UN REGALO PARA CLEF

 

CAPITULO VI

CORAZÓN ROTO

 

Ese día era muy fresco, Marina aún no se acostumbraba a ver por un lado del palacio nieve caer, y por el camino donde iban lleno de flores.

Clef: ¿Piensas qué el Céfiro de ahora es más o menos hermoso que cuando lo conociste por primera vez?.

Marina: Ahora es más hermoso, sobre todo por que no hay ninguna persona que se sacrifique por ello.

Clef :Eso es verdad.

Marina: ¿En qué consiste el trabajo que haces en el palacio?. Cambió de tema.

Clef: Más que nada en papeleos un tanto sin sentido, aunque muy importantes, como progresa el mundo de Céfiro, sobre las relaciones con Autosam y su tecnología, la combinación de conocimientos del planeta Farem y entre muchas de las cosas que nos pueden ofrecer el planeta Cizeta, como es la danza.

Marina: ¿Y tú haces eso solo?.

Clef: No, tanto Paris como Latiz me han quitado la mayoría del trabajo. Una chica apareció por los árboles y sonrió al descubrir a los visitantes.

Lira: ¡¡Marina!!. Gritó emocionada mientras movía su mano de un lado para otro, dio media vuelta y gritó nuevamente.

Lira:¡¡Oigan, Marina..No terminó la frase, volteó de nuevo, y acercándose a los dos observó a Clef.

Lira: ¿Eres tú?...¡¡¡SI ERES TU!!!. Dijo felizmente tomándolo del cuello y abrazándolo con fuerza, la impresión de Marina fue grande, Lira lo soltó un momento y sonrió nuevamente.

Lira: No puedo creer que después de tanto tiempo vuelvas a visitarnos, me alegra ver que Marina te haya podido convencer de salir de ese absurdo palacio, parecías un ermitaño encerrado día y noche.

Marina: Yo no lo convencí de nada, él vino por que quería hacerlo.

Lira: Pues lo hubieras hecho antes. Una pequeña se acercó a la escena y sonrió como Lira, regresó un poco por donde venía.

Niña: ¡¡Guru Clef esta aquí!!, ¡¡Guru Clef está aquí!!.

No duró mucho antes de que todo el mundo se diera cuenta de su presencia, en ese lapso Marina y Clef fueron separados por las personas, ella se encontraba en la puerta de una de las casas con varias jóvenes, entre ellas Lira, y algunas señoras; mientras que a Clef estaba sentado en un tronco un poco alejado de ellas, con los niños entre 3 a 10 años quienes los escuchaban con atención a lo que les contaba.

Lira: ¿No creen que es apuesto?. Comentó sentándose en el barandal.

Joven: Lira, que cosas dices, nos vas a hacer sonrojar a todas. Contestó mientras se abanicaba con la mano, las señoras se rieron mientras que Marina miraba sin decir comentario alguno.

Lira: Dinos algo, ¿Has entrado a la habitación de Guru Clef?.

Marina: ¡¡¡¿Quéeee?!!!, ¡Claro que no!, ¿por qué debería de entrar a su habitación?. Respondió mientras su rostro se ponía rojo, Lira suspiro desganadamente.

Lira: Lástima, si no fuera una niña a su lado podría intentar ser algo de él. Marina entristeció al oír esas palabras, hace mucho tiempo había pensado lo mismo que ella.

Marina: Tal vez...Una de las señoras se acercó.

Señora: Si gustas puedo ofrecerte ropa para cambiarte, ya que en un día así no es muy cómodo que digamos estar con un vestido largo. Ella observó a las que le rodeaban, y vio que tenían vestidos no tan largos y ligeros, aceptó, pues, su ofrecimiento. Minutos más tarde, salió de la casa con un lindo sombrero blanco con un listón rosa como adorno en el; se había soltado nuevamente el cabello, exceptuando dos trencitas que caían al frente, amarradas con pequeños listones blancos, su vestido era de tirantes, color azul celeste que llegaba un poco más debajo de las rodillas y sujetado de la cintura con un cinturón de tela azul fuerte, en una de las manos traía un brazalete y en la otra dos pulseras entre lazadas, se había puesto unas lindas sandalias blancas que se sujetaban desde la pantorrilla.

Marina: Siento como si hubiera perdido dos años de mi vida. Comentó al observándose.

Lira: Te ves muy bien...¡¡Hey, se me ocurre algo!!, ¿por qué no vamos al invernadero?.

Marina: ¿Tienen invernadero?.

Joven: Si, Lira tuvo esa idea, hace 4 años que fue construido.

Marina: Me gustaría conocer ese sitio.

Lira: Ya nos dijeron que no vas a estar mucho tiempo en Cefiro, es triste. Decía mientras caminaban hacía el lugar.

Marina: Si...Es una lástima..En eso desvió la vista a donde estaba Clef, el cual veía el cambio de sus ropas.

Ese día se pasó muy rápido para todos, Marina disfrutó estar unas horas en el invernadero, Lira le regaló una rama que cortó de su planta más preciada, la que estaba llena de flores moradas.

Marina: ¿Por qué me la das?.

Lira: Es un recuerdo de este día.

Marina: Pero se secará. Ella negó con la cabeza.

Lira: Mientras este contigo no lo hará, en Céfiro eso sucede, aunque a veces los nombres de las plantas que crecen en este planeta se parecen mucho a el suyo.

Marina: ¿Cómo se llama esta planta?.

Lira: No me olvides. Cuando dijo esas palabras sabía que la chica quería decirle algo aunque no lo entendía muy bien, fue poco después cuando se dio cuenta.

Era tarde ya, así que decidieron regresar, Marina se cambió de ropa y emprendieron el regreso, pero más tardaron en salir de ahí, cuando una fuerte lluvia empezó a caer.

Marina: ¿Esto suele suceder en Céfiro?. Dijo mirando al cielo, al saber que en pocos segundos quedaría empapada, su cabello le empezaba a gotear, Guru Clef sonrió y se detuvo también, pero en vez de mirar al cielo observó el suelo.

Clef: Si..Suele pasar..Ella notó su poco animo y se acercó, su cabello le cubría gran parte

del rostro, y al respirar el vapor tibio salía de su boca. De pronto cayó en un trance la joven y cayó de rodillas al suelo, él, asustado se arrodilló también, de pronto lo miró con melancolía y se acercó a él, delicadamente puso sus manos en sus mejillas.

Clef: ¿Qué..¿Qué te sucede?. Sus labios se juntaron sin respuesta alguna, la lluvia caía más fuerte pero a ninguno de los dos les importaba, en ese momento, Lira veía por la ventana como caía el agua, su madre se acercó a ella.

Señora: Te noto muy extraña, ¿pasó algo?.

Lira: Le regalé a Marina una pequeña rama.

Señora: Sabes que el poder de esa planta es muy peligroso si no se utiliza con cuidado.

Lira: Lo se mamá, pero esa historia de Guru Clef nunca la pude olvidar.

Señora: Era solo una historia Lira, el te la contó cuando eras solo una niña.

Lira: "La joven de los sueños", fue la única historia que termina en un final triste, fue por que él la vivió.

///////////////RECUERDO DE LIRA///////////////////

Lira: Vamos, cuéntanos otra historia, Guru Clef.

Guru Clef: No creen que ya es muy tarde?.

Niños: Noooo

Lira: Solo una más, y prometemos irnos a dormir.

Clef: Bien, pero les advierto que me estoy quedando sin ideas...." Había un gran hechicero que un día se enamoró de una doncella tal linda como ustedes (refiriéndose a las pequeñas) pero el tenía un problema, era demasiado reservado para confesar el secreto que guardaba en lo más profundo de su ser; la joven tuvo que regresar a su lugar de origen, y él siguió recordándola en sus sueños, pasaron muchos años, y él la olvidó por completo, nunca supo que pasó con ella, pero sabía que sería feliz en donde quiera que estuviera ".

Lira: Eso no es un final feliz.

Niño: Ella tiene razón, se suponía que él se casaría con ella y vivirían por siempre felices.

Niña: ¿Qué es lo que pasó realmente Guru Clef?

Clef: Eso es lo que pasó realmente.

Lira: Pero es muy cruel.

Clef: Hay veces que las historias no terminan en finales felices, Lira.

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Señora: Aún así no entiendo por que le diste una rama de "no me olvides" a ella.

Lira: Esa planta hace recordar el sentimiento olvidado de las personas, los deseos y pensamientos que tenían por la persona amada.

Sin decir una sola palabra Marina y Guru Clef llegaron al palacio, no podían explicar lo que había pasado hace un momento, preferían guardarlo como algo sin importancia, ella entró rápidamente a su habitación, y Clef se fue a la suya, una hora, dos horas, transcurrieron y Marina ya se había cambiado a ropa de dormir, pero solo podía dar vueltas a la habitación, se detuvo por un momento, y se dirigió a su guarda ropa, lo abrió y sacó una bata que llegaba hasta el suelo, igual que su camisón, ambos eran color crema, la bata ajustaba con un listón blanco parte del brazo, lo que le seguía del brazo era cubierto por una tela suave y transparente que se movía facilmente.

Salió de ahí, y caminó por los pasillos, hasta llegar a la puerta donde descansaba Clef, tocó tres veces.

Clef: ¿Si?...

Marina: Ahhh...Clef...Siento molestar...ahh...En eso las puertas se abrieron y el apareció.

Clef: Ma...Marina. Ella agachó el rostro un poco sonrojada.

Marina: Disculpa, creo que te desperté.

Clef: No, no lo hiciste, en realidad tenía planeado hablar contigo. Abriendo un poco más la puerta la invitó a pasar, ya adentro ella pudo notar la remodelación, en una de las esquinas un gran escritorio lleno de papeles cubría el lugar, iluminado con dos lámparas, en el centro, su cama, que era lo único que seguía igual, en la otra parte de la habitación había una pequeña mesa con tres sillones, como lugar de descanso, y adornado con un florero de cristal que contenía una pequeña ramita de flores moradas (^-^¿coincidencia?...no lo creo).

Marina: Yo realmente siento lo ocurrido...Realmente no se que me pasó. Dijo con su rostro bajo y dándole la espalda, el se encontraba recargado en la puerta.

Clef: No fue toda tu culpa, debí detener eso desde un principio. De pronto se sintió controlado por una energía pero se resistió a hacer lo que le era ordenado. Marina dio vuelta y lo miró por fin.

Marina: Clef yo...¿Clef?... él apretaba los ojos con fuerza, pero después dejó de hacerlo, su cuerpo empezó a caminar a ella, por lo que se asustó un poco, retrocediendo al mismo pasó que el avanzaba.

Marina: Clef...Me..Me estas asustando. Levantó la mirada, sus ojos no reflejaban nada, ella topó con el borde de la cama, en eso Guru Clef rodeo su cintura.

Marina: ¿Qué haces?. Él le susurró en el oido.

Clef: Aún...No lo entiendes...Todo lo que yo pueda hacer especial, es solo por ti...Solo por ti... Marina empezó a llorar, el rostro de Guru Clef empezó a bajar al cuello de la chica quedando inconsciente por un momento, Clef tenía una vez más el control de sus actos y al ver lo que pasaba se separó de la joven, decepcionado de si mismo, caminó hasta donde estaba la mesita con las flores moradas.

Clef: Será mejor que regreses a tu habitación.

Marina: No puedo...Dijo con una voz debil, seguía llorando.

Clef: ¡¡NO SE QUE ME PASÓ!!. Gritó rompiendo el florero y lastimándose la mano.

Clef: Si no te vas, tal vez pasé algo que no pueda controlar después, por favor, regresa a tu habitación. Marina lo miró y se dio cuenta que su mano sangraba, sin pensarlo caminó hacía él y sacando una pañoleta dorada limpió la mano del hechicero sin que se resistiera.

Clef: ¿Por qué lo haces?.

Marina: Por que me preocupo por ti. En eso la pañoleta ya estaba amarrada a su mano.

Clef: Perdóname...No quería hacerte llorar...

Marina: ¿Cómo se llamaba a la joven que amaste antes que a Presea?. Preguntó mientras le hacía frente.

Clef: ¿Realmente lo quieres saber?.

Marina: Si. Contestó mientras su labios temblaban.

Clef: Dame tu mano. Pidió extendiéndole su mano derecha (la que no estaba lastimada), ella temerosa le dio la mano, al hacerlo él la colocó en su pecho.

Clef: ¿Sabes lo qué es?.

Marina: Es tu pecho...

Clef: No...Es mi corazón y está roto...¿Lo notas?.

Marina: ¿Por qué...¿Por qué esta roto?... Por primera vez lo vio derramar una lágrima.

Clef: Por que ella se enamoró de otra persona.

Marina: ¿Ella?.

Clef: Nunca le pude decir cuanto la amaba, y se fue a su mundo sin saberlo. Marina se soltó repentinamente y salió corriendo de la habitación.

Clef: Ese imposible eras tu Marina, esa persona que nunca pude y podré tener.

Marina estaba desecha, corría por el corredor sin saber a donde ir, si tan solo lo hubiera escuchado decir eso antes, nada de esto sucedería, se sentía vacía por dentro, él la amaba, pero, ¿ella?, ¿aún quedaba algo de ese sentimiento?, entró a su habitación y cerrando la puerta se deslizó lentamente por ella quedando en el suelo, soltó todo el dolor que la estaba ahogando, alguien se acercó y colocó su mano en el hombro, era Caldina.

Caldina: Me hubiera gustado que las cosas fueran como antes...Marina la abrazó.

Marina: El tiempo no retrocede, es demasiado tarde para mi Caldina...

Caldina: Nunca es demasiado tarde para ser feliz, escucha tu corazón Marina, busca dentro de el la respuesta correcta.

Clef: Sabía que esto sucedería, cuando la volví a ver me di cuenta que su mirada no era la misma, sus sueños habían cambiado y yo no lo noté. Se decía a si mismo, mientras veía la pañoleta dorada en su mano, por un momento se quedo pensativo y se la quitó, Caldina había ayudado a Marina a bordar un mensaje en la tela que decía con letras plateadas "Gracias por estar siempre en los momento que más te he necesitado, espero que con esto puedas perdonar el incidente del recuerdo de ella". La pañoleta se había manchado con su sangre, pero no le importo, la apretó en sus manos y trató de sonreír nuevamente.

CONTINUARA...