El Fantasma de la Opera.

 

Capítulo 3

 

Salimos de la Opera y Anaís nos encaminó hacia el "Champ Elises" había miles de tiendas en toda la calle, el impresionante Arco de del triunfo se elevaba en toda su imponencia en el extremo de la calle, tiendas de ropa, perfumes, maquillajes, zapatos, bares, cafés e incluso discotecas conformaban el espectáculo turístico del lugar.

-          Este lugar es el paraíso. - dije mirando las tiendas como una niña pequeña en una enorme juguetería.

-          Sabía que te gustaría. - sonrió Anaís al ver mi sonrisa en el rostro.

-          Acaso has venido a comprar algo? - pregunte mirando a Anaís con curiosidad.

-          Sólo un perfume que me pidió mi hermana, ella no pudo acompañarme en esta ocasión, su trabajo la mantuvo ocupada por algunos meses y prefirió permanecer en Japón hasta mi regreso.

-          Ya veo, y en cual tienda lo comprarás? - pregunté mientras caminaba con Ascot y Clef a mi lado

-          Se llama  Lè perfume - respondió Anaís en un tono puramente francés.

-          Sabes francés? - preguntó Ascot y Anaís sonrió.

-          Sólo algunas palabras.

-          Tienes una pronunciación muy buena. - comentó Clef.

-          Eso se lo debo a mi hermana, ella me enseñó lo poco que sé. - Respondió la chica con sinceridad ante el comentario de Clef.

-          Entonces tiene una familia muy talentosa. - comentó Ascot.

-          Gracias. - respondió Anaís.

 

Entramos en la tienda y me sorprendí al ver la cantidad de perfumes, en todos los tamaños formas y colores, había para todos los gustos y a precios bastante atractivos que no pude resistirme y compré dos de mis favoritos, después de todo llevaba algunos días en parís y aún no había comprado nada.

-          Bueno, ahora vayamos a tomar algo. - dijo Anaís, nos llevó a un lugar muy hermoso, tenía una preciosa vista a la torre Eiffel

-          Este lugar es hermoso - dice observando el paisaje.

-          Es uno de mis lugares favoritos.  - sonrió Anaís.

-          Ahora entiendo por qué - Ascot observó el lugar, era muy agradable y no parecía ser tan caro como habíamos pensado, aunque el café es muy diferente de como estoy acostumbrada a tomarlo, este tipo de café solamente el suero y por eso nos sirven un pedido especial de café americano de lo contrario no podría dormir en la noche, clef se entretenía observando la carta y pidiéndole amablemente al mesero que le explicara el menú en inglés, es muy difícil entender el francés, sólo veo como todos hablan y hablan entre sí pero no entiendo ni una palabra, y parece que ellos tampoco entienden mi idioma pues el mesero lleva casi media hora tratando de pedirme mi orden y no logro decírselo.

-          Sólo quiero un café y un pastel es mucho pedir!! - dije desesperada gritándole al mesero.

-          Tranquila Marina - Ascot me detiene la mano evitando que me levante de mi asiento, si no hubiera estado tan ocupada insultando al mesero me habría percatado de su sonrojo.

-          Señorita Ryusaki yo pediré su orden si me lo permite. - dice Anaís en su tono más cortés, volteé de súbito a verme y sin darme tiempo le habló al mesero en francés y este con un simple asentimiento de cabeza se marchó, levanté la ceja al ver la facilidad con la que Anaís se había comunicado con el hombre.

-          Creo que nunca podré comunicarme en francés. - dije cerrando los ojos y levantando mis manos al tiempo que me encogía de hombros.

-          Tal vez si practicaras un poco y te metieras a unas buenas clases podrías hacerlo. - comentó Ascot.

-          No es correcto que una dama pierda los estribos señorita Ryusaki - al escuchar las palabras de Clef me sonrojé de vergüenza, era tan vergonzoso que me hubiera visto con esa actitud, clavé la vista en la mesa y sólo acerté a decir un "lo siento"

-          Vamos marina, no te sientas tan mal, a cualquier nos desespera no entender algún idioma que no entendemos. - dijo Ascot bajando ligeramente la cabeza para tratar de ver mis ojos.

Levanté la vista y me encontré los ojos esmeralda de Ascot, le sonreí y él en un acto de nerviosismo desvió la vista con una sonrisa.

Las ordenes llegaron poco después, me habían traído un café y lo que parecía ser una tortilla de harina doblada en forma de cono y al parecer estaba rellena.

-          Qué es esto? - pregunté viendo el platillo e introduciendo mi dedo probé el relleno, sonreí con gusto al descubrir que era chocolate.

-          Es una crepa - dijo Anaís con una sonrisa - pensé que te gustaría probarla.

-          El chocolate está delicioso - sonreí ampliamente mientras tomaba más chocolate con la cuchara, levanté la crepa y le di una mordida, la tortilla no tenía nada del otro mundo pero hacía una increíble combinación con el chocolate.

-          Estarán mucho tiempo en Paris? - preguntó repentinamente Anaís.

-          El suficiente para ver su obra señorita - respondió Clef cortésmente.

-           No debes preocuparte por eso, estaremos ahí en cada representación. - dije y levanté la vista con algo de confusión - podrías invitarnos a cada representación anaís? - agregué con una gota en la frente y cerrando los ojos.

Anaís soltó una leve risa mientras que yo  y mis amigos esperábamos su respuesta.

-          Será un placer para mi el que vayan a cada representación. Le pediré al director que los deje pasar.

-          Creo que estamos abusando de su amabilidad. - dijo Ascot.

-          En lo más mínimo mis padres y mi hermana no pudieron venir a ver mis presentaciones así que ustedes llenarán sus lugares - sonrió Anaís.

-          Es una lástima que no hayan podido estar aquí - dije con algo de tristeza.

-          Tal vez, pero no puedo esperar que estén en todos los lugares donde yo me presento si tienen cosas importantes que hacer, además el viaje y el hospedaje son bastante elevados. No me importa que no estén en todos los lugares, sé que recibiré su apoyo donde quiera que esté. - volvió a sonreír Anaís.

-          Anaís - Paris llegó en ese momento y acercándose a la mesa le colocó una mano en el hombro a la chica.

-          Paris? No deberías estar en el teatro? Eres el director de orquesta - dijo Anaís mirando al chico.

-          Mi reemplazo está ensayando así que me dieron permiso de salir. - sonrió el chico. - Hola muchachos como están.

-          Muy bien gracias - dijeron los chicos y yo me limité a sonreír.

-          Sabía que te encontraría aquí - dijo Paris al sentarse junto a Anaís. LLa chica sonrió.

-          Sabes que vengo aquí siempre.

-          Eso es una ventaja no hubiera dado contigo si hubiera tenido que buscarte por todo París.

-          Paris en París - sonreí al ver que el chico se llamaba igual a la ciudad.

-          Es cierto, te llamas igual que la ciudad - dijo Ascot recapacitando en mis palabras.

-          Me parece que mis padres quisieron ponerme el nombre de mi país natal.

-          Naciste aquí? - pregunté confundida.

-          No, pero que no todos los niños vienen de París. - Sonrió Paris.

Anaís negó con la cabeza mientras sonreía.

-          Paris como va Lucy? - preguntó Anaís cambiando de tema.

-          Igual, parecía estar muy distraída el día de hoy.

-          Distraída? - parpadeé.

-          Sí, se quedaba callada cuando la música comenzaba y Aguila tuvo que bajarla de las nubes varias veces.

-          Tal vez esté nerviosa, es su primera presentación en público como cantante y eso debe tenerla distante.

-          Pues tendrá que acostumbrarse o será más difícil para Aguila el tener que ensayar con ella. - Dijo Clef y volteamos a verlo.

-          Eso es cierto - lo secundó Paris.

-          Entonces tendré que ayudarla - dijo Anaís. - No creí que Lucy estuviera tan nerviosa se comportó muy bien hasta ayer creí que no estaría nerviosa hasta el día del estreno.

-          Pues te equivocaste Anaís, parece que los nervios la están traicionando antes. - comentó Paris.

-          Pobre,  deber ser muy difícil. - comenté en tono de tristeza.

-          No le pasará nada Marina - dijo Ascot tomándome la mano y dándome unas cuantas palmaditas. - Ella estará bien, sólo son un poco de nervios. - agregó con una sonrisa.

-          Velo como una prueba, como si estuviera presentando un examen - dijo Clef tratando de hacerme sonreír, creo que me puse un poco sentimental en ese momento.

-          Tienen razón chicos - dije con mi mejor sonrisa.

-          No es la primera artista que veo nerviosa - dijo Paris y volteó a ver a Anaís, la chica le correspondió a la sonrisa.

-          Tu estuviste igual Anaís. - dije con sorpresa.

-          Por supuesto, en mi primera presentación apenas podía estar tranquila.

-          Estaba petrificada en su taburete - se burló Paris.

-          Me parece difícil de creer. - Dijo Ascot.

-          Tuvieron que ayudarla para que saliera a escena. - siguió Paris.

-          No es un grato recuerdo - concluyó Anaís.

-          Pero ahora eres una excelente actriz - terminó Paris tomando la mano de Anaís y besándola.

 

Anaís sonrió.

 

-          Me halaga ese comentario. - Paris levantó la vista con una sonrisa mientras mantenía la mano de Anaís cerca de sus labios.

-          A que hora se reanudarán los ensayos? - pregunté interrumpiendo a la feliz pareja.

-          En una hora a más tardar - comentó Paris soltando la mano de Anaís con delicadeza. - Les gustaría dar un pequeño recorrido a las calles de París mientras tanto.

-          Será un placer - respondí.

 

Así partimos en nuestro pequeño recorrido turístico, la zona comercial era la más concurrida de París me llamó la atención la cantidad de gente que iba y venía, rápidamente me sentí mareada y para mi fortuna los chicos debían regresar a la Opera que no quedaba muy lejos de donde estábamos, para cuando estuvimos parados frente a las puertas de la opera había recuperado la cordura y el aire. Anaís se despidió de nosotros y se dirigió hacia su camerino.

 

-          Lucy debes poner un poco más de Atención.

 

Entramos en la sala y Aguila parado frente al estrado donde Lucy se encontraba de pie le llamaba la atención a la chica.

-          Aguila ya es suficiente - dijo Latiz en un tono neutral pero firme. - ha estado ensayando por tres horas seguidas dale un descanso.

-          Latiz crees que tres horas son suficientes, aún no alcanza el tono y cuando lo alcanza pierde el acento de la canción.

-          Lo siento Aguila, no volverá a pasar - Respondió Lucy bajando ligeramente el rostro.

-          Olvídalo. - Aguila cerró los ojos y se pasó los dedos por el cabello. - descansa, practicaremos en la noche. - dijo Aguila en un tono muy suave y dio la media vuelta, Lucy volteó a ver a Latiz y el chico le sonrió asintiendo, observé como ella soltaba un pequeño suspiro cerrando los ojos.

-          Lucy? - Anaís apareció en ese momento en el escenario, la chica negó con la cabeza.

-          No puedo Anaís. - dijo con tristeza.

-          Claro que puedes es sólo que los nervios te están traicionando, respira profundamente y relájate, disfruta la música y eso te facilitará todo.

-          Gracias por el consejo, yo.... - Lucy detuvo sus palabras y pareció disttraerse.

-          Ocurre algo? - preguntó Anaís.

 

Lucy volteó a ver a la orquesta y nuevamente miró a Anaís.

 

-          No, es sólo que estoy muy cansada. - terminó con una sonrisa. - estaré descansando en mi cuarto.

-          Les diré que no te molesten.

-          Gracias - tras decir esto Lucy salió del escenario.

 

Anaís observó como la chica se alejaba, hasta qué...

-          Anaís, mi muñeca de porcelana, la encantadora musa de la música, has descansado bien, quieres que retrasemos el ensayo, gustas un té o cualquier otra cosa mi delicada prima donna - El director de la obra entró en el salón y a todos nos cayó una gota al ver lo "consentida" que tenía a su estrella artista.

-          Muchas gracias Hector pero estoy bien. - sonrió Anaís desde el escenario.

-          Entonces como tu lo ordenes, Paris?

-          Señor director los integrantes de la orquesta aun no han regresado y los suplentes están cansados.

-          Como es posible que no hayan regresado - dijo El director molesto. - disculpe estos inconvenientes señorita esto no debería estar pasando, le prometo que la próxima vez me encargaré personalmente de tenerle la orquesta completa presente en cuanto usted llegué - dijo disculpándose el director con Anaís.

-          No hay problema  - Anaís trató de tranquilizar al director pero este parecía completamente decepcionado de su propia orquesta.

-          Esto es horrible nuestro ensayo se ha visto frustrado por este inconveniente...

 

Mientras el director se deshacía en lágrimas, disculpas y quejas observé a los integrantes de la orquesta entrar lentamente por la puerta sin que el director los viera, me llevé una mano a la boca para contener la risa al ver la escena, el director parecía contarle sus desgracias a Anaís como en una confesión a gritos mientras los integrantes de la orquesta seguían las ordenes de Paris de apresurarse en silencio para llegar a sus lugares.

Volteé a ve a Ascott y a Clef y ambos hacían lo mismo que yo, tratábamos de no soltar la carcajada.

 

 

Notas de Autora:

 

Listo el capítulo 3 está listo ^^ dudas, comentarios, sugerencias, reclamos, ideas y demás a Marinali40@hotmail.com.

 

Hikaru Shidou.

 

22 de Mayo del 2001