El centro de la vida
se germina en una expresión,
el núcleo de existencia
se torna rojo y es potente.
Tu piel me nutre, tu voz me asoma
y en este bello amanecer descalzo,
siento paso a paso
tu tan tierno recorrer.
Es un símbolo de exclamación
tu cabello alborotado,
que como rayo se alza
a la víspera del sol,
más me cobijas en tu seno
como piedra descubierta,
al darte cuenta que con tan simple
roce apacientas mi dolor.
Las mariposas ya descansan,
el invierno ha llegado
y el verde de la vida
vuelve del suelo a brotar,
más siento frio,
necesito de tus brazos,
por que los días pasan,
el viento sopla,
y tu calor
sólo lo puede apaciguar.
16-XI-1999
1:32 pm
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