Una oración para tí




Acabo de enviar a Dios para tí,

una pequeña y ferviente oración.

Y sé que me oyó porque sentí

la respuesta en mi corazón.

No pedí riquezas, ni fama mundial,

sabía que no te importarían.

Sino las mejores bendiciones

de un tesoro que eternamente duraría.

Le pedí que estuviera cerca de tí

del principio al fin de cada día.

Que te concediese buena salud

y amigos por toda tu vida.

Con deseos de inmensa felicidad

hice esta pequeña oración para tí,

y su Grandiosa Protección

fue lo que más pedí...




[BACK] [HOME]

¡Envía esta reflexión!

Tu nombre:
Tu E-Mail:

E-mail a donde la enviarás:




Click Here!