29.3.03

 

 

 

 

JOSÉ PAULO BANDEIRA DA SILVEIRA

NO ES CINE

Carta abierta al general Tommy Franks  

 

Estimado general Tommy Franks:

Intento seguir la Guerra de Irak por la televisión brasileña. Recuerdo que Gérson –el mediocampista más genial de todas las selecciones brasileñas de fútbol–, en su papel de comentarista televisivo, solía decir lo que iba a suceder durante el transcurso del partido. El periodismo está por detrás de un Gérson. Después de tres días de guerra, se percibe que la búsqueda es inútil. ¿Cuál será la razón de esta falta? La guerra no es un partido de fútbol. El grado de incertidumbre de la guerra hace temblar hasta al más grande de sus jefes (¡supongo que esto no se aplica a usted, estimado Franks!) En este sentido, uno de los axiomas de la guerra es la modestia del jefe de guerra. En la Segunda Guerra Mundial, el general Patton fue relegado a un segundo plano en la jefatura militar de la invasión a causa de su falta de modestia. En Patton, la genialidad militar alimentaba un pequeño narcisismo en un grado indeseable para un comandante de fuerzas de invasión. Pero la Segunda Guerra Mundial fue una guerra de la era del periodismo impreso. Para el periodismo impreso, la falta de modestia del comandante señalaba un yo delirante y, por tanto, un yo militar incapacitado para dirigir un gran ejército en un gran campo de combate.

En la era de los medios electrónicos, el comandante militar presenta el plan de guerra y los acontecimientos del campo de batalla a los periodistas. En verdad, discute con los periodistas el desarrollo táctico en el campo de combate. Si en la guerra el sentido militar está subordinado al sentido político, entonces el jefe militar está asociado a un mando político superior. Cuando esto ocurre, tal hecho ya aparece en la formulación del plan de guerra. Cuando usted, general Tommy Franks –el comandante de las fuerzas de invasión–, presentó a los periodistas el Plan de guerra, quedó en claro su subordinación a un sentido político. Esta guerra pretende proteger la Riqueza –los campos de petróleo– en el campo de batalla. Pero usted, Franks, habló de un Plan inédito de guerra. El Plan habla de un ataque aéreo sobre las ciudades denonimado Conmoción y Pavor. ¿Tal forma de ataque va a convertir a Bagdad en ruinas? ¿Quién debe quedar conmocionado y espantado? Esto recuerda obviamente un tipo de estética de la guerra arcaica. El general Franks –en su simplicidad de soldado– habla de un uso táctico de la estética de lo macabro. Es realmente conmovedor ver al más grande general de la actualidad enredado en problemas primarios de la estética de la guerra. ¿Cómo el general del «Imperio» Bush puede aceptar el papel –frente a los periodistas y a los centenares de millones de espectadores en el planeta– de un escolar en un examen oral? ¿Cuál es el secreto de esta entrevista? ¿El general es un pequeño narcista freudiano? ¿O está interpretando algún papel? ¡Pido disculpas por mi falta de tacto!

¿Hay algún secreto en la entrevista del general Franks sobre el campo de batalla? La entrevista sobre la guerra concreta tiene por finalidad transformar la guerra en un hecho político. Franks dice que los EE.UU. están creando una guerra inédita. ¿Es esta afirmación una perogrullada militar? ¿Desea Franks contribuir –con palabras, uniforme y gestos marciales– al embellecimiento, en la televisión, del espectáculo electrónico de la guerra? ¿No es esta interacción bien sincronizada de Franks con los medios del capitalismo electrónico el verdadero hecho inédito de esta guerra en la definición del Plan del general?

En la teoría de la guerra y en la historia militar, los planes de guerra, las estrategias y las tácticas forman parte de un saber muy antiguo y, al mismo tiempo, actual. Si el lector desea comprobarlo, lea a Sun Tzu*. Decía éste que «la fuerza militar está determinada por la apariencia». Mi estimado Franks, sé que usted estudió a Sun Tzu en la brillante Academia Militar Americana. Durante décadas, ustedes entrenaron a los militares brasileños de la dictadura militar. ¿Lo recuerda? Cuando Frank dice que él es el portador de un saber inédito en el campo de los saberes de la guerra, ¿exagera? Para Franks, la manipulación del periodismo es una táctica que debe ser bien aplicada en el campo de batalla de las imágenes electrónicas. ¡Éste es el único saber militar inédito de Franks! La guerra electrónica tiene dos frentes: a) la guerra es mediada por la tecnología electrónica de la percepción y, en este sentido, el campo de batalla se convierte en un ámbito electrónico; b) la comunicación electrónica de masas es otro campo de batalla. En la guerra del siglo XXI, el capitalismo electronico crea un ambiente inédito de comunicación para la «guerra psicológica». Pero no se trata de una simple guerra psicológica para minar la moral del ejército enemigo. En el campo de batalla del periodismo televisivo, el concepto de guerra es regido por un sentido político inédito.

Como nos ha enseñado el teórico de la guerra electrónica Paul Virilio, en el siglo XX la asociación entre el cine y la guerra alteró el campo de percepción de la realidad. Franks: ¿Paul Virilio es materia de estudio de la Academia Militar? ¿O es muy difícil para que se le enseñe al joven cadete? Una tecnología de la percepción visual cambió tanto la percepción del soldado en la guerra como la percepción del hombre corriente de su realidad cotidiana. Cuando el campo de batalla podía ser visto por el ojo desnudo, el soldado vivía su guerra como una experiencia espontánea. Después la guerra se volvió un acontecimiento mediado, en el campo de batalla, por las tecnologías de la percepción. En las salas de cine, todos los que presencian una película son uno solo: el espectador. En la guerra, las tecnologías de la percepción son el acto de crear un soldado-espectador. En el cine, el espectador-soldado avanza solitario en el caótico lenguaje cinematográfico. Esta es la mirada que recorre el combate en el escenario macabro de la guerra. Mientras él avanza, los amigos mueren, los intestinos se desparraman a su alrededor, los médicos escogen quién debe morir y quién debe vivir, pedazos de cuerpos se convierten en obstáculos para su marcha, la sangre cubre la arena de la playa y el olor fétido y fresco de la muerte se mezcla con el aire. Vagando en este caos, ocurre la implosión del yo racional y de la razón sentimental, y, en lugar de éstos, un yo arcaico emerge de la situación macabra: el yo del sobreviviente. Conmoción y pavor es el nombre de una tecnología de guerra para alterar la percepción de la realidad del pueblo de Bagdad. Descaradamente, usted, Franks, dio una explicación de esta técnica inhumana a los periodistas del mundo occidental.

Como la era del cine fue superada por la era del vídeo, ¿la nueva tecnología de la guerra ya no es una tecnología de alteración de la percepción de la realidad? En la era del cine, la guerra es reconstruida, dentro de la percepción cinemática, como una unidad de sentido. En el cine, la guerra puede ser romántica, realista, trágica. Ya hemos visto en el cine norteamericano y europeo varias aprehensiones de lo macabro en los géneros citados. En la era del vídeo, la estética de la guerra electrónica es una producción de imágenes frías sobre lo macabro. Con las nuevas tecnologías de simulación de guerra, el soldado hace un combate hiperrealista antes del combate real. Como el enemigo es un diseño humano en un paisaje, la imagen de tamaño «natural» del enemigo en el simulador prepara al soldado para un combate real ya vivido en el simulador electrónico. Cuando el soldado americano vuelve a casa, el yo electrónico del soldado regresa a un ambiente cultural cerrado electrónicamente. Ahí no ocurren los problemas de no adaptación al ambiente de las otras guerras. A propósito, Franks, la matriz tecnológica de la guerra electrónica fue desarrollada en Vietnam. La máquina de guerra electrónica es una invención norteamericana como respuesta a la imaginación del ejército revolucionario vietnamita. Este ejército usó la imaginación poética para hacer su Plan de guerra, la estrategia y los movimientos tácticos. Desgraciadamente, el cine norteamericano no se atrevió a mostrar al mundo cómo la guerra poética derrotó a la guerra electrónica. En la guerra poética, lo macabro adquiere una forma literaria, un estilo literario. Hubo estilo en la derrota norteamericana en Vietnam. ¡Pero ustedes dominaron el planeta con el capitalismo electrónico norteamericano! Clausewitz habló de la guerra como continuación del comercio, y el capitalismo electrónico es la continuación mercantil victoriosa de la guerra de Vietnam.

Veamos un segundo aspecto del Plan de guerra Franks, a saber: un movimiento flexible generalizado. Franks dice que los blancos y los objetivos estratégicos y tácticos del movimiento guerrero son flexibles. En la guerra electrónica, ya no existen los mapas sobre las grandes mesas de campaña del alto mando militar. Ahora, los mapas serán electrónicos, pero, en el futuro, serán digitales. Esta guerra de Irak ya está desarrollando la nueva tecnología de mapa digital. Esto va a dar algún impulso a la mediación digital de la guerra y de la sociedad del siglo XXI. Franks, es usted la persona más importante del planeta. En esta guerra de Bagdad, usted es el comandante de la gestación del futuro de la tierra. Durante muchas décadas, los teóricos posmodernos creyeron que un Imperio electrónico, pilotado por un Estado militar, sustituiría finalmente al capitalismo moderno. Ahora veo que la política planetaria será una obra digital. Sin sombra de duda, Franks, el futuro digital ya está siendo administrado bajo su mando en este campo de batalla mediado por la tecnología digital. No se preocupe, ¡pues tanto da si usted va a vencer o no! Lo importante es su participación como comandante de este nuevo futuro que se acerca. Será usted recordado como el jefe de la primera máquina de guerra digital. Y si hubiera en el futuro un Estado mundial digital, un Imperio digital, ¡entonces se lo recordará siempre!

Cordialmente,

Paulo

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NOTA

* Sun Tzu, L' art de la guerre, Paris, Flammarion, 1963.    

 

Traducción del portugués: Round Desk

 

 

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