Arcilla de alfarero

Quiero que me beses lentamente
hasta que te lleves el sabor de mi boca,
acaríciame primero estrechamente
y luego avanza con tu mano loca.

Haz una peregrinación de tus labios
por mi cuello, hombros y espalda
dejando lacerados los poros con tu lengua
como los surcos de la montaña.

Baja con la velocidad de un reloj de arena
dibujando con las yemas de tus dedos
las variables superficies de mi abdomen
quemando las pajas de mi suspiro joven.

Cubre poco a poco mis piernas
con la moldura suave de tu cuerpo
y ondea lentamente tu volumen
como si fueras arcilla de alfarero
y de repente tomes nueva forma.

Cruje suavemente y sin piedad
provoca que rompamos al sollozar
porque fuimos masa nueva
en las manos de un artista al azar.

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