Biografía de Aristóteles
Aristóteles nació en Estagira (Macedonia), en 384 a.C,
era hijo de un médico de la corte de Filipo II, se trasladó
a Atenas a los 17 años para estudiar en la Academia de Platón.
Permaneció en esta ciudad unos 20 años, primero como estudiante
y más tarde como maestro. (ver Historia de grecia),
A la muerte de Platón, en el año 347 a.C.,
Aristóteles
partió para Assos, ciudad de Asia Menor en la que gobernaba un
amigo suyo, Hermias, al que Aristóteles sirvió de asesor,
casándose además con su sobrina e hija adoptiva, Pitia.
Tras ser capturado y ejecutado Hermias a manos de los persas en el 345
a.C., Aristóteles se trasladó a Pella, capital de Macedonia,
donde se convirtió en tutor del hijo menor del rey, Alejandro,
que sería conocido como Alejandro Magno. En el año 335 a.C.,
al acceder Alejandro al trono, regresó a Atenas y estableció
su propia escuela: el Liceo. Debido a que gran parte de las discusiones
y debates se desarrollaban mientras maestros y estudiantes paseaban por
el Liceo, este centro llegó a ser conocido como escuela peripatética.
Al igual que Platón, en sus primeros años en la Academia,
Aristóteles utilizó muy a menudo la forma dialogada de razonamiento
aunque, al carecer del talento imaginativo de Platón, esta modalidad
de expresión no fue nunca de su pleno agrado. Si se exceptúan
escasos fragmentos mencionados en las obras de algunos escritores posteriores,
sus diálogos se han perdido por completo. Aristóteles escribió
además algunas notas técnicas, como es el caso de un diccionario
de términos filosóficos y un resumen de las doctrinas de
Pitágoras; de estos apuntes sólo han sobrevivido algunos
breves extractos. Lo que sí ha llegado hasta nuestros días,
son las notas de clase que Aristóteles elaboraba para sus cursos,
que cubrían casi todos los campos del saber y del arte. Los textos
en los que descansa la reputación de Aristóteles se basan
en gran parte en estas anotaciones que fueron recopiladas y ordenadas
por sus editores posteriores.
Entre los textos existen tratados de lógica llamados Organon ,
ya que proporcionan los medios con los que se ha de alcanzar el conocimiento
positivo. Entre las obras que tratan de las ciencias naturales está
la Física, que recoge amplia información sobre astronomía,
meteorología, plantas y animales. Sus escritos sobre la naturaleza,
alcance y propiedades del ser, que Aristóteles llamó primera
filosofía, recibieron el nombre de Metafísica en la primera
edición publicada de sus obras (c. 60 a.C.) debido a que en dicha
edición aparecían tras la Física. A su hijo Nicómaco
dedicaría su obra sobre la ética, llamada Ética a
Nicómaco. Otras obras esenciales son Retórica, Poética
(que ha llegado a nosotros incompleta) y su Política
La filosofía de Aristóteles hacía hincapié
sobre todo en la biología, frente a la importancia que Platón
concedía a las matemáticas. Para Aristóteles el mundo
estaba compuesto por individuos (sustancias) que se presentaban en tipos
naturales fijos (especies). Cada individuo cuenta con un patrón
innato específico de desarrollo y tiende en su crecimiento hacia
la debida autorrealización como ejemplo de su clase. El crecimiento,
la finalidad y la dirección son pues aspectos innatos a la naturaleza,
y aunque la ciencia estudia los tipos generales, éstos, según
Aristóteles, encuentran su existencia en individuos específicos.
La ciencia y la filosofía deben, por consiguiente, no limitarse
a escoger entre opciones de una u otra naturaleza, sino equilibrar las
afirmaciones del empirismo y el formalismo.
Una de las aportaciones de la filosofía de Aristóteles fue
la noción de causalidad. Los primeros pensadores griegos habían
tendido a asumir que sólo un único tipo de causa podía
ser explicatoria; Aristóteles propuso cuatro: la causa material,
la materia de la que está compuesta una cosa; la causa eficiente
o motriz, la fuente de movimiento, generación o cambio; la causa
formal, que es la especie, el tipo o la clase, y la causa final, el objetivo
o pleno desarrollo de un individuo, o la función planeada de una
construcción o de un invento. Así pues, un león joven
está compuesto de tejidos y órganos, lo que constituiría
la causa material; la causa motriz o eficiente serían sus padres,
que lo crearon; la causa formal es su especie (león), mientras
que la causa final es su impulso innato por convertirse en un ejemplar
maduro de su especie. En contextos diferentes, las mismas cuatro causas
se aplican de forma análoga. Así, la causa material de una
estatua es el mármol en que se ha esculpido, la causa eficiente
el escultor, la causa formal la forma que el escultor ha dado a la estatua
-Hermes o Afrodita, por ejemplo- y la causa final su función: ser
una obra de arte. Aristóteles creía que su noción
de las causas era la clave ideal para organizar el conocimiento.
En astronomía Aristóteles propone un Universo esférico
y finito que tiene a la Tierra como centro. La parte central está
compuesta por cuatro elementos: tierra, aire, fuego y agua. En la Física
de Aristóteles cada uno de estos elementos tiene un lugar adecuado,
determinado por su peso relativo o "gravedad específica".
Cada elemento se mueve, de forma natural, en línea recta -la tierra
hacia abajo, el fuego hacia arriba- hacia el lugar que le corresponde,
en el que se detendrá una vez alcanzado, de lo que resulta que
el movimiento terrestre siempre es lineal y siempre acaba por detenerse.
Los cielos, sin embargo, se mueven de forma natural e infinita siguiendo
un complejo movimiento circular, por lo que deben, conforme con la lógica,
estar compuestos por un quinto elemento, que él llama aither, elemento
superior que no es susceptible de sufrir cualquier cambio que no sea el
de lugar realizado por medio de un movimiento circular. La teoría
aristotélica de que el movimiento lineal siempre se lleva a cabo
a través de un medio de resistencia es en realidad válida
para todos los movimientos terrestres observables. Aristóteles
sostiene que los cuerpos más pesados de una materia específica
caen de forma más rápida que aquéllos que son más
ligeros cuando sus formas son iguales, concepto equivocado que se aceptó
como norma hasta que el físico y astrónomo italiano Galileo
llevó a cabo su experimento con pesos arrojados desde la torre
inclinada de Pisa.
En zoología propuso un conjunto fijo de tipos naturales (especies),
que se reproducen de forma fiel a su clase. Aristóteles pensó
que la excepción a esta regla la constituía la aparición
"por generación espontánea" de algunas moscas
y gusanos "muy inferiores" a partir de fruta en descomposición
o estiércol. Los ciclos vitales típicos son epiciclos: se
repite el mismo patrón, aunque a través de una sucesión
lineal de individuos. Dichos procesos son por lo tanto un paso intermedio
entre los círculos inmutables de los cielos y los simples movimientos
lineales de los elementos terrestres. Las especies forman una escala que
comprende desde lo simple (con gusanos y moscas en el plano inferior)
hasta lo complejo (con los seres humanos en el plano más alto),
aunque la evolución no es posible.
Aristóteles creía que la libertad de elección del
individuo hacía imposible un análisis preciso y completo
de las cuestiones humanas, con lo que las "ciencias prácticas",
como la política o la ética, se llamaban ciencias sólo
por cortesía y analogía. Las limitaciones inherentes a las
ciencias prácticas quedan aclaradas en los conceptos aristotélicos
de naturaleza humana y autorrealización. La naturaleza humana implica,
para todos, una capacidad para formar hábitos, pero los hábitos
formados por un individuo en concreto dependen de la cultura y opciones
personales repetidas de ese individuo. Todos los seres humanos anhelan
la "felicidad", es decir, una realización activa y comprometida
de sus capacidades innatas, aunque este objetivo puede ser alcanzado por
muchos caminos.
La Ética a Nicómaco de Aristóteles es un análisis
de la relación del carácter y la inteligencia con la felicidad.
Aristóteles distinguía dos tipos de "virtud" o
excelencia humana: moral e intelectual. La virtud moral es una expresión
del carácter, producto de los hábitos que reflejan opciones
repetidas. Una virtud moral siempre es el punto medio entre dos extremos
menos deseables. El valor, por ejemplo, es el punto intermedio entre la
cobardía y la impetuosidad irreflexiva; la generosidad, por su
parte, constituiría el punto intermedio entre el derroche y la
tacañería. Las virtudes intelectuales, sin embargo, no están
sujetas a estas doctrinas de punto intermedio. La ética aristotélica
es una ética elitista: para él, la plena excelencia sólo
puede ser alcanzada por el varón adulto y maduro perteneciente
a la clase alta y no por las mujeres, niños, "bárbaros"
(no griegos) o "mecánicos" asalariados (trabajadores
manuales), a los que Aristóteles se negaba a conceder el derecho
al voto.
Como es obvio en política es posible encontrar muchas formas de
asociación humana. Decidir cuál es la más idónea
dependerá de las circunstancias, como por ejemplo los recursos
naturales, la industria, las tradiciones culturales y el grado de alfabetización
de cada comunidad. Para Aristóteles la política no era un
estudio de los estados ideales en forma abstracta, sino más bien
un examen del modo como los ideales, las leyes, las costumbres y las propiedades
se interrelacionan en los casos reales. Así, aunque aprobaba en
aquel tiempo la institución de la esclavitud, moderaba su aceptación
aduciendo que los amos no debían abusar de su autoridad, ya que
los intereses de amo y esclavo son los mismos. La biblioteca del Liceo
contenía una colección de 158 constituciones, tanto de Estados
griegos como extranjeros. El propio Aristóteles escribió
la Constitución de Atenas como parte de la colección, obra
que estuvo perdida hasta 1890, año en que fue redescubierta. Los
historiadores han encontrado gracias a este texto muy valiosos datos para
reconstruir algunas fases de la historia ateniense.
En lógica, Aristóteles desarrolló reglas para establecer
un razonamiento encadenado que, si se respetaban, no producirían
nunca falsas conclusiones si la reflexión partía de premisas
verdaderas (reglas de validez). En el razonamiento los nexos básicos
eran los silogismos: proposiciones emparejadas que, en su conjunto, proporcionaban
una nueva conclusión. En el ejemplo más famoso, "Todos
los humanos son mortales" y "Todos los griegos son humanos",
se llega a la conclusión válida de que "Todos los griegos
son mortales". La ciencia es el resultado de construir sistemas de
razonamiento más complejos. En su lógica, Aristóteles
distinguía entre la dialéctica y la analítica; para
él, la dialéctica sólo comprueba las opiniones por
su consistencia lógica. La analítica, por su parte, trabaja
de forma deductiva a partir de principios que descansan sobre la experiencia
y una observación precisa. Esto supone una ruptura deliberada con
la Academia de Platón, escuela donde la dialéctica era el
único método lógico válido, y tan eficaz para
aplicarse en la ciencia como en la filosofía.
En su Metafísica, Aristóteles abogaba por la existencia
de un ser divino, al que se describe como "Primer Motor", responsable
de la unidad y significación de la naturaleza. Dios, en su calidad
de ser perfecto, es por consiguiente el ejemplo al que aspiran todos los
seres del mundo, ya que desean participar de la perfección. Existen
además otros motores, como son los motores inteligentes de los
planetas y las estrellas (Aristóteles sugería que el número
de éstos era de "55 o 47"). No obstante, el "Primer
Motor" o Dios, tal y como lo describe Aristóteles, no corresponde
a finalidades religiosas, como han observado numerosos filósofos
y teólogos posteriores. Al "Primer Motor", por ejemplo,
no le interesa lo que sucede en el mundo ni tampoco es su creador. Aristóteles
limitó su teología, sin embargo, a lo que él creía
que la ciencia necesita y puede establecer.
A raíz de la muerte de su discípulo Alejandro en el año
323 a.C. creció en Atenas un fuerte sentimiento antimacedonio,
con lo que Aristóteles se retiró a una propiedad familiar
en Calcis, en la isla de Eubea, donde moriría al año siguiente,
324 a.C.
Pedro Torres
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