La Guerrera Mágica de la Luz
Capítulo 7: Tanin Wolfheart. La debilidad de Dalia.
"Toda mi vida he soñado con servir a reyes. A ideales nobles.
Los sueños mueren cruelmente y se sostienen en las manos después de que ya son polvo."
Dalia palideció. ¿Tanin? No entendía, pero el nombre le causó un dolor agudo en el corazón.
-¿Te llamas... Tanin?-. susurró, incrédula ante lo que ese nombre podría significar.
El hombre asintió.
-Ya estoy cansado de ti, Dalia. No puedo permitir, ni un segundo más, que me sigas haciendo daño. Acabaré con todos los que amas, Dalia. ¡Con todos!-. La muchacha se encogió, como si hubiera recibido un golpe. Sus ojos se llenaron de tristeza y temor, no por ella, sino por las personas que estaban a su alrededor.
-¿Cómo puedes decir que te estoy haciendo daño? Yo ni siquiera se quién eres.
-¿De verdad no lo sabes?-. la interrogó el hombre, no muy convencido. Ella negó con la cabeza. Su gesto era de verdadero desconcierto. El hombre cerró los ojos y bajó la cabeza, de modo que el cabello cubriera su semblante-. No puedo creer que no lo entiendas, Dalia.
El hombre comenzó a caminar, acercándose lentamente a la muchacha, la cual se separó de Latis y enarboló su espada, dispuesta a luchar y a defender. El hombre no le hizo caso a la amenaza y continuó caminando. Su actitud apacible desconcertó a la muchacha y no le permitió a Dalia defenderse. Sin darse cuenta, bajó el arma, dejando que el hombre se acercara a ella y pusiera sus dos manos en sus hombros.
Sin previo aviso, el muchacho acercó su rostro al de Dalia y la besó. Todos, en especial Dalia, se quedaron impactados ante la actitud del hombre. La muchacha no atinó a moverse. Empezó a aflojar la presión de la mano que tenía la espada, y el arma cayó al suelo, desapareciendo en su guante antes de impactar en él.
La Guerrera sintió que las manos del hombre bajaban hasta tomarla de la cintura, con suavidad. No entendía la actitud de éste muchacho. Aparentemente era su enemigo, pero lo que estaba haciendo no era una burla hacia ella, sino que al contrario, parecía una muestra de afecto y respeto.
Su beso era cálido, todo lo contrario a su mirada, y su tacto era dulce, desmintiendo su actitud amenazante. Ella, sin saber porqué, se entregó a su abrazo, y cerró los ojos, dejando que el calor invadiera su cuerpo.
Él se separó finalmente de ella y la miró a los ojos.
-¡Eres verdaderamente tonta!-. le dijo en un susurro, y puso una mano a la altura del vientre de la muchacha. Dalia lo miró, desconcertada por sus palabras. Una esfera de energía se impactó en el cuerpo de la mujer y la mandó a volar, abriendo los ojos como platos por la sorpresa.
Golpeó el suelo con pesadez y quedó aturdida, con una agudo dolor subiéndole por el brazo izquierdo.
-¡¡Dalia!!-. todos echaron a correr y se colocaron a su alrededor, tratando de defenderla.
Presea la tomó entre sus brazos y la incorporó lentamente.
-¿Te encuentras bien, Dalia?-. la interrogó la armera.
-Creo... que si-. Su rostro se contrajo en un rictus de dolor, mientras que tosía con fuerza, escupiendo un poco de sangre por la boca.
-¡Dalia!-. gritó el hombre nuevamente-. Cumpliré mi palabra-. Con lentitud, apareció una espada de la nada y se apostó al lado del inconsciente Latis. Colocó el arma a escasos centímetros del cuerpo del muchacho y se preparó para rebanarle el cuello.
-Te dije que acabaría con todos los que amabas. Creo que empezaré por él. ¿Qué es lo que te gusta de éste muchacho, eh? Es serio e indiferente contigo, pero está dispuesto a protegerte. ¿Te gusta el amor y la admiración que siente por la Guerrera Mágica del Fuego? ¿Te gusta la manera en la que la besa, en cómo la toma de la cintura y la aprieta contra su cuerpo? ¿Te gustó lo que viste ayer, cuando los descubriste abrazados?
La muchacha se sonrojó, pero se acercó hasta donde estaba el hombre, con una mano deteniendo su brazo herido, el cual parecía haberse roto con el impacto.
-¡¡¿Cómo sabes eso?!!-. rugió furiosa-. ¿Acaso me estabas vigilando?
-No me hables de espiar. Tu eres mejor que yo en ese aspecto-. La muchacha se sonrojó todavía más-. Por otro lado, no. Yo no te vigilo. Simplemente sé todo lo que ocurre contigo. Conozco cada pensamiento y cada sentimiento que alberga tu corazón. Por eso voy a matar a éste hombre-. Enterró un poco más la espada en el cuello de Latis hasta que un fino hilillo de sangre corrió por su piel-. Porque tu corazón anhela lo que él tiene.
-¡¡No!! ¡¡No te atrevas!!-. gritó la muchacha, al borde del pánico. Nadie atinó a moverse, nadie se atrevía a luchar contre ese hombre. Una fuerza extraordinaria los mantenía al margen. A todos, menos a Dalia.
El hombre no le hizo caso a la chica y levantó el arma, listo para dar el golpe definitivo. Pero la muchacha, de un salto, se interpuso en la trayectoria del arma y recibió el golpe en un costado. Abrió los ojos por el dolor, pero no gritó. La sangre se deslizaba por su cuerpo, regando el pecho del muchacho cuya vida acababa de salvar.
-¡¡Dalia!!-. gritaron los demás y se acercaron corriendo, viéndose finalmente libres del influjo mágico.
Los ojos de la muchacha comenzaron a cerrarse, en un estado febril de dolor y sangre. Ascot la detuvo antes de que se derrumbara, en tanto que los demás formaban una barrera defensiva alrededor de sus amigos heridos.
Tanin los miró impasible, pero con un brillo de admiración en los ojos. En especial hacia Dalia.
-¿Porqué te interpusiste en mi camino?-. le pregunto, con una voz carente de emociones-. ¿Porqué defiendes algo que te hace daño? Puedo sentir el dolor en tu pecho, y aún así has decidido defender su vida con la tuya. ¿Acaso estás loca?
-Yo... lo considero... un amigo-. Le dijo Dalia. Su cuerpo comenzaba a arder de fiebre-. Si algo malo le pasara.... Lucy se pondría muy triste. Y yo... no quiero verla llorar. Decidí... defender a la gente que amo.... con mis propias manos.
El hombre fijó sus ojos en la mirada de Dalia. Su rostro, aunque marcado por el dolor y la fatiga, era decidido. Eso pareció complacerlo, porque agitó la cabeza en señal de asentimiento.
-Lo apruebo-. Le dijo, y dio media vuelta. Comenzó a alejarse, y cuando se encontró a escasos metros del primer cerco de árboles, se giró nuevamente-. Esta vez te dejaré en paz, a ti y a los demás. Pero la próxima ocasión, los destruiré a todos-. Y con éstas palabras desapareció, desvaneciéndose en la nada.
-¡Dalia, ¿estás bien?!-. le preguntó Caldina, que se había girado finalmente, guardando las dagas que tenía en las manos.
-¿Latis está bien?-. preguntó la muchacha, pasando por alto la preocupación de la ilusionista.
Ráfaga había tomado el cuerpo inerte de Latis y lo incorporaba, ayudado por Paris.
-Él está bien. Solo está desmayado-. Contestó el espadachín.
-Me alegro-. Susurró Dalia y se derrumbó, desvanecida.
-Está perdiendo mucha sangre-. Dijo Presea-. Si no la llevamos pronto con Guruclef, puede morir.
-Regresemos al castillo-. Ascot tomó entre sus brazos a Dalia y la comitiva se dirigió a la construcción, en busca de magia curativa y respuestas.
Guruclef invocó un viento curativo, que rodeó a Latis y a Dalia, haciendo desaparecer todo rastro de sus heridas. Ambos se agitaron un poco, y lentamente, abrieron los ojos. Latis buscó frenéticamente con la mirada el rostro de Lucy. Entonces, con enojo y dolor, recordó lo que había sucedido y se incorporó.
-¿Estás bien, Latis?-. le preguntó Paris.
-Si-. Dijo, y se alejó a grandes pasos del grupo, con la intención de meditar a solas. Se situó en un rincón sombrío y observó.
Dalia abrió los ojos también, y en cuanto vio dónde estaba palpó su cuerpo, en busca de heridas. No encontró ninguna y se sorprendió.
-¿Cómo pudieron...?-. miró a Guruclef.
-Magia, ¿recuerdas?-. le dijo el hechicero, con una sonrisa.
-Ya veo. ¿Y Latis?-. preguntó al no verlo. Ráfaga señaló con un dedo detrás de su hombro. En las sombras, los ojos de Latis eran lo único que relucía.
-¿Te encuentras bien?-. le preguntó el espadachín a Dalia desde su refugio en la oscuridad.
-Yo... si, gracias. ¿Cómo estás tú?
-Mejor-. El muchacho dio por terminada la conversación. Una sombra cubría su rostro, una sombra que había desaparecido hace mucho, y que no había dejado rastro con la llegada de Lucy, pero que ahora, con la desaparición de la chica, volvía a opacar su semblante.
-¿Estará bien?-. preguntó Dalia en un susurro.
-No te preocupes por él-. La tranquilizó Paris-. Está angustiado, eso es todo. Cuando decidamos el plan a seguir se animará un poco.
-¿El plan a seguir?-. lo interrogó Dalia.
Los rostros de todos se ensombrecieron, recordando el encuentro.
-Creo que nos debes una explicación-. Le dijo Ráfaga a Guruclef. Éste asintió y los miró a todos.
-Lamento no habérselos dicho. Poco antes de la llegada de las Guerreras Mágicas-. Comenzó-. sentí un estremecimiento en la tierra. Según las leyendas, en las simas del mundo, duerme un antiguo enemigo. Un dragón, de enormes proporciones, cuya misión es apoderarse de Céfiro en nombre de una diosa maligna, Takhisis.
-Esa diosa pertenece al mundo de Krynn-. Les aclaró Dalia.
-¿Krynn?-. preguntó Ascot-. ¿Cómo es posible? Ni siquiera una diosa tiene el poder para cruzar las barreras dimensionales.
-Eso no es del todo cierto-. Le dijo Guruclef-. Recuerden que las Guerreras Mágicas las han cruzado para ayudarnos en nuestras batallas. Dalia también lo hizo cuando viajó a Krynn.
-Pero entonces, ¿ella puede aparecer en éste lugar en un momento dado?-. preguntó Caldina.
-No. Ella no puede porque está atrapada en una dimensión dentro de otra dimensión. Hasta que no cruce la primera no podrá llegar a la nuestra.
-Takhisis está atrapada en el Abismo-. Les explicó Dalia-. Las guerras que se han librado en Krynn a lo largo de la historia han sido para evitar que se apodere de ese mundo. Mientras no lo logre, no podrá viajar a otras dimensiones.
-Pero mandó a alguien a reemplazarla, ¿correcto?-. le preguntó Paris.
-Así es-. Guruclef continuó-. Immolatus es un dragón especial. Este dragón tiene poderes impresionantes. Maneja la oscuridad en su favor, y solo el poder de la Luz es capaz de encarcelarlo. Hace eones, una Guerrera lo encerró en un sueño, aprisionándolo en el subsuelo. Esa Guerrera era la llamada Guerrera de la Luz. Dalia fue traída a éste mundo para convertirse en esa Guerrera y acabar con Immolatus.
-¿Pero entonces, qué papel juega el tal Averi que mencionó Aguila?-. preguntó Caldina.
-Probablemente es el encargado de fortalecer el espíritu de Immolatus-. Dijo Clef.
-No entiendo eso-. Dijo Ascot.
-Es muy sencillo-. Explicó Clef-. Para que Immolatus puede utilizar el poder de la oscuridad necesita el espíritu de alguien para que rece por él. Mientras el elegido de la oscuridad rece, Immolatus, el dios dragón, utilizará la oscuridad a su antojo y la pondrá en nuestra contra. De ese modo espera debilitar los poderes de la Luz. Dalia debe encontrar a su propio dios, y rezar para que el poder de la Luz venza a la oscuridad.
-Muy bien, eso ya quedó claro-. Dijo Paris-. ¿Pero qué vamos a hacer con respecto a las Guerrera?
-No lo sé-. Clef bajó la mirada, empañada por la tristeza-. No podemos entregarles a Dalia. Es nuestra única esperanza. Quizás si voy yo, puedo entrar a la base del enemigo y rescatar a las Guerreras.
-¡¡No!!-. se opuso Dalia-. Yo iré y las rescataré. No arriesgaré la vida de nadie más. Si algo malo les pasara, las Guerreras Mágicas se pondrían muy tristes. Mi deber es defenderlos, y eso haré.
-Yo te acompaño-. Dijo Latis, acercándose una vez más-. Quiero liberar a Lucy.
-Es muy peligroso, Latis-. Le dijo Dalia. Al mirar el rostro decidido del muchacho, flaqueó en su decisión, pero lo intentó de nuevo-. Si algo te pasa, Lucy se entristecería. Y yo no podría perdonármelo.
-No te estoy pidiendo permiso. Te aviso que voy contigo, y punto.
Dalia sonrió. No podía hacer nada por detenerlo.
-Creo que no puedo decir nada más.
-Yo también voy-. Paris se adelantó-. Ya discutiste con Latis, y yo estoy en la misma postura. De todos modos, no puedes detenernos.
-Paris....-. Dalia ni siquiera intentó discutir.
Ascot también se adelantó, junto con Ráfaga y Caldina.
-Ustedes planean los mismo-. Dijo Dalia. Ellos solo asintieron-. ¿Clef? ¿Presea?-. los miró la muchacha, interrogándolos.
-¿Qué puedo decir?-. dijo Presea, encogiéndose de hombros-. Si he de luchar, que sea al lado de todos ustedes. Las Guerreras nos han protegido en muchas ocasiones. Es nuestro deber regresarles el favor.
-Mi magia es poderosa. Quizás como guerrero no sea de gran ayuda, pero cuenten con mi apoyo-. Terminó Clef.
A Dalia no le agradó mucho la idea de que Clef se pusiera en peligro, pero no pudo discutir. La mirada de decisión en los rostros de cada uno de los presentes la desarmaba.
No hubo más discusión.
-¿Cómo encontraremos el lugar?-. interrogó Dalia.
-Vayamos al Bosque del Silencio-. Dijo Ascot-. Ya se nos ocurrirá algo en el camino.
En el centro de la tierra, dos figuras se asomaban a mirar el fondo de una esfera de cristal. En ella, ocho figuras caminaban con rumbo al Bosque del Silencio.
-Son unos tontos. Si creen que pueden derrotarnos en nuestro propio terreno, están perdidos-. El hombre de la túnica negra levantó la mirada y observó a su compañero-. ¿Qué piensas hacer?
El aludido era Tanin. Se encaró con el otro personaje y sonrió.
-Ya se me ocurrirá, Averi. De momento, dejemos que se acerquen-. Su mirada se desvió y se posó en el cuerpo de tres muchachas, que estaban encadenadas a tres altas columnas, con los brazos estirados a los lados, y las cabezas gachas.
Se acercó lentamente a ellas, y tomó el rostro de la que tenía el cabello rojo. Lo levantó suavemente y lo sostuvo en su manos hasta que la chica abrió los ojos, que ardían como ascuas. Estaba débil, pero su mirada era desafiante.
-Me agrada esa mirada-. Le dijo Tanin.
-¿Porqué... haces esto?-. le preguntó Lucy.
-¡Ay, mi linda niña! Todo esto lo hago por mi amada Dalia.
-¿Dalia?-. preguntó, incrédula.
-Así es. Dalia ha sufrido demasiado. Cuando sus amigos murieron entre sus manos, y cuando Tanis terminó en brazos de otra mujer, Dalia se juró que no volvería a enamorarse, y que tampoco iba a luchar. No podía soportarlo. Entonces, ella me abandonó. Huyó de su dolor y decidió olvidarse de todo. Pero yo no olvido, Lucy. No. Las almas recordamos eternamente. Es por eso, que deseo acabar con todo. Cuando Dalia muera, el sufrimiento, el dolor, la tristeza, todo morirán con ella. Y de paso, me llevaré también a Guruclef.
-¡No! ¿Porqué, porqué quieres hacerle daño a Clef?
-Irremediablemente ustedes morirán, al igual que Paris, Presea, Ascot, Ráfaga y Caldina. Pero Clef.... a Clef lo mataré personalmente. Él es la causa de que Dalia haya roto su promesa. Si él muere, yo estaré feliz. Porque Dalia se habrá librado de alguien que posiblemente le hubiera hecho más daño.
-¡No.... ¿no estarás sugiriendo que Dalia....?!
-¿Está enamorada de Clef? Sí. Dalia está enamorada de él. Pero teme tanto ser rechazada que nunca le dirá nada. Es una cobarde. ¡¿Porqué me hace esto?! ¡¿Porqué?!
-Entonces, tú eres....
-Si. Yo soy la sombra del corazón de Dalia. ¿Qué, te sorprende que la historia se repita, querida Lucy?
-¡No puede ser, no puede, no puede!
-Querida Lucy-. Tanin acercó su rostro al de la pelirroja y la besó, con rudeza, mientras mordía sus labios. Lucy intentó separarse de él. El dolor era agudo e intenso, pero estaba demasiado débil. La sangre corría por su boca, empapando sus labios, mientras Tanin se encargaba de lamerla con complacencia-. El dolor no es agradable, ¿verdad? Pero.....-. el chico puso sus manos en el pecho de la muchacha, encajando sus uñas en las piel de Lucy, quien apenas podía lanzar gemidos lastimeros-. es peor cuando te lo causa una persona a la que estimas.
-¡Eres.... un maldito!-. le imprecó la chica, sonrojada y herida.
-Si me vas a odiar, entonces odia también a Dalia. Si ella no fuera tan cobarde, quizás ustedes no estarían aquí. Y lo mejor de todo es que mientras más sea su miedo a confesar sus verdaderos sentimientos, más poder tendré yo. ¿No es maravilloso?
-Dalia....-. susurró Lucy, con las lágrimas corriendo por sus ojos.
-¿No puedes odiarla? ¿Pero porqué....-. Tanin la tomó de la cintura y apretó su cuerpo contra el de la chica. Comenzó a acariciar la espalda de la muchacha, con movimientos suaves y delicados, hasta que empezó a enterrar sus uñas en Lucy. La chica gimió e intentó gritar, pero no pudo. La sangre se escurría por su cuerpo y ya comenzaba a gotearle en las piernas-. si ella es la causante de tu dolor?
-Dalia.... jamás... me haría daño.
-Pero si apenas la conoces.
-Ella... es... una buena persona. Yo... entiendo como se siente.
-Quizás-. Tanin la soltó, y Lucy se desplomó-. Dalia está cerca. Ya veremos si puedo hacerte cambiar de opinión, pequeña pelirroja.
-Mjj. Me cuesta creer que Dalia tenga en su corazón a un tipo como tú-. Le dijo Averi, con una sonrisa maliciosa.
-No veo porqué-. Dijo mientras se sentaba en una piedra-. Todos tienen una parte así en el fondo de su corazón.
-Claro-. Le dijo el clérigo, divertido. Averi giró su cabeza y miró a Immolatus.- Ten paciencia, ya casi estamos listos.
-Deberían darme a esas tres-. Dijo el dragón, relamiéndose-. Tengo hambre.
-Todo a su tiempo, querido Immolatus-. Le dijo Averi, mirándolo con cariño, como si se tratara de un amante-. Primero capturaremos a Dalia. Después tendrás la carne que deseas.
-¿Me darás a todos sus amigos?
-Así es-. Le dijo Averi-. Solo espera. Ya casi es tiempo de despertar.
-Casi no puedo esperar-. Susurró el dragón.
-Tanin-. Averi lo aleccionó-. Debes traerlos hasta aquí. Los quiero con vida. En especial a Dalia, no lo olvides.
-Así se hará-. Dijo el guerrero, se levantó y desapareció entre las sombras.
Continuará......
Notas de la autora:
Antes de que pongan el grito en el cielo por el trato que le doy a la pobre de Lucy déjenme ir por mi almohada......
Ahora si, ya pueden aventarme lo que quieran, pero la verdad es que soy un poco sadomasoquista (solo en mi modo de escribir, aclaro), y me gusta que los personajes sufran un poquito. Eso le da más sabor a la historia, y como no tiendo a ser graciosa, porque no se me da eso de las bromas, pues... soy bastante dramática.
Además, ya verán. Voy a recompensar a la pobrecita.
Por otro lado, ¡finalmente hice hablar a Immolatus! Y es que no veía como hacerlo ver todo lo imponente y salvaje que yo me lo imagino, así es que lo que hago ahorita es reservar toda su maldad para el final. Espero que realmente los deje impactados.
Ah, antes de que se me olvide. Comenzamos con las "coincidencias". Aunque ya alguien por ahí dijo que las coincidencias no existen, únicamente lo inevitable (creo que fue Kaho, la de Sakura Card Captors). En fin, siguiendo en lo que estábamos, si se dan cuenta, el apellido de Tanin es Wolfheart, o sea, Corazón de Lobo. No es de extrañar que sea el lado oscuro de Dalia, a fin de cuentas es el corazón del lobo. Y el nombre de Tanin es, en la saga de la Dragonlance, el nombre del hijo de Caramon Majere, quien se lo puso en honor a su mejor amigo, Tanis el semielfo, del cual Dalia está perdidamente enamorada. O estaba al menos.
¿Coincidencia? No lo creo.
Dudas, comentarios, sugerencias...
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