ELIJE TU DESTINO



LUZ: Si. Y aquellos dos gemelos, son nuestros hijos, son hermosos verdad.

LUCY: Ahhh, Shido, bueno, tendremos que ir, si no capaz que vuelves a olvidarlo, eres muy despistado.

SHIDO: Si, claro, no te preocupes, es mas podríamos comer fuera, seguro que a los niños les encantaría. Vamos Lucy, no perdamos mas tiempo.

LUCY: Pero si todavía me tengo que arreglar.

SHIDO: Ammmm, solo quitate el delantal, por lo demas te ves hermosa (ambos se besan y ella se separa y le soníe) Oye que tal si vamos de una ves a la Torre de Tokyo.

LUCY: No, olvidalo, mejor vamos a comer y despues haber que, despues vamos a la Torre, de acuerdo, ademas este fin de semana vendrán Marina y Anaís, entonces si que podrías hacer tu parrillada.

SHIDO: Si, será divertido, ya tengo todo preparado. Bueno, vamonos.

La luz comienza a brillar nuevamente, y otra ves ambas se encuentran en aquel lugar oscuro.

LUZ: Solo depende de ti Lucy, ¿que futuro quieres seguir? piensalo, y piensalo bien, si logramos regresar a Tokyo estos son los dos caminos que nos quedan. Morir esperando regresar a Céfiro o vivir una vida tránquila y feliz, tener una familia, un esposo que nos quiere, y un par de niños que amen a sus padre. Tu decide Lucy.

Todo se oscurece por completo y Lucy abre los ojos, se encuentra parada en el balcón, aún no comprende lo que ha pasado, agacha la cabeza y toma entre sus manos el medallón que Latís le dio.

LUCY: ¿Debo elegir? Pero...., no puedo, no se que hacer, amo a Latís.

lATIS: ¿Que haces aqui Lucy? Ya es tarde, deberías ir a dormir. (Dijo Latis quien iba entrando en ese momento)

LUCY: Eh, si, claro. Buenas noches (Paso por su lado sin siquiera dirigirle la mirada).

Entro en su habitación, se puso la ropa de dormir y se recosto, seguía pensando en las palabras de Luz, en su futuro, un futuro que no podía esperar y que si ella no tomaba una decisión el tiempo se encargaría de recriminarle.

Otra persona aun seguía despierta, París, el chico se dirigio a ver a Anaís, seguramente ya estaría dormida, pero tenía que verla, ya que en todo ese día no lo había hecho, tenía que pedirle disculpas por no haber estado con ella.

Llego hasta la puerta de la habitación, dudo un momento en tocar, pero al fin lo hizo, para su sorpresa Anaís aún estaba despierta, Anaís dejo pasar a París y el chico tomo entre sus manos las de Anaís.

PARIS: Lo siento Anaís, perdoname por no haber estado contigo y por no haber venido a verte, no tengo justificación, perdoname, sabes que me importas mucho..

ANAÍS: No te preocupes París, entiendo, ademas ya estas aqui. Mas vale tarde que nunca ¿verdad? (sonrío con su tipica dulzura)

París también sonrío y acerco su rostro al de ella, hsta que sus labios se unieron en un prolongado beso, charlaron por largo rato, muy románticos, despues el chico salio de la habitación y se dirigio a la suya.

Ascot había salido del castillo a encontrarse con una de sus bestias, pues algo le llamaba a ir, ya era noche, aún así iba decidido a acallar sus presentimientos. Se adentro en un bosque, la Luna era la única que alumbraba su camino, era una noche hermosa, un poco mas adelante vio a una chica con una bestia algo rara mas no desconocida para él, era muy tarde para que alguien anduviera sola por los bosques de Céfiro.

Sin miedo se acerco a la chica, la cual acariciaba a aquella criatura, era bien sabido, que esa clase de criaturas eran muy violentas, pero en cambio esta se comportaba tranquilamente.

ASCOT: Es un poco noche para que andes aqui sola. Es peligroso. ¿Eres de algun pueblo cercano?

La chica volteo hacia él, no era otra que Pira, la cual andaba vestida como una simple aldeana, su cabello rojizo estaba suelto, Ascot vio que aquella chica era muy bella, pero había algo que...

PIRA: Gracias por preocuparte, pero estoy bien, estoy acostumbrada a andar por estos bosques, bueno hace tiempo que no lo hacía, eres muy gentil al preocuparte. Mi nombre es Liz, y esta es mi besti Pardos.

ASCOT: Mi nombre es Ascot, gusto en conocerte. ¿Como hiciste para dominar el carácter de esa bestia?

PIRA: Solo necesitabamos conocernos, en realidad somos iguales, no fue dificil mostrandole que eramos el uno para el otro, seguramente tu eso lo sabes, pues para recononcer a mi bestia, debes ser un experto.

ASCOT: Amm, bueno, no realmente no soy un experto, solo me gusta hacer amistad con ellos y conocerlos.

PIRA: Entonces creo que somos iguales, las personas le temen a mi bestia, no se dan cuenta que es bella, inofensiva..., muchas veces intentaron cazarla, matarla, no entendian..., por eso la oculte aqui, no quería que le hicieran daño, y es por eso que solo salgo en las noches para venir a verla.



FIN DEL CAPITULO DIEZ