Transición

Arturo



El mar lloraba mientras
el sol caía,
las estaciones y el momento
fueron cuatro a la vez,
el pálido horizonte
cobraba esencia, huía,
llanto y alma se fundían,
viento y masa se acercaban,
entre brillo y estruendo
el comienzo de algo eterno,
resurgía en su momento
dando fuerza a este viento;
y ser testigos de esa lágrima,
que el mar desvaneció.
Millones de expresiones
manifiestas de inquietud,
asemejan a la huída
del ayer que ahora fue;
en su tierna juventud,
blancura exacta de experiencia,
con la vida que aún cargas
y la huella en presencia,
vas cubriendo en recorrido,
sin alterar!, lo que afectas,
cautelosa e inquieta,
rencorosa y perfecta.
Es engaño tu hermosura,
pues te vas y así regresas;
a veces triste o coqueta
con rubor en tu esplendor,
mas te contemplo y te admiro,
pues aún en la locura,
me haces falta, como esa tarde
que el día de hoy desvaneció.


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