Capítulo 04: Amigos que quedaron atrás
- Estoy tan contenta de venir a la Torre de Tokyo!! -dijo Lucy dando saltos en el ascensor que subía al mirador de la gran torre.
- Pues Águila no parece tan contenta -dijo Marina con varias gotitas al ver el aspecto de la muchacha.
- Te encuentras bien, Águila? -preguntó Anaís secando la sudor de la frente de Águila.
- No!!! Quiero irme de aquí!
- Pero si acabamos de llegar! Yo creo que no nos iremos hasta... mm... unas horas! -calculó Lucy.
- Voy a morirme en este horripilante sitio -dijo Águila intentando no mostrar su desesperación.
- Será mejor que te calmes -sugirió Marina- pronto llegaremos a Cefiro.
- A donde? -preguntó la muchacha sin entender.
- Pronto lo sabrás -contestó Anaís mostrando una agradable sonrisa para calmarla.
Cuando llegaron al mirador, observaron que no había mucha gente.
- Hace mucho tiempo -comenzó a explicar Anaís- tres institutos vinieron el mismo día... desde ese momento, nuestra amistad comenzó y decidimos ser las mejores amigas del mundo.
- En serio? Y solo por que se encontraron aquí? -preguntó Águila.
- En realidad fue porque fuimos a Cefiro y tuvimos que luchar... incluso matemos a dos personas inocentes -contestó Marina con tristeza.
- Pero como estuvimos las tres juntas, hemos logrado superar cualquier prueba -dijo Lucy con una gran sonrisa.
- Y donde esta Cefiro? -preguntó Águila.
- Ahora mismo llegaremos! -contestó Lucy.
Las cuatro se cogieron de las manos y una luz iluminó la Torre de Tokyo, transportando a Lucy, Marina, Anaís y Águila. De pronto, aparecieron en el cielo azul del planeta y observaron que caían hacía el suelo que estaba a miles de kilómetros. Las muchachas empezaron a gritar, a excepción de Águila, que se había desmayado al mirar la distancia que había. Pocos segundos después, apareció Fyula a rescatarlas.
- Por que siempre tenemos que llegar así?? -preguntó Marina muy enfadada.
- Es más emocionante! -gritó Lucy. Este comentario hizo aparecer varias gotitas a Marina.
- Creo que Águila se ha desmayado -dijo Anaís golpeando débilmente la cara de Águila.
- Vaya! Entonces es verdad que le tenía miedo a las alturas -dijo Lucy- quizás no tendríamos que haberla traído.
- Pero que estas diciendo, Lucy? Era necesario traerla!! Tenemos que saber porque esta en la Tierra como una muchacha -regañó Marina a Lucy.
- Y que haremos con ella? No podemos dejarla en la entrada -dijo Anaís mientras bajaban del enorme pez- o si?
- Ya lo se!!! Marina, lánzale un hechizo de agua! -dijo Lucy muy animada.
- De acuerdo... Dragón de agu...
- Nooooo!!! -interrumpió Anaís el hechizo- Pero que vas a hacer Marina?? Quieres matarla??
- Es verdad! Este hechizo es de ataque -contestó Marina sacando la lengua.
- Creo que en estos momentos necesitamos la ayuda de Guru Clef para que conteste algunas preguntas, no creen? -reflexionó Anaís mirando a sus amigas.
- Y como le avisamos?? Haciendo señales de humo? -preguntó enfadada Marina.
- Bueno, si nos envió a Fyula seguramente ya noto nuestra presencia -contestó Anaís.
- Tienes razón!!! Seguramente vendrá ahora... Clef -dijo esperanzada Marina.
En esos momentos, Lucy salió corriendo, como si hubiese visto un fantasma fuera del castillo.
- Espera Lucy, donde vas? -preguntó preocupada Marina.
Pero no llegó a recibir ninguna respuesta, la muchacha ya estaba muy lejos, tan lejos que no la podían ver.
- Oh no! Y ahora que hacemos?? -preguntó Marina dramatizando.
- Creo... que ya se lo que tenemos que hacer -contestó Anais.
La chica de cabellos rubios sacó de su bolsillo una joya mágica que le había dado Paris en sus anteriores viajes a Cefiro.
- Paris? Soy yo, Anaís.
- Se puede saber por que no lo has utilizado antes? -preguntó Marina muy enfadada.
En una de las salas del castillo se estaba celebrando una reunión muy importante entre los planetas Cefiro, Chizeta y Farem.
- Yo creo que tendríamos que enviar soldados -dijo Tata.
- Eso sería demasiado arriesgado, tenemos que evitar que mueran personas inocentes -contradijo Tatra preocupada.
- Pues yo creo que tendríamos que hablar con el nuevo presidente -sugirió la princesa Aska.
- No tenemos ninguna seguridad de que no nos vaya a atacar -dijo Tatra.
- Hermana, deja ya de mirar el lado negativo de las cosas! No estas de acuerdo con nuestras decisiones!
- Son demasiado arriesgadas!!!
- Estoy de acuerdo con Tatra. Creo que tendríamos que analizar bien la situación y... Paris no pudo terminar porque su joya empezó a brillar y escucharon algunas voces.
"- Paris, soy yo, Anaís"
"-Se puede saber por que no lo has utilizado antes?"
A todos les aparecieron varias gotitas por las voces, era evidente que eran las guerreras mágicas y habían vuelto a Cefiro.
"- Paris!! -gritó Marina- necesitamos ayuda!"
- Que ha pasado, Guerreras Mágicas? -preguntó el muchacho con el rostro levemente preocupado al pensar en Anaís.
"- Ven a la entrada del castillo, te estaremos esperando -terminó de decir Marina."
- Podrían ir a la Sala del Trono? -preguntó el príncipe a las princesas extranjeras- yo iré ahora.
- Claro -contestó la princesa Tatra con una dulce mirada.
Paris se disculpó antes de salir de la sala de reuniones y caminó hacia la entrada del castillo, como le había dicho anteriormente Marina.
Cuando llegó, abrazó muy feliz a Anaís. Ella también correspondió el abrazo, se sentía muy bien cuando estaba con él.
- Oigan, ahora no es momento de hacer esas cosas -sugirió Marina con una mano en la frente.
El muchacho dirigió una mirada de curiosidad a la joven que estaba tumbada en el suelo... le recordaba a alguien...
- Quien es ella?
- Pues... ella es... Águila -contestó Marina con varias gotitas.
- QUE?????????? Estáis seguras de que es él?? Bueno, ahora es ella pero antes era él!! -Paris se veía cada vez mas confundido.
El grito del muchacho hizo despertar a Águila, que se frotó los ojos con un gesto cansado y sin ganas.
- Donde estoy?
- Estas en Cefiro, Águila -contestó Anaís con una amable sonrisa.
- Es... es... es una mujer!! -dijo Paris mirándola con los ojos abiertos.
- Pues claro que lo soy! Siempre he sido así!
- Será mejor... que vayamos a la Sala del Trono -sugirió Marina pensando en Guru Clef.
- Y que pasa con Lucy? -preguntó Anaís.
- Lucy se fue? -se sorprendió Águila al escuchar el nombre de su amiga- Donde?
- No lo sabemos. Lo único que sabemos es que se fue corriendo y no pudimos alcanzarla. Pero estoy segura de que regresará -contestó Marina guiñando un ojo.
- Entonces será mejor que la esperen en la Sala del Trono. Allá están las princesas de Farem y Chizeta -sugirió Paris con una sonrisa.
Esto último hizo alegrar mucho a Marina y Anaís, ellas eran muy amigas de Tata, Tatra y Aska desde su segundo viaje a Cefiro. Cuando Paris abrió la gran puerta de la Sala del Trono las princesas Tatra y Tata fueron a abrazar a Marina, mientras que la princesa Aska fue a abrazar a Anaís. Después de saludarse animadamente, las princesas notaron la presencia de la muchacha de cabellos rubios.
- Águila!!!?? -dijeron las 3 a la vez.
- Por que todo el mundo reacciona así cuando me ve? -susurró la muchacha con unas gotitas en la cabeza.
- Como puede ser que sigas vivo? -preguntó Aska.
- Nosotras vimos como Deboner te mato!!! -gritó Tata eufórica.
- Tata, Aska... -susurró Tatra mirando como Águila tenía pecho- Sabían que Águila era hombre, verdad?
Las dos princesas se miraron con interrogantes en la cabeza, entonces también observaron con horror que tenía pecho. Sus rostros se volvieron pálidos y muy sorprendidos.
Tata caminó con decisión hacía Águila y... cogiéndole de la camisa, se la rompió para asegurarse que era mujer (vaya forma ^^UUU).
- Ah! Entonces es verdad que es una mujer!! -gritó Aska.
- No me lo puedo creer! -dijo Tatra con las manos en la cara y algo sonrojada.
- Es imposible!! Esto no es lógico!! -gritó Tata apunto de volverse loca.
Marina se dio cuenta de la presencia de Paris observando la escena. Decidió taparle los ojos con las manos.
- Eh!? Que haces, Marina?? -preguntó sin entender nada.
- Estas son cosas de mujeres!! No tendrias que mirar!!
- No veo nada!! -dijo Paris caminando por toda la sala con Marina arrastras.
Águila y Anaís miraban esto con varias gotitas.
- Siempre se comportan así? -preguntó Águila.
- No. Pero les ha sorprendido mucho tu visita -contestó Anaís suspirando- por cierto, te gustaría cambiarte de ropa?
- Si! Esa loca me ha roto la camisa -dijo la muchacha enfadada al mirar a Tata.
Salieron de la Sala del Trono y Anaís llevó a Águila a un lugar donde estaba todo completamente lleno de ropa procedentes de los 4 planetas.
- Vaya! La última vez que visite este lugar solamente habían ropas cefirianas.
- Mmm... creo que me pondré esta ropa -dijo Águila señalando unas ropas de Autozam idénticas a las que llevaba Águila en el pasado.
- Si que eres tu -susurró Anaís con una sonrisa sin ser escuchada por la muchacha.
Justo cuando la muchacha se iba a poner una camisa, escuchó unos pasos que se aproximaban rápidamente a la puerta.
- Águila!!!!! -gritó Latis con una sonrisa, pero... desapareció cuando vio que la persona que se hacía llamar Águila era una mujer- Que...!!???
- Ah!!! Un pervertido!!! -gritó la muchacha al ver a Latis.
En ese momento cogió un armario lleno de ropa y se lo lanzó al muchacho. Lamentablemente (para Latis ^^UU), acertó y el armario ahora estaba en el rostro de Latis.
Entonces, volvieron a escuchar unos pasos y apareció una muchacha de cabellos rojizos.
- Jajaja... -rió nerviosa- Lo siento Latis, me olvidé de decirte que Águila había cambiado un poco.
NOTAS DE ELE-CHAN!!! ^^
Hola!!!!!! Y aquí esta... tachan tachan!! El cuarto capítulo!!!! Creía que este capítulo me iba a costar menos pero... al final he tardado bastante porque he estado muy liada con las paginas! -_- Lo siento!!! ;_; La próxima vez intentare tardar menos y acabarlo.
Bueno, si quieren enviarme comentarios, sugerencias, dudas, insultos,... lo pueden hacer a Eleone_chan@hotmail.com y con gusto contestare! ^_^
Sayonara y beshitos!!!
ELE-CHAN