Azul Profundo.

Capítulo 9

 

 

Los pájaros trinaban alegremente desde los árboles, algunas ardillas correteaban en mitad del pasto peleando por una nuez que les hubiera lanzado un niño que reía al verlas.

-         Has estado muy callada? – dijo Rafael rompiendo el silencio que se había formado, ambos se encontraban sentados en la misma banca donde la chica hubiera conocido a Esmeralda. – acaso te sientes mal?

-         No, para nada, sólo pensaba en un sueño que tuve.

-         No te preocupes, los sueños sólo son sueños, nunca llegan a hacerse realidad. – sonrió Rafael. 

-         Tal vez – dijo Umi “pero me gustaría que no hubiera sido realidad” pensó al momento.

-         Umi...

-         Sí. - respondió la chica con una sonrisa.

-         Te gustaría...mmm... ser mi novia. - dijo Rafael y Umi desvió la vista.

-         Yo... - volteó a verlo, un brillo de ilusión apareció en los ojos del chico. - Yo... es que yo.... - a Umi se le quebró la voz al recordar a Clef y guardó silencio, el tiempo comenzó a correr hasta que el silencio comenzó a volverse incómodo.

-         No respondas - dijo Rafael bajando la vista después de un par de segundos. - creo que me hice muchas ilusiones.

-         Rafael yo... - Rafael colocó uno de sus dedos en los labios de Umi.

-         No digas nada - Rafael tenía su rostro sostenido con las manos, sin pensarlo se acercó, besando a la chica en la mejilla.

 

Rafael volvió a mirarla.

 

-         Creo que esto fue todo.

-         Lamento que las cosas no resultaran como esperabas.

-         Yo también. - respondió desilusionado el chico.  - Volveré a verte? - preguntó mirando a la chica.

-         Sí, pero creo que lo mejor será no vernos por un tiempo

-         Tienes razón, quieres que te acompañe a tu casa.

-         Muchas gracias, pero no es necesario. 

-         Bueno entonces... - Rafael se levantó. – Nos veremos.

-         Nos veremos - dijo Umi y sólo permaneció sentada en silencio viendo como Rafael se alejaba. - Lo siento Rafael pero no sería justo que te engañara con algo que no siento. - Umi se cubrió los ojos con las manos y dando un suspiro levantó la vista hacia el cielo. – me pregunto, si hubiera pasado más tiempo contigo hubiera llegado a quererte? – El firmamento se oscurecía lentamente - Quiero volver a Céfiro. - dijo en tono de deseo mientras la primera estrella apareció en el firmamento, se levantó y se dirigió hacia su casa.

 

***

 

La habitación estaba sumida en la oscuridad, las únicas figuras que podían divisarse por los leves destellos de luna que irrumpían iluminando ligeramente el espacio eran una niña de cabellos claros y una chica sentada a su lado.

-         Cuando esto comience protegeré a Rafael. – dijo Esmeralda sentada en su cama, la pequeña balanceaba sus pies de adelante hacia atrás en el borde de la cama mientras se apoyaba en sus manos recostándose un poco. – No dejaré que lo despierten con sus hechizos. – dijo en un tono serio.

 

***

 

Demon se encontraba recostado con los brazos cruzados detrás de su espalda tratando de recordar lo que había pasado.

 

Karina lo miraba con seriedad.

-         Acaso piensa permanecer así toda la noche.

-         Podría intentarlo – sonrió la chica y el joven pareció sentirse un tanto incómodo

-         Le molesta mi presencia.

-         No, su presencia no me molesta.

-         Entonces?

La chica sonrió sin dejarlo.

-         Lo que me molesta es que no me recuerde señor Damtis, así que con su permiso, me retiraré hasta que logre recordarme. – diciendo esto la chica se levantó y se dirigió hasta la mesa de bebidas donde pidió sólo una copa de agua.

-         La conozco? – permaneció pensando Demon, acaso habría sido alguna de sus conquistas que no recordaba.... no, a ese tipo de chicas no era posible olvidarlas. – Karina Serling? – permaneció meditando seriamente al tiempo que observaba como un par de hombres entablaban una amistosa charla con la chica. – No recuerdo haberla visto antes, aunque su rostro me parece familiar.

 

Después eso el padre de la chica llegó y al parecer tuvieron que irse de inmediato por alguna razón desconocida, así que la chica sólo le sonrió antes de dirigirse finalmente hacia la salida.

 

*

 

El chico recordaba los hechos, era obvio que la chica trataba de coquetearle aunque al mismo tiempo lo trataba con un poco de desprecio y eso lo mantenía confundido, no recordaba haberla conocido antes, aunque tal vez lo hubiera hecho en otras circunstancias.

 

-         Karina Serling?... Bueno al menos sé su nombre, tendré que descubrir quien es esa chica. – se dijo mientras terminaba por cerrar los ojos y caer rendido en su cama.

 

***

 

Rubí y Azul se encontraban en el departamento, la noche ya casi terminaba y Rubí se encontraba en camisón, y Azul se encontraba vestida con sus pantalones de color azul turquesa y su blusa violeta de cuello de tortuga y sin mangas se encontraba recostada en el borde de la ventana mirando el exterior mientras su brazo descansaba sobre su rodilla que mantenía flexionada frente a ella, el cielo era oscuro se encontraba despejado, una que otra estrella brillaban acompañando a la luna, faltaba poco para que comenzara a amanecer.

-         Cuando comenzaremos, Fire. - dijo la chica desde la ventana.

-         En este instante. - respondió Rubí

Azul se quedó observando a la chica mientras su cabello se tornaba de color pelirrojo y sus ojos se volvían tonalidad miel.

-         Quieres ver lo que recibí hoy - tras decir eso sacó de debajo de la cama el estuche de un instrumento, lo abrió y sacó de él un violín stradivarious con un nombre grabado en letras de oro.

-         AH! - Azul cayó de espaldas manteniendo sus manos frente a su rostro en señal de protección. - no pensarás hacer uso de ese violín o sí? - preguntó la chica con temor.

-         Tranquilízate, aun no tengo pensado utilizarlo, la música es demasiado agradable no sólo cuando se tocan los réquiems, pero por esta vez lo dejaré pasa.

-         Fiu - Azul dejó escapar la respiración - y cuando volverás a ver a tu prima? - cambió de tema la chica.

-         No por el momento. - Sacando sus cartas de entre sus ropas. Las barajó siete veces y comenzó a distribuirlas formando una cruz, dos carta en cada punta y dos cartas en el centro formando la cruz una sobre la otra.

-         Crees que funcione? - preguntó Azul parándose frente a Rubí.

-         Alguna vez fallaron mis cartas. - dijo Rubí sin apartar su mirada de las cartas.

-         Estás segura que esto servirá - sonrió Azul con gracia y Rubí levantó la vista sus ojos ámbar se encontraron con la mirada acuamarina de Azul. Rubí bajó la vista y colocando cuatro velas en cada lugar vacío comenzó a voltear las cartas.

-         Céfiro - comentó volteando la carta de la emperatriz en la parte superior de la cruz.

-         Mira! esa soy yo - dijo Azul al ver una carta con una hermosa sirena de cabellos azules que formaban una cascada.

-         Jhm, jhm, jhm - rió Rubí suavemente. - no me distraigas. - por fin Rubí volteó las cartas del centro, el ángel debajo y el príncipe encima. - Mira que casualidad - sonrió Rubí y sus ojos parecieron destellar.

-         El león, El buho, la Luna, La fortaleza - respondió Azul mirando las cuatro cartas que rodeaban a las cartas centrales y tronando los dedos sus ropajes cambiaron a un largo vestido azul increíblemente claro, casi blanco, un cinto de plata ceñía su cintura y una esclava de plata brillaba en su brazo a la altura de su pecho.

-         Veremos cuanto pueden resistir los príncipes de cuento de hadas. - sonrió con malicia Rubí, como si su personalidad dulce de antaño se perdiera en un profundo abismo.

-         Tranquila Rubí - sonrió Azul, en ese momento levantó la cabeza y las manos, cruzándolas a la altura de las muñecas con los dedos abiertos formando un abanico, de ella comenzaron a salir pequeños destellos y cuatro hilos de agua que rodearon a cada una de las velas, bajó la vista y sus ojos cambiaron de color a un blanco nacarado con destellos azules. Rubí continuó mirando las cartas, mantenía su mazo de cartas en la mano.

-         Las pesadillas se hacen realidad, cuando los deseos inmiscuyen inocentes, los errores se pagan con sufrimiento. - Los ojos de Rubí cambiaron de color al mismo blanco nacarado que brillaba en los ojos de Azul pero sus destellos representaban las llamas de fuego al tiempo que un aura amarilla la rodeaba.

Azul levantó una pierna manteniendo el equilibrio de su peso en la punta de su pie, sus manos seguían extendidas y su cabeza se inclinaba de lado con la vista fija en Rubí.

-         Teje sueños - susurró Azul y cerró los ojos, mientras su cabello comenzaba a flotar a su alrededor.

 

***

 

Una batalla a muerte entre dos espadas, por último uno de los dos contendientes cae herido de muerte, su adversario imponente en toda su altura lo ve derrotado, le apunta con su espada en el cuello. Los ojos del chico se dilatan al ver el filo de la espada adversaria y por último sus ojos se cierran al sentir el frío filo atravesando su cuerpo.

 

 

 

Leonardo se levanta asustado en su cama, acababa de conciliar el sueño cuando esa pesadilla lo asaltó de momento, encendiendo las luces de su cuarto mientras se secaba la frente, todo había sido una pesadilla.

 

***

 

-         Los errores se pagan con sufrimiento. - repitió Rubí.

Azul comenzó a interpretar un baile mientras los hilos de agua envolvían en pequeños torbellinos las cuatro velas donde las llamas parecían moverse al mismo ritmo que el agua.

 

***

 

El río corre con gracia y el sol se refleja sobre la superficie, dos figuras desmontan para dar de beber a sus corceles y descansar un poco, ambos miran a su alrededor con desconfianza, la tranquilidad de ese lugar parece agradable pero al aumentar repentinamente se torna peligroso y el ambiente se vuelve tenso, ambos chicos se llevan las manos a las vainas de sus espadas.

 

De entre los árboles aparecen miles de hombres armados, 50 contra 2 parece un trato injusto, pero los dos guerreros sonríen y lentamente desenfundan sus espadas, quedando espalda contra espalda, los contrincantes se lanzan al ataque, las espadas logran desarmar a 5 ó 6 adversarios de golpe, dándose una última sonrisa los chicos se lanzan al ataque tras un grito, la pelea comienza pero de la nada un rayo aparece y surcando el campo de lucha golpeando a ambos chicos en mitad del pecho, el resto sólo observa, el rayo no desaparece y mientras los guerreros hacen una mueca de dolor, la luz incrementa su brillo, por último pareciendo darse por vencidos la luz desaparece y ambos guerreros caen sin vida al suelo.

 

 

 

Adrián despierta respirando copiosamente, voltea a su alrededor y sólo descubre su habitación y por su parte Demon abre los ojos mirando el techo de su cuarto, el sudor perla su frente y un escalofrío recorre su cuerpo, pero no se mueve de su lugar por temor a que no haya terminado la pesadilla.

 

 

***

 

El sonido de una cacería nocturna se escucha en la lejanía, mientras dos figuras corren entre la espesura del bosque, el aullido de unos perros entremezclado con el galope de los caballos hace que los perseguidos aceleren el paso.

 

Los ladridos se escuchan a una peligrosa cercanía, un tronco interfiere en el camino y el chico salta pero la chica se tropieza y cae a tierra.

 

***

 

Una figura dormida en su cama comienza a moverse entre las sabanas.

 

***

 

El chico da la vuelta tratando de ayudar a la chica a levantarse, pero es muy tarde y los perros los rodean, espalda contra espalda los jóvenes se toman de las manos mientras los brillantes ojos de los corceles destellan entre los árboles nocturnos, sus alientos forman pequeñas nubes blancas, mientras son rodeados.

 

***

 

Nuevamente la figura se revuelve entre las mantas mientras su respiración comienza a agitarse inquieta.

 

***

 

Una multitud de antorchas los rodean, los gritos de "muerte" comienzan a sonar por doquier, el joven voltea justo cuando siente que la chica le es arrebatada de las manos, lo último que ve es el vestido blanco desaparecer entre la multitud iracunda, un golpe lo tumba dejándolo inconsciente y como último recuerdo una puerta rechinante se cierra ocultando el último halo de luz.

 

***

 

Una carta parece cobrar vida y se desliza de las manos de Rubí cayendo sobre la cruz.

-         Rubí! Que ocurre!- Azul siente como su baile es detenido por alguna fuerza invisible.

-         ES... AH!! - Un destello resplandece llenando la habitación y ambas chicas caen a tierra.

 

***

 

-         NOOO!!! - Cristóbal despierta en su cama cubierto de sudor. Sacude su cabeza y se lleva la mano a la frente - fue una pesadilla - susurra y se recuesta tratando de conciliar el sueño aún a sabiendas que ya no podría dormir.

 

***

 

Adrián aún respiraba copiosamente cuando un grito de terror llegó del cuarto de su hermana, sin pensarlo dos veces corrió hacia la habitación, la chica se encontraba sentada en su cama, las manos cubrían sus oídos y sólo gritaba.

-         Cristal. – Adrián abrazó a su hermana. – tranquila, estoy aquí, no te va a pasar nada.

La chica se abrazó a su hermano abriendo los ojos.

-         Adrián? Fue una pesadilla. – la chica temblaba y solo abrazaba a su hermano.

-         Qué pasó? Qué fue lo que soñaste?

-         No podía gritar... y había fuego por todos lados... era... no podía gritar y no podía moverme – La chica se aferraba a su hermano sin dejar de temblar.

-         Tranquila, ya paso. – Adrián abrazó a su hermana pero no muy convencido por su propia pesadilla.

 

***

 

-         Rubí estás bien? - Azul levantó la vista y vio las velas tiradas sobre el piso, el fuego se había extinguido y las cartas estaban regadas alrededor de Rubí.

-         Estoy bien - dijo Rubí levantándose y recogiendo sus cartas.

-         Quién pudo hacer esto?

-         Mira - Rubí levantó la carta de la que había salido el resplandor. - Ella fue.

-         Ella? - Azul miró la carta y quedó atónita al ver la figura. - La hechicera?

-         Sí, fue Celeste.

-         Pero...

-         Tranquila lo único que hicieron fue revertir el hechizo

-         Entonces qué haremos?

-         Nada, es obvio que no podremos tocar a las estrellas sin su consentimiento, si estuviera Esmeralda de nuestro lado las cosas serían diferentes, pero al parecer tenemos que espera el momento sin interferir en los eventos, los hechiceros no quieren adelantar los acontecimientos, supongo que tendrán sus razones. - sonrió Rubí.

-         Fire, regresaremos a Japón?

-         No por el momento.

-         Por?

-         Quiero que te despejes un poco estamos en Londres Azul - al escuchar esto Azul volteó hacia la ventana.

-         Pero y mi reino?

-         Regresaremos a Escarlata, pero quiero que te despejes, tu reino está bien, no les pasará nada por que te diviertas un poco - dijo Rubí guiñándole el ojo.

-         Sólo espero que no ocurra nada hasta entonces. - volteó a ver el cielo en ese momento. 

 

***

 

-         Esmeralda?! Ya llegué

Rafael entró en su casa la noche había caído sin que lo notara siquiera era demasiado tarde, esperó recibir la respuesta de la pequeña, pero en su lugar sólo recibió el silencio sepulcral de la casa, extrañado de lo ocurrido subió a la habitación de la pequeña, tocó la puerta y le sorprendió ver un resplandor salir de debajo del borde de la puerta, la luz era blanca, Rafael giró la perilla pero esta se rehusó a ceder, frunció el ceño con descontento.

-         Esmeralda! Abre la puerta! - gritó el chico girando varias veces la manija.

 

En el interior del cuarto  la pequeña volteó hacia la puerta envuelta en una luz blanca sus ojos y vestimentas brillaban intensamente mientras su cabello flotaba suspendido en una corriente invisible de aire, lentamente el cabello regresó a su estado natural mientras el brillo desaparecía, la pequeña sonrió y corrió hacia la puerta bajando de su cama. Abrió la puerta, con una sonrisa miró a Rafael, el chico la miró extrañado.

-         Pasa - dijo la pequeña, el chico acató la orden y tan pronto como estuvo de espaldas a la niña, ella le tocó la espalda y el chico cayó desmayado sobre la alfombra, Esmeralda cerró la puerta y miró el cuerpo de su hermano recostado sobre la alfombra, sonrió. La pequeña se arrodilló y acarició el cabello del chico mientras sonreía - Pronto será el momento, lo siento hermanito - le susurró Esmeralda a Rafaél - Pero debo ponerte al tanto de la situación.

 

***

 

Una última figura aparece en una biblioteca, la vela que descansa sobre el escritorio se apaga de súbito, el chico quien en ese momento se encontraba de pie leyendo un escrito voltea hacia donde la vela se encontraba, miles de manos lo rodean, deteniéndolo, le cubren la boca y por último el filo de una espada se encarga de poner fin a sus días con una certera estocada al corazón, las fuerza no le abandonan de primera instancia pero sus captores no felices de haberle herido se quedan junto a él viéndole desangrarse, hasta que por fin, las últimas fuerzas le abandonan y queda tirado en la oscuridad viendo sólo las sombras de quienes lo han matado. 

 

 

Rafaél despierta bañando en sudor por la pesadilla, se encuentra en su habitación, pero no recuerda como llegó ahí.

-         Habrá sido un sueño?

-         No lo es - susurró Esmeralda. - Rafaél tu debes ser el primero en desperttar – escuchando esto encontró a una chica de su edad acariciando sus cabellos tranquilamente mientras lo observaba acostado en la cama, la chica de larga y sedosa cabellera dorada lo estudia detenidamente unos segundos con sus ojos verdes, le sonríe dulcemente mientras el chico sólo la estudia y como si de golpe recayera en quien era la chica que se encontraba junto a él abrió los ojos en toda su capacidad. – Sí, lo sé, pero no te asustes, esta es sólo mi verdadera forma. – sonrió la chica y el chico permaneció en silencio admirándola con muchas preguntas en su mente. – Mañana será un nuevo día y podré explicarte muchas cosas por ahora debes dormir hermano. – sonrió la chica.

 

 

 

Notas de autora:

Bueno sé que con esta historia dejo más dudas que respuestas pero ^^ ya me conocen así soy, trataré de trabajar lo más rápido que pueda en la siguiente historia para no dejarlos picados por mucho tiempo =P y muchas gracias a los que han seguido esta historia y que me han tenido la paciencia suficiente como para esperar y leer esta continuación ^^ muchas gracias.

 

Hikaru Shidou.

7 de Julio del 2003