From: mirlena villacorta[mvillacortao@yahoo.com]
Sent: Lunes 2 de Marzo de 1998 07:11 PM
To: latam-econ@rcp.net.pe
Subject:[LATAM-ECON] Globalizacion y mercado de trabajo
Estimados señores:
Es grato para mi enviarles un ensayo acerca del tema propuesto en la
lista sobre "La Globalización y sus implicancias en el mercado de
trabajo del Perú".
Este artículo será publicado en la próxima edición (Nro.107) de la revista
económica Moneda.
Agradecería sus comentarios
Atentamente
Mirlena Villacorta Olazábal
Economista
e-mail: mvillacortao@yahoo.com
EL DESEMPLEO Y SUBEMPLEO EN EL PERU: SITUACION ACTUAL Y PERSPECTIVAS
MIRLENA VILLACORTA O.
I. INTRODUCCION
La economía mundial se encuentra en un proceso de profundas
transformaciones que han dado curso a un nuevo orden económico
internacional dominado por la competencia. Este desarrollo inspirado
en la aplicación general de los principios de la economía de mercado
actúa bajo nuevas condiciones , que han implicado para las economías
nacionales la liberalización del conjunto de sus mercados.
Es en este contexto, que desde mediados de 1990 se ha venido aplicando
en el Perú un programa de estabilización macroeconómica y de reformas
estructurales que dentro de la misma lógica han cambiado las
relaciones básicas de la economía , al entregar a los mecanismos de
mercado el funcionamiento económico y la determinación de sus
principales variables.
Dentro del conjunto de reformas, la reforma laboral ha buscado que
adecuar la legislación laboral al establecimiento de una economía de
mercado, en virtud del cual el volumen y el precio real de la mano de
obra exenta de intervenciones debiera determinarse mediante el
equilibrio entre la oferta y demanda de trabajo.
No obstante, son los cambios introducidos fundamentalmente en los
otros mercados los que han impactado substancialmente el
funcionamiento del mercado laboral peruano, afectando tanto a la
oferta como a la demanda de trabajo. En efecto, luego de siete años
de aplicación de la reforma neoliberal se observan singulares cambios
en el comportamiento de las variables del mercado de trabajo. Es esta
particularidad de carácter estructural y no coyuntural la que explica
la evolución del desempleo y subempleo del Perú de los 90 .
En esta perspectiva, son dos los objetivos que pretende alcanzar el
desarrollo del presente artículo: 1) Identificar los cambios en el
mercado de trabajo inducidos por la estabilización macroeconómica y la
reforma neoliberal y su incidencia sobre la determinación del
desempleo y subempleo 2) Examinar la situación actual y perspectivas
del mercado laboral en lo relativo a empleo, desempleo y subempleo,
así como la distribución del ingreso.
II. EL DESEMPEÑO MACROECONOMICO
Durante la década pasada el Perú profundizó su crisis estructural
iniciada desde mediados de la década del 70. Esta crisis estructural
de carácter terminal tuvo su mayor expresión a finales de los 80´s con
la hiperinflación y la caída del producto a niveles sin precedentes.
Las señales de agotamiento eran particularmente graves, la inflación
anualizada a julio del 90 superó el 3000 por ciento, en tanto que el
PBI en los dos años previos al 90 registró una contracción acumulada
de 19.5 por ciento.
Bajo este contexto económico de igualmente grave deterioro social se
aplicó en el Perú un programa de estabilización macroeconómica y de
reformas estructurales de inspiración neoliberal , en la perspectiva
de establecer bajo un esquema de libre mercado, nuevas reglas de
operación en el funcionamiento de cada uno de los mercados.
El resultado esperado de esta propuesta programática era: que la
economía debía estabilizarse, es decir, detener la inflación,
recuperar el ritmo de crecimiento y por esta vía generar empleo,
aumentar ingresos y modernizar.
Luego de siete años de aplicación el desempeño favorable en los
indicadores macroeconómicos nos deja junto con las señales de éxito
económico, la extraña percepción de que la economía peruana está bien,
pero los peruanos estamos mal.
En efecto, la inflación se ha reducido, pero a un enorme costo social:
a expensas de una contracción en el consumo, vía precios y salarios.
El PBI ha recuperado el ritmo de crecimiento, pero a bajos índices de
ocupación y magros ingresos.
Esta falta de respuesta del empleo y de los ingresos frente al
crecimiento registrado en el PBI de 12.9 por ciento en 1994, 6.9 por
ciento en 1995, 2.8 por ciento en 1996 y de 7.4 por ciento para 1997,
se debe fundamentalmente al tipo de crecimiento inducido en la
economía y que se ilustra gráficamente en los cuantiosos déficits en
la balanza comercial y de pagos. Un crecimiento que termina
favoreciendo el empleo externo, con un efecto reductor sobre el nivel
de ingresos.
Las cifras oficiales son elocuentes al respecto, los índices de empleo
y de sueldos y salarios no logran recuperar ni siquiera los niveles
previos al ajuste, niveles que ya eran deprimidos.
Como balance de este desempeño macroeconómico y social podemos
concluir: que hemos asistido a un periodo de costo sin beneficio, por
sus nulos efectos sobre el empleo y la recuperación de ingresos de la
población, que son las variables que más interesan desde el desarrollo
social y en todo proyecto político nacional.
III. CAMBIOS EN EL MERCADO DE TRABAJO Y SU INCIDENCIA SOBRE LA
DETERMINACION DEL DESEMPLEO Y SUBEMPLEO
Ultimamente viene resultando de interés creciente observar el
funcionamiento de los mercados de trabajo . En particular, a partir de
los efectos que el fenómeno de la globalización ha generado sobre los
principales indicadores de empleo. En efecto, en lo que va de la
década de 1990 se han registrado visibles cambios en el comportamiento
de las variables del mercado laboral, tanto en términos de la demanda
de trabajo, tasa de crecimiento de los empleos, como de la evolución
de la oferta en lo que toca a la PEA, a la tasa de actividad, así como
sobre la evolución de los sueldos y salarios relativos y reales y las
condiciones de trabajo.
Desde el lado de la demanda es particularmente notorio observar un
debilitamiento del sector moderno en su capacidad de absorción de mano
de obra, asociado básicamente a la reforma del sector externo y sus
efectos contractivos sobre los niveles de ocupación y a la perdida de
empleos en el sector público a partir de la reestructuración del
Estado,( Ver cuadro Nº 1 ).
Cuadro Nro1 (Resumido)*
PERU: Estructura del Empleo no Agrícola (Porcentajes)
Sector Informal
1990 51,8
1992 54,5
1994 53,8
1996 57,9
Sector Formal
1990 48,2
1992 45,5
1994 46,2
1996 42,1
Fuente: OIT
El efecto conjunto sobre los niveles de empleo de la apertura
comercial y de la reforma del Estado, han determinado la perdida de
participación del sector moderno en la estructura ocupacional y en la
generación de empleos. El sector moderno que en las actuales
circunstancias debía haber liderado la tasa de crecimiento de los
empleos resultó desplazado por la capacidad expansiva en la generación
de empleos del sector informal .Es decir, hoy en día se generan cada
vez menos empleos de calidad y en cambio se hace cada vez más
extensiva la precariedad y la baja calidad de los empleos,( ver
cuadro Nº 2 ).
Cuadro Nro.2* (Resumido)
PERU: Distribución de los nuevos empleos según segmentos del Mercado
Laboral Peruano: 1991-95
Porcentajes
Distribución Porcentual
Sector Informal 68,7
Cuenta Propia 34,8
Micro-Emp 29,6
Servicio Domést. 4,3
Sector Moderno 31,3
Tasa de Crecimiento Anual
Total 5,1
Sector Informal 6,5
Cuenta Propia 5,0
Micro-Emp 11,2
Serv.Domést. 4,5
Sector Moderno 3,4
FUENTE: OIT
Si bien resulta evidente el proceso de creciente informalización en la
sustitución de empleos desde el sector moderno hacia el informal, es
también notable el proceso de terciarización por el cual se han
reemplazado puestos de buena calidad en la industria por nuevas
ocupaciones en los servicios. Ambos procesos han afectado la calidad
de los empleos en el Perú, presionando hacia la baja los niveles de
productividad y de ingresos en el país, ( ver terciarización cuadro
Nº 3 ).
Cuadro Nro. 3* (Resumido)
PERU: Distribución de los nuevos empleos urbanos según rama de
actividad económica: 1991-95
Porcentajes
Estructura Porcentual
Bienes
Industria 23,0
Construcción 8,0
Servicios
Comercio 12,0
Transporte 12,0
Est. Financieros 19,0
Servicios 26,0
Fuente: OIT
Por lo tanto al concentrarse la ocupación entre los sectores informal
y terciario, los sueldos y salarios prevalecientes durante el período
han sido de baja productividad y a niveles de subsistencia. Esta
condicionante ha generado a nivel macro un persistente aumento de la
oferta de trabajo, lo que a nivel micro se traduce en una creciente
inserción de más miembros de la familia en la fuerza laboral, en
particular de mujeres y de jóvenes en edad escolar, ( ver cuadro Nº 4 ).
Cuadro Nro.4* (Resumido)
PERU: Algunos Indicadores de Empleo: 1995-97
Tasa de Desempleo
Años:
1995 7,9
1996 7,0
1997 7,7
Tasa de Participación
1995 59,58
1996 59,61
1997 64,10
Tasa de Empleo
1995 54,87
1996 55,44
1997 59,16
Fuente: INEI
En efecto, si antes la participación de la mujer en el mercado de
trabajo estuvo asociada a un mayor nivel de instrucción , a partir de
la década del 90 corresponde más con la urgencia de compensar los
salarios reales substancialmente menores a los registrados antes del
ajuste. Asimismo, son cada vez menos los jóvenes que estudian a
dedicación exclusiva. La evidencia empírica a partir de las encuestas
de hogares revela una mayor alternancia entre ambas actividades.
Por su parte, la reforma en la normativa laboral basada en una mayor
flexibilización de la contratación y el despido, también ha ejercido
una notable influencia sobre las condiciones de trabajo y el nivel de
sueldos y salarios. En virtud de esta nueva legislación laboral, el
capital privado ha incrementado las causales de despido, sustituido
trabajadores antiguos por nuevos con menor salario y reducido costos
salariales y no salariales . En consecuencia, la calidad del empleo
referida no sólo a la productividad y los ingresos sino también al
ejercicio de los derechos laborales fundamentales se ha deteriorado
sin distinguir entre sector moderno y sector informal.
Adicionalmente las posibilidades de lograr mejoras substanciales en el
nivel de sueldos y salarios se dificultan ,aun en el largo plazo, en
la medida en que persistirá la alta prioridad asignada a la
estabilización y a los equilibrios macroeconómicos.
En esta perspectiva, resulta claro reconocer que el desempleo y
subempleo en el Perú de los 90, es resultado de los cambios
desfavorables en la estructura del empleo ( disminución del empleo
moderno y profundización de los procesos de terciarización y de
informalización ) inducidos a partir de la estabilización
macroeconómica y de la reforma neoliberal realizada en el país.
IV. SITUACION ACTUAL Y PERSPECTIVAS DEL MERCADO LABORAL PERUANO
Luego de 7 años de estabilización macroeconómica y de reformas
estructurales, el problema ocupacional en el Perú sigue siendo no sólo
de desempleo, sino también de subempleo. La diferencia está en que a
partir del cambio estructural de los 90, lejos de expandirse la
modernidad en términos de un mayor número de empleos de mejor calidad
y bien remunerados, se ha masificado la marginalidad y la exclusión en
el país. Así lo revelan las más recientes investigaciones estadísticas
realizadas por organismos nacionales e internacionales.
En efecto, según los resultados de la Encuesta Nacional de Hogares,
desarrollada por el INEI, la tasa de subempleo a nivel nacional urbano
correspondiente al año 1997 fue de 41.8 % , cifra que siendo
ligeramente inferior a la registrada el año anterior no deja de ser
crítica . Debido a que esto significa, que un importante porcentaje de
la fuerza laboral ocupada se encuentra por debajo de los estándares en
términos de las horas trabajadas y de los ingresos que como mínimo
debieran percibirse. Bajo cualquier modalidad de subempleo, se trata
de un porcentaje significativo de la PEA que percibe ingresos
anormalmente bajos ( menos de 469 nuevos soles al tercer trimestre de
1997), ( ver cuadro N º 5 ).
Cuadro Nro.5 * (Resumido)
PERU: Tasa de Subempleo Urbano: 1997
Porcentajes
Total 41,8
Visible (por horas) 17,7
Invisible (por ingresos) 24,1
Masculino 36,0
Femenino 49,4
FUENTE: INEI
Adicionalmente, según la referida encuesta, la tasa de desempleo
abierto urbano correspondiente al mismo período de análisis fue de 7.7
por ciento, cifra igualmente crítica si consideramos que en el país no
existe un seguro de desempleo , como en los países industrializados y
en algunos de América Latina.
Un análisis detallado de la cifras de desempleo y subempleo por sexo y
edad nos muestran que a 1997 la mayor proporción de desempleados y
subempleados en el Perú son mujeres y que el grupo poblacional más
afectado por ambos fenómenos es el de los jóvenes entre 14 y 24 años.
La tasa de desempleo de los jóvenes prácticamente duplica a la
nacional. En cuanto a las mujeres, la tasa de desempleo supera en 36
por ciento la registrada por los hombres, ( ver cuadro N º 6 ).
Cuadro Nro.6
PERU: Evolución de la Tasa de Desempleo Abierto: 1997
Porcentajes
Total 7,7
Masculino 6,7
Femenino 9,1
Edad
14-24 años 13,7
25-44 5,8
45-54 5,3
55 y más 4,5
Asimismo una exploración de los tipos de ocupación de la población
subempleada en el Perú nos revela una concentrada inserción de la
fuerza laboral en actividades terciarias ( comercio, servicios
personales, domésticos y comunales ) e informales ( empresas de menos
de 5 trabajadores ). En efecto, durante la década de los 90 estamos
asistiendo en el Perú a la profundización de los procesos de
informalización y terciarización, ante el debilitamiento de la demanda
de trabajo y el insuficiente dinamismo en la creación de empleos por
parte del sector privado moderno.
El sector privado moderno bajo nuevas condiciones de operación , lejos
de liderar los índices de ocupación a propiciado la expansión del
empleo en el sector informal , es decir en actividades de baja
productividad, reducidos ingresos y total desprotección. A su vez la
reforma en la normativa laboral ha hecho extensiva la precariedad
comprometiendo empleos modernos y no modernos.
En consecuencia la calidad de los empleos se ha deteriorado, y la
concentración de la ocupación en actividades de baja productividad e
ingresos ha ampliado el diferencial de ingresos entre los ocupados,
profundizándose la desigualdad en la distribución del ingreso.
En definitiva los resultados obtenidos ponen en cuestión la eficacia
del modelo en la resolución de los problemas más sentidos por la
población, por sus nulos efectos sobre el empleo y la recuperación de
ingresos de la población, que son las variables que más interesan
desde el desarrollo social y en todo proyecto político nacional.
Los voceros oficiales pregonan éxito económico a partir del desempeño
de los principales indicadores macroeconómicos, lo cual es cierto,
según lo indica la propia información estadística disponible:
disminuye la inflación, crece el PBI , aumentan las reservas
internacionales, ingresa nueva inversión directa extranjera, etc. etc.
Pero en cambio se registran los más bajos índices de ocupación y de
ingresos. En efecto, si bien es cierto que en el corto plazo se
observan tenues mejoras en los índices de empleo y de sueldos y
salarios reales, estos siguen sin recuperar los niveles previos al
ajuste , en los que ya eran deprimidos ( según puede apreciarse en las
siguiente gráficas ). *
Esta falta de respuesta en los indicadores de empleo y de sueldos y
salarios frente al mayor dinamismo económico, se explica por el tipo
de crecimiento inducido en la economía a partir de la reforma
estructural de los 90.
No cabe duda, que muy atrás quedaron los objetivos de pleno empleo que
dominaron la política económica durante más de 40 años, en las
actuales circunstancias plantearse este objetivo resulta inconsistente
con la propia lógica funcional del modelo económico que, en contextos
de acelerado cambio tecnológico aumenta productividad sustituyendo
mano de obra. Adicionalmente, la alta prioridad asignada a la
estabilidad y a los equilibrios macroeconómicos, dificultan aún más
los objetivos de pleno empleo, en la medida en que se basan en niveles
de demanda agregada insuficientes para el logro de una plena ocupación.
En suma, frente al problema del empleo y a las restricciones técnicas
antes planteadas, se requiere que el Perú crezca, pero de manera
orgánica, es decir en base a una expansión del ahorro e inversión ,
con tasas de crecimiento superiores al 5 por ciento, sin alterar los
equilibrios macroeconómicos y redistribuyendo los beneficios del
crecimiento, mejorando los sueldos y salarios no sólo por criterios de
bienestar social sino también de eficiencia económica.
* Se presenta en este mensaje un resumen de los cuadros del artículo.
Los cuadros y gráficas completos se publicarán próximamente en la
edición de marzo-abril de la revista económica Moneda.
               (
geocities.com/pjabad)