CUANDO LAS SOMBRAS NOS CUBREN

Escrito Por Ulalume Herarc

 

 

 

 

 

 

Capitulo VI:   Ángeles

 

 

 

 

 

Umi Riuzaki había quedado completamente devastada, tumbada frente a las tumbas de sus parientes con lagrimas silenciosas en sus ojos, en un shock en el que se sentía vacía como una marioneta silenciosa que a sellado sus labios y que ha guardado sus lamentos.

Sus amigas lloraban al verla así, era tanto su amor entre ellas que eran capaces sentir el sufrimiento por la otra.

Kamui y Fumma se identificaron con ella, puesto que ambos sabían el dolor de perder a tus padres y desearon que la guerrera del agua encontrara las fuerzas para continuar con su camino.

Sakura y Tomoyo se apretaban las manos viendo la miseria que se extendía ante ellos.

Nataku entonces tomo a Umi en brazos para darle un poco de calor, pero la muchacha no reacciono  y permaneció en su estado de ausencia.

Entonces Yue se acerco al dragón de la tierra y acaricio el cabello de la muchacha y ordeno a Nataku regresarla junto a las tumbas de su padres.

-        Tenemos que irnos – Yue rompió el silencio.

-        Pero no podemos – gimió Hikaru.

-        No podemos dejarla aquí sola – reclamo Fuu.

-        Y mucho menos en esta situación – dijo Hikaru – nos necesita

-        No, no las necesita – dijo la voz fría del juez de las cartas – mírenla, ni siquiera esta conciente de que están aquí. Ella necesita estar sola y encontrarse a si misma.

-        Pero si la dejamos aquí… – intervino Kamui - …será muy difícil que nos vuelva a encontrar

-        Ella nos encontrara – Le aseguro Yue – Ahora veámonos.

Hikaru y Fuu fueron llevadas prácticamente a las rastras y Kamui y fuma tuvieron que empujar a Nataku para que se alejara de Umi (Fuuma quería patearlo, peor Yue se lo impidió).

El grupo volvió ingresar a la torre donde se encontraron con el pasillo oscuro y con numerosas puertas como opción.

-        ¡Oh no! ¿Y ahora que puerta tomamos? – se confundió Tomoyo.

-        La ultima puerta que abrimos no nos trajo mas que desgracia – dijo Fuuma – así que tenemos que ser mas cuidadosos con nuestra siguiente elección.

-        No será necesario – le informo Yue – tomaremos las escaleras.

Todos se asombraron.

-        ¿Qué escaleras? –Dijo incrédula Hikaru – Yo no veo ninguna.

-        Yo tampoco – apoyo Kamui.

-        Están al fondo – les indico Yue.

Todos miraron hacia el fondo del pasillo, nadie pudo ver nada, la oscuridad era demasiado densa para que la

Tenue luz de la lámpara alcanzara a alumbrarla.

Nataku puso semblante serio (bueno mas de lo que normalmente esta) y miro con sospecha al guardián.

-        O una de dos: o tienes la vista mucho mas aguda que todos nosotros – dijo Nakuru susceptible – o ya has estado

En esta torre antes.

Yue lo miro pasivo, pero no respondió.

Entonces Kero tosió escandalosamente llamando la atención de todos, ya no tenia su forma compacta de peluche, si no su forma verdadera y enorme de un león con alas.

-        Kero, que pasa? – se asombro Sakura - ¿Por qué te has transformado?

-        Ehh  pues ahí que estar alerta de cualquier cosa – Rió el guardián, nervioso – Pero ahora vasta de hablar y subamos las escaleras, vamos compañero – Kero le dio una palmada a Yue.

Sakura se extraño, Kero había interrumpido a propósito además que esa actitud de compañerismo con Yue era totalmente inesperada para ella, pues ya que Kero se la vivía quejándose de Yue, y ahora repentinamente le decía compañero? Algo raro había ahí… pero que?

 

Tal y como había dicho Yue, al fondo del pasillo había una escalera de caracol que guiaba hacia el segundo nivel de l a torre.

Uno por uno fueron subiendo la escalera de hierro que los condujo a una sala circular con un suelo cóncavo como si fuera una taza de mármol. En medio de la sala había una esfera de piedra de donde salían unos hilos casi transparentes que se disparaban hacia las paredes, tensadas como cuerdas y afiladas como agujas.

-        Que extraño cuarto – Comento Fuu, viendo la habitación con asombro.

-        Pero no ahí ninguna salida – Dijo Kamui, caminando por la habitación.

-        Supongo que tendremos que regresar –dijo Nataku.

-        Si tal vez – murmuro Fuu, mientras que jalaba una de las cuerdas como si se tratara de un arpa.

-        ¡No toques nada!  Exclamo Yue.

La advertencia había llegado tarde, la cuerda que momentos antes había tocado Fuu, vibraba rápidamente provocando un sonido como una caja de música.

Las vibraciones de la cuerda se extendió hasta llegar a la raíz de la cuerda, amarrada a la piedra, que inmediatamente comenzó a rotar en su propio eje, enroscando todos los hilos en torno suyo.

Los hilos se fueron tensando, jalando unas compuertas secreta en las paredes, que nadie había notado antes.

-        ¡Oh no! – Exclamo Yue - ¡Vamos! Todos sujétense a los hilos, ¡Rápido!

Todos estaban demasiado atontados como para hacer caso de la advertencia de Yue.

Cuando las compuertas fueron abiertas por completo, estas empezaron a succionar todo lo que se hallara en la habitación, con una fuerza y una rapidez increíbles.

 

Kamui, Fuuma y Nataku fueron succionados por una puerta que inmediatamente se cerro.

Y sin perder tiempo, Yue tomo a su ama de la cintura previniendo que fuera jalada por el viento eh inmediatamente tomo la mano  de Hikaru que casi era succionada por otra puerta.

-  ¡Yueeee! – Grito Hikaru, desesperada.

- ¡Hikaruuuu! – Grito Yue.

Haciendo un esfuerzo enorme , Yue logro jalar a Hikaru lejos de la puerta.

-        La salvaste – exclamo Sakura, sostenida por el potro brazo de Yue.

Pero en aquel momento un poder golpeo la mano de Yue, haciéndolo soltar a la guerrera del fuego.

-        ¡NO! – gimió Yue.

Hikaru dio un ultimo grito antes de ser arrastrada por la puerta que se cerro tras ella.

-        ¡Hikaru! – exclamo Sakura, convocando el poder de la carta flote para que Yue dejara de sostenerla - ¡Tomoyo!

-        Aquí estoy – le contestó la voz de su amiga.

Sakura se volteo y vio a Tomoyo, aferrada del lomo de Kerberos.

-        ¿Estas bien?

-        Si  contestó Tomoyo – pero todos han sido atrapados…

Tomoyo no pudo terminar su frase, puesto que Yue se había colocado frente a ellas en una posición de defensa.

Una puerta había  permanecido abierta, aunque sin poder succionador y de ella salieron dos sombras, los autores del ataque que hace un minuto había obligado a Yue a soltar a la pelirroja.

Eran dos “hombres” con alas negras que les salían de la espalada, ambos poseían cabello negro y piel pálida. A uno de ellos le faltaba la retina de uno de sus ojos (estaba ciego de un ojo) y el otro ser tenia ojos del color del rubí.

-        ¡ ¿Qué hacen ustedes aquí?! – exclamo Yue pasmado.

Sakura y Tomoyo observaron la escena, anonadas.

 

 

ÿÿÿ

 

 

Umi continuaba tumbada junto a las tumbas de sus padres, se había quedado dormida de tanto llorar y dentro de su sueño … dentro de su cabeza… dentro de su corazón, escucho una voz, la voz de Ceres.

“Mi niña…”

-         ¿Ceres?

“Despierta…”

-         No, no quiero – sollozo – no quiero ver mas dolor.

“ Tienes que ser fuerte y luchar”

-         Pero no soy fuerte.

“Si lo eres, tienes el poder”

-         ¿Por qué tendría que seguir luchando? ¿Por qué no morir ahora mismo?

“Por que hiciste un desafió, por tus amigas, por tu vida, por el amor, por el mundo, por los muertos…”

-         Pero…

“No estas sola, no tengas miedo, tienes a las otras guerreras mágicas, tienes la protección de los dragones del silencio, tienes aquella mariposa como amuleto, tienes aquel dragón de la tierra y me tienes a mi”

-         Ceres…

-         Levántate Umi… -dijo una voz.

-         ¡Esa voz! – se asombro Umi - ¡Shugo!

-         Yo se  que tu puedes hacerlo – la voz de Shugo resonaba en su cabeza- tienes que llegar hasta el final, la esfera del silencio  ya te lo había advertido, ¿recuerdas?

-         Estoy muy asustada, y me siento débil.

-         Fuiste la mujer que desafió abiertamente a Chtulhu – le dijo la voz de Shugo, con orgullo – Eres valiente… eres poderosa… tienes que continuar.

-         ¡Lo…lo haré!

-         Te sigo queriendo tanto, y espero que pronto encuentres tu felicidad.

 

La voz de Shugo se apago y Umi hizo un esfuerzo par abrir los ojos.

El cielo seguía prendido por miles de estrellas, y la lámpara de aceite que le había quitado a Kamui seguía a su lado, iluminado tenuemente.

Umi se paro del suelo y noto que se encontraba sola… ¿Dónde se habían ido los demás?

 

Tomo la lámpara del suelo y miro a su alrededor. Por primera vez desde que había entrado al cementerio, noto lo tenebroso que era. Su bellitos de su piel  se levantaron con un escalofrió cuando escucho el ruido de unos pasos, tan leves y ligeros que pareciera que apenas tocaban el suelo.

-         ¿Quién esta ahí?  - Pregunto Umi, con voz quebrada.

-         Pide un deseo – dijo un melodiosa voz, al mismo tiempo que la silueta de su cuerpo se hacia visible en la oscuridad.

-         ¿Quién eres? – Exigió Umi, con desconcierto.

-         …Un deseo que te haga feliz, que te haga sonreír… - continuo la voz, como si no hubiera escuchado la pregunta de Umi.

La luz de la lámpara, entonces, revelo el cuerpo de quien le hablaba con tanta dulzura.

Umi se paralizo del asombro, maravillad ante lo que veían sus ojos.

-         Pide un deseo…

-         ¡Eres…eres… UN ANGEL! – exclamo Umi, con estupor.

El ángel sonrió.

-         Pero como…cuando…que… - Los pensamientos de Umi se encontraban demasiado desordenados como para formar una palabra completa.

El ángel la siguió  mirando con una sonrisa.

Umi se sintió avergonzada y con una inclinación se presento.

-         Soy Umi Riuzaqui, yo solo veía las tumbas de mis padres, no te enojes, no fue mi intención…

-         No te preocupes – le interrumpió el ángel – Yo soy Touki, Arcángel del Agua. Y e venido a cumplirte un deseo, hija del agua.

-         ¿Por qué?

-         Mi señor me lo a pedido… Celes, dios del agua…- Contesto Touki, extendiendo la mano – Nuestros poderes son gemelos y mi tarea es pelear junto a ti.  Tu has rechazado a los profundos, y esas es prueba de tu lealtad. Estoy a tu disposición.

-         No quiero tenerte a mi disposición – Dijo Umi, tomando la mano de Touki – Pero me gustaría tu amistad.

El viento nocturno soplo y mezclo los largos cabellos del arcángel junto con los de Umi.

Touki la observo confundida.

-         Si esa es tu orden, así será… Ahora pide un deseo.

-         Un deseo… - Umi apretó las manos del arcángel – Yo quiero… Yo deseo… paz… paz para mi corazón.

Touki asintió con la cabeza y extendió sus alas, que envolvió a ambas en un manto de plumas blancas.

 

 

ÿÿÿ

 

 

Kamui, Fuuma y Nataku, habían despertado en una habitación en penumbras. Al fondo de la habitación había dos puertas.

-         ¿Qué puerta tomamos para salir de este lugar? – Pregunto Kamui, viendo la puerta de la derecha y la de la izquierda.

-         El de la derecha – dijo Fuuma.

-         ¡No! El de la izquierda – contradijo Nataku.

-         El de la derecha es mas seguro – Reclamo Fuuma.

-         No seas entupido, las dos son iguales – Espeto Nataku.

-         Tranquilos – Pidió Kamui – Vayamos por la de la derecha.

-         Yo no iré por el de la derecha – dijo Nataku.

-         Pues has lo que quieras – Se enfado Fuuma – No te necesitamos.

-         Ni yo a ustedes – dijo Nataku, mientras abría la puerta de la izquierda – Pero Kamui, yo te recomiendo que te cuides las espaldas, puesto que en Fuuma aun vive el Kamui oscuro.

Fuuma se enfureció aun mas y sin decir nada, jalo del brazo de Kamui y abrió la puerta de la derecha.

Nataku sonrió en las sombras y después cerro su puerta detrás de si.

 

-         Creo que debimos de haber entrado por la mañana – comento Kamui mientras caminaban por el corredor al que les había llevado la puerta derecha.

-         Ya no podemos hacer nada – le contesto Fuuma.

Ambos caminaron en silencio.

ssssss…. Kamui” , seseo una voz en la oscuridad.

Kamui se sobresalto.

-         ¿Escuchaste eso? – le pregunto Kamui a Fuuma.

-         ¿Escuchar que? – se asombro Fuuma.

-         ¿No escuchaste el susurro? – Volvió preguntar Kamui.

-         No – dijo Fuuma – pero de seguro fue el estupido de Nataku que no esta siguiendo.

Las palabras de Fuuma no le tranquilizaron en lo absoluto y en silencio siguió caminando, escuchando el eco de sus propios pasos y  sus respiración acompasada.

Entones el susurro se escucho de nuevo:

“Kamui… huye…”

Kamui se detuvo, estaba seguro que había escuchado esa voz… no era su imaginación, ni la voz de Nataku. Fuuma se detuvo, extrañado por la actitud de su amigo.

“Huye antes de que los atrapen….” Dijo la voz

Kamui se dio la vuelta de un golpe, había sentido una presencia extremadamente poderosa… y en aquella oscuridad pudo distinguir la silueta de un cuerpo amorfo… con ojos dorados.

 

Su cuerpo se lleno de temor y dándose la vuelta emprendió la huida.

-         ¡Fuuma! ¡Corre! – grito

Fuuma que  también vio a las figuras de ojos dorados, corría a lado de Kamui, mientras que las criaturas les seguían silenciosamente, arrastrándose por la oscuridad.

-         ¡Rápido, tenemos que encontrar una habitación redonda! –exclamó Kamui, con pavor - ¡Tenemos que salir de aquí!

-         ¿De que hablas? – se desespero Fuuma - ¿De que nos va a servir una habitación redonda?

-         ¡Fuuma! ¡Son los perros de Tindalos! – Gimió Kamui, sin dejar de correr – Son seres abominables que viven en un plano astral diferente al nuestro… y la único amanera en que entran a nuestro mundo es a través de la líneas  angulares del Universo.

-         ¿Por los ángulos? –Murmuro Fuuma, para si mismo - ¡DIOS! ¡Están entrando por las esquinas de las paredes!

-         Si, por cada esquina, por cada grieta, por cada ángulo – Contesto Kamui, sin aliento.

 

Por detrás de ellos, Fuuma y Kamui escucharon los horripilantes aullidos y ladridos de las criaturas, tan ajenos a este mundo que fue capaz de congelar la sangre de los dragones del cielo y de la tierra respectivamente.

 

Ambos tuvieron que detenerse, puesto que una pared se alzaba ante ellos, el camino no tenía salida, y los perros de tindalos estaban casi sobre ellos.

Kamui, desesperado, sacota espada sagrada y la blandió contra la silueta espantosa y gigantesca de la criatura frente a el. Pero para su terror, la espada no surgió ningún efecto;

Sus manos temblaron con temor… que iba a hacer! ¡QUE IBA A HACER!

Entonces sintió un golpee en su estomago, su mirada se oscureció y sintió como su cuerpo caía al suelo mientras que algo le sujetaba de las piernas y le arrastraba… Sintió un ardo abrasador…

Fuuma que observaba aterrado, uso su poder para destruir las paredes que bloqueaban el paso eh inmediatamente – y gracias a un milagro – logro arrebatarle a las criaturas el cuerpo contorsionado de su amigo.

Y juntos huyeron, huyeron lo mas rápido que les permitan su piernas… puesto que sus almas dependían de aquello.

***

 

Nataku caminaba sin ningún  problema, aburrido de que su caminata no le llevara a ningún lado.

El techo era tan alto que a pesar de los saltos kilométricos que dan los dragones, no podía visualizarlo.

 

Entonces así como así el gran pasillo se abrió hacia una gran sala donde en medio había una enorme fuente que arrojaba agua hacia un hoyo lo suficiente grande como para que un hombre cupiera por ella.

En las paredes había antorchas prendidas que iluminaban la estancia con una luz sangrienta que se embarraba contra las paredes.

Nataku tomo una antorcha y se acerco a  la fuente eh inclinándose ligeramente miro su reflejo en las aguas y se vio a si mismo, con su cabello lila y su tez pálida, pero de repente la imagen cambio con una onda del agua y en vez de su reflejo apareció la imagen de una niña de cabellos chorreados y el rostro embadurnado de sangre, con ojos llenos de tristeza y dolor, pero contradictoriamente, sus labios mostraban una sonrisa perturbadora que le invitaban a gritar…

 

Nataku se alejo de la fuente.

Por primera ves en su vida sintió miedo… estaba asustado. Esa niña… esa niña!

Entonces la habitación se lleno de una risa infantil, con un eco extraño como si llegara de muy lejos. Risa  mas risa, tan espantosa, tan enloquecedora.

Nataku se sostuvo la cabeza con fuerza, no lo soportaba, tenia que salir de ahí… no lo soportaba.

 

Se dio la vuelta en un intento de huir de aquella habitación, pero el camino por donde había llegado había desaparecido, y ahora estaba encerrado en aquella habitación, con aquella risa.

 

No lo pudo soportar mas, y sin siquiera detenerse a pensarlo, se arrojo al hoyo donde el agua caía.

El hoto lo arrojo al suelo de otra habitación, a un suelo firme y seco donde podía respirar oxigeno. Abrió os ojos y vio el hoyo sobre el y el agua que se suponía debía caer de acuerdo a la gravedad, volvía a subir por el hoyo, como una fuente invertida.

 

El pecho le subía y le bajaba agitadamente, mientras trataba de tranquilizarse a si mismo.

Se puso en pie lentamente y miro a su alrededor. Vio una doble puerta de gigantesco tamaño y  del lado contrario había otra puerta, mucho mas pequeña e insignificante.

En medio de la estancia había una mesa de piedra, donde descansaba una balanza de oro reluciente. Y alado de aquella mesa había alguien… o algo cubierto por una manta blanca de pies a cabeza.

 

-         Si buscas la salida a este lugar, la puerta grande es la correcta – dijo la figura cubierta por la manta, sin siquiera mover un solo músculo.

-         ¿Quién eres? – pregunto Nataku, susceptiblemente.

El extraño no contesto.

El dragón de la tierra lo miro con desconfianza. Pero entonces un ruido como de ladridos, extraños y grotescos, salieron de la puerta pequeña.

-         ¡Que fue eso! – se asombro Nataku.

-         Las bestias que cazan – le contestó la voz del extraño.

-         ¿Qué dices? – Nataku dio unos pasos hacia la mesa de piedra.

-         Ya ninguna lugar es seguro en estos tiempos – decía el ser oculto bajo la manta, sin mover un ápice de su cuerpo. – Estos seres entran donde sea.

-         ¿Qué están cazando? – Pregunto Nataku.

-         Humanos, seguramente – contesto.

-         Fuuma y Kamui – Pensó Nataku, en voz alta.

-         Si, esos son sus nombres – contesto el ser tras la manta blanca – Pero no te preocupes Nataku, tu puedes salir de aquí por la puerta grande. No tienes que preocuparte por otros que no seas tu.

-         ¿Quién rayos eres? – Murmuro Nataku, atónito - ¿Y como sabes mi nombre?

El individuo no respondió.

 

En aquel instante Kamui y Fuuma salieron por la puerta pequeña corriendo desesperadamente.

-         ¡Pero que…! – se sorprendió Nataku.

-         ¡Los perros de Tindalos! - exclamo Fuuma.

Al escuchar esto, los ojos de Nataku se abrieron de par en par.

Mientras que de la puerta chica apareció una sombra que atrapo a Fuuma y a Kamui de los pies.

-         Rápido, vete de aquí antes de que las criaturas se percaten de tu presencia – le dijo el extraño a Nataku – Sálvate.

Nataku miro hacia la gran puerta, y luego miro a Fuuma y a Kamui que luchaban por liberar sus pies.

-         ¡Maldición! – Nataku corrió manipulando sus listones que tomaron la forma de un pentagrama al mismo tiempo que arrojaba una energía poderosa que hizo retroceder a las sombras.

Sin perder tiempo, Nataku levanto a Fuuma y a Kamui por los hombros y formo un esfera con sus listones que los guardo en su interior. Las sombras les rondaron esperando encontrar algún ángulo por donde entrar a la esfera de listones.

-         ¿Por qué haces esto? – Pregunto Kamui, tratando de recuperar el aliento - ¿Por qué nos ayudas?

-         Ni yo lo se – Respondió Nataku – Pero creo que esa guerrea del agua me a cambiado y ahora me pareció que debía salvarlos, además en esta guerra estamos todos y quieran o no, sin unión no ahí fuerza.

-         Tienes razón – asintió Kamui – creo que tenemos que tratar de dejar nuestras diferencias atrás, para poder luchar  contra el enemigo, ¿tu que dices Fuuma?

-         …supongo – respondió Fuuma, reservado.

-         Pues bien, tratemos de hacer retroceder a estas bestias a la cuenta de tres – sumerio Nataku - …1…2…3!

Nataku se deshizo de los listones a tiempo en que los 3 dragones usaron sus poderes contra las criaturas.

Algunas salieron huyendo, pero otros mas viejos y antiguos, persistieron y se alzaron antes los 3 dragones, que se encontraban horrorizados al contemplar a los horribles criaturas de pesadilla que eran los perros de Tindalos.

Entonces una luz ilumino la gran estancia y el ser envuelto en la manta, se  puso entre los dragones y las criaturas. La manta blanca voló por los aires y Nataku, Fuuma y Kamui contemplaron aquel individuo, con estupor.

Frente a ellos había un ser con unas largas alas blancas semi-transparentes, con el cabello medio largo y unas vestimentas preciosas. Un ángel, un hermoso ángel.

Los perros de tindalos que restaban, se esfumaron.

El ángel se volvió hacia ellos y les sonrió.

-         Han pasado a mi primera prueba – les dijo el Ángel.

-         ¿Prueba? – repitió Kamui, atónito – ¡Eso quiere decir que fuiste tu el que trajo esos seres!

-         Claro que no – Contesto el ángel, con tranquilidad – jamás me relacionaría con tales seres, yo soy un mensajero de los dioses, mi nombre es Ranshuu arcángel de la tierra. Y ahora si me permiten, mi deber es asegurarme que sus corazones no tengan duda y estén peleando del lado de la humanidad y la tierra.

Ranshuu les señalo la mesa de piedra donde estaba la balanza.

-         ¿Es por eso que me pusiste la tentación de irme y dejarlos a ellos a su muerte? – medito Nataku - ¿Y ahora?

-         La segunda prueba y ultima es muy sencilla y rápida, tal vez duela un poco, pero si son de corazón sincero, sobrevivirán – Les explico Ranshuu.

Los dragones se miraron unos a otros inquietos, ¿Qué era lo que planeaba hacer ese ángel?

 

 

ÿÿÿ

 

-         ¿Quiénes son? – pregunto Sakura, detrás de su guardián.

-         Son demonios – Explico Yue.

-         Quieres decir que están al servicio de los primigenios – se horrorizo Tomoyo.

-         No – le corrigió el juez de las cartas – Ellos son de otro tipo, uno de ellos es el príncipe del infierno, hijo de lucifer.

-         Para mi demonios son demonios – tembló Sakura.

-         No, ellos son la contraparte de los ángeles, representan el poder del que los dragones hablaban, el bien y el mal, ambos se necesitan para subsistir. Ellos no tienen que ver con el sexteto divino, peor de todos modos, ellos no pueden… no deberían estar aquí.

-         ¿Terminaron? – se arto el demonio de los ojos rojos – Vaya… hace machismo tiempo que no nos veíamos… Yue.

-         ¿Qué es lo que quieres Kouryuu? Dijo Yue, fríamente.

-         Venimos a ver cual es todo el alboroto en la torre de los ángeles – Dijo Kouryuu, en tono relajado – Buscamos a Hisui y nos hemos enterado de unas cuantas cosillas.

-         Tal vez deberías decirnos tu Yue – Hablo el otro demonio – Hisui regreso a la torre después de que había decidido no hacerlo nunca mas y ahora te encontramos a TI aquí, según me entere no deberías de estarlo, además… ¿Qué no estabas un mago… si, con el mago Clow? ¿no es así?

-         Eso no te incumbe – Espeto Yue – Kokyou…

En aquel tenso momento, otra voz se escucho.

-         ¡Kokyou, Kouryuu! – Exclamó la voz – Mejor que se vayan, dios se enfadara si se entera que están aquí.

-         ¡Kohaku! – Berrincho Kouryuu, el demonio de los ojos rojos – ¿como puedes estar en tu forma verdadera si es de noche?

-         En la torre de los Ángeles, puedo tener el suficiente poder mágico para mantenerme en mi fuerza original – Respondió Kohaku -  sea de día o de noche.

De la puerta salio un ángel de cabello rubio y ojos azules.

Sakura y Tomoyo estaban mudas de la confusión.

-         Vayámonos Kouryuu – le ordeno Kokyou – regresaremos después.

 

Ambos demonios desaparecieron.

Kohaku le sonrió a Yue y para la sorpresa de Sakura, Yue también le sonrió a Kohaku.

-         No se si saber si sentirme feliz o triste de saber que estas aquí – dijo Kohaku.

-         Yo tampoco – dijo Yue.

-         Peor me imagino la razón por la que están aquí – Kohaku entristeció – Y ellas deben pertenecer al grupo del que se me a hablado.

-         Si, ella es mi ama Sakura y su amiga es el futuro pilar de la tierra, Tomoyo.

-         Bueno, síganme, los llevare a la cúpula de la torre – se ofreció Kohaku – Ahí escucharan todo lo que tienen que saber sobre lo que le esta sucediendo a la tierra.

-         ¿Pero y los demás? – quiso saber Sakura.

-         No se preocupen por el resto de los guerreros, ellos encontraran la forma de llegar a la copula – le tranquilizo el ángel.

-         Pero… - Sakura seguía indecisa.

Kero rozo su cabeza cariñosamente en la cadera de su ama, haciéndole entender que no tenia nada de que preocuparse.

-         Llevanos – le pidió Yue.

Kohaku asintió en silencio, y alzando la mano hizo que del techo apareciera un amplio hoyo y una plataforma de piedra adornada con hermosos ámbares.

Sakura, Tomoyo, Kero, Yue y Kohaku subieron a la plataforma que se elevo y subió a través del hoyo.

 

***

Hikaru estaba inconsciente en el suelo de una cámara iluminada por numerosas y extrañas lámparas que colgaban del techo, como péndulos.

 

Al lado del cuerpo de Hikaru, se encontraba una sombra que le vigilaba, y cuando Hikaru comenzó a recobrar conciencia, la sombra se le acerco aun mas.

-         ¡AHHHHHHHH! - Grito Hikaru, al ver a la sombra a su lado, abrazándola con felicidad - ¿Qué haces aquí? – las orejas de gato de Hikaru se movían con alegría – Me diste un sustote!

 

La sombra puso su cabeza en el regazo de Hikaru, moviendo la cola febrilmente.

-         ¡Hikari! ¡Hikari! Vasta de lamerme jajajjajaja

 

Cuando Hikari se tranquilizo, la pelirroja se puso de pie.

-         ¿Qué fue lo que sucedió? – trato de recapitular la pelirroja – lo ultimo que recuerdo fue Yue sosteniéndome la mano… OH no donde esta Fuu!

Hikaru miro a su alrededor, pero le fue casi imposible distinguir gran cosa, ya que las lámparas que colgaban del techo, cubrían gran parte de la vista.

Con Hikari a su lado, comenzó a caminar hacia delante, haciendo las lámparas a un lado.

-         Vamos Hikari – dijo – busquemos la salida de este lugar.

Hikari le obedeció moviendo la cola de un lado a otro.

-         ¿Me pregunto donde estará Nikona? – Pensó Hikaru, sonriendo al recordar como Umi siempre se quejaba de que esta desaparecía en las situaciones peligrosas.

 

Hikaru se detuvo bruscamente, estaba tan distraída en sus pensamientos que no se había percatado de que había llegado frente a la superficie de un gran espejo.

Hikaru miro su reflejo algo confundida, y cuando decidió cambiar de rumbo, Hikari comenzó a ladrar fuertemente.

Lo que había sido el reflejo de Hikaru, comenzaba a salir del espejo… era Hikaru…. Pero a la vez no era Hikaru.

La guerrea de fuego observo a la chica frente a ella, eran casi completamente iguales, con la diferencia que el cabello de la chica era de color rosa y lo llevaba suelto.

-         ¡Luz! – Exclamo Hikaru, dando unos pasos hacia atrás.

-         Hola mi querida Hikaru – sonrió Luz.

-         ¿Pero…que? – Hikaru estaba demasiado asombrada como para decir algo coherente.

Luz rió divertida, mientras que abrazaba a la guerrera del fuego, de forma seductora. 

-         Hikaru… Hikaru…Hikaru – Decía Luz con un tono de sorna en su voz – No te preocupes, nada malo va  suceder, yo te vengo a ayudar.

Hikari seguía  ladrándole a Luz, mientras que Hikaru trataba de salir de su estupor.

-         ¿A que te refieres con que me vas ayudar? – Pregunto Hikaru, algo molesta - ¿Quieres decir que vas a ayudarme en esta guerra?

-         Claro que no – rió Luz -  yo me refiero a otro tipo de ayuda. Sabes que la guerra no es el único problema que alberga en tu corazo.

-         ¿Qué? – Hikaru se enfado y se desembarazo de los brazos de Luz, que continuaba con una expresión de diversión. – Yo no tengo ningún otro problema.

-         ¿Estas segura? –Luz se acerco a el espejo y con un ademán de su mano hizo aparecer una figura en e l espejo, la figura de un hombre.

-         ¡Latiz! – Exclamo Hikaru, asustada - ¡No te atrevas a intentar a volver a hacerle daño!

-         ¿Y quien quiere hacerle daño? – Sonrió Luz – Esto es solo una ilusión, ya te dije que solo quiero ayudarte.

>> Latiz… un hombre verdaderamente guapo, ¿no es así? Tu lo quieres desde que lo conociste en céfiro y se que el también te quiere mucho, pero… sin embargo no eres mas que una adolescente de 17 años y a tu corazón aun le gusta experimentar nuevos sentimientos.

-         ¿A que te refieres? – Se asusto Hikaru, mientras la imagen de Latiz se desvanecía.

-         Ahí Hikaru, ¿Qué no te das cuenta? – Luz rebozaba de alegría – Te has comenzado a enamorar de 2 personas a la vez.

-         ¡QUE! – Hikaru se tambaleo mientras la figura del otro hombre aparecía en el espejo - ¡No…no es cierto, yo solo quiero a Latiz!

-         No te engañes – Le dijo Luz, mostrándole la imagen del otro hombre – ¿me vas a negar que este pedazo de bombón es delicioso?

Hikaru comenzó a temblar, inconscientemente.

-         No…no…no es cierto!, el es solo mi amigo – seguía negando la pelirroja.

-         Hikaru ¡Míralo! ¡míralo y dime que sientes! – Exclamo Luz.

Hikaru comenzó a sudar, y sin poder contenerse mi un minuto mas, tomo su espada y rompió el espejo, haciendo desvanecer la imagen de aquel hombre.

 

Luz se carcajeó estridentemente, mientras Hikaru se tapaba los oídos y cerraba los ojos desconsoladamente.

 

 

 

 

No supo cuanto tiempo transcurrió, pero había dejado de escuchar las carcajadas de Luz y los ladridos de Hikari, y en cambio sintió una mano calida que le tomaba del hombro.

 

Abrió los ojos poco a poco, tratando de enfocar la mirada neblinosa por el sudor. Cuando pudo abrir sus ojos, observo que no quedaba ni rastros del espejo roto, ni de Luz y Hikari se encontraba echado muy mansamente frente a ella.

Y entonces se volteo lentamente para ver quien le tocaba el hombro.

Atrás de ella, medio inclinado, se encontró con un rostro hermoso enmarcado con una larga cortina de cabellos, y de la espalda del sujeto salían lo que parecían ser alas.

-         ¿Yue? – Pregunto Hikaru, con un susurro.

El bello rostro,  frunció el entrecejo y pregunto con una voz melodiosa: “¿has dicho Yue?”

 

Hikaru se tambaleo atontada al descubrir que el ser con alas no era Yue.

-         ¿Entonces Yue esta aquí? – Volvió a preguntar el sujeto.

Hikaru afirmo con la cabeza, demasiado atontada como para hablar.

El sujeto pareció decepcionado, sin embargo le tendió una mano a la guerrera.

-         Perdóname por hacerte tantas preguntas Srta. Hikaru Shidou.

-         ¿Cómo…como sabe mi nombre? – hablo con dificultad.

-         Conozco el nombre de todos ustedes – Le contesto – Peor tal vez querrás saber el mío, soy Ryuuki, Arcángel del Fuego.

-         ¿Arcángel del Fuego? – Repitió Hikaru – Eh… ¿Dónde va? – Pregunto, notando que Ryuuki comenzaba a alejarse

-         Venga con migo, hablaremos en el camino.

-         ¿A dónde vamos? – Volvió a preguntar Hikaru, mientras le daba alcance.

-         Te llevare a la cúpula de la torre – dijo el arcángel – Ahí encontraras el resto de tus compañeros.

-         Estoy muy confundida… - se quejo Hikaru – Y me duele la cabeza.

-         Eh venido… - comenzó a decir Ryuuki - … aquí especialmente para hacer un pacto contigo. No es necesario que te ponga a prueba, puesto que la misma corona de Céfiro ya te a probado. Yo soy un Arcángel de guerra y eh venido para pelear bajo tus órdenes, al igual que el de Karen Kasumi.

Hikaru lo escucho anonada.

-         ¿Cómo has dicho? – Pregunto Hikaru, con la boca ligeramente abierta.

-         Bueno – Ryuuki sonrió – Creo que aun sigues algo confundida, así que te lo pondré mas fácil… eh venido a que firmes un contrato de alma con migo y de esa forma estaremos conectados uno con el otro.

-         Entonces…pelearemos juntos en esta guerra?

El arcángel asintió.

-         Solo tienes que darme tu mano.

Hikaru tomo su mano y una anillo de fuego se prendió frente a ellos.

-         Ahora cruzaremos el anillo – le indico Ryuuki – No cierres los ojos, de lo contrario las llamas se volverán contra ti, tienes que quedar que te conozcan, se una con las llamas.

Hikaru asintió con la cabeza, y junto con Ryuuki y Hikari, atravesó el circulo de fuego y desaparecieron.

 

 

ÿÿÿ

 

 

-         Bueno, y en que consiste esa prueba – tartamudeo Kamui.

-         Muy fácil – Ranshuu se deslizó hábilmente hasta llegar justo frente a el – Solo tienes que relajarte – Deslizo su mano suavemente por el pecho de Kamui.

El dragón del cielo se estremeció.

-         ¡ ¿Qué haces?!  - pregunto nervioso.

-         Dije que te relajaras – Repitió Ranshuu, con una sonrisa perturbadora.

Y sin dejarle tiempo de reaccionar, Ranshuu clavo su brazo en el pecho de Kamui que se retorció se dolor, con los ojos desorbitados mientras la sangre escurría por el brazo de Ranshuu que aun se encontraba dentro del cuerpo de Kamui.

 

Nataku y Fuuma, que habían sido tomados por sorpresa por la repentina acción del ángel, trataron de ayudar a Kamui. Pero no pudieron moverse, alguna fuerza invisible les tenia sujetos.

-         ¿ ¡Que haces!? – le grito Fuuma - ¡Lo vas a matar!

-         ¡Suéltanos! – Exigió Nataku.

Ranshuu hizo caso omiso de las exclamaciones de los dragones, y dio un ultimo Girón con su brazo.

El grito desgarrador lleno de un dolor inimaginable que recorría cuerpo  y alma, resonó por todos los pasillos de la torre, mientras que Ranshuu sostenía en su mano cubierta de sangre, el corazón palpitante de Kamui, quien se había desplomado en el suelo, pálido como un fantasma.

Ranshuu se dirigió hacia la balanza y deposito el corazón en uno de los platillos y en el otro coloco una de sus plumas como contra peso.

La balanza permaneció estable, el corazón pesaba lo mismo que la pluma.

-         ¡Felicidades Kamui Shiro! – Dijo el Ángel – has pasado mi prueba y eso demuestra que eres puro de corazón.

Con un gesto de su mano, el corazón regreso al cuerpo de Kamui, dejando su pecho sin ninguna herida visible.

Peor Kamui había quedado demasiado exhausto y pálido como para hablar.

EL Arcángel de la tierra se volvió hacia los otros dos dragones.

-         Ahora, les toca a ustedes – Sentencio  Ranshuu.

Fuuma y  Nataku se miraron nervioso.

 

ÿÿÿ

 

 

Kohaku, Yue, Tomoyo, Sakura y Kero subían por la plataforma en completo silencio; hasta que Sakura – algo incomoda- intento hacer algo de conversación.

-         ¿Ustedes ya se conocían? – pregunto viendo a Kohaku y a Yue.

-         Si – Asintió Kohaku con una sonrisa.

-         ¿Y como se conocieron? – siguió preguntando Sakura.

Yue continuaba cruzado de brazos, sin mover un solo músculo. Kohaku lo miro por el rabillo del ojo y dijo:

-         Es una larga historia, fue hace mucho tiempo.

-         Eso quiere decir que conociste al mago Clow? – Sakura miraba con perplejidad al ángel – Ya sabes, el creador de Yue.

Kohaku sonrió tristemente ante el comentario de la maestra de cartas.

-         No, yo nunca conocí al Mago Clow…

-         ¿Entonces..? - Sakura tenia muchas preguntas.

-         Sakurita… déjalo – Le pidió Kero.

-         ¿Qué? ¿Por qué? – se asombro Sakura - ¿Acaso dije algo malo?

-         No Sakura – le consoló Tomoyo – es solo que ahí algunas cosas que se deben dejar solitas.

Sakura tenia muchos signos de interrogación flotando en su cabeza.

-         Señorita Sakura - Interrumpió Kohaku, cordialmente – Usted se baja en este nivel

-         ¡HAY! ¡No me bajen! – Sollozo Sakura -  Prometo no hacer mas preguntas.

-         No es por eso – sonrió Kohaku – Ahí alguien que tienes que ver primero.

-         ¿Yo solita?

-         Si

Sakura volteo a ver a Kero y a Yue, indecisa.

-         Ve, no te preocupes – Le dijo Yue – Estarás a salvo.

La plataforma se detuvo y Sakura se bajo de ella.

 

Sakura miro a su alrededor, no había nadie ahí, el lugar en tinieblas  que se encontraba iluminado por una fogata, parecía mas bien una caverna cuyas paredes rocosas estaban talladas con extraños signos.

Sakura se acerco a una de las paredes de la caverna, contemplando con asombro todos aquellos signos. Había miles de ellos cubriendo las paredes por completo.

Sakura contemplo un signo en particular, no sabia cual era su significado, pero sabia que lo había visto en alguna otra parte… ¿Pero donde?

 

La maestra de cartas  cerros sus ojos tratando de recordar donde había visto aquel signo… aquel signos.

-         ¡Yue! – exclamo repentinamente.

Claro, como no lo reconoció antes, había visto ese mismo signo en el cuello de Yue, lo tenia en forma de una cicatriz.

Alguna, vez cuando ella aun era una niña, llego a preguntarle al guardián de la luna, el origen de su cicatriz, pero el solo había guardado silencio.

 

Demasiado curiosa por entender el significado de las marcas, Sakura acerco su mano  y toco el símbolo en la pared.

En el momento en que la mano de Sakura toco la rocosa superficie de la pared, el símbolo se encendió con una luz radiante al igual que el resto de los símbolos.

Y la luz dorada cubrió las paredes como si de oro se tratase.

 

Y entonces, todo a su alrededor desapareció y los ojos de Sakura se llenaron de terror ante la imagen que se creaba ante ella.

Era una escena grotesca, plasmada en un lienzo cubierto de sangre.

Dolor…dolor en todo su alrededor.

Sakura llevo sus manos a su boca con terror, sus ojos se llenaron de lagrimas y sus piernas le temblaban.

En aquella espeluznante imagen aparecía una sangrienta meseta cubierta por largas piedras afiladas como estacas, en donde el cuerpo de cientos de ángeles yacían clavados, todos muertos, todos con las cuencas de los ojos vacíos, todos con expresiones de horror en el rostro, aquel horror que su ultimo aliento les había permitido experimentar.

El viento cargaba los gritos de sufrimiento de aquellos que aun luchaban sobre los cuerpos de sus hermanos.

Entonces la imagen se desvaneció como cenizas en polvo.

 

Las lagrimas rodaron por el rostro de la maestra de cartas, cu cuerpo temblaba incontroladamente y sus nervios estaban completamente destrozados.

-         Deja de llorar – Espeto una voz secamente.

Sakura levanto la mirada y vio con horror a uno de los seres que acababa de ver en aquella demoníaca visón.

Ante ella, se levantaba el cuerpo de lo que parecía ser un hombre, pero de su espalda salían un para de alas enormes e increíblemente blancas; el cabello de aquel ser era de un color gris sucio y le llegaba hasta los hombros.

En su mano derecha llevaba una trompeta de oro y en su cuello era visible una cicatriz, como aquella en el cuello de Yue.

Pero lo que mas le horrorizo, fueron sus ojos… y es que las cuencas de sus ojos estaban vacías… oscuras.

-         Eh dicho que dejes de llorar – Repitió el ángel, esta vez dando un paso adelante, y ante el estupor de Sakura, sus cuencas vacías se vieron ocupadas por un par de ojos azules.

 

Ante el estupor, Sakura dejo de llorar.

-         No puedo creer que el descendiente del Mago Clow sea una pequeña niña… - comenzó  a decir el ángel, pero Sakura le interrumpió.

-         ¡No soy una niña! Tengo 16 años – dijo entrecortadamente.

-         …Y además cobarde – Continuo el ángel como si no la hubiera escuchado.

-         ¡No soy cobarde! – espeto Sakura, a pesar de que su cuerpo aun temblaba ligeramente.

-         ¿A no? – dijo el ángel, con una sonrisa – pero si es de tu raza el estar asustados, a si como todas esas extrañas reacciones que ustedes llaman sentimientos.

-         ¿Quién eres tu? – pregunto Sakura – Y…que fue aquella visión?

-         Yo soy Gabriel – Dijo el Ángel dando un alto sobre una roca y posándose en ella en una posición extraña, como si se tratase de un pájaro. – Y lo que acabas de ver no es nada de tu inconveniencia, no se suponía que tenias que venir a metichear aquí.

-         ¿Entonces para que e sido llamada?

-         A eso voy si me permites. Estoy aquí para instruirte, para enseñarte lo que el Mago Clow sabia y lo que tu tienes que saber… conocimiento que te será indispensable en esta guerra que ya les pisa los talones.

-         Pero… ¿Qué fue lo que acabo de ver? – Insistió Sakura - ¿Quién mato a todos eso ángeles… y sus ojos… tus ojos?

-         Te eh dicho que eso no tiene que ver con tigo – Repitió Gabriel escuetamente, pero al ver que Sakura se preparaba para repelar nuevamente, dio un suspiro de resignación – Lo que viste fue la primera guerra del cielo contra Lucifer y sus demonios… en cuanto  a los ojos… - Gabriel sonrió - ¿Por qué no se lo preguntas a Yue?

 

Sakura iba a bombardear a Gabriel con otra marea de preguntas. Estaba confundida, ¿Qué tenia que ver Yue con aquella guerra? ¿Por qué todos aquí parecían conocerlo?

-         Pero… _continuo Gabriel – Esto no es por lo que estas aquí.

>> Estas aquí para ser instruida en los obscuros secretos que encierra esta guerra. El Mago Clow lo sabia, el Mago Erial lo sabe y ahora es tu turno de Saber… Yo te voy a hablar sobre el Necronomicon.

Sakura se sentó sobre una roca frente a  Gabriel. Tenia que ser fuerte, tenia que escuchar y aprender todo lo que le dijeran, este no era el lugar para que se acobardara, tenia que ser fuerte.

 

Sakura se repitió aquello  una y otra vez, tratando de ignorar la temblorina de sus piernas,

-         Ya se algunas cosas – Dijo Sakura, controlando su temblorina – Erial, Subaru y los demás nos explicaron sobre el sexteto divino.

-         Si, pero eso no es mas que lo básico – Dijo Gabriel – Ahora pon mucha atención a lo voy a decir, por que tu eres la maestra de cartas, la maestra de los elementos. No es ninguna coincidencia que tu y tus amigos permanezcan en la tierra.

<<Ustedes han sido elegidos y el destino de la tierra depende de ustedes y de nadie más>>

 

 

ÿÿÿ

 

 

 

Fuu sintió el viento en sus cabellos de oro movidos armónicamente.

Se encintraba en la parte mas alta de la torre, en el mirador  donde podía observar el cielo gris que se iba aclarando en señal de la llegada del amanecer.

El mirador era un anexo de la torre, justo a lado de la cúpula.

 

Fuu dio unos pasos hacia delante , donde un ángel se hallaba sentado cubriendo el suelo con sus largos cabellos dorados.

-         ¿Hisui? – la llamo Fuu.

Desde que se habían presentado, Hisui, Arcángel del viento, no había dicho ni una sola palabra, había permanecido sentada y en completo silencio.

Pero ahora que Fuu le llamaba, Hisui pareció reaccionar como si hubiera estado perdida en sus pensamientos. Y mirando a la guerrera del Viento, tomo  un extrano aparato a su lado, el cual comenzó a tocar una música llena de poder y energía, con poderosos tambores guiando el ritmo.

 

 

Cerca de ellas, en el piso inferior al mirador, Kohaku, Tomoyo, Kero y Yue  caminaban en dirección a la habitación principal de la cúpula, peor cuando escucharon la música que provenía del mirador, Tomoyo se sintió atraída hacia ella eh intento dirigirse a su origen, pero Kohaku le impidió el paso y  le dijo:

-         No vayas, ese es el lugar donde el Arcángel del Viento y la elegida se encuentran. Nosotros tenemos otro lugar a donde ir.

Tomoyo asintió y comenzaron a alejarse , sin embargo, sin que ellos se percataran, Yue se había quedado ahí y en silencio subió por las escaleras que llevaban havia el mirador.

Y oculto en las sombras, escucho al música.

 

 

Mientras tanto la voz de Hisui se alzo entre la música, cantando, cantando con su corazón lleno de dolor.

 

“Sun going down, she opens her eyes

It’s dark in the belfry and cold whispers of rain,

Wind in the sky

So long it’s been all she’s been told”

 

Hisui se puso en pie y su rostro se vio lleno de tristeza mientras cantaba.

 

“Dream child, you’re all alone

Roaming through the night

Scream child, lost and ashamed

For all the tars you cry”

 

Hisui tomo la mano de Fuu y la miro a los ojos.

 

“You are a child in sadness

A chessboard nightmare to go

Hear the silent symphony

Calling you up to the shore and

You’ll see us”

 

Fuu pudo sentir las frías manos del arcángel en las suyas, mientras que captaba el mensaje oculto  tras las palabras cantadas por Hisui.

 

“As we sail away, moonstruck and astray

We’re fallen angels

We’re the scary tale to scare your mind away

From fallen angels”

 

Fuu comenzó a sentir la tristeza de Hisui en su propio Corazón, tan vivo, y tan intenso que sentía que quemaba sus sangre.

 

“So many days wasted in haze

you’re free, oh so free on their strings

Illusions of life, they say you can fly

They laugh and the cut off your wings”

 

Fuu comenzó a llorar, por alguna razón la canción de Hisui se había formado en imagines, imagines sobre lo que tanto torturaba a Hisui y a muchos otros ángeles que sentían como ella.

 

“Night child, they give you steel

and make you believe that it’s gold

Lies child, all that you’re told

Is just what you shall know”

 

Yue que se encontraba escondido entre las ultimas sombras del amanecer, sintió una corriente eléctrica recorrer su cuerpo, mientras escuchaba a Hisui.

 

“When they ‘know’ we are evil

we’re strangers

and danger and fire

the dark and the light

we are eyes in the night

Lost souls’ they curse

For we’ve found it instead- oh”

 

Fuu no pudo soportarlo ni un momento más y rompió a llorar desconsoladamente.

No era necesario que Hisui hablara, lo había entendido perfectamente y sintió una pena enorme por ella y por todos los ángeles caídos. Ángeles que habían desobedecido a dios, celosos del amor que profesaba a toda la raza humana, celosos del regalo que nos dio y que ellos no tenían… el derecho de la decisión, a decidir nuestros destinos, la posesión nuestra alma!

Hisui era el arcángel del viento y habia huido de la torre, había  huido con el hijo de lucifer y fue perseguida por sus propios hermanos, puesto que no era de ellos decidir lo que querian o no.

 

“When they say you’re a fossil

when their eyes nail you to the cross

take their curse and join our way

Welcome my friend on the ship of the   damned

We’re fallen angels”

 

Ese era el eterno sufrimiento de los ángeles caídos, a excepción de uno de ellos… al que todos los ángeles caídos amaban y al que el resto de los ángeles rechazaban.

El que había conseguido un alma propia… el que podía decidir su destino.

Fuu nunca se lo había imaginado, nunca pensó que fuera el.

 

Fuu apretó las manos de la triste Hisui, quien se encontraba en la torre a pesar de su deseo de libertad, puesto que aun poseía su gran amor hacia los dioses, aquel amor que le hizo regresar de su exilio a cumplir su deber como ángel de guerra.

Para ofrecerle a ella, Guerrera del viento sus servicios.

 

Fuu sonrió y ambas comprendieron cuales eran sus destinos.

 

 

 

 

 

Una lagrima había escurrido por la mejilla de Yue al escuchar la canción de la desgraciada Hisui.

Bajo la mirada y se sintió miserable,  un sentimiento que hace mucho no sentía.

Entonces sintió una mano en su hombro.

N volteo, sabia quien era, sabia lo que quería…. Era la diosa de la Guerra, Ashura.

- Me alegra verte aquí, Yue – dijo la diosa – Me alegra saber que no nos has olvidado… después de tanto tiempo.

Yue permaneció en silencio.

-         ¿Cuándo piensas decirles? – Le pregunto Ashura – Ellos tienen derecho de saber.

Yue no le contesto/

-         ¿Cuándo les dirás que eres un Ángel caído?

 

 

 

CONTUNUARA…

 

 

 

 

 

Notas de la Autora:

 

Primero que nada quiero disculparme por mi tardanza en subir el capitulo… si ya se  que por lo menos fue un año que me tarde U_U, pero me pasaron muchas cosas que me obligaron a dejar TODOS mi Fics abandonados en la esquina…

Y la verdad que sentí horrible cuando recibía mails de los lectores pidiéndome que los continuara…

Pero Ya por fin!!!! Salí de los problemas que tenia y eh podido terminar con este el sexto capitulo!!!! (ALELUYA!!!) , si  y espero que sea de su agrado…

Además intentare Subir el próximo capitulo antes de que entre clases de nuevo…

 

Y bueno que les pareció… apoco no soy mala MUAJAJAJAJAJAJ, los dejare con la duda de que onda con Yue, tendrán que esperar JAJAJAJAJA…

Además de que ya agregue otras series de CLAMP, que son Wish, y RG Veda (el resto de los personajes saldrán mas adelante)

Y bueno para darle un adelanto del próximo capitulo, este estará centrado en el otro grupo que fue con Hokuto!! Y e decidido que en ese capitulo abarcare mas sobre los sentimientos de Yuzuriha

Si e decidido que en cada capitulo le daré el protagonismo a diferentes personajes, para que sea justo.

 

Bueno ya les dejo.

 

Adios!!!

 

Y ya saben dejen sus opiniones.

 

Deeply_mind @yahoo.com.mx

                       Y

Lula-koo@terra.com