la seriedad de hacerlo.
Pero más allá de eso, que es secundario, ¿cómo me voy a
postular ante una Asamblea Legislativa que yo cuestiono en cuanto a su legitimidad?
Estaría avalando la legitimidad de lo que yo cuestiono.
— Murmullos en el recinto.
Sr. Presidente (Maqueda). — ¡Por favor, silencio!
Sr. diputado Zamora. — Creo que ese sector ha cometido un grave
error y me pareció importante decirlo.
Entonces, apuesto a que haya elecciones, pero para constituir una Asamblea Constituyente;
de constituyentes que discutan todo esto, es decir, qué país quieren
los argentinos y no qué quiere la dirigencia que el país repudia.
Y que se haga en una forma inmediata. No hay nada peor que seguir despreciando
la opinión y la expresión del pueblo. De ser así, seguirán
los "cacerolazos" y los cortes de ruta; los que tendrán más
o menos fuerza para enfrentar el gobierno. Yo no adivino el futuro, pero apuesto
a que lo puedan volver a derrotar.
Fuente: Resumen Latinoamericano