A veces pienso que dejo de pensar
cuando trato de explicar tu presencia,
piel del fuego que tiembla ante la llama,
ojos de intermitencia en las sombras,
luna de octubre sobre las olas.
Historia de tiempos modernos
en que la cibernética domina el espacio-tiempo.
secreto de libertades que van escapando
ante la sencillez de lo etéreo y volátil
con lo que vamos impregnando el ambiente.
A veces pienso que dejo de pensar
cuando me dejo llevar por el sortilegio
que produce tu alma de bohemio,
tu verso de frases melancólicas,
la manera especial de ver lo nuestro.
Dulzura de mediodía en playas salobres,
resplandor de transparencias del arco iris,
estalagmitas de cuarzo en cuevas profundas,
náufragos sin nombre en el ocaso costero
que va dejando huellas en el mar bravío.
A veces pienso que dejo de pensar
cuando te invento cada mañana
en la necesidad urgente de un abrazo,
catarsis de sentimientos que van revelando
la fotografía inconclusa de mi alma.
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