EL SEÑOR DE LA MUERTE
(San La Muerte)
En mi juventud, por ignorancia en asuntos de negocios, debí pasar 3 años en una cárcel del norte y allí adquirí grandes conocimientos. Como se piensa, la Cárcel es la Universidad de las malas artes  donde se aprende desde abrir fácilmente un auto último modelo hasta la confección de billetes lavándolos y reimprimiéndolos. Un grupo de tres internos rendía culto diario a San La Muerte, o "Señor de la Muerte" como le llamaban ellos. Se decía que cada vez que peleaban, con cuchillos por supuesto, una extraña fuerza los protegía de modo que tras la contienda, salían sin el menor rasguño y a diferencia de sus contendores que curaban ellos mismos sus heridas dándose puntadas de hilo para cerrarlas sin tener que acudir a la enfermería.  Famosos eran sus trabajos realizados a distancia por el cual cobraban con alimentos y útiles de aseo, desde ya es de suponer lo que pasaba cuando un reo se negaba a pagar por el trabajo hecho. Lo más económico era el costo de llamar a algún familiar a distancia para que llegara a la visita. 
  Dentro de aquella celda y en un rincón, una mesa cubierta de velas exhibía con especial solemnidad la sagrada imagen del Señor de la Muerte, tallada en hueso humano y bendecida como es lo usual. Siempre las imágenes protectoras y talismanes que pueden ser imposibles de bendecir por un sacerdote, se ocultan dentro de  un objeto normal para que cuando el Sacerdote le de sus bendiciones a aquel objeto normal, la bendición también caiga sobre nuestra imagen benefactora o Talismán que va oculta adentro.

Un día pedí al Señor de la muerte un imposible, a cambio prometí construir un pequeño altar para su veneración. El milagro me fue concedido y su altar hoy se puede observar en un rincón de mi sala de trabajo. Tiene su capa negra azabache de seda, cuando me dirijo a él, la saco al tiempo que saco el gorro de mi cabeza. Luego nos saludamos. 

.El maestro

Mi agradecimiento al Sr. de la Muerte por favores concedidos.

Porque llegaste sin que yo te buscara y me mostraste la maldad del mundo.