Escribe desde el barco hundido,
desde el náufrago
que les ha separado.
Está con gotas sobre su rostro,
sobre sus manos
y su cuerpo,
gotas que le cubren y le rodean,
como ungido por la lluvia.
Escribe con la mirada en el horizonte,
donde vislumbra un nuevo día
desde aquella playa vacía,
que únicamente él habita.