Mis deseos cumplidos


(reflexión sobre la Navidad: x A. Moyano)

    <    Mientras la dulce melodía de "Blanca Navidad" se expandía por el bajo derecha de Hermanos Trueba número 2, Alfredo ponía en pie y ornamentaba escrupulosamente el árbol de la Navidad. Dos horas le había costado, pero habían pasado volando: ¡fé navideña!. Bolitas de colorines, campanillas doradas, angelitos de papel con purpurina sobre sus cabezas redondas... Todos cuelgan de esas ramas de pino inerte, de plastico verdoso, inoloro, pero lleno de fé y de buenos deseos: mis deseos cumplidos.

    Juán y Carmen, abuelos paternos de Alfredo y familia, gozan ya del calor que rezuman los radiadores acumuladores instalados en su tercer piso de la calle Ángela González, días antes. Pero esa atmósfera vaporosa, poco recatada pero acogedora, se deja notar por la forma de mirar de ella y de él, apreciados anfitriones. Una forma que en sus partes más agudas y próximas a la cima de ese arrecife llamado Felicidad, otorga cariño y radiante alegría por ver a los hijos y nietos alrededor en un día como hoy: Nochebuena, en compañía. Por cada intercambio de impresiones entre todos, acompaña una sonrisa generosa rodeada de deseos de paz y de unidad familiar: mis deseos cumplidos.

    El día cuya noche envejecerá, los amantes del espíritu navideño rejuvenecerán. No serán sólo doce uvas las que despedirán el viejo año en familia. El pavo, el champán, la televisión ... ¡No nos podemos quedar ahí! Cualquier vela, fosforo o lucecita que luce en la noche anciana, reivindica atención y ganas de compartir lo más profundo que cada uno posee: la amistad. Habrá quien no haya puesto ni árbol. Habrá quien no tenga a nadie a su lado para sonreír. Habrá quien, estando solo, tenga a la familia muy lejos en la distancia, pero muy cerca en el corazón. Sin embargo si hay amistad en un momento como la Nochevieja, entonces el resto de las noches serán más o menos oscuras, pero nunca tan jóvenes como mis deseos: mis deseos cumplidos.

    Santa Claus se ha puesto de acuerdo este año para acompañar a los Reyes Magos de Oriente en su reparto de ilusión en cada rincón terrestre. Y no lo van a hacer en un solo día. Cada día desde el 24 de diciembre al 6 de enero cuenta para regalar ilusión. Ya en enero, la nieve se encarga de facilitar la tarea a los repartidores de sueños y deseos cumplidos. La "Blanca Navidad" que días atrás se expandía en forma de melodía, demuestra que, por cada copo caido, alguien grita paz frente a las guerras que erosionan ese sentimiento que el párrafo anterior mencionaba. Una paz floreciente que despoja y extiende sus pétalos a lo largo y ancho de la faz terrestre. Pétalos, copos, sueños, ilusiones, Melchor, Gaspar, Baltasar, Santa Claus....¡cuántos deseos!: mis deseos cumplidos.

    Feliz Navidad. Y así, si después de leer esto alguien se preguntase aún qué siginifica la Navidad, tras haber gastado 1000 euros en un móvil, una videoconsola, un anillo de rubíes..., entonces que envuelva esos regalos más tarde y que vuelva a leer esto, las veces que sea necesario.

    Fé - Unidad - Amistad - Ilusión= Navidad= mis deseos cumplidos>>.

Por Alfredo Moyano Barroso (Madrid, 24 de diciembre de 2002)