Guerreros Legendarios
(Fan fict de la serie Magic Knight Rayearth)
por Lady Jade



Capítulo 2: Presea, la artesana del Bosque del Silencio.


Zagato vio, a través de su espejo mágico, cómo la criatura que transportaba los tres muchachos que habían sido elegidos por la Princesa Esmeralda, comenzaba a descender sobre un gran bosque; hasta que la imagen del espejo comenzó a verse borrosa para luego desaparecer.

"Así que han entrado al Bosque del Silencio" meditó pensativo antes de dirigirse hacia el salón de las cascadas.

Allí estaba Nova, un hombre de baja estatura, cabellos blancos, ojos de color marrón, piel muy blanca, una gema de color violeta en su frente y vestimenta de color blanco con bordes dorados y adornos de gemas violetas (iguales a la de su frente). Nova era un fiel servidor de Zagato y, por órdenes de este, se encontraba en el lugar dando algunas indicaciones.

- Ascot, se ha formado un motín en uno de los pueblos al este. Ve y encárgate.
- ¡Si señor!
- Caldina, investiga hacia el oeste.
- ¡Entendido!
- Alanis...
- ¡Espera! Yo quiero ir tras los Guerreros Legendarios.
- Eso no es necesario- contestó Nova despectivamente
- ¡Señor Zagato!- Alanis vio entrar a su señor y dirigió a él sus súplicas, mientras la cascada se abría mostrando a la hermosa mujer que se arrodilló.

- Por favor, Zagato, permíteme encargarme de los Guerreros Legendarios.

Nova estaba a punto de hablar cuando Zagato se adelantó.

- No será necesario Alanis.
- ¡Pero Zagato...!
- Ellos han entrado ahora al bosque del silencio. Sin magia que los proteja, las criaturas del bosque podrán encargarse de ellos. Nosotros no tenemos nada que hacer.
- ¡Zagato! ¡Por favor!- rogaba Alanis

Dejando a Alanis sin contestación, Zagato dio media vuelta y caminó hasta salir de la habitación.Nova esperó que se retirara para comenzar a hablar nuevamente.

- Alanis, te encargarás de vigilar la parte sur. Ráfaga, tu te encargarás de vigilar el norte. Eso es todo- dijo Nova saliendo de la habitación tras los pasos de su señor.

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- Bien... ¿Ahora en dónde estamos?- preguntó Paris mientras bajaba del lomo de la criatura y observaba su alrededor.
- No lo sé..- respondió Latis mientras caía hacia el suelo y observaba a Clef hacerlo.

Se encontraban en un bosque. Un bosque bastante extraño. Y delante de ellos había una muy extraña construcción de piedra que parecía ser un antiguo castillo o una fortaleza.

- Oye... ¿Estás seguro de que este es el lugar a dónde Marina nos envió?- preguntó Clef a la criatura. Esta respondió moviendo afirmativamente la cabeza mientras emitía algunos agudos sonidos.
- ¿Y se supone que debemos entrar a este lugar?- preguntó Latis esperando escuchar algún otro sonido de la criatura como respuesta, mientras posaba su mirada azul en las paredes de la construcción. Sin embargo ninguno de los muchachos pudo escuchar nada.

Miraron hacia atrás y alcanzaron a ver cómo la criatura desaparecía entre una especie de nube de humo azulado. Los tres muchachos se miraron entre si sorprendidos.

- ¿Puede alguien decirme que más debo esperar de este lugar?- dijo en tono sarcástico Latis mientras apoyaba una de sus manos sobre una de las paredes de la construcción.

Inmediatamente esa pared desapareció, haciendo que Latis cayera al suelo ante la mirada atónita de los demás, que luego se transformó en risa.

- Fuiste tú el que preguntó- rió Paris abiertamente, mientras Clef intentaba disimular su risa.

Latis le dirigió una mirada asesina mientras intentaba pararse.

- ¿Creen que... creen que debamos entrar?- perguntó Paris mirando hacia el interior. Solo podían ver un extenso y mal iluminado pasillo.
- No es bueno meterse en casas ajenas sin el debido permiso- dijo Clef haciendo que surgiera la clásica gota de sudor detrás de las cabezas de sus acompañantes.
- ¡Tampoco es bueno que si tienes visitas no vayas a recibirlas!- le dijo Latis exasperado- En todo caso Marina nos envió a este lugar. La persona a la que nos dijo que buscáramos debe de estar aquí. ¡Pero si no entramos no podremos ver a esa persona!
- De acuerdo, de acuerdo... vamos a entrar... pero no tienes que enojarte...

Avanzaron por el pasillo y comenzaron a caminar sigilosamente, adentrándose en el edificio; sin notar que trás ellos había surgido, desde el suelo, una muy extraña criatura que los seguía.

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Los tres muchachos siguienron caminando, cada vez más hacia adentro de la construcción. Hacia el final de este pudieron descubrir una luz. Y, al acercarse a ella, pudieron dos enormes puertas de madera. Una de ellas estaba abierta dejando ver una una habitación. Miraron hacia adentro de lo que parecía ser una especie de estudio. En el centro de este había un gran escritorio de madera tallada y junto a él había una extraña silla en forma ovalada que flotaba a poca distancia del suelo. Los muchachos pudieron ver cómo, desde la silla, volaban papeles en varias direcciones.
los tres muchachos miraban la escena sorprendidos, hasta que Latis y Paris empujaron a Clef hacia delante para que se atreviera a hablar.

- Disculpe... Marina nos envío a este lugar... ¿Es usted Presea?

En ese momento la silla giró y los muchachos se sorprendieron muchísimo de ver algo muy parecido a lo que ellos nombrarían como un conejo; aunque esta extraña "criatura" era algo distinta, quizás algo más redonda, y tenía una pequeña y redonda gema roja en su frente. La pequeña criatura se mantuvo en la silla sin dejar de arrojar alegremente papeles hacia el aire.

- ¡Pupuuu! ¡Pupu!- era lo único que repetía
- ¡¿Podría ESO ser Presea?!
- No lo se Paris
- ¡Pu pu!

Los muchachos no pudieron seguir hablando porque repentinamente una gran jaula cayó sobre ellos. Una mujer entró al cuarto. Su vestimenta si que era extraña: llevaba una especie de traje de color anaranjado y blanco, con bordes dorados y algunas muy pequeñas incrustaciones en rojo. Tenía sobre su hombro izquierdo una hombrera de color gris, y su frente estaba adornada por una tiara dorada con una pequeña gema roja. Además, tenía un largo y sedoso cabello dorado, que estaba sujeto en una cola de caballo.

- ¡Te atrape Nicona! ¿Y ahora? ¿Qué debería de hacer contigo? Tal vez debería tirar de tus orejas hasta ver cuanto se estiran.... O mejor podría atarte boca abajo en la puerta de entrada o...- en ese momento la mujer posó su mirada en la jaula, notando la presencia de los tres muchachos- ¿Quiénes son ustedes?- Presea miró hacia su estudio- Bueno, eso no importa. Debería de castigarlos por haber entrado a este lugar sin permiso y haber desordenado mi estudio...- y mientras sonreía pensativa agregó- Tal vez podría ver cuanto puede llegar a estirarse su boca... quizás debería de meterlos en una gran olla de agua caliente o...

Mientras la mujer fantaseaba, Nicona se dirigió hasta la jaula en donde estaban los tres asombrados muchachos. Tomó algo de impulso en el suelo y saltó hacia los brazos de Paris, quien la recibió con un abrazo.

- No fuimos nosotros quienes desordenamos este lugar. Pero tiene razón en castigarnos ya que nosotros entramos hasta aquí sin su permiso- pensó Clef en voz alta.
- ¡Oye Clef! ¡No tienes que culparnos a nosotros! ¡Nosotros sólo tocamos la pared y esta se abrió! ¡Imagina si esto fuera Tokyo!- gritó Latis exasperado.

La mujer se sorprendió y miró con detenimiento a los muchachos.

- ¿Qué fue lo que dijiste?
- ¡Que imagine que esto fuera Tokyo! ¡Sé que estuvo mal que nosotros entráramos sin permiso, pero estuvimos tocando y nadie salió a recibirnos! ¡En Tokyo generalmente la gente sale a recibir a sus invitados!
- ¡No! ¿Qué fue lo que dijiste después de eso?
- Que nosotros sólo tocamos la pared y esta se abrió...- constestó Latis extrañado
- ¡No puede ser!- la mujer volvió a mirarlos

"¿Podrían ser ellos? ¡Pero si sólo son unos muchachos! ¿Entonces por qué Nicona está tan contenta? No es posible. Fueron convocados. Estos muchachos son..."

- ¿Por qué estan aquí?- preguntó bruscamente Presea
- Una muchacha llamada Marina nos envío. Nos dijo que...- comenzó a explicar Clef
- ¿Marina? ¿Acaso ustedes son los Guerreros Legendarios?- preguntó Presea interrumpiendo aunque aún con desconfianza
- Asi es. O por lo menos eso es lo que nos digeron. Mi nombre es Latis Guerrero.
- Yo soy Paris Principe.
- Y yo Clef Gurú.

Presea los miró con asombro.

"Entonces llegó la hora... Es demasiado pronto, pero debo cumplir con mi misión..." pensó con tristeza la mujer.

- Oye... ¿Podrías sacarnos de aqui dentro y mientras tanto decirnos quién eres tu?- preguntó Clef interrumpiendo los pensamientos de Presea
- ¡Oh! Si, ahora mismo. Lo que sucede es que estaba tratando de atrapar a Nicona, pero nunca pensé que atraparía a un grupo de Guerreros Legendarios. Yo soy Presea, la armera mágica de Céfiro y...

Presea no pudo continuar hablando, porque el mounstro que había seguido a los muchachos hizo su aparición en el lugar estruendosamente. Presea dio un gran salto poniéndose a salvo en el momento justo, ya que el mounstro la atacó inmediatamente.

- ¡Presea! ¡Rápido! ¡Déjanos salir de aquí!

El mounstro volvio a atacar, pero esta vez destruyó una gran estantería llena de libros. Presea había saltado hacia arriba segundos antes del ataque del mounstro, colgándose de una cadena a varios metros del suelo. Con un poco de fuerza, Presea tiró de esta cadena, lo cual hazo que la jaula en la que se encontraban los Guerreros se levantara y los dejara libres.

- Muy bien mounstro...- dijo Latis mientras se ponía frente a la criatura que le dirigió una mirada cargada de ira.

Latis se puso en posición y gritó:

- ¡Resplandor!

Nada sucedio. Latis estaba extrañado. ¿Qué había pasado? Antes pudo hacerlo sin esfuerzo. Se concentró, y mirando atentamente su mano, el joven volvio a gritar- ¡Resplandor!- Nuevamente nada.

Al ver que nada sucedía, el mounstro se dispuso a atacar al joven. Dio dos pasos hacia adelante, haciendo que el muchacho retrocediera temoroso. Se puso en posición y se dispuso a lanzar un grito que quedó ahogado en su garganta. El mounstro se desplomó sin razón aparente y su cabeza rodó por el suelo. Presea cayó luego frente a la criatura, sosteniendo una espada en sus manos.

- La magia no funciona en el Bosque del Silencio. Ningún tipo de magia funciona aquí. ¿No se los dijo Marina?
- ¡Entonces fue por eso que la criatura voladora desaparecio cuando llegamos!- opinó Paris
- En realidad Marina no pudo decirnos muchas cosas. Fuimos atacados. Ella sólo pudo decirnos que debíamos venir hasta aquí- comentó Clef
- Marina sabía que este momento llegaría, por eso fue que dejó a Nicona junto a mi...- Presea sonó nostálgica, pero pronto se animo- Sígame muchachos. Quiero que vean algo importante.

Extrañados, los tres muchachos dejaron la habitación siguiendo a Presea, sin notar que los ojos de la cabeza del mounstro que habían derrotado comenzaron a brillar en un intenso color rojo.

**************************

Presea, Nicona y los tres Guerreros entraron en un oscuro salón que tenía las paredes cubiertas por armas de todo tipo. En el centro de la habitación había una especie de cañon. Presea caminó hasta este y se apoyó sobre él.

- Ahora ustedes deben elegir sus armas.
- ¿Son para nosotros?
- Eres muy amable al darnos estas armas para que podamos luchar.
- ¿Quién les dijo que se las regalaría?- preguntó Presea
- ¿Tenemos que pagarlas?- preguntó Latis
- Yo no traigo ningún dinero para pagarte- acotó Paris

Presea los miró con una mirada amistosa.

- No es necesario que me paguen. Consideren esto como un préstamo. Estas armas les serán prestadas hasta que yo forje sus espadas, que serán para su uso exclusivo y así ellas se desarrollaran de acuerdo a su propio desarrollo.
- ¿Por qué utilizas la palabra desarrollo?
- En Céfiro las armas se desarrollan de acuerdo a la voluntad y la fuerza mental de la persona que la utiliza. Entonces, además de aumentar tu fuerza y tu conocimiento, tu espada se desarrollará según tus necesidades en la lucha. Po eso ustedes deben conseguir el material necesario para que sus espadas sean forjadas.
- ¿Y cómo vamos a conseguir ese material?
- Deben ir a la Fuente de la Eternidad, como la leyenda lo dice. En ese lugar deberan conseguir el legendario mineral Escudo.
- ¿Fuente de la Eternidad? ¿Escudo?
- Así es. Sólo con el legendario mineral yo podré forjar espadas dignas de los Guerreros Legendarios. Así ustedes podrán despertar despertar a los genios.
- ¿Y cómo son esos genios?
- Ni siquiera yo misma lo sé. Sólo se que son gigantes y que tienen un inmenso poder. Sólo los Guerreros Legendarios son capaces de dominarlos. Esa es la única forma de vencer al temible Zagato.
- ¿Y cómo vamos a llegar hasta esa fuente?
- ¡¡Pupuuu!!
- Nicona los guiará hasta allí. ¿No es así Nicona?
- ¡Pu puuuuuuuuu!!!- la criatura movía afirmativamente su cabeza.
- ¿Esa cosa?- preguntó Paris con asombro
- Si, así es. Ella los guiará; además de que les proporcionará todo lo que necesiten durante el viaje. Ahora, deben elegir...

Justo en ese momento, el mounstro entró a la armería lanzando un fuerte rugido. Sobreponiéndose a la sorpresa rápidamente, y con un movimiento veloz, Presea disparó el cañon lanzando lejos al mounstro. Luego corrió hasta la puerta, cerrándola con una pesada tranca.

- ¡Rápido! ¡Deben elegir sus armas!
- ¿Pero cómo vamos a hacerlo?- preguntó Latis
- Hay demasiadas armas en este lugar- acotó Clef mirando a su alrededor
- Será muy difícil decicir- anunció Paris
- ¡Sólo deben cerrar sus ojos y concentrarse! ¡Apresurense! ¡Esta puerta no resistirá mucho más!- les gritó Presea, recargada contra la puerta; mientras que fuera del lugar se escuchaban los rugidos y golpes de la criatura.

Los tres muchachos hicieron lo que la armera les ordenó. Parados en el medio de la armería, cerraron sus ojos y se concentraron. Pronto tres armas que estaban en las paredes se rodean de un brillo especial y comienzan a volar hasta detenerse frente a los muchachos. Se trataba de una sencilla espada de doble filo, que rodeada de un brillo de color gris se detuvo frente a Latis; una pareja de dagas, que rodeadas por un brillo de color anaranjado se detuvieron frente a Paris; y un báculo de material muy fijo que tenía ambas puntas en forma de flor de lis muy afiladas, que rodeado de un brillo de color blanco se detuvo frente a Clef.

Los muchachos abrieron sus ojos y sonrieron. Tomaron sus armas, que emitieron un pequeño destello, y rápidamente se dispusieron a pelear. Justo en ese momento, el mounstro logró destruir la puerta, haciendo que Presea cayera al suelo, debajo de una gran cantidad de maderas.

- ¡Clef, encárgate de Presea! ¡Paris! ¡Vamos!
- ¡Si!

Los muchachos se dirigieron hasta el mounstro, que los atacó sin resultado alguno. Pronto la criatura cayó al suelo vencida.

- ¡Si! ¡Lo logramos!- festejó Paris.

Latis sólo se limito a mirar a la vencida criatura.

- Muy bien hecho- los felicitó Presea, quien venía caminando junto a Clef. Al parecer, la armera no había sufrido daño alguno en su cuerpo.

Pero la alegría de todos pronto desapareció, al ver cómo el mounstro comenzó a reconstruirse. En seguido todos volvieron a ponerse en posición de ataque.

- ¡Dios! ¿Por qué ese mounstro puede recontruirse?- gritó Paris
- Parece ser como... si estuviera hecho de... barro...

Latis miró a Clef meditando las últimas palabras que el muchacho había pronunciado.

- ¡Eso es!- dijo Latis repentinamente, sorprendiendo a los demás- Presea ¿Hay algún lago por aquí?
- ¿Un lago? ¡Si! Hay un pequeño lago. Se encuentra fuera, en el jardín.
- ¡Llévame hasta allí!
- ¡¿Para qué?!
- ¡No puedo explicarte ahora! ¡Sólo llévame! ¡Paris, Clef! ¡Vengan con nosotros!

Las palabras de Latis habían desconcertado a todos, pero suponiendo que el muchacho tenía algún plan lo siguieron, siendo seguidos de cerca por el mounstro que ya había terminado de reconstruirse. Mientras corrían hasta el lugar, Latis vio sobre una pequeña mesita un mantel blanco.

- ¡Presea! ¿Puedo usar esto?- preguntó Latis, deteniendose unos segundos
- Seguro.

Latis tomó el mantel y continuo su carrera rumbo al estanque. Al salir al jardín, Latis se escondio detrás de una de las columnas de piedra, mientras que los demás siguieron hasta estar junto al estanque.

- ¡Distraigan a la criatura!- gritó Latis
- ¡Latis! ¿Qué es lo que vas a hacer?- preguntó Clef, aún sin poder entender el plan del muchacho
- ¡No hay tiempo! ¡Distraigan a la criatura!- volvio a gritar Latis justo antes de que el mounstro hiciera su aparición en el lugar.

En ese momento, Paris, Clef y Presea comenzaron a gesticular llamando la atención de la criatura, que comenzó acaminar hacia donde ellos se encontraban. Allí Latis vislumbró su posibilidad. Comenzó a correr hasta el mounstro y saltando arrojó el mantel sobre la cabeza de este, haciendo que el mounstro pierda el equilibrio. A la señal de Latis, los demás escaparon hacia los lados y Latis clavó su espada en la espalda del mounstro, haciendo que este caiga al agua y se disuelva en ella.

- ¡Bien pensado Latis!- festejó Paris al acercarse
- Muy bien Latis. Fue muy inteligente de tu parte- le sonrio Clef

Latis sólo tomó los comentarios seriamente mientras seguía mirando el mantel que flotaba en el agua.

De repente las armas que los muchachos aún tenian en sus manos comenzaron a brillar cada una con su color y desaparecieron dentro de la joya que los muchachos tenía en su guante. Latis, Paris y Clef estaban extrañados.

- ¿Qué fue lo que sucedio?
- No tienen de qué preocuparse. Las armas están ahora en la joya de sus guantes. Estarán allí hasta que ustedes la necesiten. Si llegan a necesitar de ellas, sólo deben concentrarse y rápidamente apareceran en sus manos- explicó Presea mientras los muchachos miraban la joya de sus guantes.

Presea se acercó, parándose junto a los tres muchachos.

- Ahora entiendo por qué la princesa Esmeralda los elegió. Ustedes podrán llevar a cabo su misión. Sin embargo, aún tienen un largo camino por recorrer.

Las palabras de la armera estremecieron a los muchachos, que la miraran seriamente.

- De acuerdo, ustedes deberán ir ahora a la Fuente de la Eternidad. Allí deben obtener el legendario Escudo y traerlo nuevamente hasta aquí. ¿Entienden?
- Si Presea. ¿Segura de que Nicona podrá guiarnos?
- Así es. Nicona es una criatura mágica. Ella los guiará y les proporcionará todo lo que necesiten.

Los tres muchachos se miraron y sonrieron.

- De acuerdo Presea. Nosotros volveremos con el Escudo para que puedas hacar nuestras armas- dijo Paris entusiasmado

Clef y Latis sólo lo miraron y sonrieron. Los tres muchachos comenzaron a caminar siguiendo a Nicona que daba saltos en hacia alguna dirección que desconocían.

- ¡Hasta pronto Presea! ¡Nos vemos!

Presea los vio alejarse.

"Por favor Guerreros Legendarios, salven a nuestra princesa."

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Notas de la autora:

Ohaiyou yaa minna-san!!!(Hola a todos!!) Acá estoy nuevamente. Me alegra que esten leyendo mi fic. ¿Qué les parese? Por favor díganme si hay algo que no les gusta así yo puedo corregirlo.

Hoy no voy a torturarlos con mis larguísimas notas. Solamente quiero agradecer a Alexandra sus mensajes, me encanta recibirlos. Y no solo los de ella. Así que ya saben, si alguno quiere escribirme (en el caso poco probable de que así suceda), pueden hacerlo a: lady_jade_chan@yahoo.com

Mejor que deje de escribir si quiero estudiar para mi examen de matemáticas... ....................... ¿A ustedes no les parece que las escuelas mundiales deben estar llevando a cabo alguna especie de complot contra los escritores o lectores de fan fics?

Nos vemos!!!!! Ja ne!!!(Adios)
                                                                                                                                                                                      Lady Jade