¿Qué hacemos aquí?
Del soporte papel al soporte Nada. Tercamente, otra vez. No escarmentamos. Seguimos sin contar con que se nos lea por decenas de miles, por mil o aun por centenares. Así que si has caído, casual o deliberadamente, en este oscuro rincón de Internet, no esperes que un cálido mar repleto de navegantes te cobije. No hay tales navegantes: a lo sumo, náufragos. Quizá, si la metáfora te gusta más, un barco ebrio o un barco fantasma.
Fueron nombres éstos que se nos ocurrieron al pensar en el reflotamiento que ahora -privilegiadamente, ¡pero vaya privilegio!- contemplas y además con el escepticismo más justificado del mundo. Nombres que nos vinieron dados por sentirnos así, borrachos, fantasmagóricos y a la deriva, sujetos a podridos tablones o a agujereados botes de goma.
Pasan a lo lejos grandes barcos y van a sitios donde no iríamos aunque vinieran a buscarnos. Seguimos, al parecer eternamente, dando vueltas pero no nos hundimos. Es nuestra manera de navegar, que a muchos les parecerá un irse tranquilamente a pique. Allá ellos con sus vastos horizontes, acá nosotros con nuestros remolinos.
Si no te espanta, puedes sumergirte junto a los náufragos, los borrachos y los fantamas en esta dudosa gloria de no viajar a ninguna parte. No se va uno, se queda echando sondas a ver qué pasa. Tal vez algún día toquemos fondo, sin por eso acabar hundiéndonos del todo.
PIMIENTA NEGRA
Publicado el 7 de septiembre de 2001, fecha en que estas páginas resucitaron en Internet.