Escuchar
Madeleine Belliard
~¡SSSSHHH! ¡Escucha!~ dijo el Maestro muy quedo y el estudiante aguzó
su oído para hacerlo; esperaba oír algo en particular, no sabía qué,
pero algo...
~Nada oigo Maestro~ dijo al poco tiempo el impaciente muchacho a su
mentor y éste en mirada dulce y total ternura de voz dijo:
~¡Has hecho bien tu trabajo! ~ Y guardó silencio; un silencio tan
absoluto que se diría sonoro.
Los minutos volaron a las horas y así las horas se fueron convirtiendo
en días de silencio donde El Maestro nada decía y el estudiante nada
se atrevía a preguntar. Su cabeza era una maraña de dudas, pero nada
dijo. Un sorpresivo día estival su Maestro le dijo luego de tanto
silencio: ~¿Amado, qué escuchaste? ~
Sorprendido el estudiante respondió, cómo que qué escuché, Maestro...
Durante días has guardado silencio y yo nada he oído que no sea mi
propia respiración, mis propios latidos, y mis propios pensamientos.
Aquí ningún otro sonido ha entrado pues tú te has ido durante días
eternos a morar en el silencio absoluto. Yo nada he oído.
El paciente Maestro miró con profundo amor a su pupilo y le expresó lo
siguiente: ~Amado mío: es importante que aprendas que oír y escuchar
no es lo mismo. Cuando oyes, lo haces con los oídos externos, mas
cuando escuchas es con tu oído interno con lo que escuchas.
Para poder crecer en el sendero debes dejar de "oír" y comenzar a
"escuchar"; es importante que te empeñes en aprender a hacerlo pues
de eso depende tu desarrollo. Aprende a discernir lo que es importante
de lo que no lo es y aún despues que hayas elegido deberás ponderar
para poder tomar acción con aquello que es más importante. El único
modo de lograr tal azaña es escuchando. Al responderme que has "oído"
tu respiración, tus pensamientos y tus latidos, en tu inocencia de
niño no has reconocido que has escuchado, mas lo has hecho. Escuchar
es algo que comienza dentro de ti y se extiende hasta el infinito...
Escuchar es necesario para tu evolución, pues cuando escuchas estás
abriendo las puertas de tu corazón para dejar entrar la energía
universal sonora e insonora que te guía amorosa. Al aprender a
escuchar aprendes a recibir las soluciones pues saber escuchar es saber
entender lo que dice el vacío; que es el lugar donde existen todas las
cosas, aún lo que no existe... Cuando aprendes a escuchar eres capaz de
ayudar al prójimo pues si lo escuchas nada hay dentro de tu mente, por
tanto la respuesta a sus necesidades viene desde el vacío y es lo que
necesitas para suplirle. Confía en la Voz del Silencio pues en ella se
guardan todos los secretos. Aprende a descifrarla y úsala, es tuya por
derecho de conciencia. Y cuando ya domines esa voz que mora dentro de ti,
entonces, enseña cómo usarla.~
Dicho esto El Maestro guardó silencio y yo, que era su estudiante, también
callé...
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