Buenos Aires, 9 de Octubre de 1998*CLARIN | |
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El gobierno argentino acordó con los menonitas | |
SANTA ROSA.- Los niños de la Colonia Menonita de Guatraché aprenderán el idioma castellano en sus hogares, según quedó establecido en un convenio rubricado por el ministro de Educación de La Pampa, Luis Roldán, y el líder de la comunidad religiosa, Pedro Blatz. El convenio establece que las familias menonitas impartirán a todos sus hijos la enseñanza del idioma castellano. La instrucción consistirá en lecciones de lectura y escritura del español. El material de estudio será objeto de un análisis conjunto, y en el futuro se instrumentará un sistema de evaluación a cargo de docentes provinciales. Otro punto pendiente es la cantidad de niños que recibirán la instrucción, ya que no se conoce el número de menonitas en edad escolar. Según Roldán, "la medida contemplará sólo a los niños de la colonia. Cuando sus padres no tengan conocimientos del español, los chicos podrán ser instruidos por sus tíos o sus abuelos". Los líderes de la comunidad tienen seis meses para poner en práctica las disposiciones del acuerdo. Dilatada negociación Desde su aparición, en el siglo XV, fueron expulsados sucesivamente de los lugares originales de asentamiento y hoy sus colonias se distribuyen en algunos países de América latina, donde han sido beneficiados por actitudes más tolerantes. Los menonitas se caracterizan por su actitud emprendedora y una excepcional capacidad de trabajo. Realizan labores agrarias durante todo el día, además de manejar tambos, hacer quesos y fabricar muebles. Por toda educación los niños son instruidos en la lectura de la Biblia, en un dialecto alemán, y observan una introducción a las matemáticas, centrada en el conocimiento de la aritmética. La consideración de que los menonitas nacidos en la colonia son ciudadanos argentinos llevó al gobierno de La Pampa a intentar un proceso de educación obligatoria. A pesar de los anuncios estridentes del Ministerio de Educación, los líderes menonitas se mantuvieron firmes en sus tradiciones y advirtieron que las familias podrían marcharse si las autoridades pampeanas construían sus escuelas en el lugar. La negociación, entonces, giró en torno de la posibilidad de que los docentes designados por el Ministerio de Educación enseñaran castellano y nociones mínimas de ciencias sociales, ciencias naturales, matemáticas, historia y geografía, utilizando la iglesia como escuela. La idea tampoco resultó viable y las conversaciones apuntaron a la posibilidad de que la enseñanza se realizara en los hogares. Finalmente, el gobierno pampeano terminó por firmar un convenio compatible con los intereses de los menonitas. Según aseguró Raúl García, presidente de la Iglesia Evangélica Menonita de La Pampa, la iniciativa representa "un gesto de disposición y buena voluntad por parte de ambas partes". |