SUICIDIO
¿Quién no ha pensado alguna vez en suicidarse?,
aunque sólo haya sido de manera fugaz. Después de ver una
noticia en televisión del típico suicidio de ejecutivo,
o después de leer una crónica sobre el Crack del 29 y ser
conocedores de toda gente que se quitó la vida voluntariamente
en aquella ocasión, o después del fallecimiento de un ser
querido, o después de una noticia pésima para nuestro futuro
próximo, o después de ver una película en la que
alguien acaba el mismo con su propia existencia, o después...
En lo primero que uno piensa es cómo suicidarse. Y todos pensamos:
qué fácil es suicidarse, como puede haber alguien que se
intente suicidar y no lo consiga. Les puedo asegurar que si yo me tiro
de un décimo piso de cabeza no me levanto, o si me corto la yugular
de un tajo, o si me tiro a la vía del metro, o si... Mil formas
diferentes se me podrían ocurrir de tener una muerte segura.
Luego el pensamiento que surge es la notita. Una notita en la que explicamos
el porqué de nuestro suicidio y toda la gente a la que queremos
y pedimos perdón por llegar tan pronto al "cielo", porque
nunca cabe la posibilidad de que nosotros vayamos al "infierno".
Y no os ponéis a pensar en quién fue el primero en suicidarse
con notita, a quién se le ocurrió esa maravillosa idea que,
sinceramente, yo creo que es la primera causa de suicidio en el mundo,
porque si las notitas no existieran habría mucha gente que estoy
seguro que no se suicidaría.
Pero inmediatamente después de tener escrita la notita en nuestra
mente nos decimos: Pero que narices, para que me voy a suicidar yo, con
todas las cosas que me quedan por hacer, con lo fuerte que soy yo, puedo
superar cualquier adversidad, "lo último que haría
en la vida sería suicidarme".
Alberto Pavón Álvarez
Alberto es estudiante de CC. PP. y de la Administración
en la Universidad Complutense de Madrid.
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