“El anonimato es la máxima expresión del altruismo” – no sé quién lo dijo J pero voy a averiguarlo.
APUNTES PREVIOS.
27/10/03
Buenas noches a todos / as. Espero que al leer el segundo episodio se hayan dado cuenta un poco de la situación. Pero, las preguntas siguen y en lugar de disminuir, aumentan. Sin embargo, para eso estoy. Para resolver dudas...
Más preguntas al respecto, como el porqué no hago esto en el final del capítulo anterior sino al comienzo de este, sugerencias, códigos fuente (Perdón, sólo estoy haciendo una broma blanca) críticas... menos virus molestos o amenazas pueden escribirme a satchaktewan5@hotmail.com
Hasta aquí por hoy. (Por cierto hoy se acaba [del todo] Gran Hermano aquí, en Colombia)
Ivonne J
Capítulo 3
DOS
PRUEBAS DIFERENTES EN UN MISMO PLANETA. LA LLEGADA A UNA CIUDAD EXTRAÑA.
Primera parte: la despedida, la persecución y un triste adiós.
Ella había colocado sus últimas pertenencias en su maletín personal, habían pasado más o menos hora y media desde que su abuelo llamó a sus amigos en Europa y sólo faltaba la llegada de Lya. Bueno, estamos a 20 horas de Tokio y el viaje es largo y no se puede perder tanto tiempo en pequeños detalles así que vamos a la puerta principal en donde recibiremos a una jovencita de cabellos azules bastante apresurada, por cierto.
- Buenas tardes a todos.
- Hola Lya, la estaba esperando desde hace mucho- Ella la recibe con una sonrisa muy pícara- dígame ¿Hay algo nuevo en Japón?
- Desde luego, pero ¿cómo lo sabes?
- Recuerda que soy un aprendiz de amazona, además, este sentido de la intuición lo heredé de mi mamá.
- Entonces, ¿estás lista para irnos? Ya contraté el taxi para poder llegar al aeropuerto a tiempo.
- En efecto, como serán seis meses en un país de costumbres tan distintas me llevaré sólo lo necesario. A propósito, ¿ya le confirmó al famosísimo Mr. Kawabe que iría para allá?
- Ejem, no creo que hagas ese tipo de preguntas, sabes, jejeje... Eso es un asunto que hasta a una mujer como yo sería difícil de explicar, me entiendes ¿no?- Lya trataba de cambiar de tema, pero Ella es más lista y en un abrir y cerrar de ojos, le descubre su “pequeño” secreto haciendo que la pobre de Lya se muera de vergüenza ruborizándose.
- Pero si hace rato rezongaba por él.
- Ehhh, esto... ¿Por qué no nos despedimos de tu abuelo?
- De acuerdo, será como usted mande. Señorita Lya.
- ¿Las señoritas están listas para irse?. En cualquier lugar en donde va Ella, casi siempre su abuelo irá detrás.
- Sí señor. Contestaron al unísono.
- Mucha suerte a todas- el doctor empieza a abrazar a su nieta, mientras que le daba unos últimos consejos en el oído por si hay alguien ajeno espiando. Le da la bendición y le dice.-Menos mal que no se han dado cuenta, si no te impedirían partir.
- No se preocupe por eso abuelo, trataré de ser lo más discreta posible.
- Nos vamos querida, Dr. Sánchez muchas gracias por la ayuda brindada. Y su nieta quedará en buenas manos eso se lo puedo asegurar.
- ¡Hasta pronto mi niña!
- ¿Engracia?
- Que mi Dios y la Virgen me la protejan, amparen y bendigan en su viaje. Aquí le traigo unas cositas para que coma en el camino- la mujer le muestra un pequeño portacomidas con unos manjares exquisitos. – Para la señorita Lya también le tengo un pequeño presente.
- Muchas gracias, señora Engracia- Le contesta Lya.
El taxista hace la señal para que puedan salir, las chicas se despiden de todos, incluyendo a la profesora Judith que llegó al lugar sólo para verlas partir. Todos subieron al taxi y éste arrancó a toda máquina para el aeropuerto.
Mientras que las chicas arrancaban para el aeropuerto unos seres tan extraños como las noches de luna nueva, observaban desde el alto del edificio de la torre de control. Uno de ellos era alto con una mirada penetrante, el otro tenía los ojos azules como el cielo y el último tenía el aspecto de peleador profesional pero que en su contextura física aparentaba estar en un estado de casi anorexia. Vestían de negro [bueno, me creerán que estoy hablando de Hombres De Negro o de Matrix, pero no es así] cada uno miraba una clase de reloj, y sus gestos corporales reflejaban prisa por hacer o terminar algo... Para identificarlos le pondremos un color.
- Ya falta poco para que lleguen, estoy ansioso de ver los resultados.
-
¿Se creerán el
asunto de nuestra ida?
-
Seguramente.
Estas jovencitas tienen un particular estilo de ver las cosas.
-
Pero sólo una de ellas será la
escogida para buscar al dios de la noche.
-
¿Qué será de la
otra guerrera?
-
La otra... bueno, no tendrá la
utilidad necesaria para acompañar a la primera, por lo que se retirará.
-
¡¡¿¿La
matarás??!!
-
No.
-
Vaya tipo.
-
Tranquilo amigo,
ten paciencia, las cosas resultarán poco a poco. Lo importante es que los
factores no alteran el resultado, ya que ahora la verdad ha salido a la luz.
-
De todos modos,
no tenemos tiempo que perder.
-
¿Tú?- se preguntaron los tres primeros tipos al ver a un cuarto hombre
leyendo una agenda, esta persona tenía ojos azules tan frios como el hielo y su
característica principal era además de sus ojos, su elegancia tanto en el trato
como en su manera de vestir.
-
Eres... ¡No
puede ser!
-
Hace rato que no
los veía, apuesto a que están sorprendidos con mi llegada, espero que no los
incomode.
-
Para nada.
-
Estoy aquí, para
anunciar la llegada de esas niñas.
-
¿Esas niñas?
-
Ni siquiera son
mujeres para tratarlas como tal, pero tampoco son niñas como para
subestimarlas.
-
Pero conozco una
que se comporta como una pequeña niña... Espero que eso sea lo más adecuado en
estos momentos.
-
Tienes toda la
razón. – Y los cuatro individuos empezaron a reír por
un rato, hasta que...
-
Ahí vienen.
-
Rápido. Antes de
que sea tarde.
-
De
acuerdo.
Las cuatro sombras desaparecieron de la torre tan rápido como vinieron, el líder tenía todo preparado para esta ocasión; pues no quería perder ningún detalle por menor que fuera: Colocó diversos aparatos, incluyendo una especie de cámara que realizaba tomas fotográficas de 360°, un sensor de calor, un difusor de energías muy parecido al usado por los expertos del Feng Shui para canalizar las fuerzas de la naturaleza, varias computadoras; y sobretodo, personal humano que estaba encargado de la logística, las operaciones de inteligencia y las labores de espionaje. Mientras tanto las chicas bajaban del taxi directo al puente aéreo:
- ¿ Sabes una cosa?
- Dime querida Lya.
- Tengo la extraña sensación de que nos están observando.
- ¿En serio?
- Sí.
- Y creí ser la única. Desde hace más de media hora siento algo extraño. Bueno, este no es el momento más adecuado para preocuparnos por eso, vámonos antes de que perdamos el vuelo y eso si que sería muy grave.
- Quizá esos hombres de negro...
- ¿ Tendrán algo que ver con la organización Vallart?
- No lo sé aún.
- ¿Qué tal si vamos a la estación de la carga para ver nuestro equipaje?
- Muy bien.
Un momento después al ver las maletas y verificarlo todo...
- Perfecto, los chicos están en sus jaulas, la policía aduanera aprobó nuestra carga y aún queda tiempo para abordar el avión. Ella, como estamos cerca al puente, caminemos un poco pues estoy agotada.
- No es tiempo para descansar y menos sí esos individuos...
- ¡Dios mío! Será mejor correr, están sobre nuestras cabezas.
Tan pronto como se dieron cuenta de la situación, las dos chicas empezaron a correr por todo el corredor, mientras que cuatro individuos vestidos de negro saltaron desde los techos hasta unas ventanas que estaban cerca, bajaron precipitadamente rompiendo los vidrios; la gente empieza a tener pánico y queda paralizada ante tal escena. Lyannia y Ella intentan esconderse, pero es demasiado tarde ante la llegada del líder del grupo, quien usa un hechizo para paralizar el tiempo:
- Brescia
Inmortalis... Magna Aureum. – Acto seguido hubo una explosión y un hoyo negro absorbe a los seis.
-
¿Quiénes son
ustedes?- Pregunta Lyannia.
-
¿Acaso no se
acuerda de nosotros, querida elegida?
-
¿Yo?
-
Así es, la
escogida, la que buscará al dios de las noches eternas, para salvar al universo
existente.
-
Si presuntamente soy la escogida, como
ustedes llaman. ¿Cómo puedo contribuir a esta causa? ¿Qué prueba debo afrontar?
-
Usted tendrá la misión de invocar su poder
por medio del portal del reino de los espíritus, y para ello, se requiere usar
la llave que lo cierra.
- Eso no será posible, lamentablemente para ustedes no aceptaré ser uno de sus sirvientes. Sonrió Lya de un modo sarcástico- saca una espada y la apunta hacia el líder del grupo- ahora verán lo que soy capaz... – Luego cierra los ojos y abre un canal de comunicación por medio del pensamiento para que sólo Ella la escuche.
-
Parece que no soy la persona
adecuada... Ella es la única que puede abrir el portal con el báculo
Bellemondi, sin embargo; desgraciadamente, no está preparada para asumir el
reto. Eso será con el tiempo... por favor, ten valor y sí llegas a Tokyo a
salvo, espero que llegues al planeta Céfiro y te conviertas en la última
guerrera original en despertar...
-
¡Lya! ... ¿Acaso
se está comunicando conmigo por medio del pensamiento?
-
No se preocupe
por mí, llega al puente aéreo lo más rápido posible, es probable que no nos
volvamos a ver en mucho tiempo.
-
¿Y las estaciones
de teletransportación?
-
Como no tienen
ningún problema, funcionarán muy bien; lo único que debes hacer es utilizar la
llave con el conjuro que te enseñó tu abuelo... ánimo, que las cosas están por
empezar y no es tiempo para lloriqueos y lamentos, sé fuerte y ayuda a las
guerreras y a las sailors a incrementar su poder.
-
¿Y que va a hacer?
-
Utilizaré lo
que me queda de mis poderes para
sacarte de aquí y deshacerme de estos tipos, dígale al Doctor que no pude
ayudarte y que lo siento de verdad si lo he decepcionado, y aunque, te conocí por poco tiempo me
encantó ser tu amiga. Aquí tienes un regalo de despedida de mi parte, cierra
tus ojos, y aprovéchalo pues será para toda tu vida. Alma de hielo, ven a
mí... muchas gracias por todo, hasta
pronto.
-
Hasta pronto.
-
¿Qué quiere
decir con esto? – Pregunta el hombre de ojos azules.
-
¡Que morirán! Gritó Lya- Explosión Boreal ataca, ahora.
Y hubo una segunda explosión.
-
Lya...
-
Todo pasó
-
¿Quién es usted? ¿Se encuentra bien?
-
No se preocupe
por nosotros, su amiga es muy imprudente. Pudo matarnos a todos incluyéndola. A
pesar del daño que nos causó, ella está bien. Nos llevaremos a la chica como
prisionera por cometer semejante acto.
Por el momento es más adecuado retirarnos. Lo que importan ahora son dos
cosas: La primera es que no hayan heridos durante el ataque y segundo, lo más
fundamental; es que usted se encuentre con su destino.
-
¿Con mi destino?
-
Así es, ahora
todo depende de usted. Nos veremos en una semana.
-
¿Pero? ¿Cómo puede asegurar eso?
-
Todo a su
tiempo...
Los hombres se esfumaron llevándose a Lya consigo con ellos en un estado inconsciente, el líder antes de desaparecer por completo arroja una piedra dorada, y vuelve a decir:
-
La prueba aún no
ha sido superada, aunque usted no actúa como nuestra elegida, deberá buscar el
modo adecuado para el camino de la salvación de este mundo. Use esta piedra
para crear un arma con el que podrá defenderse, siempre confíe en sus propias
habilidades, por favor afróntala y mucha suerte, pues el camino será difícil.
-
Adiós.
- Hasta pronto mi pequeña.-Y se desvaneció por completo
-
¿Mi pequeña? ¿A qué se refiere
exactamente? Para colmo de males no supe como se llamaba, bueno tengo que
correr.
Después de semejante declaración, Ella mira hacia el techo, baja la cabeza y se va sin saber las consecuencias de lo que acababa de ocurrir. Cuando salió del terminal aéreo, escuchó el anuncio del vuelo por medio del altavoz y se dispuso a subir al avión. No bien eran pasadas las 5 de la tarde cuando despegó; aunque no era la primera vez que se transportaba en ese medio sentía miedo, por lo que muchas veces y sin darse cuenta, de un modo inconsciente se quería bajar...
Soltando algunas lágrimas, se despide de la ciudad que la vio nacer, crecer y madurar, en un Boeing 747 de Avianca, en el vuelo 348 directo a Madrid, el tres de septiembre de 1999 a las 5:30 de la tarde.
Mientras tanto, 20 horas después, el 4 de septiembre a la 1:30 PM, tres jovencitas que estaban en la torre de Tokyo partieron con rumbo desconocido, llevando un mensaje de desolación para un planeta que había encontrado la paz después de tantos años...
Y una guardiana creyendo que una misión estaba cumplida, precipitó el comienzo de una batalla, en la que muchas generaciones aún seguirían narrando, en la que se recuperarían recuerdos del pasado y se perderían muchas vidas, quedando unos pocos.
LA GUERRA DE LOS MIL AÑOS.
Fin del la
primera parte del tercer episodio...