Antiescualidos.com, 14 de Abril de 2002

"Gloria al bravo pueblo" que restituyo la democracia popular

Ybelice Briceño

Relato de las manifestaciones en el Fuerte Tiuna

Durante la noche del 12 y todo el día 13 de abril pasados, los alrededores del Fuerte Tiuna, instalación militar en la que presuntamente tenían prisionero a Hugo Chávez Frías, se colmaron de personas que clamaban por la liberación y restitución del presidente.

La noche del 12, las calles próximas al edificio militar se convirtieron en un campo de batalla, donde los habitantes de los barrios populares cercanos se enfrentaron valientemente, con piedras, palos y consignas a los efectivos de la Policía Metropolitana, que custodiaban la zona. Este cuerpo policial, a cargo del opositor Alcalde Alfredo Peña, reprimió brutalmente a los manifestantes, dejando un saldo de víctimas, aún desconocido. Durante toda la noche, el sonido de ráfagas y descargas de armas, impidió conciliar el sueño a los vecinos de la parroquia El Valle.

A pesar de la fuerte represión, al día siguiente, a media mañana, comenzaron a escucharse cacerolazos por toda la zona y a transitar caravanas en dirección al fuerte. La concentración de personas que solicitaba ver a Chávez, fue incrementándose a lo largo del día. Bajaban de los cerros aledaños, llegaban en camiones, en autobuses y andando. Grupos de motorizados ondeando la bandera, autos con el "viva Chávez" plasmado en sus vidrios, niños, mujeres, hombres y ancianos, todos de origen popular, con el mismo grito y la misma determinación: ver a Chávez, que suelten a Chávez, que vuelva Chávez al cargo que le fue arrebatado por el gobierno de facto. La gente se jugaba el todo o nada.

Los rumores circulaban por todos lados, la gente se concentraba en pequeños grupos, para escuchar en la radio emisiones de canales internacionales, puesto que las cadenas nacionales silenciaron absolutamente la revuelta que se realizaba en todas las ciudades, todos los pueblos, todas las calles y rincones del país. Las noticias sobre el levantamiento militar que se sucedía en los cuarteles, y sobre la realización de protestas, marchas, saqueos y caravanas por la liberación de Chávez, sólo llegaban a la gente a través del boca a boca, el teléfono o la prensa extranjera.

Paralelamente, ocurrían una manifestación de similar o mayor magnitud en los alrededores del palacio de gobierno, cuyos miembros se enfrentaron con la Policía Metropolitana, haciéndola retroceder y permitiéndole a los miembros del gabinete chavista el ingreso al palacio.

A lo largo del día, a pesar del férreo cerco mediático que se impuso y la precariedad de las formas de convocatoria, continuaron llegando al Fuerte Tiuna grupos de hombres, mujeres y niños de toda la ciudad e incluso del interior del país. A final de la tarde decenas de miles de personas se apostaban frente al edificio ante la actitud atónita de los soldados que custodiaban sus puertas. Los dos tanques que se encontraban allí, apuntando con sus cañones a la gente, se vieron de pronto sobrepasados, por los manifestantes que repentinamente se montaron sobre estos y ondearon la bandera de Venezuela.

Ningún medio de comunicación estuvo presente para cubrir esta jornada de lucha popular, como tampoco lo hicieron con las múltiples demostraciones de respaldo a Chávez que se dieron en todo el territorio. Pero no por ello, éstas ha dejado de tener la importancia vital y la contundencia que tuvieron, como han pretendido trasmitir ahora tanto periodistas como líderes de la oposición. "Ellos creen que nosotros no existimos" decía una mujer en la calle, en alusión a los medios. Pero este día, a pesar de la burda maniobra de negación y desconocimiento, se sintió en la ciudad, en las calle y en el país entero, el grito, la fuerza y el coraje de un pueblo dispuesto a morir por un proyecto que siente suyo y que le intentaron arrebatar.

Al régimen de facto, instaurado el 11 de abril, no lo tumbaron los generales leales al presidente Chávez. Lo derrocó la base popular que éste tiene dentro de las fuerzas armadas, pero sobre todo, la gigantesca revuelta que protagonizo el pueblo venezolano, en una demostración de valentía, coraje y nobleza, sin duda digna de recordar con honores en la historia de América Latina.

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