Imagen: Adbusters <www.adbusters.org>

Eres un afgano hambriento. Uno de estos dos paquetes, lanzados desde los aviones de EE.UU., contiene comida; el otro, explosivos. ¿Cuál eliges? [Click sobre el paquete amarillo que prefieras.]

Fuente: The Emperor´s New Clothes <www.emperors-clothes.com>

Apéndice

Asalto mortal

 

"El papel que desempeñarán en realidad las fuerzas armadas estadounidenses será el de mantener el mundo seguro para nuestra economía y abierto a nuestro asalto cultural. A tal fin, daremos muerte a un gran número de personas." Comandante Ralph Peters, responsable de guerras del futuro, Oficina del Jefe Adjunto del Estado Mayor para la Inteligencia del Ejército de los Estados Unidos, "Constant Conflict", en Parameters, revista trimestral de la US Army War College, verano de 1997, pp. 4-14. (Fuente: Susan George, Informe Lugano, Icaria, Barcelona, 2001, p.141).

Que nuestra Sociedad del Espectáculo es "infinita" en cuanto a recursos espectaculares, sádicos e idiotizadores al mismo tiempo, cada vez caben menos dudas. Ahora la industria de relaciones públicas, que trabaja a tiempo completo en tiempos de "guerra", viaja encima de los bombarderos sobre Afganistán, tirando paquetes de vida (alimentos) junto a los consabidos paquetes de muerte: metralla y bombas. ¡Qué fotos tan hermosas y humanitarias publican los diarios (en los medios de formación de masas por Internet las puedes ampliar y todo con un simple click del ratón sobre la imagen correspondiente), llenándote de buenos sentimientos el corazón!

Al fin y al cabo, ésta es una nueva guerra de los botones (como se llamó una muy buena película francesa de los años 60), algo inofensivo, en el doble sentido de la palabra, y por el contrario "defensivo" de los valores occidentales, entre los cuales, como todos sabemos, el primero absolutamente es la lucha contra el hambre. Lástima que los aviones sólo tiran comida cuando tiran bombas, y que si no hay bombas no hay comida ni por asomo. Esto a muchos latinoamericanos, en especial, les recordará al torturador "bueno" que les traía un vaso de agua después que el "malo" les pasara la picana eléctrica por los genitales, los pechos o el ano. También solía entrar en juego un confesor apostólico, aunque no sea todavía éste el caso de Afganistán: será necesaria al menos una generación para que el niño de la foto -el que recoge la bolsa de los alimentos Mc’ USA- abomine de sus creencias y se pase a las de sus "salvadores", tras probar una y otra vez la rica manzana que, como maná, llueve del cielo. Bueno, se pasará si le dan la oportunidad; si antes una bomba no lo ha destripado con la fruta fresca aún en la barriga.

Esta nueva Serpiente del Paraíso que te da de comer mientras te mata es lo verdaderamente nuevo del Espectáculo. La gente se queda prendada de la televisión, a ver si el chico alcanza la manzana antes de que la bomba lo alcance a él. Una verdadera carrera de obstáculos, con la muerte en los talones y, como se dice, "en tiempo real". Parecería salido directamente de Goebbels, si no supiéramos que ha salido directamente del Mc´Ministerio de Propaganda. En vez de agresión descarada tenemos "guerra", y en vez de inhumana destrucción, "ayuda humanitaria", toneladas de manzanas de Eva... ¿Braun? (Como en 1945, cuando la entonces reciente gran potencia del Norte se aprestaba a conquistar a sangre y fuego el mundo y, coherentemente, le puso a su Departamento de Guerra el muy public relations nombre de Departamento de Defensa, según no se cansa de recordarnos Chomsky.)

Mientras el titular del periódico digital habla del bombardeo actual y del próximo, la imagen -que es la Verdad- te muestra al niño cogiendo la bolsa estampada con el logo del glorioso ejército imperial. Amplíala y le verás la rebosante cara de satisfacción. La misma probablemente que la del gladiador romano después de haber salido con vida por casualidad de las garras del león.

Antes fue, desde el punto de vista del público, pan y circo. Ahora, desde el punto de vista de las víctimas, pan y bombas. Pero las víctimas de hoy, como las de antaño, igualmente forman parte del circo. Unas corrían por la vida, perseguidas por el león. Otras corren por la comida, perseguidas por las bombas. ¿Qué ha cambiado? Las incómodas gradas del estadio por los mullidos sillones del salón. La mano inactiva por la "interactiva" mano posada sobre el ratón. ¡Amplíame esa foto, que mientras tanto otros seguirán ampliando nuestra degradación!

De pan y circo a pan y bombas

noviembre 2001

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