Mariposa

Arturo



De la mano de la nada
me acompaña mi sonrisa
entre niños y figuras
entre música y fulgor,
de los ríos de los lagos
de lo claro de tu risa,
la caricia más divina
se convierte en ceniza
de lo claro de lo oscuro
de lo ruin de este olor,
donde todo pasa al silencio,
donde todo cambia;
con el paso de los días
y el momento mas eterno
se convierte en fragmento
se desliza el pensamiento
y el momento se esclaviza
de lo claro de tu risa
del olor y el color.
Como llave en la tienda
de la puerta acerté,
donde el lugar era mío
donde mi pie debía tocar;
en lugares tan extraños
de lo fuerte de mi vida
con tan firme alarido
con tan firme el sentido,
de la dulce melodía
de lo claro del día
donde la puerta brillaba
con el esplendor del sol;
mi corazón aún en vida
moría poco a poco en su agonía
pues abierto había quedado
al perder tu compañía
y con el frío de la vida,
los latidos terminaban,
la belleza acababa,
el momento culminaba
las estrellas y la vida
la oportunidad me habían dado
la secuencia de las cosas
el salir al firmamento
aun después del soneto,
El momento… ya llego.



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