Hoy serás sin miramientos,
lo más terrible en mi vida,
la mujer más aborrecida,
el más cruel de mis tormentos.
Pero recuerdo el momento,
que penetraste mi esfera
y no fuíste despreciada,
ni me causaste lamentos.
Aún recuerdo con nostalgía,
cuando te ví el primer día,
cuando aprecie tu figura,
cuando rodee tu figura,
cuando te dí el primer beso.
Hoy serás dolor de espina,
de la corona de Cristo.
Esa Cruz que con trabajo,
soporta mi endeble cuerpo.
El látigo que fustiga,
lo profundo de mi herida.
Pero ayer, me diste amor,
de tu vida lo mejor.
Hoy no serás más las estrella,
que en mi firmamento brille.
Hoy será la noche negra,
que mi pensamiento evoque.
El abismo más profundo,
de mi mundo más amargo.
Pero ayer fuiste la luz,
de mi noche más oscura.
Donde volé alrededor,
como ciega mariposa.
Hoy no será más, mujer,
el más mísero ideal,
por el que pueda luchar.
Pero ayer fuiste mi amor,
el más sublime ideal,
que me llevará a anhelar,
el firmamento alcanzar.
