![]() Parece ser que Juana I de Castilla, conocida como Juana la Loca, fue una mujer inteligente que recibió una esmerada educación pero en un ambiente muy estricto. Ya de muy pequeña había aprendido latín. Quería ser monja pero a los 16 años sus padres, los Reyes Católicos, la obligan a casarse, por conveniencia, como se hacía en aquella época por motivos políticos, con Felipe el Hermoso. Aún cuando no se conocían, se enamoran locamente pero pronto Felipe pierde el interés en la relación y nacen en Juana unos celos patológicos. Siempre estaba vigilando a su esposo y pese al adelantado estado de gestación de su segundo embarazo, del que nacería Carlos, el 24 de febrero de 1500, asistió a una fiesta en el Palacio de Gante. Aquel mismo día tuvo a su hijo, se dice, en los lavabos del Palacio. Cuando en 1503 su marido, Felipe, decide irse a Flandes a resolver unos asuntos, parece ser que se agrava su estado mental. El 25 de septiembre del 1507 muere Felipe el Hermoso en extrañas circunstancias, y es entonces cuando aumentan los rumores de la locura de Juana. Desde Burgos donde murió Felipe, lo trasladan a Granada para enterrarlo, viajando siempre de noche y Juana no se separará ni un momento del féretro. A partir de aquel momento no se quería cambiar de ropa, no se quería lavar y decidieron encerrarla en Tordesillas el mes de enero del año 1509. Allí pasó el resto de su vida hasta que murió, el 12 de abril de 1555, después de 46 años de reclusión forzosa y siempre vestida de negro. |