76 ALTERNATIVAS AL CAPITALISMO

 

Debido a las dificultades sociales y económicas que persisten actualmente en muchas sociedades, sigue abierto el debate respecto de las posibles alternativas al sistema de producción y distribución capitalista. Dicho sistema surge de la división del trabajo y del posterior intercambio en el mercado. Podemos sintetizar los aspectos básicos de la economía de mercado, o capitalismo, en la siguiente igualdad:

 

        Capitalismo = Trabajo + Ahorro productivo + Libre intercambio + Ética

 

De no cumplirse con alguno de estos requisitos básicos, el sistema no dará los resultados óptimos que se han de esperar.

 

   Generalmente se asocia a este sistema una esencia competitiva. Sin embargo, no es excluyente la posibilidad de establecer un sistema capitalista cooperativo, que tendería a subsanar algunos de sus aspectos más criticados. De ahí que la primera alternativa al capitalismo habría de ser el “capitalismo cooperativo”, en el cual el aspecto ético debe preponderar aún en los intercambios de tipo económico. En realidad, las virtudes humanas, si son tales, deben mostrarse en todas y en cada una de nuestras acciones cotidianas.

 

   A pesar de que los principales países socialistas (ex URSS, China) abandonaron la economía planificada, todavía hay quienes suponen que puede en algún país funcionar adecuadamente. Podemos establecer una igualdad descriptiva respecto de tal sistema:

 

       Socialismo = Trabajo + Confiscación estatal + Intercambio planificado + Distribución equitativa

 

En realidad, toda sociedad real se encuentra en algún punto intermedio entre el capitalismo y el socialismo, desde la total ausencia del Estado a la total ausencia de la propiedad privada, ya que existen sociedades mixtas con distintos porcentajes de participación entre lo privado y lo estatal.

 

   Quienes adhieren al sistema capitalista encuentran en la libertad (económica, política, social) la principal ventaja y la principal meta. Quienes adhieren al socialismo encuentran en la igualdad a su principal objetivo. De ahí que los socialistas critican las desigualdades sociales de los sistemas capitalistas mientras que los liberales critican la ausencia de libertad en los sistemas socialistas.

 

    Es oportuno aclarar que, además de los intentos puramente teóricos que establecemos los hombres para describir los sistemas políticos y sociales, existe una realidad que excede a estas descripciones, demostrando sus limitaciones. Así, en muchos países capitalistas existe una gran distribución de la producción y una igualdad social aceptable, mientras que en los países socialistas existen (o existieron) marcadas y netas divisiones sociales. De ahí que el socialismo vendría a ser una sociedad de “capitalismo con una empresa” (el Estado) que acentúa notablemente todos los defectos criticados al capitalismo privado. El socialismo, sin embargo, se presenta actualmente como una alternativa al capitalismo.

 

   En las sociedades libres, cuando el trabajador gasta menos de lo que gana, es posible que ahorre el excedente, sacrificando en parte el bienestar presente en función de cierta seguridad futura. Si ese ahorro se materializa en la compra de acciones de alguna empresa, o en préstamos a quienes vayan a emprender alguna actividad productiva (a través de los bancos), favorece la producción y el bienestar de la sociedad.

 

   Este proceso, aunque favorece la producción, es criticado severamente por los socialistas como si se tratara de algo perverso. De ahí que en la ex URSS no existían bancos. Incluso era considerado perverso el comercio libre, por lo que tampoco existía. Hace poco tiempo atrás, el actual líder cubano Raúl Castro propuso que sus gobernados puedan llegar a ser propietarios de sus viviendas y que éstas puedan ser heredadas por sus hijos. Ello indica que antes que se tomara esta decisión, pocos cubanos habrán tenido, seguramente, la voluntad de esforzarse en construir una casa que no será para ellos ni para sus hijos, sino para “la gran empresa”, que es el Estado.

 

   El socialista supone que, aún quitando rentabilidad a la actividad productiva, seguirá habiendo interés en arriesgar trabajo y dinero, como ocurre en el caso de las retenciones confiscatorias al campo argentino. Roberto Cachanosky escribe:

 

“Las políticas populistas han provocado que el hecho de invertir en el país se haya convertido casi en un delito: si lo hace, usted será perseguido por el Estado y será señalado como el culpable de la pobreza de sus compatriotas. El resultado: fuga de capitales”.

 

“Los populistas demagogos siempre buscan a un culpable o enemigo para explicar la pobreza. Para ello es necesario crear resentimiento social haciéndole creer a la gente que la pobreza de unos es producida por la riqueza de otros”.

 

   El surgimiento de tendencias confiscatorias, como son los casos de Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia, los Kirchner en Argentina, favorece que los capitales de inversión vayan a lugares seguros como EEUU. Roberto Cachanosky escribe: “Así, en vez de crear puestos de trabajo en la Argentina con los ahorros que generan los que producen en el país, los argentinos terminan financiando la creación de puestos de trabajo en los países desarrollados” (De www.economiaparatodos.com.ar)

 

   En las sesiones del Congreso Nacional, un diputado oficialista habla explícitamente de establecer un “castigo” a los pools de siembra mediante impuestos confiscatorios a la producción exportable. Tales grupos de inversores están constituidos por ciudadanos comunes que participan con sus ahorros en una inversión para ser aplicada a la producción. Sin embargo, recordemos que el socialista considera perversa tal actividad, la que debe ser desalentada severamente.

 

   Para muchos socialistas quedó atrás el sueño de ver a la ex URSS como el Imperio Mundial triunfante absoluto. Pero, así como el aficionado al fútbol disfruta tanto un éxito de su equipo como una derrota del rival, el nuevo sueño del socialista es ver la caída estrepitosa del capitalismo y de los EEUU. En caso de cumplirse el nuevo sueño socialista, habrá una severa catástrofe económica y social en todo el planeta, aunque esto le resulta ser un “detalle menor”. No olvidemos que la igualdad predicada por el socialista en realidad disfraza la búsqueda de una liberación de cierta envidia que motiva su íntimo accionar.

 

   Las empresas de EEUU generan un 40% de la producción mundial, mientras que las empresas de la Unión Europea superan esa cifra. También las empresas del Japón producen un significativo porcentaje de dicha producción. Sin embargo, para el socialista sólo las empresas de EEUU son perversas y, por lo tanto, estima que deberían desaparecer. Este vendría a ser un nuevo “racismo” que no conduce a mejoras concretas.

 

   Es difícil llegar a acuerdos por cuanto no disponemos de descripciones precisas respecto del accionar del hombre y sus vínculos sociales. Aún así, la utilización sistemática de la mentira, o de las verdades parciales, conduce a una confusión creciente que hace que el individuo común apoye frecuentemente a tendencias que buscan su destrucción.

 

                                                                                                                                                           

 

 

77 SANCIONES EN EL ÁMBITO EDUCATIVO

 

En la actualidad se discute respecto de las ventajas de sancionar a los alumnos secundarios mediante amonestaciones. Se argumenta que no son efectivas, de ahí que algunos sugieren suprimirlas. Sin embargo, debemos tener presente que la principal causa de su ineficacia radica en la falta de amor propio en los alumnos, cuando poco les importa la opinión que de ellos tienen los demás y no sienten la mínima vergüenza ante la sanción moral que trae asociada una amonestación. Incluso tal vergüenza tampoco existe en su medio familiar, que a veces se ubica al lado del alumno y en contra del docente, fomentando conductas indebidas.

 

   Hay quienes sostienen que el adolescente normal trae cierta “perversidad natural” y que el culpable de su accionar irrespetuoso es el docente que no se hace respetar. Incluso se le pregunta a veces al docente porqué “permite” que algunos alumnos le falten el respeto. Es un caso similar a preguntarle a la víctima de un acto delictivo porqué “permitió” tal acto; en realidad la víctima no lo permite, sino que el delincuente actúa contra la voluntad de su víctima.

 

   Si se acostumbra a culpar al docente por las actitudes negativas de los alumnos, se les está informando tácitamente que sólo deben respetar a algunos docentes; a otros, no. La educación debe apuntar a que en el alumno no surja ninguna actitud irrespetuosa hacia ninguna persona. 

 

   Cuatro son las instancias que inducen a un individuo a tener una actitud ética adecuada:

 

a)      Conciencia moral individual

b)      Influencia del ámbito familiar

c)      Influencia del ámbito social

d)      Penalidades de la justicia

 

Cuando falla la primera instancia, y el individuo no muestra un comportamiento social adecuado, es el ámbito familiar el que ha de inducirlo a una mejora. Si falla esta segunda instancia, es el medio social (a través de la escuela, por ejemplo) quien debe encauzarlo por el buen camino. Si aún falla esta instancia, serán las leyes las que, como última alternativa, tratarán de encauzarlo por la buena senda.

 

   Quienes suponen que a partir de leyes adecuadas se logrará mejorar a la sociedad, no tienen en cuenta que sólo constituyen una última instancia, que tiene sentido su aplicación cuando han fallado las tres anteriores, por lo que debe apuntarse a una mejora ética en las etapas previas. Sin embargo, debido a que está generalizada la idea de que no existe ni el Bien ni el Mal, ni siquiera la verdad objetiva, poco podrá hacerse en las tres primeras instancias.

 

   La actual crisis educativa es un aspecto más de la crisis que afecta a toda la sociedad, y ella está asociada a la vigencia de ideas y creencias erróneas tales como la mencionada existencia del relativismo moral y el relativismo de la verdad. Si no existe el Bien ni la Verdad, tampoco tiene sentido buscarlas.

 

 

 

 

78 SOCIOLOGÍA Y CIENCIA

 

A pesar de los éxitos logrados por la ciencia experimental, existe una parte importante de los intelectuales que toman una postura antagónica hacia la misma. De ahí que no resulta extraño que consideren que la sociología debe seguir los planteos de tipo filosófico y que debe alejarse lo más posible del modelo impuesto por las ciencias exactas.

 

   No habría lugar a demasiadas críticas si consideraran que la filosofía, a su vez, habría de estar fundamentada en la ciencia. Justamente, quienes critican a la ciencia suponen que la filosofía la debe desconocer para seguir sus propios métodos.

 

   Nos imaginamos una discusión filosófica respecto del mundo siendo los participantes  desconocedores totales de la teoría de la relatividad, de la mecánica cuántica, de la evolución por selección natural, de la expansión del universo, del comportamiento de las neuronas, etc. Seguramente sería una discusión que carecería de todo interés, excepto para los propios participantes.

 

   Por el contrario, podemos decir que han sido trascendentes las discusiones filosóficas entre Albert Einstein y Niels Bohr, no sólo por ser conocedores del mundo físico, sino por promover el hallazgo de nuevos e importantes aspectos del mundo real, como ha sido el caso del entrelazamiento cuántico entre partículas subatómicas.

 

   En el ámbito científico se adoptan conocimientos que pueden provenir de la propia filosofía. De ahí que no es raro el caso del neurobiólogo Antonio Damasio que ha escrito el libro “En busca de Spinoza”- (Neurobiología de la emoción y de los sentimientos) (Editorial Crítica). Sistemas como el de Spinoza han de constituir la “filosofía verdadera”, la que puede confrontarse con la propia realidad y la que puede afrontar una crítica de tipo científico.

 

   Por el contrario, quienes rechazan a la ciencia, generalmente suponen que a la verdad se llega mediante debate y consenso, casi como en las épocas de los antiguos sofistas, en lugar de llegar por medio de la verificación experimental. En el caso de Spinoza, sus escritos pueden ser verificados en forma experimental, de ahí el interés que despierta aún en el caso de especialistas como el citado.

 

   Incluso hay quienes suponen que en sociología no se deben buscar leyes naturales como fundamento de su contenido, de la forma en que lo sugería su fundador, Auguste Comte. Una ciencia sin leyes es un conjunto vacío. A estas personas se les puede nuevamente citar el caso de Spinoza, al cual se sugiere tomar como ejemplo; hace filosofía, pero con fundamentos observables extraídos de la propia realidad. Esto se aleja totalmente de los planteos puramente teóricos que llevan a discusiones sin posibilidad de llegar a nada concreto.

 

   Si la filosofía llegara a conclusiones aceptadas por la mayoría de los filósofos, existiría cierta legitimidad en sus pretensiones por imponer su método. Sin embargo, una parte considerable de ellos duda de la existencia de la verdad y del bien, anulando explícitamente parte de su propia actividad. En conjunto, la filosofía se presenta como un ámbito en donde “todo vale”. En cambio, si tenemos en cuenta a la filosofía en relación con la ciencia, adquiere la importancia por todos conocida.

 

   La sociología debe mirar a la psicología, a la psicología social, a la neurociencia, principalmente, tratando de encontrar leyes naturales básicas que permitan hacer del conocimiento sociológico un todo organizado, en lugar de seguir el caótico rumbo que le quieren imponer los filósofos que desconocen totalmente a la ciencia experimental.

 

 

 

79 ADOCTRINAMIENTO

 

Mientras que los contenidos de la educación tienden a ser universales, esto es, de igual validez para cualquier ser humano, siguiendo los lineamientos de la ciencia experimental, el adoctrinamiento tiene validez sectorial por cuanto se trata de la acción de inculcar ideas o creencias de dudosa validez, al menos para quienes no pertenecen al mencionado sector.

 

Las doctrinas pueden tener su origen en la religión, en la filosofía o, incluso, en la ciencia. Este origen, aún cuando pueda tener aspectos verdaderos, al ser convertidos en una doctrina, puede llevar a la transmisión de información poco confiable y muchas veces negativa para el destinatario.

 

El adoctrinamiento ocasiona el gobierno mental del hombre sobre el hombre, algo que puede observarse principalmente en los casos de origen religioso y también político. Los graves conflictos entre grupos religiosos, incluso dentro de una misma religión, son la consecuencia necesaria que sigue a un adoctrinamiento previo.

 

Las grandes catástrofes sociales, como han sido el nazismo y el stalinismo, se produjeron luego de establecerse un masivo adoctrinamiento, que no es otra cosa que la búsqueda de la masificación del hombre por parte de una minoría que trata de ejercer el poder sobre sus mentes y sobre sus decisiones.

 

Los demagogos generalmente apuntan hacia el adoctrinamiento de los jóvenes, de quienes esperan fidelidad y lealtad incondicional. El adoctrinado supone conocer grandes verdades, aun cuando se trate de un adolescente. Alguien dijo del adoctrinado que “tiene una gran idea, porque ocupa todo un cerebro”. Konrad Lorenz escribió: “Los demagogos de todos los tiempos sabían y saben que los ideales a los que el hombre presta más fidelidad son aquellos que hicieron suyos en su juventud. Supieron y saben componer y aplicar las citadas situaciones estimulantes clave” (De “Decadencia de lo humano” – Plaza & Janes Editores SA).

 

Una de las consecuencias del adoctrinamiento es la división y el antagonismo que promueve en forma inmediata respecto de otros sectores de la sociedad, o de la humanidad. Así, para el nazi todos los problemas se solucionarían combatiendo al único culpable de todos los males: el judío. Para el marxista todos los problemas se solucionarían combatiendo al único culpable de todos los males: el capitalista.  Konrad Lorenz escribe: “En aquellos intentos misioneros por la parte soviética,  hubo un detalle que me había pasado inadvertido en los intentos de conversión del revivalista. Y es el hecho de que las personas de mejor índole, las más bondadosas y decentes, quedan especialmente desvalidas ante las sugerencias tendenciosas de los demagogos adoctrinadores. Una virtud auténtica, a saber, su lealtad, les impide desembarazarse de la doctrina, aunque entrevean la futilidad de sus dogmas. Cuando percibe uno lo trágico de esa lealtad, comprende cuánto importa preservar a la juventud contra la vara alta del adoctrinamiento, sea cual fuere su tipo”.

 

En estos casos podemos descubrir algunos aspectos falsos en las ideologías subyacentes. Para el nazi existe una especie de determinismo racial que permite la existencia de razas aptas y no aptas para el desarrollo de la civilización, algo que carece de todo fundamento desde un punto de vista biológico y genético. Para el marxismo, la producción masiva no iría a parar a los consumidores sino a unos pocos ricos. En palabras de Karl Popper: “No se puede producir algo de forma masiva, que según su doctrina esté predestinado para los cada vez menos numerosos ricos capitalistas. Por consiguiente, es un hecho: el capitalismo de Marx es un constructo mental imposible, una quimera” (De “La responsabilidad de vivir” Ediciones Altaya SA)

 

De todas formas, aún cuando no podamos encontrar errores en las distintas ideologías asociadas a las diversas doctrinas, debemos valorarlas por los efectos que producen. Y estos efectos van desde los grandes conflictos sociales hasta la pérdida total de libertad de pensamiento del que ha sido influenciado por algún adoctrinador.

 

Esto es esencial en la valoración de todo escrito de tipo sociológico. Si queremos asociarle cierta validez, no sólo debemos atribuirle un valor informativo y expositivo, sino también un valor ético contemplando los posibles efectos que habrá de tener. Por lo general, las ideas fundamentadas en la mentira, o en las verdades parciales, sólo conducen a la violencia y al sufrimiento humano.

 

 

 

80 EL LEGADO DE COMTE

 

Es necesario decir que aún hoy, la sociología dista bastante de ser lo que en un principio propuso Auguste Comte. Al respecto escribió: “Entiendo por física social la ciencia que tiene por objeto el estudio de los fenómenos sociales considerados con el mismo espíritu que los astronómicos, los físicos, los químicos o los fisiológicos, es decir, sujetos a leyes naturales invariables, cuyo descubrimiento es el objeto especial de investigación”.

 

Se lo critica por ser el iniciador del positivismo, asignando a este término la postura que luego adoptó una parte de los científicos, mientras que Comte, en realidad, significaba con esta palabra el carácter científico que debería adoptar la sociología. F.S. Marvin escribió: “Significa, prácticamente, para quienquiera que lo use, ya sea en francés o en español, algo «cierto» o científico, algo que podemos demostrar con relación a la evidencia de nuestros sentidos. Un hecho «positivo» es aquél que todos admitirían, si se les brindara la misma oportunidad de juzgar” (De “Comte” – Fondo de Cultura Económica)

 

 

Siendo lo positivo lo cierto, lo científico, lo observable y cuantificable, se vuelven injustas las críticas a Comte debidas al “positivismo” posterior que imperó en la ciencia. No es lo mismo el positivismo en una ciencia naciente, que debe abandonar su metodología filosófica, a una ciencia experimental con cierta tradición, en cuyo caso la postura positivista presenta algunas limitaciones evidentes. E. L. Thorndike escribió: “Nada debería considerarse fuera del alcance de la ciencia, y cualquier regularidad o ley que pueda descubrir la ciencia en la sucesión de acontecimientos, es un paso hacia la única libertad fecunda para los hombres y un aliento para llevar una vida buena”.

 

La búsqueda de una síntesis de lo social viene implícita en el propio método de la ciencia experimental, ya que la existencia de aspectos observables de la realidad siempre lleva a una organización del conocimiento de una manera axiomática.

 

Al existir leyes naturales, se puede hablar de un orden natural. Al encontrar dichas leyes y al adaptarnos a ellas, se logra un orden social que ha de estar en armonía con dicho orden natural.

 

Creyó que las ideas podrían ser el factor esencial del progreso social; las ideas emergentes de la descripción sociológica. Incluso no vio en la ciencia algo opuesto a la religión, por cuanto propuso una religión universal adelantándose a la época. No alcanzó a vislumbrar cuáles eran las leyes relevantes a ese objetivo, de ahí el poco éxito logrado en ese aspecto, pero sus ideas abren la posibilidad del establecimiento de una religión natural enteramente compatible con la ciencia experimental.