Ascot y su sombra
Capítulo 4: Devoner revela sus planes
Algún lugar oscuro en el universo de Céfiro
Devoner sonríe. Había observado todo lo ocurrido desde el lago que formaba la cascada. Todo marchaba muy bien. Sin las Guerreras Mágicas ya había un inconveniente menos. Con Ascot destruyendo la Tierra y Umi destruyendo Céfiro, nada podría fallar. En la Tierra no había nadie con el poder suficiente para detener al hechicero, y la Guerrera Mágica nunca podría ser atacada por todo el cariño que le tenían... era el plan perfecto. Tendría a los dos planetas bajo control y volvería a tener el poder...
Ascot volvió a la cueva y se arrodilló. Devoner se volvió para recibirlo.
-Mi señora, aquí le traigo el cuerpo del hechicero, pero no comprendo porqué Ascot y no Guru Clef...
-Es porque quiero que Guru Clef sufra mucho antes de morir... y ésta es la mejor forma de todas. Ascot posee un gran poder, pero yo convencí a Zagato que se los quitara cuando era un niño... Ninguno de los dos parecía saber lo que estaban haciendo, pero yo sí... Lo guardé, y me permitió sobrevivir, por si esto sucedía... Y por lo visto todo ha funcionado a la perfección... Zagato ha muerto y Ascot no lo recordaba, ni siquiera lo sabía... yo era le única, ni siquiera Guru Clef... Las cosas se pondrán divertidas...
-Sí mi señora
-Ahora ve y diviértete. Ve a destruir la Tierra. No quiero prisioneros, sólo si hay alguno que realmente valga la pena, ya sabes...
-Sí mi señora.
Devoner abrió un portal en el que se podía ver la torre Tokio. Ascot hizo una reverencia y salió.
*Pero antes hablaré un poco con Ascot* pensó la sombra, cuando aterrizó en la torre.
-Bella e indefensa ciudad... - dijo observando Tokio- pronto serás de mi señora...
-Oye niño, qué estás haciendo en éste lugar? - Le reprochó un guardia. Ya era de noche y estaban cerrando el mirador de la torre -Es peligroso, debes venir con un adulto. Vete con tu madre.
Ascot lo miró y lanzó, sin moverse siquiera, una bola de energía que derribó al guardia de la torre. Cayó pesadamente al suelo.
La sombra subió a la baranda y comenzó a flotar. Abajo, se reunía un montón de gente para ver lo que quedaba del guardia. Ascot descendió sin que nadie reparara en él y comenzó a caminar. La gente lo miraba al pasar. Caminó hasta que llegó a una colina desde la cual se podía ver toda la ciudad. Se metió en una cueva que era una atracción turística muy famosa e hizo que la entrada se cerrara, cubriéndola con tierra y vegetación. El hueco era imperceptible.
La sombra empezaba a recuperar la edad. Se acostó en el fondo de la cueva, que estaba cubierto con musgo, y empezó a viajar hacia el interior del cuerpo de Ascot. Buscó al alma del hechicero y la encontró. Parecía protegida por un campo de energía. Para la sombra no fue problema atravesarlo. Tocó el rostro del alma, que eras exactamente igual a su dueño, pero todo el cuerpo era de menor tamaño, hasta que se despertó.
El alma se sorprendió mucho al encontrar a la sombra de su cuerpo, e intentó alejarse, pero el hilo dorado que envolvía su corazón no se lo permitió.
-Por qué me temes?-dijo la sombra con voz silbante- Tú y yo somos uno.
-No es cierto – respondió enérgicamente Ascot -Yo nunca hubiera lastimado a personas inocentes. Tú eres un monstruo y las Guerreras Mágicas te detendrán!
La sombra suspiró y se acercó a Ascot.
-Pobre iluso. Las Guerreras Mágicas no podrán vencerme. No sin destruir a alguien muy querido por ellas... a ti-concluyó con voz sibilante. Se estaba acercando demasiado y sus narices casi se rozaban. Acercó sus labios a la oreja de Ascot y murmuró – y dentro de muy poco, tu amada Umi estará contigo. No te parece conveniente para todos? Tu tiene a Umi, yo y mi señora a Céfiro y la Tierra y todo felices. No te resistas... Dolerá menos si te rindes ahora. De lo contrario sufrirás más y lo perderás todo... a todos lo seres que amas... – se retiró un poco – Piénsalo. Volveré cuando este planeta esté bajo mi control. Adiós... – La sombra abrazó a Ascot y lo besó – Nos vemos luego.
Salió del campo de energía y posesionó nuevamente el cuerpo de Ascot, quien ya había alcanzado su edad.
-Bien, ahora me divertiré un poco- Salió de la cueva, dejándola como estaba antes y comenzó a flotar sobre Tokio- Veamos... Cuál será e mejor lugar para destruir primero? – se decía mientras avanzaba. Al final se decidió por el edificio de oficinas más grande y concurrido de toda la ciudad – Es el sitio perfecto...
-No te atrevas!!!- gritó Ascot, pero debió callar por el hilo dorado de su corazón.
La sombra no le hizo caso y descendió hasta que estaba a la altura de anteúltimo piso. Una secretaria que llevaba un montón de papeles giró distraídamente la cabeza y advirtió a la sombra. Ésta sólo sonrió, mientras la oficinista se quedaba muda y helada. La sombra levantó una de sus manos y comenzó a fabricar una bola de energía. La empleada le decía que no con la cabeza, con una expresión de horror en el rostro.
Pero la sombra no le hizo caso.
-No!!!- exclamó Ascot, mientras su sombra disparaba la bola de energía. Todo el piso y los pisos cercanos explotaron. Pero la sombra no se contentó con eso. Subió a lo más alto de la torre, y desde veinte metros del punto más alto, disparó una bola de energía mucho mayor.
Todos los pisos inferiores y gran parte de los edificios vecinos fueron destruidos. La sombra sólo sonreía, mientras observaba los esfuerzos para salvar a las personas atrapadas por las llamas o los escombros.
-Cómo has podido??!!- le gritaba Ascot. Empezó a moverse, tratando de liberarse de los delgados hilos dorados. Lo logró. Pero no pudo deshacerse del que envolvía su corazón. En principio no lo notó, pero cuando intentó salir del campo de fuerza, si se dio cuenta. Le tiraba demasiado.
Céfiro
Umi, luego de sufrir igual tratamiento que Ascot, a excepción del rejuvenecimiento, estaba empezando a destruir Céfiro. Guru Clef no podía creerlo cuando lo vio por su espejo. La atacante era la Guerrera Mágica con su genio. Ceres estaba igual que la última vez, pero ahora era de color negro azabache. Lanzaba sus ataques con furia, no hacia el castillo, sino hacia el pueblo indefenso más cercano.
Guru Clef, luego de tomar con tal fuerza su báculo que sus nudillos estaban blancos, como si tuviera que tomar una gran decisión, llamó telepáticamente a Fuu y a Hikaru.
-Guerreras Mágicas, estamos en un gran problema – les dijo el mago cuando llegaron. Señaló el espejo en donde se veía a Ceres destruyéndolo todo. – Umi ha sido poseída por su sombra y no puede controlar lo que hace. Deberán detenerla cuanto antes-
-Pero podemos hacerle daño a Umi!- dijo Fuu, preocupada.
-Eso no sucederá. Simplemente deben detener a su genio y traerla al castillo. Yo intentaré volverla a la normalidad – Les hizo aparecer sus armaduras – Ahora vayan por favor, Céfiro las necesita.
Titubearon unos instantes pero luego asintieron con la cabeza y salieron a combatir. Ceres los atacó con el dragón negro, que era mucho más poderoso que el de agua de Umi. Dañó una de las alas de Windom, pero pudo seguir volando.
-Umi deténte, NO SABES LO QUE HACES!!!- le gritó Hikaru.
Ceres le lanzó otro dragón negro que le dio en el pecho a Rayearth. Intentó atacar a Fuu, pero ella se protegió con su viento de defensa.
Hikaru no sabía lo que le pasaba a su amiga. Pero tomó coraje y la atrapó, abrazándola por detrás.
-SUELTA, NIÑA IDIOTA!!!- vociferaba Umi.
Le pegó un codazo en el estómago a Rayearth, y con un rápido movimiento, lanzó un dragón negro hacia Fuu. Ella intentó defenderse, pero su viento de defensa era insuficiente. Finalmente le dio de lleno, y cayó desmayada.
Fue entonces, cuando escuchó los gritos de sus amigas, que el alma de Umi se despertó. Observó a su alrededor y se estremeció: Céfiro casi completamente destruido, sus amigas inconscientes y ella sin saber cómo, en su genio.
Intentó descender cuando se dio cuenta de los cientos de hilos dorados que la retenían. Uno entraba por el lado superior izquierdo de su pecho y salía por la espalda. Intentó sacárselo, pero en ése momento se dio cuenta que rodeaba a su corazón.
-No lo intentes – le dijo una voz sombría – está rodeando tu corazón, y si intentas sacártelo, sólo morirás... y quiero que veas cómo tú destruyes a los seres que tanto amas...
-Quién eres??!!-
-Tú misma-
-No es cierto!!!-
-Sí que lo es... Primero fue Nova, Luego Ascot y ahora es Mink... Así de simple.
-Qué???-
-Soy tu sombra. Tu lado inverso y negativo. Durante años nosotros dormimos en los corazones de las personas, esperando que pierdan toda esperanza, o que pierdan su fuerza de voluntad... A veces, con ayuda de alguien, salimos mucho antes... Pero ya es demasiado. No te preocupes, no te haré daño... No hasta que termine el espectáculo!!!-
-Qué dices???-
-Oh, es que no lo sabes???- dijo Mink con ironía- Tú y yo vamos a destruir Céfiro... y a Guru Clef-
-No!!!-
-Sí!!! Y tú no puedes hacer nada para detenerme. Así que disfruta el paisaje. Pronto legaremos al castillo, y tendrás el placer de ver cómo muere tu amado Guru Clef... -
-NO TE ATREVAS!!!- chilló Umi, pero el hilo en su corazón tiró, por lo que debió callar.
Entonces, algo raro sucedió: otro genio, diferente a los otros, salió desde detrás de castillo y lanzó un polvo plateado sobre Windom y Hikaru. Eso las curó, y pudieron levantarse.
-Maldito Guru Clef!!!- gritó Mink, hecha una furia- Está bien, si tú quieres morir así, yo no me negaré!!!
Continuará...
O_O Guru Clef en acción!!! En el próximo capítulo, las cosas se complican más con la llegada de Devoner al castillo. NO SE LO PIERDAN!!!
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P. D.: Mink no es exactamente un personaje mío: el nombre lo saqué del libro "El hombre ilustrado" de Ray Bradbury, más precisamente en el cuento "La hora cero". No sabía si debía aclararlo o no ^-^U...