¿A quién benefició la invasión iraquí de Kuwait en 1990? Poco antes de poner manos a la obra, Sadam Hussein consultó con la embajada de los EE.UU., y allí le garantizaron la "prescindencia" de los Estados Unidos. O sea, dejaban que el pequeño Kuwait se arreglase como pudiera con el gigante Irak. La idea de Sadam –y pronto se vería cuán descabellada era– les había venido como anillo al dedo, ya no para desembarazarse de él (todavía lo necesitaban), sino para marcar la hora del inicio del Nuevo Orden Mundial concebido por el primer Rey de los Hunos (Huno-uno) tras el hundimiento de lo que se había conocido durante setenta años bajo el nombre equivocado de "comunismo".
La invasión de las Malvinas en un caso, la de Kuwait en otro, ¿no fueron en verdad para el Imperio regalos caídos del cielo? Los hombres proponen, pero los amos del mundo disponen: he aquí una especie de mundanización de la teología... o de teologización del mundo, si se quiere (siendo en este caso los amos nuestros nuevos dioses). Y a la vista de lo que está sucediendo ahora mismo en Afganistán –y, entre líneas, se nos está insinuando que ocurrirá en Somalia, Irak, Colombia y ...–, tenemos muchas razones de nuestra parte para suponer que lo mismo o, al menos, algo parecido habrá que registrar en los libros de historia, si es que sigue habiéndola. Dicho de otro modo: que el regalo que esta vez cayó del cielo (y más literal no pudo ser) fueron los aviones del 11 de septiembre que han permitido el replanteamiento práctico de unas relaciones del Imperio con el resto del mundo teóricamente "necesarias" desde bastante antes de esa fecha, de acuerdo con el poco prometedor estado en que se venían y vienen presentando las cosas para la acumulación sin sobresaltos del Capital.
(2 de 2)
Terror, mentiras y cintas de vídeo
Ma .18 dic.