LA FUNDACIÓN DE SAN JUAN DE TENA
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Sorry, your browser doesn't suppor Java. Se le atribuye al capitán español Gil Ramírez Dávalos la fundación de la ciudad de Tena. Desgraciadamente no existe un   sustento histórico lo suficientemente documentado para mantener seriamente este criterio. Todo se basa en un dato del padre Juan de Velasco quien atribuye a este conquistador hispano el mérito de las fundaciones de las ciudades amazónicas de Archidona y Tena en 1560.

Estudios posteriores establecieron que Archidona fue fundada en el otoño de 1563 por el capitán Bartolomé Marín en tanto que de Tena nada se menciona, aunque tengamos claro que para 1560 Ramírez Dávalos no ostentaba autoridad alguna en la Gobernación de Quijos, Sumaco y La Canela.

Al no validarse el dato del padre Juan de Velasco, el Municipio de Napo, en 1960, 

mediante Acuerdo estableció el quince de noviembre como fecha recordatoria de la fundación de nuestra capital de Napo. Esta es, textualmente, la ordenanza:
 
"EL ILUSTRE CONCEJO CANTONAL DE NAPO
 
CONSIDERANDO:
 
Que, es deber municipal propender y estimular las iniciativas y aspiraciones cívicas del cantón;
 
Que, la ciudad de Tena, capital de la provincia de Napo y amazonia ecuatoriana tiene el mérito histórico de haber sido fundada en la época colonial por el hidalgo e intrépido español Don Gil Ramirez Dávalos en el año de 1560.
 
Que, de acuerdo al fervor cívico de beneméritos ciudadanos residentes en esta ciudad, se ha resuelto celebrar las conmemoraciones de la fundación de Tena, por lo que,
 
ACUERDA:
 
Art. 1.- Fíjese como fecha recordatoria de este magno acontecimiento el 15 de noviembre del presente año, declarándose fecha cívica que será de perpetua y grata recordación en el Cantón Napo.
 
Art. 2.- Como recuerdo cultural de esta apoteósica celebración, mediante la intervención de la Comisión de Cultura Municipal se imprimirán quinientos ejemplares de la obra "Monografía del Cantón".
 
Art. 3.- En homenaje al intrépido conquistador, como fundamento para un grandioso monumento, se levantará en el parque de la ciudad una columna en la que se grabará la leyenda: "EL ILUSTRE MUNICIPIO DEL CANTÓN NAPO EN HOMENAJE DE PERPETUA RECORDACION AL HIDALGO FUNDADOR DE LA CIUDAD DE TENA". 15 de Noviembre de 1560.
 
Art. 4.- Para que se cumpla la Resolución Municipal contenida en el presente, notifíquese a las comisiones de Cultura y Ornato Municipal.
 
Dado en el Salón de Sesiones del Ilustre Concejo del Cantón Napo, a los cuatro días del mes de septiembre de mil novecientos sesenta. El Presidente. Miguel Gutiérrez. RAZÓN: Certifico que el presente Acuerdo fue considerado y aprobado por unanimidad en la sesión extraordinaria del cuatro del presente mes. El Secretario Municipal "
Esta meritoria acción permitió conmemorar el cuarto centenario de fundación de Tena y constituyó, sin lugar a dudas, un aporte cívico en la búsqueda de nuestro pasado.
 
En la biblioteca del Ilustre Municipio de Tena se encuentra el libro del padre Juan de Velasco de donde se obtuvo la información y, cosa curiosa, fue arrancada la página que hace referencia a Tena.
 
Historiadores como Pedro Porras, Udo Oberem, José Rumazo González, José María Vargas, entre otros, al revisar documentos relacionados con la amazonia en varios archivos del Ecuador y España, corrigieron la información de Juan de Velasco en lo relacionado a nombres de fundadores y fechas de fundación de Archidona y Avila. De Tena nada mencionan.
 
 Un análisis preliminar hace suponer que de existir una fundación española ésta sería posterior a 1563, año en que se erigieron las ciudades de Archidona y Avila y obviamente el fundador ya no sería Gil Ramírez Dávalos. Podría deberse también al trabajo evangelizador de los jesuitas que misionaron en esta zona y crearon pueblos como Concepción, Loreto, Santa Rosa etc.
 
Estando Tena dentro del radio de influencia de Archidona podría tratarse de una encomienda que tomó el apellido o el lugar de procedencia del encomendero. Algunos conquistadores tenían encomiendas en diferentes lugares de la Real Audiencia de Quito. Antes de 1692 un Juan de Tena Berrío poseía una encomienda de 17 caballerías de superficie en los Chillos. Para 1768, en el padrón del barrio Santa Bárbara de Quito, en la calle de San Juan Evangelista vivía doña María Rosa de Tena.
 
Según un cuadro estadístico firmado por don Felipe Ramón Algoxia y Funel el 1 de diciembre de 1787, se determina que en el Gobierno de Quijos, existían 3.264 habitantes, de los cuales 58 eran blancos, 3203 indígenas dependientes de las encomiendas, 2 indígenas libres y 1 esclavo. Entre los blancos existían 11 matrimonios; 43 eran hombres, incluidos 4 eclesiásticos y 19 mujeres. Entre los indígenas 613 matrimonios; 1575 varones y 1628 mujeres .
 
Está población se distribuía así: Papallacta: 1 religioso, 85 indígenas dependientes y 1 libre; Maspa: 20 indígenas; Baeza: 14 indígenas; Archidona, 1 religioso, 14 blancos, 568 indígenas dependientes, 1 libre y 1 negro esclavo; Tena: 26 indígenas; Napo: 9 blancos, 396 indígenas; Santa Rosa: 1 religioso, 18 blancos, 279 indígenas; Napotoa: 194 indígenas; Cotapino: 214 indígenas; Concepción: 247 indígenas; Loreto: 381 indígenas; Payamino: 146 indígenas; Avila: 1 religioso, 13 blancos, 439 indígenas; San José: 129 indígenas; San José de Suno: 65 indígenas.
 
 Analizando esta información se deduce que las llamadas ciudades españolas lo eran solamente de nombre. En realidad no existían. Los españoles, luego del levantamiento indígena de 1 578, las abandonaron. Pocos se atrevieron a volver y de esos pocos, solo algunos trajeron a su familia. Apenas 11 matrimonios blancos censados en la Gobernación de Quijos.
 
Tena es una de las comunidades indígenas más pequeñas, con 26 almas, que integran cuatro familias. Santa Rosa es la población con más habitantes blancos; le siguen Archidona, Avila y Puerto Napo. Los blancos son habitantes huéspedes que se hallan por motivos de trabajo o negocio; debían seguir los desplazamientos de los indígenas, quienes en defensa de su libertad, ante las presiones de los misioneros y autoridades de gobierno, desaparecían de un pueblo para asomar al siguiente día en otro. Blanca Muratorio tiene una explicación muy clara sobre este problema:
 
"En 1847, Archidona era un pequeño poblado donde residía el Gobernador. Diez años más tarde estaba desierta, y Tena una un poblado nuevo donde los indígenas acababan de construir el cabildo. Es evidente que a mediados del siglo pasado, el aparato jurídico-político del Estado estaba ausente del Oriente. Los pocos blancos que allí residían no podían sobrevivir sin apoderarse de los excedentes indígenas y sin abusar de sumano de obra para la extracción de oro y pita. No es de extrañarse entonces, que una de las estrategias características de estos últimos haya sido desaparecer de un poblado inmediatamente después que las autoridades blancas decidían asentarse en él, lo cual explica también los continuos cambios de residencia de los gobernadores entre Santa Rosa, Archidona y Tena que se mencionan en las fuentes históricas. En algunos casos, la fuga de los indígenas precedida de actos de violencia tales como el asesinato de un sacerdote en Archidona y de un gobernador en Puerto Napo. Sin embargo, estas acciones fueron solo locales y fácilmente sofocadas por los blancos.
En la segunda presidencia del doctor García Moreno, iniciada el 10 de agosto de 1869, se impulsa el desarrollo amazónico mediante programas de evangelización y educación a los indígenas; será un periodo rico en confrontaciones políticas, administrativas y religiosas. Los jesuitas ingresan al Napo y el Presidente le concede al Superior las prerrogativas de una autoridad civil.
 
"Como no había ningún Gobernador nombrado por el Gobierno, en la provincia de Oriente, tanto por la poca población como por las circunstancias en que se hallaban esas regiones, había solamente algún Teniente Político en los lugares donde se hallaba alguna persona que pudiese desempeñar este cargo. Aunque el Superior de la Misión no fuese precisamente Gobernador civil, García Moreno le dio algunas de las facultades que competían a un Gobernador. Venia a ser una especie de Gobernador interino. Podía usar bastón con borla, nombrar tenientes políticos en los diversos pueblos, remover de su cargo a los que tenían este oficio, abrir escuelas, alejar del territorio a gente indeseable, castigar algunas faltas ligeras y remitir a Quito a los culpables de faltas graves, y alguna que otra cosa de poca monta y consideración".
Los indígenas de Tena sobresalieron por su espíritu libertario y su concepto de independencia; supieron aprovechar claramente la ruptura de relaciones entre los comerciantes blancos y los misioneros para obtener notorias ventajas en la conservación de su status de vida libre y nómada.
 
En 1870, el padre Guzmán se ganó la animosidad de los indígenas de Tena al pretender unirlos a la población de Archidona.
 
El 12 de octubre de 1874 el padre Possi, en carta enviada al padre Francisco José de San Román, Superior de la Misión Ecuatoriana, le indicaba que "muchas poblaciones, como las de Archidona, Loreto y Avila pasan de mil almas, y las de Tena, Napo y Concepción no bajan de quinientas"
 
El 23 julio de 1875 una epidemia de viruelas comenzó en Tena. Los indígenas se retiraron a la selva. Cuando la enfermedad se regó por el resto de pueblos no quedó ningún indígena en ellos porque prefirieron sus queridos "carutambos" a una muerte seguro y horrenda.
 
 García Moreno muera a manos de Faustino Rayo, ex Jefe de Escolta de la provincia de Oriente, no Gobernador como se menciona en algunos textos de historia. El nuevo gobierno permite el libre comercio en la zona y con ello se acentúan peligrosamente las fricciones entre los misioneros y "viracochas" (así los denominaban los indígenas a los comerciantes que recorrían su territorio). Para el mes de noviembre de 1875 todos los "blancos" desterrados por mala conducta habían regresado al Oriente.
 
En ese año los jesuitas, utilizando mano de obra indígena, edificaron nueve iglesias, "de capacidad proporcional a las poblaciones: las de Archidona y Loreto, de tres naves, de madera incorruptible, con un atrio o galería de mas de cien varas de largo. Ambas, adornadas de buenas estatuas y provistas de ornamentos decentes y de campanas. De la misma forma, aunque más pequeñas, las del Tena, pueblo del Napo y Aguano, a las que siguen las de Santa Rosa, Coca, Suno y Payamino. Se trabajaba otra en Avila que sería como las de Loreto y Archidona" Esta proporcionalidad de las iglesias con la población nos induce a reflexionar que Tena, se ubicaría después de Archidona, Loreto y Avila.
 
Una muestra de las tensas relaciones que debían marcar, a partir de la muerte de García Moreno, la convivencia en Napo de los jesuitas, comerciantes e indígenas tuvo lugar en Tena, cuando el padre Luis Pozzi efectuaba un recorrido entre Napo y Archidona. Leamos la narración del mismo Pozzi:
 
"Estado yo el 11 de enero (1876) en el Tena, se me presentaron los justicias de este pueblo con todos los blancos, pidiéndome en nombre de la República y de todos los indios del Oriente, que ceda la autoridad civil, de que está encargado el P. Superior de las Misiones, y nombre como Gobernador Interino al Sr ... yo contesté que no haría tal cosa hasta que de Quito me venga alguna orden.."
El 13 de enero, media docena de "blancos" proclaman en Tena, a Cosme Quezada, como Gobernador del Oriente, argumentando su decisión en el deseo de librarse del duro despotismo de los misioneros. El Gobierno no dio paso al pedido de Tena, por el 2 l de febrero del mismo año "llegaba a Archidona el nuevo Gobernador, Joaquín Pozo, con una escolta de 12 soldados y en compañía de 16 blancos.
 
Los manejos e intereses políticos giraban como una veleta. El mismo Cosme Que-zada, aspirante a la Gobernación, fallido su propósito, fue uno de los que firmó en defensa de los misioneros, en un testimonio fechado en abril de 1 876.
 
"Los que abajo suscribimos moradores en las reducciones de las Misiones del Napo en obsequio de la justicia, de la religión y de la verdad, bajo nuestra palabra de honor y bajo juramento certificamos:
1.- Que es verdad que los indios de todas las reducciones están remontados desde muchos meses y no salen a la iglesia ni los domingos para oír la Santa Misa.
 
2. - Que es verdad que desde hace muchos meses no quieren los indios enviar a sus hijos a la doctrina como hacían antes.
 
3.- Que es verdad que en varias reducciones donde estaban y están viviendo los RR.PP misioneros, aun pagados no quieren los indios venderles alimentos, y que los RR.PP. han tenido que ir a buscar y traer, cargándolos ellos mismos, algunos víveres por varios meses, y al fin retirarse a otra reducción donde les fuese algo más fácil proporcionárselos.
 
4.- Que es verdad que los indios desde muchos meses no hacen ningún caso a las órdenes y disposiciones de los RR.PP. misioneros. Federico Baca. Antonio Llon.
Me consta de los pueblos de Archidona, Tena y Napo, lo que certifico en obsequio de la verdad, y con respecto a los otros pueblos lo sé de referencia. Cosme D. Quesada.
Hallándose presente y leído el contenido, a ruego de Mariano Arequipa, Antonio Llorí, Augustín Peñaflel, Wenceslao Vega, Ramón Torres, Manuel Pinzón, Buenaventura Baquero, Carlos H. Knight.
 
Me consta de los pueblos de Tena y Napo, que no sale la gente, lo que certifico en obsequio de la verdad, y con respecto a los demás sé alguna cosa por referencia. José R. Proaño".
Pero Cosme Quezada no se quedó quieto. El 5 de enero de 1877, a nombre del Gobierno de Veintimilla, se proclamó Gobernador de la Provincia de Oriente.
 
Los misioneros tuvieron graves enfrentamientos con Quezada y abandonaron el Oriente. Tuvo que intervenir el propio Presidente de la República para que regresaran. Lo hicieron el 7 de diciembre de 1877.
 
"El Gobernador interino Sr. Cosme Quezada, en particular mostró algún arrepentimiento de su conducta pasada; tanto más cuanto que se veía odiado y abandonado de todos los blancos, y aun de sus propios hijos, por su perversa y abominable conducta.
Los indios, por el contrario, persistían en su retraimiento y alejamiento de los Padres. Los malos ejemplos y peores consejos de blancos habían producido su fúneste resultado; se habían entregado de nuevo a su vida salvaje en las selvas, y temían con tundamento, que los Misioneros se la habían de estorbar; estaban siempre en la idea que los blancos les habían inculcado, que Urbina había de subir pronto al poder y había de expulsar a los padres; este era su único anhelo. En Archidona, escribía el R. Padre Vicario poco después de llegado, si se había presentado en el pueblo la sexta parte de los indios; y lo mismo o peor pasaba en los de Tena y del Napo."
Los problemas entre los misioneros, los indígenas y comerciantes estuvieron dados por los repartos forzosos y las licencias. De los primeros se beneficiaban las autoridades y comerciantes, de las segundas los indígenas mientras que los jesuitas veían impotentes como con ambas acciones se perjudicaba su accionar misionero. Revisemos este problema desde la óptica religiosa:
 
"Este comercio impropiamente llamado así, puesto que en realidad de verdad, no es más que una depredación autorizada, se lleva a cabo por medio de los llamados repartos. Los repartos se hacen de la manera siguiente: se presenta en un pueblo o reducción el Apu (Gobernador) con los blancos que han hecho causa común con él; hacen comparecer a todos los indios y les dan cierto número de varas de lienzo, herramienta o cualquier otro objeto de comercio. Los indios no pueden negarse a admitir lo que se les da, porque si no lo admiten, se les amenaza y se les castiga severamente. El precio que se fija a estos objetos repartidos depende exclusivamente de la codicia de los repartidores; y ya podrá calcular los rasgos de generosidad y delicadeza mercantil que se hallaban en un comercio contrario al mismo derecho natural. Indio ha habido a quien se la ha dado cuatro varas y media de lienzo obligándole a pagar un castellano de oro, tres y medio pesos...
A los indios se les da licencia para que se vayan a las selvas por tres o cuatro meses; y dicho se está que por ese tiempo se creen ellos dispensados por la voz del Apu de oir misa, asistir a la doctrina, y al mismo tiempo autorizados para hacer en lo más espesos de los bosques una vida especialmente salvaje. Allí pasan en cacerías y franachelas todo el tiempo de la licencia; y después de raspar la pita o lavar el oro, lo cual hacen sin premura ni apuro de ningún género. En todo esto ya han pasado dos o tres meses desde que se acabó la licencia; y entonces se presentan al Apu, cuidando mucho de ir bien provisto de su pita o su oro.."
Las licencias, como puede notarse, flieron una consecuencia de los repartos. Una vez distribuida la mercancía, necesariamente los indígenas debían quedar en libertad para ir a los lavaderos de oro o a sacar pita para pagar la deuda. M hacerlo los pueblos quedaban totalmente abandonados y los misioneros cruzados de brazos.
 
El 18 de enero de 1879 llegó el señor Víctor José de la Guerra, nuevo Gobernador de la provincia de Oriente, nombrado por el Gobierno el 1 de enero de 1879.
 
El 3 de febrero de 1880 la Santa Sede aprobó el nombramiento del padre Gaspar Tovía como Vicario Apostólico del Napo. Llegó a su jurisdicción el 29 de noviembre de 1880. El Gobernador Morán había concedido licencia a los indígenas de Archidona, Tena y Napo de manera que a su primera misa asistieron solamente dos indígenas.
Para tener una idea del numero de habitantes indígenas de Tena, leamos a la doctora Blanca Muratorio, en su obra "Rucuyaya Alonso y la historia social y económica del Alto Napo. 1850 - 1950":
 
"Con respecto a Tena, Wiener quien la visita en 1880, anota que antes de ser sede de la segunda Misión jesuita en 1870, Tena era un "pueblo de salvajes", con sus caceríos situados en las riberas del río Tena, y agrega con cierto humor: "Un Español no hubiera elegido jamás este lugar tan propicio". En 1 891, Cáceres ya describe a Tena como sde la "la mejor casa de la Misión", con un "muy lindo altar", y una escuela, todos construidos por los indígenas. Estos suman en esa época unas 200 familias repartidas en nueve "parcialidades" o "capitanías", a las que orillas de los ríos Misahualli, Pano, Tena, con sus respectivos afluentes".
En 1884, el Gobernador Francisco Andrade Marín, organizó la colonia Atahualpa, a orillas del Napo, con colonos traídos de diferentes partes del Ecuador, con el propósito de iniciar una colonización plantificada de la zona. Obvio es anotar que este proyecto no dio resultado.
 
Con datos obtenidos entre 1886 y 1889, colegimos que poblacionalmente Tena estaba ubicada en cuarto lugar entre los pueblos de Napo: Archidona: 661 habitantes; Tena: 287; Napo: 186; Loreto: 490; Avila: 438.
 
El 11 de diciembre de 1889, acompañado de una escolta de 15 soldados llegó hasta Archidona el nuevo Gobernador, señor Antonio Estupiñán.
 
Por el año 1891 se construyó la mejor iglesia del Vicariato en el pueblo de Tena. Leamos esta información en la versión de Jouanen:
 
"El padre Andrés Pérez que, dejaba la Misión de Macas, había vuelto a la de Napo, pudo construir en el pueblo de Tena, la mejor iglesia que poseía la Misión y también la Casa Parroquial, la que por varios años fue reputada como la mejor casa y la más cómoda en toda la Provincia Oriental. Tenia en la parte baja la Escuela, que era un local de 16 x 8 varas, entarimado, libre de puntales, pues toda la armazón estribaba sobre grandes tijeras.
El piso principal tenía cuatro aposentos de 5 x 4 varas y un gran salón de 16 por 3 varas y en el último piso otros cuatro aposentos con un salón de las mismas proporciones. La techumbre era de paja, pero fuerte y capaz de cargar teja, cuando éstas pudiesen conseguirse.
 
Todo esto era obra de los hermanos Mejicanos y Marín, y de los indios del Tena, que trabajaban de buen grado, al contrario de los Archidonas que se mostraban reacios a todo trabajo serio"
En un informe suscrito por el Gobernador accidental de Napo, señor Ramón Borja. Y. dirigido al Ministro de Estado en el despacho de Instrucción Pública, el 5 de mayo de 1892, cuando se refiere a Tena, dice:
 
"Visitada la escuela del pueblo de Tena, desempeñada por los RR.PP. Andrés Justo Pérez, Ambrosio Fonseca y hermano coadjutor Pedro Marín, encontré 137 niños y 114 niñas, quienes son instruidos por estos preceptores en los ramos de Instrucción Religiosa, en los idiomas quichua y español, lectura, aritmética y caligrafía. Además, los niños que por su edad son competentes, están dedicados al aprendizaje de la carpintería. Es muy notorio el adelantamiento de los niños de esta escuela".
El ingreso al Napo de Alejandro Sandoval, Director y Administrador de la Compañía Minera "La Oriental", trajo problemas para los indígenas de Tena e incidió en acontecimientos políticos que veremos luego. La compañía minera a través de Jaime Daniel Mejía, el 30 de abril de 1894, hizo la denuncia ante el Gobierno Central y el Gobernador de Oriente, para la explotación de unos lavadores ancestralmente utilizados por los indígenas de Tena.
 
"Los indios, a su vez del pueblo de Tena, dirigieron al Gobernador la petición siguiente: "Habiendo ya elevado una solicitud al Gobierno manifestándole la oposición a la denuncia hecha por el Sr. Jaime Daniel Mejía, como representante de los lavaderos de oro de los ríos Callambayacu y Allcuyacu, pequeños afluentes del Yusupino, pedimos a U., sin perjuicio de nuestra anterior representación, se sirva resolver conforme a la Ley, por ser estos lavaderos de propiedad comunal del pueblo del Tena".
La explotación de las minas fue un fracaso de manera que Sandoval acompañado de ocho mineros, el 19 de abril de 1895 salió al pueblo de Tena, tomó prisionero al señor Albán que era Jefe Político y con él marchó hacia Archidona a donde llegó a medio día. Sorprendió a la escolta y se apoderó de las armas para inmediatamente declararse Jefe Civil y Militar de la Provincia de Oriente, aduciendo que era menester lavar el honor nacional manchado con el negocio del buque Esmeraldas
 
El ejerció del poder de Sandoval pronto degeneró en descontento colectivo. El 18 de mayo se efectuó una contrarrevolución en donde intervinieron el Comandante Oquendo, el Comisario Luis Anda, José Pío Terán, hijo del Gobernador destituido. Cuando todo el pueblo se hallaba en misa Oquendo se dirigió con los suyos al cuartel y se apoderó de las armas que las llevó a casa del Luis Anda en donde se hallaban dos internos armados con Rémington y los cuatro hermanos, cada uno con una Winchester. Salieron todos a la plaza y cuando terminó la misa el Comisario gritó "Viva la Religión" e hicieron una descarga cerrada al aire. Acto seguido tomaron prisioneros. Ricardo Villafañe, que opuso resistencia, cayó abatido por un disparo del hermano Marín. Los presos Alejandro Sandoval y Jaime Mejía fueron enviados a Quito a donde llegaron el 16 de julio de 1895. El 11 de agosto ya habían obtenido la libertad.
 
En los primeros días del mes de febrero de 1896 se produjo un brote de viruelas en Tena que se propagó a Napo y San Javier de Pucaurco. Los indígenas se retiran a la selva.
 
Alejandro Sandoval regresó con el nombramiento de Jefe Político y como Gobernador interino de la provincia de Oriente. Los jesuitas se prepararon para abandonar definitivamente la zona; así lo hicieron luego que el 17 de septiembre llegara a Archidona el Decreto del Gobierno para la salida de los misioneros.
 
Nuestros pueblos amazónicos blancos no tuvieron la consistencia histórica para marcar el desarrollo. Su condición de tales fue demasiado endeble. Los indígenas jamás ofrecieron seguridades ni apoyo para su establecimiento definitivo. Si sus nombres perduraron en el recuerdo y en la historia es porque son parte intangible de la realidad quichua.
 
La historia oral indígena recoge su propia versión de los orígenes de Tena. En la página 6 de la edición N0 15 del semanario "nosotros" del 15 de junio de 1985, se publicó el siguiente trabajo recopilado por la doctora Blanca Muratorio, narrado por la señora Francisca Andi de Pano y traducido al castellano por la señora Dolores Intriago:
 
"Sabemos por la evidencia de la historia escrita que Tena como poblado se estableció y abandonó varias veces, en relación a la situación socio-económica y misionera de esta zona. La historia oral que narraremos a continuación, data probablemente de mediados del siglo XIX y describe una de esas fundaciones. Por otra parte esta historia representa una típica pauta de comportamiento de los indígenas de la selva tropical: el conflicto y la consecuente separación de grupos de descendencia por problemas de acceso a recursos ecológicos. La superpoblación de la zona de Archidona fuerza a algunos grupos a migrar en busca de tierras para hacer chacras y de mejor cacería y pesca. Así es como los indígenas se extienden desde Archidona hacia lo que ahora es Tena y luego hacia Pano, Tálag y Shandia.
"Los tenas y los panos son venidos de Archidona. Son originalmente archirunas. Vienen de Cedrosiqui, un lugar que ahora llaman Rucullacta, de Laranlíacta vienen bajando pero se pelean entre grupos (muntun) y uno de ellos, los que descienden de Tabacy Singa, deciden separarse y llegar a donde se unen el Tena y el Patio. Los que vinieron primero son tres hermanos, Gabriel Andi (Chunchasiqui), Mariano Andi (Bancurucu) y Silverio Andi (Cuchicara). Un día, andando al monte de cacería desde Archidona, los perros persiguieron a una sachahuagra (danta) y así vinieron a dar aquí. Los perros hicieron caer al animal a la laguna, pero los hermanos lograron amarrarlo y sacarlo a la orilla; lo picaron y llenaron una ashanga. En este lugar había mucha "ita" y "pindo" y en el río se veían tantos bocachicos como hojas caen de la guadúa. Cola con cola (chupapura) estaban esos peces, como ejército. Los tres hermanos dijeron: "Es linda esta tierra, todo planito, aquí debemos venir a recoger comida. Hagamos una casa aquí entre los tres". Cuando se acabó la carne seca de la danta construyeron una casita pequeña, trajeron a las mujeres, durmieron y siguieron visitando el lugar.
 
Otros dijeron.. "Ustedes están yendo a un lugar donde hay harta cacería y pesca, por qué no nos llevan a nosotros?" Los hermanos dijeron Vamos!. Las mujeres empezaron haciendo las chacras y luego todos hicieron una casa mejor. La abuela de mi papá (Basilio Andi), vino encinta y aquí mismo la hicieron dar a luz. Así es como poblaron Tena. Después de eso comenzaron a construir la casa para el Teniente Político, antes llamaban "cabildo".
 
También hicieron el convento, y el papá de mi abuelo fue a traer cargando a los padres (jesuitas) y a los que iban a ser autoridades. Mi papá nos decía: "Así hemos comenzado el pueblo. Ustedes son descendientes de los fundadores. Por eso yo no tengo miedo ni a los curas ni a ninguna autoridad". Mi papá decía que cuando él muera, eso debemos enseñar a nuestros hijos Los que han venido recientemente a poner almacenes nos dicen a nosotros que nos quitemos, "no estén parados ahí - gritan - están ocupando este lugar y nos molestan en nuestras ventas". Por eso nos da iras. A los que somos de aquí desde tanto tiempo, antes de los blancos, no nos hacemos valer".
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