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La crisis en la Educación Superior en Colombia debe plantearse a partir del análisis del problema partiendo del punto de vista de la formación integral de quien va a ejercer su profesión dentro de la sociedad. Lo expresado tiene que ver en buena parte con lo que Ricardo Mosquera M., como Rector de la Universidad Nacional de Colombia en 1990, planteaba como parámetro básico para la implementación de la reforma académica de la Universidad y que así mismo es la base para la formación integral de los profesionales que tendrán en sus manos el desarrollo del país, con miras al Siglo XXI: "Estudiar menos cosas pero más a fondo y más creativamente es el secreto de la investigación ...".Tradicionalmente los programas que ofrece la universidad, no constituyen una respuesta o solución que satisfaga las necesidades y demandas de los sectores que se vienen denominando en forma errónea como marginados del progreso del país. Se ha pretendido tener muchos profesionales, lo cual es muy distinto a tener muy pocos pero con nivel creativo, o lo que es lo mismo que decir que el problema universitario en Colombia no radica en la cantidad sino en la calidad de los profesionales que se están formando. El desarrollo del país requiere profesionales creativos y no eruditos que sean fieles repetidores memorísticos de cantidades de repertorios cuando se necesita solucionar los problemas que la realidad nacional está presentando a diario. El profesional que ha sido formado integral y creativamente, ha adquirido solidaridad y compromiso social; autonomía transformadora ajustable a la realidad con espíritu crítico de las circunstancias y una permanente referencia a los valores éticos enfocados hacia el bien común.
La universidad en la actualidad, está muy lejos de producir un impacto social que genere el estudio de problemas relevantes. La formación del hombre como tal dentro de la escuela superior debería estar proyectada hacia los postulados básicos de la Universidad, en términos de la Investigación, la Docencia (con vinculación propia e indisoluble) y la Extensión.
La investigación y la docencia, ligadas dialécticamente, deben orientar el proceso de aprendizaje con la creación y la recreación cultural como base de la teoría del conocimiento universitario, generadora de aquello que puede llamarse el amor por la ciencia y por su núcleo constitutivo, como acto volitivo propio; la enseñanza autocrática repetitiva de otros modelos lleva a los dogmatismos cotidianos en los cuales solo se piensa en investigación como ciencia de lo empírico. A partir de los dos primeros elementos, la universidad debe propender hacia el servicio a la sociedad, mediante la extensión a la comunidad, que después de su formación llegará a ser su propio trabajo. Por su misma naturaleza, la universidad es comunitaria, es su propia misión, de tal manera que no se olvide su emplazamiento propio; actualmente se halla desconectada de la realidad, forzada por las grandes presiones de los sistemas económicos que rigen a los países latinoamericanos. El estudiante es absorbido por la voracidad de la sociedad de consumo, enajenándole y llevándole a la búsqueda de la vida fácil para compulsivamente enriquecerse fácilmente.
En otro aspecto, los sistemas educativos, a pesar de las leyes y reglamentaciones que se han venido produciendo, no plantean nuevas formas de educación que rompan con las limitaciones que tradicionalmente frenan el hábito del saber natural (espacio temporales), formas que le llevarían hacia el acceso deliberado y factible del desarrollo.
Como conclusión se debe enfatizar que la crisis de la educación superior radica en la no integración de la Investigación, la Docencia y la Extensión, asumiendo el papel de investigación como productora de conocimientos, docencia como la puesta en común de éste conocimiento y extensión, como la socialización del mismo conocimiento en la realidad concreta del país. Éste propósito de lo que debe ser la universidad, tendrá que ser analizado a la luz de acciones tales como capacitación docente, estímulo a la investigación científica, innovaciones de aprendizajes creativos, flexibilidad en los sistemas educativos y apropiación de pedagogías universitarias consecuentes con la realidad.
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