Disclaimer: “Las Guerreras Mágicas” no me pertenece. Esto es algo que hice con el simple propósito de entretener y no gano nada a cambio por escribirlo. Por lo tanto, me gustaría que ninguna que ninguna demanda se haga en mi contra.

 

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                                      Capítulo  N ° 9

                                                                                                        

 

 

 

 Las puertas del trono se abrieron permitiendo que un gran número de personas entraran. Guru Clef observó con un cierto grado de alivio que todos habían vuelto sin graves heridas que atender. Sin embrago, perecían muy desmotivados. No los culpaba, había presenciado el enfrentamiento a través de su esfera mágica e igual que ellos llegó a la conclusión de que el enemigo era muy poderoso.

 

 

 Concedido, esas tres niñas se retiraron declarando que ellos habían ganado este encuentro. Pero era obvio que ellas llevaban la ventaja en ese momento. Los dos pájaros enormes eran muy fuertes y Guru Clef pudo sentir que, de quererlo, las tres podían invocar a más monstruos para ayudarlas.

 

 

 Además, aún cuando acudieron lo más pronto posible, no pudieron evitar que muchas personas fuesen afectadas. Ya le llegó el mensaje de que muchos de los comerciantes habían quedado inconscientes gracias al rayo lanzado por esas guerreras.

 

 

 Curioso.

 

 

  Lo que ese rayo lograba en las personas, todavía era un misterio para el. Había chequeado a muchos de los habitantes del pueblo atacado la última vez, incluyendo a la mamá de Lira, y no pudo llegar a ninguna conclusión. Y lo peor de todo era que no importara que poción o hechizo usara, ninguno había logrado despertarlos.

 

 

 Sin embargo, no todo fue en vano en esta última batalla. Lucy entró sujetando el brazo de una todavía aturdida mujer.

 

 

 A el mago no le fue difícil entender por qué la Guerrera de Fuego estaba tan contenta.

 

 

 Rezó con todas sus fuerzas para que no se percataran del entusiasmo que de seguro se reflejaba en sus ojos. Aunque estaba consiente que solo Presea podría notarlo.

 

 

  Marina hacía todo lo posible para no gritar a causa del dolor que provocaba la mano de Lucy. Esta chica se había vuelto muy fuerte con el pasar de los años. Combinado con su exceso de energía, eso podía ser muy peligroso, pensó sin poder evitar sonreír.

 

 

- Lucy, por favor, deja que me circule la ssangre.

 

 

- Ahh!!- su amiga soltó rápidamente mientras pedía disculpas por su exagerado entusiasmo. 

 

 

 Sin embargo una nueva voz evitó que ella continuara con su reprimenda.

 

 

- Bienvenida, Guerrera Mágica- la saludo un hombre que estaba ubicado al lado del trono. Por sus ya vividas experiencias, Marina pudo adivinar por su túnica que el era un hechicero. Sin mencionar el largo báculo sostenido en su mano.

 

 

 Nunca lo había visto antes. Sin embargo, prestando más atención a sus ojos, Marina se dio cuenta que tan equivocada estaba.

 

 

- ¿Guru Clef?- preguntó sin poderlo creer. Su cuerpo había crecido. Ya no portaba esa imagen de niño de la cual ella se había enamorado. Notando su altura y sus brazos de adulto, no pudo evitar sonrojarse. Aún con sus nuevas características, se alegró al notar que sus ojos conservaban esa misma dulzura y sabiduría que ella, con tanto amor, guardó en su memoria.

 

 

 Después de tanto tiempo, solo tenía que verlo una vez para volver a despertar esos sentimientos olvidados con tanto dolor.

 

 

- Así es, Marina- contestó Caldina con su ya conocida alegría mientras frotaba la cabeza del mago despeinándolo en el proceso- Nuestro querido muchacho también nos sorprendió a todos cuando apareció con este cuerpo. ¿No es cierto que se ve muy atractivo?

 

 

 - Basta, Caldina, este no es momento de hablar de eso- La apartó Guru Clef apenado, no pudiendo evitar el bochorno que le provocaba la mención de su figura.

 

 

 La mayoría rompió en risas. Mientras observaban como la ilusionista pellizcaba las mejillas del mago. Esto le hacía recordar la segunda vez que llegaron a Céfiro y descubrieron que Ascot había crecido gracias a su fuerza de voluntad. Mirando de reojo, pudo ver como su amigo sostenía cariñosamente la mano de Presea sin darse cuenta que era observado. Sonrió diabólicamente. Tenía muchas cosas que interrogar... es decir, preguntar a la obvia pareja.

 

 

 Paris le explicó a Marina que era lo que había estado aconteciendo en las últimas semanas y como era que habían estado buscándola. A esto, la Guerrera Mágica les contó de su llegada a Céfiro y al barco “El Tormento”. No olvidó mencionar que también habían sido atacados por aquella que se hacía llamar Siana.

 

 

 -¿“El Tormento”?- preguntó Presea- Es extraño que te ayudaran. Es uno de los pocos barcos piratas a los que no hemos podía apresar.  

 

 

- No me sorprendería- respondió Marina- Son muy buenos en lo que hacen. Y aunque no admitiría esto en frente de ella, su capitana es muy capaz y organizada. Eso si, es muy, pero muy terca.

 

 

- Dímelo a mi- comentó Ráfaga.

 

 

- Ehh?

 

 

- Eh tenido mis encuentros con ella.>

 

 

- Marina- la llamó Guru Clef- si estás dispuesta a pelear nuevamente, puedo regresarte tus poderes. Es más seguro si los tienes para defenderte. Por razones que todavía desconocemos, el enemigo parece querer destruir a las Guerreras Mágicas.

 

 

La Guerrera del Agua sonrió- Bueno, no espero darles el gusto.

 

 

 Ante esta respuesta, el mago invocó una luz azul que rodeo a la joven inundándola de familiares sensaciones. Desapareciendo el destello, Marina noto que vestía su armadura de Guerrera Mágica.

 

 

- Ahora solo falta Anais- habló Lucy.

 

 

- No te preocupes- la calmó su amiga- Anais es muy inteligente. Estoy segura que llegará por su cuenta. Después de todo, siempre supo como salir de los problemas.

 

 

 

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 - ¡¿Y ahora cómo salgo de aquí?!

 

 

  Hosuel suspiró. Habían estado atravesando un pantano bastante peligroso en el cual se enfrentaron con algunas criaturas muy fáciles de aprender. La chica lo había impresionado con la acertada puntería que tenía con el arco y la flecha. Sin embargo, nada pudo evitar que se viese atrapada en las arenas movedizas que caracterizaban el pantano. 

 

 

 - Quedate quieta y no te muevas. Iré por una liana para sacarte.

 

 

Tiempo después, llegada la noche, ambos estaban sentados frente al fuego mientras digerían una improvisada cena. Anais agradeció silenciosamente el que Hosuel estuviese con ella ya que no hubiese sido capaz de proveerse de alimento ni de encender una fogata.  Todavía no estaba acostumbrada a viajar por Céfiro sin que Nikona se encargara de tales detalles como refugio o comida.  Una imagen de su amiga Marina persiguiendo al escurridizo animalito con un martillo gigante se presentó en su memoria.

 

 

- Estás sonriendo.

 

 

- ¿En serio?- preguntó- No me percaté de ello.

 

 

- Deberías hacerlo más seguido- continuó Hosuel seriamente- mi tío me dijo que así te veías más bonita.

 

 

 La Guerrera del Viento se sonrojó. ¿Le estaba haciendo un cumplido? Era difícil de decir ya que el tono que utilizó no era diferente al que usaría para insultarla. Su forma de ser se parecía mucho a la del hermano de Zagato, Latis.

 

 

- Gracias.

 

 

- ¿Qué cruzaba por tu mente que te hizo sonnreír así?

 

 

- Cosas.

 

 

- ¿Acaso pensabas en Paris?

 

 

Anais palideció completamente- ¿Q...Qué?

 

 

- Cuando estabas inconsciente, murmurabas mmuchos nombres. Pero el nombre "Paris" fue el que más sonó melancólico- Hosuel esperó a que ella dijera algo pero solo silencio tomó lugar- ¿Acaso te referías a su majestad, el rey Paris?

 

 

La Guerrera suspiró silenciosamente. ‘Entonces, ahora es rey’. No es sorprendente, recordando quién era su hermana.- No parecés sorprendido.

 

 

 Hosuel la miró por unos segundos- ¿Por qué habría de estarlo?- preguntó- No es un secreto el que el rey tuviese un romance con una de las Guerreras Mágicas.

 

 

- Yo no lo llamaría romance.

 

 

- ¿A no?

 

 

- Solo éramos unos niños. Los niños confundden sus sentimientos.

 

 

- No sé como es en tu mundo- sonrió burlonamente- Pero aquí, muchos jóvenes hacen cosas que otros no logran hacer hasta ya muy viejos. Son muy capaces de tomar responsabilidades.

 

 

Anais lo miró furiosa- Y es gracias a esas responsabilidades que ustedes les dan, que ellos pierden la inocencia- Enfocando la mirada nuevamente en el fuego, la guerrera suspira- A ningún niño se le debería negar su infancia.

 

 

 Unos segundos de incómodo silencio pasan- Ya es muy tarde. Mañana debemos continuar nuestro viaje.

 

 

- ¿Estas cambiando de tema otra vez?>- pregunta Hosuel.

 

 

- No lo estoy cambiando. Solo termino con esta discusión- explica la Guerrera del viento mientras se recuesta- Buenas noches.

 

 

Las chispas escapaban de los leños provocando que las sombras se moviesen. Hosuel observa como su acompañante dormía pesadamente. Sonrió incomodo sabiendo que, nuevamente, esta mujer había logrado ganarle.

 

 

- Buenas noches.

 

 

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 - ¡Demonios!- gritó nuevamente frustrada- No puede ser que esté en tan malas condiciones.

 

 

 Marina, la Guerrera del Agua, se encontraba tendida en el suelo, derrotada por tercera vez por Ráfaga, quién había aceptado ayudarla a entrenar. Al otro lado del la cámara de entrenamiento, Lucy y Paris mantenían un duelo bastante parejo el cual no parecía terminar.

 

 

 - No te estas concentrando- hizo notar Guru Clef, quien hasta ahora había estado observando a las guerreras Mágicas para ver si sus poderes habían sido bien restaurados.

 

 

 -¡Guru Clef!- exclamó Marina- Lo siento, pero es que estoy preocupada por todo lo que está pasando.

 

 

 - No podrás ayudar si el enemigo te derrota- explicó Rafaga- la última vez tuvimos mucha suerte. No podemos esperar que se repita de nuevo.

 

 

 Un sonido metálico provoca que la discusión termine. Lucy logra desarmar al rey de Céfiro quedando así con solo su espada apuntando a su pecho. Ambos respiraban agitadamente sin dejar de mirarse a los ojos.

 

 

 De repente, Paris sonríe victoriosamente- Empatamos.

 

 

 Marina cae confundida mientras muchos signos de pregunta aparecen por encima de su cabeza- Pero que dices Paris. Es obvio que Lucy te venció. Ella fue…- sin embargo no pudo terminar ya que Lucy cae estrepitosamente en el suelo. Su mano soltando su espada para poder frotar débilmente un punto entre su cuello y espalda.

 

 

 Antes de haber perdido su espada, Paris había sido capaz de dar un golpe seco en la nuca de la Guerrera de Fuego provocando que esta perdiera balance y fuerza.

 

 

 - Bueno, supongo que si fue un empate- concluyó Lucy.

 

 

 - ¿Estas bien?- preguntó la Guerrera de Agua mientras ayudaba a su amiga a ponerse de pie- Esa fue una pelea muy impresionante- comentó- no sé cómo logras estar tan enfocada, yo no logro sacarme a Anais de la cabeza.

 

 

 Lucy sonríe- Yo tampoco. Pero tu misma dijiste que ella podría cuidarse sola. Además no es como esa vez en que ustedes dos fueron tragadas por ese monstruo de luz.

 

 

 - Ja, ja. Si que te asustamos esa vez- rió Marina.

 

 

 - ¿Monstruo de luz?- preguntaron Paris y Rafaga.

 

 

- Si- contestó Lucy- Fue cuando todavía buscábamos a los genios. Marina y Anais habían sido capturadas por una gran barrera de luz y yo no podía encontrarlas. Creo que si no hubiese sido por que Nikona tenía un mapa que indicaba su ubicación, yo no habría descubierto que lo que atraía a la criatura era sangre.

 

 

 Fue entonces que ambas Guerreras se miraron sorprendidas ya que habían llegado a una misma realización- EL MAPA- Gritaron juntas- ¡¡NIKONA!!.

 

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Bueno, eso es todo. Lamento haberme salteado la última actualización y gracias a aquellos que me han escrito.

 

 Esperemos que en el próximo capítulo, Anais logre reunirse con sus amigas.

 

 Recuerden que si tienen algún comentario o sugerencia pueden comunicarse conmigo en mazzam55@hotmail.com