Jorge Echeverri González
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El comportamiento humano es complejo y analizarlo tiene múltiples facetas y posibilidades. Y si es el comportamiento social es más complejo aún pues las variables son polifacéticas. Además no respoden solo a situaciones de causa/efecto, como pretendía la sociologia o historia "tradicional". Viene a mi memoria el que se consideró cambio reevolucionario en la enseñanza de la historia hace unos 30 años, pues se pasó de los relatos de hechos a las enumeraciones de causas de un suceso histórico y sus consecuencias. Claro que esto fue un avance, pero respondía a una visión lineal y reduccionista de los comportamientos humanos sociales, al tratar de verlos con el esquema fisicalista. Por eso, mirar un caso como el de la reciente guerra "humanitaria" de la OTAN desde una sola visión nos conduce a visiones fragmentarias. Todas las visiones pueden serlo, pero entonces toca contemplar los múltiples fragmentos y aún así la visión nunca es completa. Sostener que la "limpieza étnica" de Milosevic en Kosovo se arreglaba con la destrucción de la estructura militar (que comprendía puentes vías, fábricas, sedes gubernamentales), y de paso, como "efectos colaterales" o por errores buena parte de la estructura civil, y darle el ropaje de una intervención humanitaria, y de defensa de los "ideales" democráticos de occidente, es suponer que toda la población es ingenua y que solo miramos con la mirada de agencias de noticias o cadenas idem, como la CNN. Porque los políticos de la OTAN no pueden ser tan ingenuos, sino que nos presentan sus argumentos en esa otra guerra de la información que acompaña las guerras actuales.
Sirva esta introducción para decir que cualquier análisis
sobre la guerra de Kosovo es necesariamente incompleta, y sobre todo para
superar la fácil interpretación de que la OTAN realizó
una operación Humanitaria. Ahora que las fuerzas de la Otan están
en Kosovo, Milosevic se ha visto
forzado a aceptar condiciones de vencido y el Ejército de
Liberación de Kosovo ha firmado pacto de desmilitarización,
podemos iniciar un balance de la última guerra.
¿Quién ganó en Kosovo?
En primer lugar el mismo Milosevic. Consolidó el sentimiento de nacionalidad Serbio, por lo que las oposiciones internas en su contra se debilitaron. Se aferró al poder, del cual es difícil que lo saquen. Y tiene que aferrarse a él porque de otra manera podría quedar en manos de los jueces internacionales. No se puede olvidar que los Serbios habían sido desplazados de territorios vecinos como en Bosnia, el sentimiento de nacionalidad es muy fuerte, y Milosevic ha luchado por mantenerlo. Los territorios kosovares los consideran parte integral de su nacionalidad, pues allí están sus lugares sagrados ancestrales, por lo que la lucha por recuperarlos continuará. Los actuales pactos después de los bombardeos de la Otan le son más ventajosos que los que pretendían firmara en marzo en las negociaciones de Rambouillet. Obtuvo que se fortaleciera el apoyo de Rusia, un poco debilitado antes de la guerra.
Por qué es más ventajoso este tratado para Milosevic: porque en el proyecto de paz de marzo la OTAN pedía intervenir en toda Yugoeslavia. Ahora solo lo hará en Kosovo. Porque en Rambouillet se establecía un plazo de tres años para que Kosovo votara en referendum por su independencia o por su pertenencia a la federación yugoeslaba.
La realidad es que el presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, obtuvo sus objetivos políticos y estratégicos hace varias semanas. Expulsó a los kosovares albanos, y sus más recientes acciones diplomáticas tienen por objeto ganar tiempo. Además, Milosevic ha conseguido un mejor arreglo ahora bajo el llamado acuerdo G-8 que el anterior que las potencias occidentales trataron de imponerle en Rambouillet, en marzo. Si los comparamos cuidadosamente, veremos que desaparecieron las tres condiciones que hacían el acuerdo de Rambouillet inaceptable para Belgrado. Los actuales acuerdos consideran a Kosovo, aún ocupada, como parte de la integralidad territorial de la República Federal de Yugoeslavia. Además las tropas de ocupación actuarán bajo la tutela de las Naciones Unidas, así sean de países de la Otan. Y esto lo favorece, pues las decisiones se tomarán en el Consejo de Seguridad, donde tienen asiento sus aliados Rusia y China, además con poder de veto.
Además, los problemas de Kosovo, que antes eran de Belgrado, ahora son de las tropas de ocupación. Por ejemplo el desarme de el Ejército de Liberación, que no hubiera logrado Milosevic.
Ganó Rusia, que volvió a tener protagonismo en la región. No fue inocente, a pesar de la declaración de que había sido un error, la presencia de las tropas rusas en Pristina, aún antes que las de la OTAN. Y la OTAN tuvo que contar con su participación.
En algo ganó Clinton, que pudo desplazar del primer lugar
de las noticias sus travesuras sexuales en la oficina oval de la Casa Blanca.
Y ganó sobre todo la industria militar de los Estados Unidos, que
pudo probar en el terreno las tecnologías de guerra en condiciones
diferentes a las de la
guerra del golfo, y además obtuvo recursos para su reactivación.
Por otra parte creó las condiciones de hecho para seguir las intervenciones
militares cuando considere que sus ideales de democracia (no importa que
en el fondo sean sus requerimientos comerciales) se vean afectados. Comprobó
que las Naciones Unidas, por fuera de la OTAN, no tienen fuerza
militar ni poder político. Apenas un poco de control por Rusia/China.
Se abre el camino, así, para un nuevo orden (¿desorden?)
internacional. Y ganó protagonismo militar ante Europa, que sigue
a su zaga las acciones de guerra.
En primer lugar en Kosovo perdieron los mismos kosovares, que vieron
acelerar la destrucción de su territorio y su pueblo, pues las tropas
Serbias necontraron justificación a lo injustificable ante la intención
de la OTAN, en apoyo del considerado antes terrorista Ejército de
Liberación de Kosovo. Serbios y kosovares perdieron la posibilidad
de convivencia en un mismo territorio, pues la guerra acrecentó
los odios étnicos, en donde la "victoria" de la OTAN les permitió
pasar de "víctimas" a "victimarios" que toman revancha. Por lo que
see va a imponer la solución de Clinton: que se dividan por territorios.
Perdió el pueblo serbio, que además de ver destruida
su infraestructura, quedó con un gobernante fortalecido como defensor
del nacionalismo. Y sin posibilidad de ayuda para la reconstrucción
mientras Milosevic permanezca en el poder, al cual se va a aferrar, porque
dejarlo significa ir a prisión o morir. Es el resultado de colocar
a un gobernante entre la espada y la pared.
Perdió la comunidad internacional, y la posibilidad de arreglar
por vía pacífica o de negociación los conflictos internos.
En este contexto se debilitó el poder político de las Naciones
Unidas al no quedarle más opción que aceptar las situaciones
de facto creadas por la fuerza. Y perdemos todos los países del
Tercer Mundo, advertidos de que hay un poder militar que cuando considere
necesario intervendrá en aras de sostener sus intereses. Es decir,
regresamos a los años anteriores a la segunda guerra mundial. El
concepto de soberanía queda de hecho revaluado.
Perdió la comunidad europea que ve relegada su intervención
a secundar las acciones de los Estados Unidos. Y Clinton les fue enfático:
como su país sostuvo la mayor carga de la guerra, ahora les corresponde
asumir la mayor carga de la reconstrucción.
Perdieron los países vecinos, en particular Albania. El problema
de los refugiados no se arregla tan fácil.Y las tropas extranjeras
en sus territorios, ya se sabe cuándo entran pero nunca se sabe
cuándo saldrán.
La conclusión no por obvia deja de ser menos cierta y dramática:
en la guerra todos perdemos.