Cuando
escribo estas líneas se acaba de grabar un CD que será presentado en
público con el título de “Gore, Gore, Gays”. No estoy
hablando de Pansy Division, ni de K.D. Lang ni de ningún
grupo foráneo próximo al Queer Nation. Por primera vez y desde
estas armarizadas tierras se habla en primera persona de la “cosa
nostra”, poniendo en solfa a los que en lugar de pluma tienen plomo,
en vez de perder aceite pierden vinagre y que antes de convertirse en
multicolores mariposas prefieren adoptar el monocorde aspecto del gusano;
en definitiva, los que en lugar de ser gays han pasado a formar
parte del museo de los horrores del tópico heterosexual.
En
una canción de este disco, un DJ asegura que va a pincharte una y otra
vez y que vas a ser un nº 1 tan perfecto, tan redondo, como tú no hay
ninguno. En otra se ensalza a esa travesti “con sed de mal, vestida
para matar, bajo la lluvia dorada todo me da igual, porque tu eres mi
reina del mal”. En “Presa de la Jauría” se evoca a Lene
Lovich y se denuncia una homofobia cavernaria, cuando “el miedo
se apoderó al caer inerte y era un presagio fatal cuando la muerte se
aproximó a ti vestida de skin”. Guiños a Divine y a Sigue
Sigue Sputnik, con una letra cochinamente sublime: “¡Sensacional!
para follar hay que tener talento. Si te apetece repetir, estoy aquí,
permanezco abierto para ti. ¡Lubrícate! quiero sentir toda tu polla
dentro ¡sí! no hay nada mejor que tu calor cuando salpica mi cuerpo”.
En “Matarile al Molotov” desenmascaran a quienes nos quieren
vender como “ideas” nuevas y “alternativas” lo que son majaderías anteriores
a la época del cuplé: “ayer estabas cantando Matarile al maricón
sin darte cuenta que eres como yo. Y es que nos venden la historia alternativa
y no es tal, no es más que la vieja historia: zafiedad”.
Tres
mundos aparentemente divergentes, como la música, el cine y el teatro,
convergen cual trío de hecho (lo de las parejas queda para ciertos colectivos
empeñados en emular a Enrique y Ana o Sergio y Estibaliz).
Los tres vomitan boas y marabús, sapos y culebras, con Juli Mekànika
de músico total, Tony Trash, voz de ultratumba y cámara a lo
John Váteres y la inmunda Rampo que sólo abre la boca
para...
También
se está filmando un documental con el mismo título: “Gore, gore,
gays”, donde la mitomanía, la homofobia, el fetichismo y los
movimientos gays (amén de los cuartos oscuros) se dan la mano, pero
eso ya es otra historia que tal vez os cuente más adelante.
Gore
, Gore, Rampova
Valencia
24 de octubre del 2000
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