Oda al cheque de cada quincena

Amada quincena
Al fin has venido amada mía
y entre mis manos te tendré un momento
para después sufrir el cruel tormento
de que te esfumes en el mismo día.

Marcharás prodigando los favores
a esa gente que muerto ver quisiera
al abonero, al tendero y al casero
y a todos los feroces acreedores.

Dos meses al mes con tu llegada
se satura la luz del firmamento
y cuando tardas en venir yo siento
que la vida sin ti no vale nada.

Catorce días espero tu regreso
con ansia loca y afán desesperado
al llegar nada mas te doy un beso
pues muy pronto te alejas de mi lado.

Yo quisiera que fueras más gordita,
que no tuvieras tantos pretendientes,
que no te torturaran tantos dientes
para poder gozarte completita