"¡Nuevo! La guerra de EE UU ® elimina rápidamente a los terroristas ." Ilustración: Daniel Frankl / Roel Siebrand. Fuente: <adbusters.org>
El Rey de los Hunos acaba de anunciar su intención de extender la movida afgana a Irak. Es como si el Informe Lugano se empezara a cumplir al pie de la letra. Ahí, Susan George imaginaba un "Grupo de Trabajo" reunido en la ciudad suiza del mismo nombre, a requerimiento de los Amos del Mundo, para estudiar una solución a los problemas crecientes del capitalismo desatado. La solución básica planteada por el Grupo en su informe era la "Solución Final": acabar -sobre todo por hambre y enfermedad- con la vida de 2.000 millones de personas del planeta, un tercio de la población actual. No aconsejaban los expertos el viejo recurso a la guerra porque les parecía un tanto "anticuado". Claro, el Informe Lugano se escribió antes del 11 de septiembre de este año, el de la Odisea Espacial. Desde entonces, la guerra se ha puesto moderna otra vez. Por lo que la guerra (de exterminio: ya andan aplicando los compinches provisionales del ejército huno la "ley de fuga" a los vencidos) se puede ir añadiendo a las epidemias y hambrunas para formar la Santísima Trinidad que terminará definitivamente con la gente que sobra. ¿De Irak, a dónde? De modo que ya se ve: no sólo era una cuestión de olor a petróleo; de olor a miedo universal (adrenalina "globalizada") para ir apaciguando a los disconformes, de Seattle a Génova y más allá; de olor a pólvora para darle una mano a los fabricantes de bombarderos y de bombas; de olor a osos rusos y a chinos amarillos potencialmente competitivos en el negocio y en la dominación de la zona donde el negocio está; de olor a disfraz recién sacado del armario para ocultar con él las miserias propias y ya francamente irresolubles del Sistema; del añorado olor al opio erradicado por los talibanes (¡gran fiasco para los bancos especializados en el lavado de los narcodólares!) y que ahora se vuelve a respirar en Afganistán gracias al esfuerzo heroico de los nuevos "luchadores de la libertad", los aliados heroinómanos de la Gran Potencia de Septentrión embarcada paralelamente en otra Guerra Santa, "contra la droga" -como lo saben muy bien y mejor que nadie los colombianos- en "su" Meridión. Era todo esto y algo más: suprimir a quienes no cumplen ninguna función útil en el mundo, puesto que no pueden producir ni por tanto consumir, los dos valores supremos de la Civilización que defendemos en tierras lejanas. Como dijo la propia George en el epílogo de su obra, no se sorprendería demasiado si llegaba a descubrir que circulaba por ahí algún informe como el suyo, pero real. Y se ve que circuló (algo de esto sabrá el Rey de los Hunos), sólo que mejorado y añadiendo bombas humanitarias al de ficción. Donde comen dos, comen tres. Y de los tres -hambre, enfermedad y ahora guerra (de exterminio)-, esta última es el comensal que más promete. A pesar de las moderneces que vivimos (¿os acordáis de noviembre del 89: "Guerras, ¿qué es eso?")... y de las que morimos. Bueno, de las que mueren los Otros, para nuestra tranquilidad.
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crítica radical de la cultura

 

La guerra limpia mejor

29 / 11 / 01

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