28.2.03

 

 

 

 

COMUNISTES de CATALUNYA

EL VERDADERO DILEMA

 

Aparentemente las cosas están claras: los partidarios de la paz contra los partidarios de la guerra; de un lado los capitalistas buenos con las masas contra los capitalistas malos, es decir, los imperialistas buenos con las masas contra los imperialistas malos. Pero la propaganda de la sociedad capitalista sirve, entre otras cosas, para ocultar la realidad y confundir a mucha gente.

En este caso para desvelar la realidad debemos remontarnos, como mínimo, hasta los atentados del 11 de septiembre del 2002 montados por la fracción más poderosa del imperialismo norteamericano. ¿Por qué se produjo aquella monstruosidad que todo el mundo oculta (incluidos los pacifistas) por unas u otras razones? Entre ellas figura, como principal, la que es clave de todo lo que ocurre hoy día: que estamos viviendo las consecuencias de la crisis terminal del capitalismo.

En el sistema capitalista, en su sociedad del trabajo, el valor ya no se revaloriza. El sistema agoniza en medio de guerras y grandes catástrofes humanas y ecológicas. La monstruosidad del 11 de septiembre solo podía salir de ese sistema monstruoso capitalista, así como del país más fuerte y desarrollado del capitalismo que quiere conquistar la más completa e indiscutida hegemonía mundial para intentar escapar vanamente de esa crisis terminal. Pero si se desvelara ante el mundo entero que los más poderosos de ese país fueron los que cometieron los atentados del 11 de septiembre, como dejamos probado de forma irrefutable en nuestro análisis y conclusiones de esa jornada ("La Aurora Negra"), entonces se precipitaría el final del capitalismo.

Esa es la razón por la que los que ahora tratan de competir con el imperialismo gringo callan sobre las verdaderas causas de la guerra y se presentan como defensores de la paz mundial cuando son exactamente igual de violentos, rapaces y partidarios de la guerra (en el momento oportuno para ellos) que los gringos. Además, con su "lucha por la paz", estos belicistas del eje Berlín-París quieren esconder sus intrigas y acuerdos con Saddam Hussein para quedarse con el petróleo de Irak a muy bajo precio y a cuenta de defender a Saddam, ya que la suerte del pueblo iraquí les importa un bledo, lo mismo que a los gringos y Cía.

Así que Bush, Blair y Cía. quieren engañar a una parte del mundo con su "lucha contra el terrorismo y el eje del mal" mientras los Chirac, Schröder y los que les siguen se esfuerzan en movilizar a la otra parte del mundo engañándoles para que defiendan de hecho sus planes capitalistas, sus intereses petroleros y sus aspiraciones a la hegemonía mundial que, a fin de cuentas, conduciría a una guerra devastadora mil veces peor que todas las guerras conocidas hasta ahora. Esta es la lógica del capital y está en el interior de sus entrañas aunque el lobo se vista de cordero en ocasiones.

En todo caso es curioso ver a la Francia oficial rasgándose las vestiduras contra la guerra en Irak mientras ella mantiene entre otras, a través de la junta de generales en Argelia, una guerra de agresión y exterminio contra el pueblo argelino desde el año 1991 para seguir teniendo en régimen colonial las riquezas de ese país. ¿Acaso la izquierda movilizó en algún momento a las masas contra esa guerra de agresión que dura desde hace 12 años?

La humanidad doliente, los parias de la tierra y los anticapitalistas consecuentes, que juntos forman la inmensa mayoría de la humanidad, no pueden quedar indiferentes o paralizados ante este falso dilema de "los buenos capitalistas o los malos capitalistas", ni tomar parte por unos o por otros capitalistas. No se puede luchar por la paz yendo detrás de las banderas "pacifistas" de una de las bandas del capitalismo mundial, a no ser que se vaya con las consignas claras contra todas las bandas del capital, ya sean pacifistas o guerreras, que lo son todas.

El rápido y gravísimo desarrollo de todo el acontecer histórico ayudará a que millones y millones de proletarios y parias de la tierra tomen conciencia de la situación y se autoorganicen para poner fin al capitalismo como sistema mundial y así liberar al conjunto de la humanidad. Pero esto no será posible mientras no se rompa con la tutela de las diferentes fracciones del capitalismo. Hoy menos que nunca, en plena crisis terminal del capitalismo, no se puede estar de ningún modo contra la guerra ni contra el imperialismo yanqui si no se plantea al mismo tiempo el poner punto final al sistema capitalista. El ¡No a la guerra! debe ir acompañado de un ¡Abajo el capitalismo! y de una conducta social consecuente con esta consigna.

El capitalismo ha reducido a más de dos tercios de la humanidad a unas condiciones de vida infrahumanas. La verdadera historia del capitalismo son los miles de millones de seres humanos que ha inmolado y el inmenso sufrimiento de la gran mayoría de la humanidad.

¡Por la liberación social del proletariado, de todos los parias de la tierra y de toda la humanidad, pongamos fin al sistema capitalista!

¡No a la guerra!

¡Abajo el capitalismo!

 

15 de febrero del 2003

Contracorriente

 

 

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