Si no hubiéramos estado juntas.

Capítulo 3: ¿Anais no regresó?

Han pasado más de dos años desde que Lucy, Marina y Anais llegaron por segunda vez al mágico

mundo de Céfiro, y esta vez hicieron algo por ese maravilloso mundo.

Anais acababa de salir de su escuela en Inglaterra y está sentada junto a unos árboles en un

parque cercano, de repente sopla un pequeño viento y ella empieza a recordar sus aventuras en

Céfiro, piensa en que ellas tres hicieron algo bueno por Céfiro, y lo hicieron juntas, pero

también se preguntaba qué hubiera pasado si las tres no hubieran estado juntas, ó si alguna de

ellas no hubiera podido terminar con todo lo que hicieron, el mineral escudo, despertar a los

genios, ó en qué hubiera pasado si alguna de ellas no hubiera regresado por segunda vez a

Céfiro, se hubiera quedado en la Tierra con los remordimientos de lo que hicieron. De pronto se

ve envuelta por un familiar resplandor, que la transporta a un mágico mundo de nombre Céfiro,

ella está en el suelo, y cuando abre los ojos queriendo ver a un hermoso mundo, solo se

encuentra con un desolado paisaje donde no hay árboles, ni nada, todo está destruído, aún más de

lo que estaba antes de llegar a Céfiro por segunda vez, ve a lo lejos un castillo que está

destruido en parte, sólo queda la base, que está muy agrietada y parece estar a punto de

derrumbarse, cerca del castillo distingue los fuertes de Autosam, Faren y Ciceta. Los fuertes de

Autosam y Ciceta están peleando contra la nave dragón de Faren, decide acercarse para ver qué

está pasando, y pedirle a alguien que le explique por qué Céfiro está destruido, si ahora

depende de su gente. Cuando Anais empieza a acercarse, también puede ver a dos genios peleando,

uno es Lopetego (el genio de Nova), y el otro es Seres, mientras la pelea es observada por

Alanis y Nova. Anais trata de acercarse, pero no puede llegar muy cerca, por que Seres cae

cerca de donde ella estaba. Obviamente Marina va perdiendo la pelea, y cuando trata de

levantarse logra distinguir a Anais, que estaba cerca de ella.

Marina: Anais, ¿qué haces aquí?

Anais: Acabo de regresar, pero por favor explícame qué está pasando.

Marina: Por ahora no puedo, te lo explicaré más tarde.

Cuando Marina termina de decir esto retoma la lucha con Lopetego, pero algo raro está pasando,

ella trata de no atacar al enemigo, solo lo aleja con su magia.

Anais: ¿Qué pasa Marina?, ¿por qué no te defiedes?

Marina: No puedo hacerle daño Anais, no puedo.

Anais llama a Window, y para su sorpresa aparece, ella pensó que no podría hasta que Clef le

devolviera sus poderes, no le presta mucha atención a esto, y se introduce al genio.

Anais: No te preocupes Marina, te ayudaré.

Marina: No te acerques Anais, no quiero que salgas lastimada.

Anais: Pero no puedo continuar viendo como sufres, defiéndete Marina.

Marina: Ya te dije que no puedo Anais.

Anais: Pero te están lastimando.

Marina: Eso no importa, por favor no te acerques.

Lopetego continúa atacando a Marina, hasta dejarla arrinconada contra una gran montaña. Anais no

puede soportar más y ataca a Lopetego, quien bloquea todos sus ataques.

Anais: ¿Qué pasa?, parece como si supiera todos mis movimientos.

Lopetego: Por supuesto que los sé, además de que son muy fáciles de esquivar Anais.

Anais: ¿Cómo sabes mi nombre?

Lopetego: Eso es muy sencillo, es por que yo soy...

Antes de que terminara la frase Marina lanza un ataque hacia Lopetego que lo deja bastante lejos.

Lopetego: Vaya, pensé que ya te había derrotado Marina.

Marina: No me obligues a atacarte, pero que ni se te ocurra hacerle nada a mi amiga Anais.

Lopetego: Pero Marina, ¿acaso ya olvidaste que también es mi amiga?

Anais: ¿A qué te refieres?

Lopetego: Lo que te iba a decir hace unos momentos, es que yo soy...

Marina se lanza al ataque contra Lopetego antes de que termine la frase, otra vez, pero ya está

muy cansada, y Lopetego la manda a volar fácilmente.

Anais: ¿Marina estás bien?

Marina: Sí, gracias Anais, es solo que ya estoy muy cansada.

Anais: ¡Torbellino verde!

Lopetego no se esperaba ese ataque, y lo deja lastimado, por lo que decide retirarse a esperar a

que sus heridas sanen.

Lopetego: Pagarás esto Anais, ya no volveremos a ver. Y que no se les olvide que Céfiro muy

pronto será nuestro.

Después de decir esto, Lopetego, Nova y Alanis desaparecen.

Marina: Fiu, parece que por el momento dejarán de atacarnos, gracias Anais.

Anais: No fue nada Marina, pero, ¿quiéres explicarme qué es lo que está pasando?

Marina: Ahora vayamos al castillo, ahí será más fácil que te lo expliquemos todos.

Anais: Está bien, ahí podré sanar tus heridas.

Marina: Gracias Anais.

Las dos llegan al castillo, que a pesar de lo que está pasando afuera, continúa viéndose

hermoso desde adentro. Anais hace su viento curativo y las heridas de Marina se recuperan.

Anais: Me da mucho gusto que estés bien Marina.

Marina: Muchas gracias Anais, pero, ¿hace cuánto que regresaste?

Anais: Acabo de regresar y te vi luchando contra Lopetego, por lo que me acerqué a tratar de

ayudarte.

Marina: Anais, ¿cómo es que sabes el nombre del genio que me estaba atacando?

Anais: Recuerda que la última vez que vinimos combatimos contra Nova, y ese era su genio.

Marina: ¿La última vez que vinimos?, esa vez combatimos a Zagato.

Anais: Marina, ¿te sientes bien?, la última vez que vinimos combatimos a Deboner.

Marina: No, ahora estamos combatiendo a Deboner, Anais, ¿Qué te pasa?

Anais: Lo mismo digo Marina, la última vez que vinimos combatimos a Deboner.

Marina: No es cierto Anais, combatimos a Zagato, se supone que tú no conoces a Deboner.

Anais: Espera un momento, algo muy raro está pasando, tal vez regresé en el tiempo, ó este no es

el Céfiro que nosotras conocemos.

Marina: ¿A qué te refieres Anais?

Anais: Lo que pasa es que yo recuerdo que la última vez que vinimos nosotras combatimos y

derrotamos a Deboner, y si lo que tú me dices es verdad, quiere decir que ó regresé en el

tiempo, ó que este es otro Céfiro.

Marina (rodeada de signos de interrogación): No entiendo a que te refieres Anais, será mejor que

vayamos al salón del trono para que Clef me explique qué es lo que está pasando.

Anais: Estoy de acuerdo Marina, vamos.

Las dos fueron al salón del trono, y cuando llegaron se encontraron con todos (todos lucían como

en la caricatura, excepto Clef, quien estaba en su estado adulto [como en el Ova, y con la ropa

de la misma], y Latis, quien se mostraba más serio que antes, y tenía un cicatriz en el brazo

derecho, que traía descubierto).

Todos se sorprendieron y alegraron mucho cuando vieron a Anais, principalmente Paris.

Marina: Hola a todos, ya regresé, y como pueden ver me encontré con Anais.

Anais: Hola a todos, me da mucho gusto volver a verlos.

Paris (se acerca corriendo y abraza a Anais): Anais, por fin te vuelvo a ver, te he extrañado

mucho, me da gusto que estés bien.

Anais: Hola, Paris, a mí también me da mucho gusto volver a verte.

Paris: Anais, siento mucho que cada vez que regresas es por que Céfiro está en problemas.

Anais: No importa Paris, tú sabes que si se trata de defender a Céfiro yo lo hago con gusto.

Marina: Clef, vine aquí por que quiero que me expliques por qué Anais regresó hasta ahora,

además de que dice cosas muy raras.

Clef: ¿Cosas muy raras?

Marina: Así es, hasta dice que nosotras ya derrotamos a Deboner.

Clef: ¿Eso es verdad Anais?

Anais (ya se separó de Paris): ¿Tú eres Clef?, la última vez que te ví lucías como un niño.

Clef: Sí, bueno, me parece que en esta batalla es mejor que no me vea como un niño, además de

que así ya nadie me jala la capa, ó me dice que soy un niño (mirando a Marina).

Marina: Bueno, no puedes culparme, estaba bastante molesta en ese momento.

Clef: Por supuesto que te entiendo Marina, pero ahora que crecí, dudo que la historia vuelva a

repetirse.

Marina: Está bien.

Clef: Anais, ¿es verdad lo que me había dicho Marina?

Anais: Bueno, la verdad es que no entiendo completamente lo que está pasando, yo estaba sentada

en un parque cerca de mi escuela en el mundo místico, recordando lo que hemos pasado en Céfiro,

y de repente llegué a este mundo, yo recuerdo que nosotras ya hemos venido en otras dos

ocasiones a Céfiro, y que en la segunda derrotamos a Deboner, por eso pienso que ó regresé en

el tiempo, ó este es otro Céfiro.

Clef: Si lo que dices es cierto, me parece una deducción lógica, pero tal vez cuando estabas

pensando en Céfiro pensaste qué hubiera pasado si tú no hubieras regresado a Céfiro, ó si las

situaciones hubieran sido diferentes, y por eso llegaste aquí.

Anais: Es verdad, yo estaba pensando qué hubiera pasado si alguna de nosotras no hubiera

regresado por segunda vez a Céfiro, tal vez eso fue lo que pasó.

Marina: Muy bien, ahora que los dos saben que es lo que paso. ¡¿Me harían el favor de explicarme

que yo no sé que es lo que está pasando?!

Clef: Oh Marina, lo siento. Bien, según entiendo Anais ya había regresado a Céfiro, uno donde

ustedes derrotaron a Deboner, pero deseó saber que es lo que hubiera pasado si alguna de ustedes

no hubiera regresado, y fué su deseo lo que la trajo a este mundo.

Marina: Vaya, ¿eso quiere decir que ella no es la Anais que nosotros conocemos?

Clef: No exactamente, se podría decir que es la misma, solo que ella ya ha vivido otra batalla,

en donde según entiendo ustedes derrotaron a Deboner.

Marina: Muy bien, gracias Clef.

Clef: No es nada.

Paris: Anais, ¿tú sabes como derrotar a Deboner?

Anais: Se podría decir que sí.

¿Presea?: Anais, para empezar, ¿podrías decirnos quién es Deboner?

Anais: Sí Presea, del Céfiro del que yo vengo, Deboner es el conjunto de los miedos de todos por

no tener un pilar que mantuviera estable a Céfiro.

¿Presea?: Muchas gracias Anais, ¿pero por qué me llamas Presea?

Anais: ¿Acaso tú no eres Presea?

¿Presea?: No, ella era mi hermana, mi nombre es Aeserp.

Anais: ¿Tu hermana?

Aeserp: Así es Anais, Presea y yo éramos hermanas gemelas, solo que yo me encontraba entrenando

lejos cuando ustedes llegaron a Céfiro por primera vez.

Anais: ¿Y dónde está Presea?

Aeserp: Mi hermana Presea está... Muerta... Ella murió haciéndo sus espadas de escudo pero no

las culpo por que sé que mi hermana decidió la forma en que quería morir.

Anais: Lo siento mucho, no fue mi intención... Pero... Eso quiere decir que en el Céfiro al que

yo regresé también eras tú.

Anais empieza a llorar y se refugia en el pecho de Paris.

Paris: Anais, ¿qué pasa, por qué lloras?

Anais: Por que eso quiere decir que también del Céfiro donde yo vengo Presea estaba muerta.

Aeserp: ¿No sabías que mi hermana estaba muerta Anais?

Anais: Sí, pero cuando nosotras regresamos por segunda vez, nos dijeron que ella había revivido

por que fue el último acto de la princesa Esmeralda como el pilar.

Aeserp: No te preocupes Anais, tal vez eso pasó en ese mundo.

Anais (deja de llorar y se separa un poco de Paris): Existe la probabilidad, dime por favor,

¿hay alguna forma de reconocerlas?

Aeserp: Sí, solo una, es una cicatriz de nacimiento que yo tengo, Presea no la tenía.

Anais (pone cara angustiada): ¿En forma de alas del lado izquierdo?

Aeserp: Así es Anais, ¿cómo lo sabes?

Anais: (vuelve a refugiarse en el pecho de Paris): Lo que pasa es que la última vez que fui a

ese Céfiro, ví que ella tenía una cicatriz así.

Aeserp: Lo siento Anais, pensé que ya sabías todo esto.

Anais: No Presea, no es tu culpa, tú también debes haber sufrido mucho, era tu hermana.

Aeserp: Así es, pero ya me acostumbré, yo la quería mucho, pero no pasabamos mucho tiempo juntas

si no, tal vez no me hubiera ido a entrenar lejos de donde ella estaba, no te preocupes por mí

Anais.

Anais: Bueno, pero eso no quiere decir que no me preocupe por tí, además, en el otro Céfiro, tú

tratabas de hacernos pensar que eras ella, tal vez era por que no querías ver que sufriéramos.

Aeserp: También aquí lo hice, y eso provocó muchos problemas cuando descubrieron quien soy,

parece que en lugar de evitar que no sufrieran, provoqué que las cosas se complicaran.

Anais: Eso no importa Aeserp, aún así tú trataste de hacernos sentir mejor, te lo agradezco y

estoy segura de que también Lucy y Marina te lo agradecen, por lo menos eso es lo que pienso.

Marina: Así es Aeserp, tú estabas renunciando a tu vida con tal de que nosotras no sufrieramos,

ese fue un gesto muy noble, no importa lo que haya pasado.

Anais suelta a Paris y le da las gracias por haber estado ahí, cuando ellos se alejan, Caldina

que había estado esperando su turno, corre a abrazar a Anais.

Caldina: Anais, me da mucho gusto que hayas regresado, no pude recibirte bien antes por que

Paris me ganó y no te soltaba (cuando dijo este comentario tanto Paris como Anais se sonrojaron).

Anais: Hola Caldina, me da mucho gusto volver a verte.

Caldina: Pero mírate, como has crecido Anais.

Anais: Lo que pasa es que desde la otra vez ya han pasado casi dos años Caldina.

Caldina: Aquí también ha pasado más ó menos el mismo tiempo, solo que nosotros podemos quedarnos

de la edad que queramos.

Anais: ¿Es por eso que Marina luce igual que la otra vez que venimos?

Caldina. Así es Anais.

Anais: Vaya, no pensé que también nosotras pudiéramos hacer cosas como esas.

Marina: Sí podemos Anais, Lucy incluso pudo ver como se vería en unos cinco años, y yo regresé

a los cinco, era una niña muy linda.

Clef: Por suerte decidiste crecer Marina, no sé como me vería besando a una niña de cinco años.

Anais: ¿Besando?

Marina: Sí, pero tú eres mayor que yo, tampoco me imagino como me vería con un anciano de más de

setecientos años.

Clef: Debes reconocer que para mi edad estoy muy bien conservado.

Marina: Tienes razón, además me gusta más como te vez así.

Clef: ¿Te parece?

Marina y Clef comienzan a acercarse, y cuando están a punto de besarse notan las caras de

todos mirándolos.

Marina: Bueno, ¿qué no pueden ver para otro lado?, esto es algo personal.

Anais: Vaya Marina, no pensé que en este mundo ustedes terminaran juntos.

Clef: Bueno, desde la otra vez que vinieron yo sentía algo por Marina, pero no me atrevía a

confesárselo.

Marina: De hecho, yo tuve que tomar la iniciativa, ó tal vez Clef nunca me lo hubiera dicho.

Clef: No digas eso Marina.

Marina: Tú sabes que solo estoy bromeando.

Anais: Por cierto Marina, me gustaría preguntarte dónde está Lucy, hace unos momentos la

mencionaste, pero yo no la veo por ningún lado.

Al decir esto, todos dirigen una mirada de culpabilidad a Anais (de que se sentían culpables, no

para hacerla sentir culpable).

Marina: Ella... Está... Fue secuestrada por Nova y Deboner.

Anais: ¿Qué?, ¿cómo pasó?

Marina: Hace unas semanas, yo fui al fuerte de Ciceta por que me invitaron a dormir con ellas,

Anais: Pero pensé que los de Ciceta eran invasores.

Marina: Sí, pero desde hace un tiempo logramos que los del planeta Ciceta, y los de Autosam nos

apoyaran, y las princesas Tata y Tatra y yo, somos amigas.

Anais: Vaya, eso es maravilloso, pero ¿qué más pasó?

Marina: Bueno, yo estaba de visita en el fuerte de Ciceta, y me enteré de que Lucy salió del

castillo con Rayearth para buscar el escondite de Deboner, pero ya no regresó al castillo.

Anais: Entonces será mejor que vayamos a buscarla.

Aeserp: No es necesario Anais, Deboner ya nos ha demostrado que tiene a Lucy en su poder.

Marina: Tal vez si logramos derrotar a Deboner, la recuperemos.

Anais: Muy bien, podemos planear entrar a su fortaleza, y derrotarla desde adentro.

Marina: ¿Sabes dónde se esconde Deboner Anais?

Anais: Sí, ella se esconde en la parte desconocida de Céfiro.

Clef: Entonces podemos encontrar la forma de derrotarla.

Todos salen del castillo por que escuchan una fuerte explosión que provocaron los fuertes de

Ciceta, Autosam y Faren, por que estaban luchando para que la nave dragón de Faren no entrara a

Céfiro.

Continuará...

Para aclarar, lo que está entre paréntesis son cosas que pasan, y lo que está entre guiones, es

un pensamiento del personaje.